Partida Rol por web

Grenda subió al chimera. Ahora que estaba sobre el transporte se sentía algo más segura. Aunque tampoco mucho más después de lo que acababa de ver que le había sucedido a Mallory. Su compañero acababa de ser brutalmente mutilado por las fauces de una de aquellas mierdas rojas.

- Joder... - Dijo muy bajito, casi para ella misma. - ¡Vamos con ellos! - Gritó tratando de que la oyeran.

Su intención era la de al llegar junto a sus compañeros, tratar de subirlos al transporte, protegiéndolos de aquellas bestias. Lo importante ahora era salvarle la vida a Mallory y a Bianchi. Por ello asuguró su carabina a su pecho y se preparó para bajar rápido y rescatar a sus compañeros, cuando estuviera lo suficientemente cerca.

-IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIHHH!

Dos de los efectivos de su escuadra estaban a punto de causar baja, algo inaceptable para el sargento. No iba a perder a dos o tres efectivos en la primera toma de contacto* con el combate real.

-A los del tanque, disparad por las troneras o encalomados al mismo...los que estáis en las armas principales** seguid haciendo esa cortina de fuego-gritó desesperado el sargento.

Posteriormente el sargento retrocedió corriendo hacia Mallory y Bianchi, quien no terminaba de salir del shock. El objetivo era ayudarles a salir de ahí hacia el chimera que no estaba lejos.***

-Vamos, tenemos que irnos-dijo mirando al mutilado de Mallory y a Bianchi- Ivaz, cúbrenos y ve retrocediendo poco a poco-esperaba que sirviera de algo el uso del lanzallamas.

El sonido del cierre de la puerta del blindado cuando Yulia ya se encontraba en su interior, fue pura poesía para sus oídos -Por fin, ya estoy a salvo- Sentada y con los hombros bajos le temblaba una de las piernas. Para disimular su miedo era ella la que levantaba y bajaba el talón en una movimiento nervioso. Sus nudillos se empezaron a tornar blanquecinos del esfuerzo de sujetar su arma con tanta fuerza - Donde están esas troneras, tenemos que ayudar- Miraba sin ver, estaba Algo aturdida y cansada. El pecho se movía con demasiada agitación por el esfuerzo de la carrera y seguramente su corazón latía con entusiasmo, algo que le impedía pensar con claridad

Katarina se quedó en la rampa de entrada del chimera dando apoyo hasta que todos entraran, ya había atravesado a uno de los garrapatos con su espada sierra, cubriéndola con una magnífica sangre xeno. Y no pretendía acabar aquí, así que se plantó con su espada y su pistola esperando a los tres que faltaban e impidiendo que entrara ningún bicho al chimera, sólo por encima de su cadaver.

Tenía la pistola en su mano izquierda como siempre, pero con la adrenalina de la batalla, pensó con nerviosismo que seguro le pasaría alguno de esos fallos que el sargento nos gritaba en la instrucción "[...] Y por ninguno de los motivos, por muy nerviosas que estéis hagais esto [...]" Y lo hago.

los garrapatos se estaban acercando demasiado a nosotros, por lo que levanto a PROMETEO y aprieto el gatillo, soltando un chorro de llamas sobres los primeros insensatos que se lanzan sobre nosotros, "arder bichos, arded e iros al maldito infierno de una vez por todas" les grito con el chorro de llamas y sus gritos de dolor.

El caos, las explosiones y los gritos de agonía del soldado Mallory producían una atmósfera estresante que se cobraba su precio. Yulia había entrado al transporte buscando una tronera por donde disparar, pero el compartimento de carga era estanco para dotar de capacidad anfibia al transporte Quimera. Si Laura estuviera allí, lo podría haber dicho. Pero estaba fuera, viendo como Mallory, el guapetón del grupo que la había cortejado casi desde el primer día que entraron al centro de reclutamiento se desangraba, con una pierna arrancada, mientras el fuego y las explosiones sucedían a su alrrededor. Si Yulia estuviera allí.

Randal tocó el hombro de Laura intentando evaluar su estado. Mraba a Mallory y a Laura alternativamente mientras de reojo veía como se acercaban los Bichos xénicos que quedaban. Apretó el puño de su espada sierra considerando morir si fuera necesario, no hablarían de cobardía en su funeral cuando una dos manos sujetaron a Mallory por los hombros y comenzaban a arrastrarlo.

-¡Yo me ocupo de Mallory señor, usted coja a Bianchi!.- Jenny había ido tras sus pasos dejando el vehículo para ayudar. Cabezota hasta el final, Jenny conseguía muchas veces hacer posible lo imposible.

Nastya roció a un garrapato envolviéndolo en llamas. Giró a la izquierda y el chorro de muerte siguió su trayectoria calcinando un arbusto y dos árboles jóvenes. Otro grupo de garrapatos saltó intentando evitar elchorro de llamas. Dos quedaron por el camino, pero el resto se acercaba a su posición sin poder contenerlos. Eran demasiados y era un espacio demasiado abierto. Por lo menos había mandado al infierno a unos cuantos.

Grenda preparó su fusil láser. A su lado Brich disparaba el bolter pesado cantando a batalla... hasta que se silenció. Sorprendida Grenda lo miró y vió como cogía su fusil láser para repeler a los xenos que quedaban. 

-¡Están demasiado cerca de ellos!.- Gritó mientras señalaba hacia el sargento y los rezagados. Los garrapatos ahora se acercaban redoblando esfuerzos, más rabiosos, más frenéticos, más hambrientos. Simus Federel se apostó cerca de Molkov para defender la entrada al Quimera y acabar con cualquiera de esas criaturas que se le ocurriera acercase al vehículo.

Aunque ahora toda la atención estaba puesta en los rezagados, se os hizo un nudo en el estómago cuando el bolter pesado dejó de disparar y pudísteis escuchar claramente...¡GROOONK! 

El sargento vio como la marea de xenos llegaba a su posición y uno se le encaraba. Vendería cara su vida, y lo haría en primera línea defendiendo a su escuadra... el Emperador no aceptaba cobardes. Y él no lo era. El garrapato que vino hacia el fue saludado con la espada sierra que crujió con los dientes cuando le impactó al garrapato.

-¡Muere hijo de puta! - tal vez no había sido un gran golpe...o sí, no sabía cuan herido estaba del fuego.

-Los del tanque, si disparáis aseguraos de no darnos ¡y preparaos para las bayonetas!-tarde o temprano entrarían en combate cuerpo a cuerpo.

Grenda temia lo peor para Curce, Jenny, Bianchi y sobre todo para Mallory. Tenían ya a los garrapatos encima y aunque quedaban muy pocos en relación con los iniciales, un solo mordisco podía ser devastador.

- Alea jacta este... - Pronunció la soldado.

Entonces disparó su carabina en dirección al garrapato que irremediablemente avanzaba hacia ella. Ni quería morir y menos entre las fauces de un grotesco xenon. Pero sus balas, aunque pasaron cerca de su objetivo, no impactaron. Grenda estaba nervioso producto del miedo.

Haz algo, jodida loca.

El pensamiento recorrió a Laura como una corriente eléctrica. Como un rayo de claridad en medio de las nubes. Parpadeó. Alguien se estaba llevando a Mallory, pero los Garrapatos les habían alcanzado, y había dos mirando con hambre sus firmes muslos. 

Además, se había quedado sin aire en los pulmones. Agarrando la carabina con toda la firmeza que pudo, se concentró en la rutina de bayoneta. Posición-ataque-atrás. Posición-ataque...

- ¡¡¿Qué coño?!!

Katarina había manipulado tan bruscamente el fiable arma imperial que esta se puso en semiautomático, por lo menos no se encasquilló, maldiciendo se tomo su tiempo para disparar a los bichejos que corrían tras Yenny, que se sumaba al combate, los dos disparos sobrecalentaron el aire alrededor de sus enemigos y dejaron puntos negros e inofensivos en la hierba.

Katarina tenía ganas de cargar contra ellos, pero no estaban lo suficientemente cerca, malditos idiotas, si hubieran corrido sin mirar atrás ya hubieran llegado al chimera. Esperaba que este error no nos costara la vida a todas.

Yulia se tapó los oídos para no escuchar los gritos, la agonía de la muerte. Daba lo mismo, su cerebro ya se imaginaba toda clase de aberraciones. Ella como doctora había presenciado numerosas mutilaciones, pero no era lo mismo ver los efectos o, mejor dicho recomponerlos, que presenciar como se realizaban. Podría decirse que estaba ya acostumbrada al olor de la sangre y la carne en descomposición, pues no. Yulia creía que jamas se acostumbraría a algo asi.
En aquellos momentos solo quería que todo terminase, que los garrapatos cayesen y después, saldría a realizar su trabajo. Torniquetes, presión en las heridas, hilo y aguja y a cerrar las dentelladas -Espero que sean pocas- Pensaba en voz alta. Quizás no estaba tan preparada como creía o solamente eran los nervios del bautismo de fuego

los bichos seguían viniendo, aunque ya habían conseguido que unos tres cuartos de la totalidad de los mismos muriera, aunque todavía quedaban algunos, y veo como uno de esos bichejos me mira, claramente era el mas tonto de todos ellos, ir de frente contra una operaria de lanzallamas, "vamos amigo, prometeo tiene algo para ti" le digo a la par que aprieto el gatillo y un chorro de prometium envuelve al xeno.

Los garrapatos se abalanzan sobre sus blancos como los brutales animales que son.

Nastya proyecta un chorro de llamas que envuelve al xeno, pero esta tozuda criatura continúa su camino hasta ella aunque las quemaduras en sus músculos le impiden morder adecuadamente.
Mallory, indefenso y semiinconsciente es atacado, pero otro garrapato interrumpe al primero sin que pueda llegar a morder a una presa fácil y de un salto, el garrapato salta sobre Jenny incrustando su babeante mandíbula en su estómago. Con un grito de terror la soldado cae al suelo mientras la sangre mana de sus tripas.

Randall incrusta su espada sierra en el que se lanzó sobre él cortándolo gravemente, aunque todavía parece que vive y justo en el último momento parece que Laura bianchi se recompone, clavándole la bayoneta a uno de los bichejos hasta la empuñadura, pero tienen el pellejo duro y solo se retira un poco para coger carrerilla.

Laura se preparó para recibir la carga del garrapato que tomaba carrerilla mientras ella reculaba. Con un poco de maña, el estúpido animal se empalaría él mismo en el arma como un verraco cualquiera.

Y entonces tropezó con una raíz justo en medio de la maniobra. Sobrecompensó la bayoneta y la bajó demasiado, consiguiendo a duras penas pasarle la punta del cuchillo por delante de los ojos a aquella bola con dientes y frenar la carga.

- "¡Qué verde estás, Laura! ¡Pero qué verde!" -Pensó-

- ¡I-Insisto en q-que la rutina de ba-ba-bayoneta no se pensó para cosas de este t-t-t-tamaño!

El sargento se pone a la altura de los dos heridos de su escuadra, Jenny y Mallory con la esperanza de salvarlos como fuera dispuesto a enfrentarse con el garrapato que amenazaba con devorarlos. El sargento intentó golpear sin éxito al escurridizo y ensangrentado que se escapó de los dientes de sierra por poco:

-¡Deja a mis hombres!-la sierra volvió a caer sin éxito mientras el sargento se desesperaba:

-¡Disparad los del chimera y no falléis!-gritó molesto sabiendo que tenían que terminar de eliminar a los que quedaban.

Jenny, mierda, no van a llegar al final, es lo que piensa Molvok. habrá que ensuciarse un poco más. Salta hacia delante impulsándose con todas sus fuerzas y empieza a correr a toda velocidad hace Jenny para quitarle de encima a ese xeno. Mientras corre enciende la espada sierra y llega con tal velocidad que no puede esquivar el arco de la espada.

-Esto te dejará cicatriz- le dice en plan tia dura. Le encantan las holocintas viejas.