Partida Rol por web

Donde los Valientes Temen Aventurarse

19. Un Laberinto sin Paredes.

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03/04/2013, 19:09
Aramil

-Vale, vamos a las afueras a por el.-Respondo saliendo disparado de la sala con el papel en la mano. Evidentemente no puedo contener el entusiasmo.-Vuelvo en un salto.-Añado desde fuera.

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04/04/2013, 09:53
Bel

Bel le sonrió a Kayle.

—Eh, lo de los poderes oscuros te hace parecer muy sofisticado. A mi me funciona —le guiñó un ojo a la genasí—, y también funcionaría conmigo...

Cayó en la cuenta de algo.

—Bueno, no, a Beellana no le bastaría con eso.

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04/04/2013, 10:00
Sargento Hakkon

Hakkon le devolvió la sonrisa a Kayle.

—Sólo hago mi trabajo lo mejor que sé —le respondió—. Aramil, un momento. Satara necesitará algo de Fasber para poder rastrearla o no sabrá ni por dónde empezar.

Miró al enano.

—¿Glimgmar, tienes algo que conserve su olor?


La intervención de Glimgmar es imprescindible para avanzar en este momento.

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08/04/2013, 12:17
Aramil

-Es cierto.-Digo volviendo.-El entusiasmo, perdon.

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09/04/2013, 17:46
Glimgmar "Tumba-birras"

 Los ojos de Glimgmar temblaron al no poder contener lágrimas de rabia. Pero la voluntad del enano no se quebraba tan fácilmente como para mostrar debilidad cuando no todo estaba perdida. Una sola lágrima se precipitó en el pergamino mientras lo escondía, dandoles la espalda. Lo guardó rápido igual que aquellos sentimientos que podrían llevarle a cometer atrocidades como pensar injustamente ¿Qué trrabjas lo mejorr que sabes? Esto es todo lo que puede hacerr la guaaarrrdía de nesmé. Poca cosa puede hacerr entonces.

 Perro Glimgmar no erra esa clase de enano. No podía convertirse en un faro oscuro en la tiniebla, tenía que sobreponerse y ser una luz que apoyase a su grupo allá donde fuerra, porque no tenía otro cometido en su vida que ayudar a los que estaban a su lado, protegerlos con su escudo y cuidarles con sus toscas manos. Uno es consciente de la falta de habilidad cuando se ve en aquella tesiturra. Guardé el contrato.

 La voz roncó y me dispuse a hablar. Los párpados estaban muy arrugados, los ojos pequeños les observaban con determinación y fuego en su fondo, las bolsas bajo los ojos parecían más hinchadas haciendo a Glimgmar menos apuesto, si es que en algún momento se le podría considerar así. antes de decir la primera palabra tomó aire, pero no suspiró. No se daba por vencido.

 - Nada apunta a que Fasber corra un peligro inminente. - las entrañas le ardían como cuando la hoja de una espada las atraviesa y se desliza entre la carne y la sangre. En su cabeza sentía el latir de su corazón, como una lanza clavada en el corazón de un muerto que aún palpita temblando. Pero ni la voz de Glimgmar ni su cuerpo temblaron, sólo su corazón.

 - Esa brrrrruja es detestable, perro no parrece una asesina a sangre frría. - sabía leer la maldad de los brujos, por eso no se fiaba completamente de Payne, y no ponía demasiados obstáculos a relacionarse con Kayle. - En la herrerría tengo herramientas de Fasber. Siemprre me prestaba parra tallar nuevas pipas.

 No soy un gran inversor. - reconoció, Fasber le había permitido estar allí, con ella, dejaba que le cogiese herramientas y otro tipo de utensilios para su tarea como herrero o para su artesanía. - No creo que haya prrroblema en que Satarra entre en la tienda y husmee lo que quierra, como mucho tendremos que aguantar las quejas de esa villana.

 También tenemos - incluyó a Ardreth, aunque Fasber no lo hubiese hecho, porque se había visto inspirado por la lealtad del semielfo - una carta escrita por su puño y letra.

 Asintió y se mesó la barba, aparentando serenidad.

 Uno tiene que hacer lo que tiene que hacer.

 - Es una avarriciosa.

 Tal vez la haya engañado o coaccionado, perro existe la posibilidad de que la haya vendido como esclava. Es una quejica y una metomentodo, perro es buena cuidando crios y tiene conocimientos que valen su peso en orro. Serría fácil de vender. - o es que glimgmar estaba dispuesto a pagar por Fasber sin miramientos.

 - Me parrece un buen hilo del que tirrar parra encontrarla, perro de cualquier forma, los inocentes que necesitan nuestra ayuda parra liberarse del yugo de sus captores son prrriorrritarrios.

 Uno ha de hacer lo que ha de hacer.

 Y nuestro deber es proteger Nesmé de esa corrupción y arrancarla como se arrancan las menas sin valor de la madre roca.

 En el peor de los casos, cuando arranquemos la pirrrita, darrremos con el orro. - Si solucionaban aquel problema y Fasber no aparecía habían descartado una posibilidad. Ayudar a los esclavos era prrriorrritarrio, perro no por ello dejaban de buscar a Fasber.

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10/04/2013, 20:55
Tabin

Tabin dejó escapar un largo suspiro. Ver a alguien tan duro quebrarse le removía las entrañas. Sus sentimientos por el enano eran confusos: a veces le daba ternura y otras miedo. Pero no podía evitar que el corazón le doliera cuando le brillaban los ojos al hablar de Fasber. Ojalá el enano tuviera razón y la encontrasen al buscar a los esclavistas...

-Ya verás cómo está bien -dijo en tono ligero-. Tengo la corazonada de que no nos equivocamos si seguimos esa pista. Y con Satara de nuestro lado...

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10/04/2013, 21:32
Glimgmar "Tumba-birras"

- Confiaría mi vida a cualquierra de vosotros sin temor a equivocarme. - asintió, incluso tuvo el detalle de no excluir al nigrrromante ni a la brruja de cabellos volantes. El enano se reconfortó con la experrriencia de que aquel grrupo podía manejar lo que tuviese entrrre manos sin mayorrres problemas. Habían pasado por cosas peorrres, sin ir más lejos, salvando a unas niñas inocentes.

 - Fasber es una gnoma cabezota y terca. - espetó casi como reproche a la propia Fasber - estarrrá bien, cuando demos con ella dirrá que erra ella la que nos estaba buscando. ¡Ya lo verreis! ¡Ya lo verreis!

 Apesadumbrado a pesar de sus propias palabras de ánimo se decidió a sonrreir levemente.

 Estarrá bien. Darremos con ella tarde o temprano. No le pasarrá nada.

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11/04/2013, 22:28
Aramil

-No hay que ponerse en lo peor.-Respondo sin dejar de esbozar mi sonrisa.-Seguro que sabes lo espabilados que son los gnomos... seguro que sea lo que sea lo que le ha pasado se ha librado y esta bien, a salvo y esperando a preguntarte por qué has tardado tanto en encontrarla.

Le pongo la mano sobre el hombro al enano como muestra de afecto.

-Me juego una cerveza.

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12/04/2013, 11:20
Narrador

Os despedisteis de Hakkon y fuisteis a la tienda de Fasber. Beellana había cambiado el antiguo letrero por el de una seductora sirena abriendo los brazos y guiñando los ojos con picardía. "El Abrazo de la Sirena" ahora tenía dos sucursales en Nesmé. 

En el interior aún estaban todos los cachivaches que vendía la gnoma, aunque no había rastro de Beellana. En su lugar había un hombre ordenando cosas, probablemente lo habría contratado la hechicera para atender aquella tienda. El hombre dejó de ordenar cosas en cuanto os vio entrar.

—Bienhallados aventureros. ¿Qué puedo hacer por vosotros?

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12/04/2013, 11:24
Bel

Bel miró en derredor, con curiosidad.

—¿Una tienda de objetos mágicos? ¿Fasber regentaba una tienda de objetos mágicos? —miró a Kayle—. Ahora sí que no entiendo nada.

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12/04/2013, 12:08
Kayle

"Decirle a esa arpía avinagrada que quite su estúpido cartel y le devuelva la tienda a su legítima dueña" pensó Kayle con una acidez a la que no estaba acostumbrada.

Ciertamente, había llegado a pensar que Beellana podría no tener nada que ver; Aquella mujer siempre había sido antipática, huraña y más seca que un pan de hace dos días pero muy a su pesar tenía que reconocer que no se le antojaba una persona... lo que se dice, malvada. O era más de lo que aparentaba, o había cambiado de golpe y porrazo, o todo aquello era una casualidad de lo más desagradable.

Ojalá lo supiera, pero no lo sabía.

"Pues claro que no lo sabes, si no, no estarías aquí".

Tras darse cuenta de que estaba reprendiéndose a si misma, suspiró para sus adentros pero entonces el nigromante llamó su atención y lo miró. La pregunta la hizo esbozar media sonrisa.

Si te sirve de algo, yo pensé lo mismo—dijo arqueando las cejas con jocosidad—. Y eso que una vez conocí a un tipo alérgico a la lana que tenía una granja de ovejas...

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12/04/2013, 15:53
Ardreth

-No reconoces al dueño de la otra mitad de la tienda? -se adelantó Ardreth-. Este es Glimgmar el herrero, seguro que Beelana te ha hablado de él. Queremos echar un vistazo y ver que habéis hecho con las cosas de la anterior propietaria porque, como seguro que sabréis, aún hay una investigación abierta al respecto...

El semifata se sorprendió de lo formal y directo que estaba siendo, pero estar lejos del bosque y llevar tanto tiempo dando vueltas por calles llenas de suciedad le estaba agriando el humor.

Notas de juego

Me las he arreglado para poner acentos muy lentamente peor no tengo ni idea de donde narices est'a la interrogaci'on inicial.

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15/04/2013, 22:29
Tabin

Tabin se cruzó de brazos y reposó todo el peso sobre una pierna, a la espera. Aún le faltaba atar un par de cabos para atreverse a intervenir directamente.

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16/04/2013, 00:33
Aramil

A falta de autorizacion para que Satara empiece a buscar, me mantengo espectante y tratando de entretenerlo para que no arme mucho jaleo.

Notas de juego

Doy por hecho que, de camino, hemos ido a buscarlo. Si no es asi lo rectifico en nada y menos.

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16/04/2013, 11:19
Aldo Dreshen

—No, mi señor. Lo siento —se disculpó el tendero—. Hay tantos enanos en Nesmé...

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16/04/2013, 11:20
Bel

—... Y todos son tan parecidos —apostilló Bel con una sonrisilla.

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16/04/2013, 11:21
Aldo Dreshen

El tendero miró a Bel primero con incomprensión y después con horror.

—¡No! Eso no es lo que quería decir. Es sólo que no es buena idea preguntar a cualquier enano que pase si es el dueño ¿no? —explicó rápida y nerviosamente—. Mis disculpas.

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16/04/2013, 11:22
Bel

—Ya te has disculpado dos veces —señaló el nigromante.

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16/04/2013, 11:23
Aldo Dreshen

—Lamento si eso le molesta, mi señor —contestó el tendero, haciendo suspirar a Bel—. Mi nombre es Aldo Dreshen. Sean bienvenidos a El Abrazo de la Sirena. Beellana me habló de vos, señor Glimgmar, pero no me dijo nada acerca de ninguna investigación. Siéntase libres de mirar lo que deseen, están en su casa.

El tendero se quitó el delantal.

—Voy a buscar a la señora. Me dijo que la avisara si su socio regresaba.

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17/04/2013, 13:40
Glimgmar "Tumba-birras"

Que Aramil pusiese sobre la mesa la posibilidad de tomar un trago cuando todo llegase a buen cauce le agradó. Esa era forma de tratarse entre enanos y una forma de animar doblemente a Glimgmar a confiar en que todo iría bien. No necesitaba motivación externa para buscar a Fasber, pero nunca la desdeñaría. Notaba a Ardreth más directo y menos conciliador de lo que erra ya costumbrre, mandarle callar serría como afirmar que no tenía razón y posicionarle en una posición parrecida a la de aquel tal Aldo, perro Ardreth ante todo erra su aprendiz, la relación de poder allí existente erra muy diferrente, guardé silencio ante su justificación, pues no me parreció del todo reprochable. Lo más importante es que había sido justo con la verdad, y aquello erra inspirador.

 - Adelante, compañerrros.

 Ardreth, puedes enseñarles la forja si quierres, segurro que les parrecerrá interresante.

 Tal vez haya algo en la tienda que pueda llamar vuestrrra curriosidad. No crrreo que "ella" - no podía ser despectivo, aunque le hubiese gustado serlo algo más - esté en contrra de realizar alguna venta.

 Aunque no me mostrre demasiado contento con eso. Erra la tienda de Fasber, aunque las ventas las hiciese aquella arrrpía.

 Dejó paso a todos ellos, incluído al animal que acompañaba al druida, no pondría impedimento en que fuese de aquí parra allá, tampoco le importaría que le dejase algún recado a aquella brrruja detrás del mostrador de la tienda.

 - Bueno, está en la naturraleza de algunas personas ocultarle información a otras si creen que eso no es de su incumbencia. - atacó a su ama, suponiendo que erra evidente que aquella mujer no le considerarría tan de fíar como podía aparrentar la situación. - perro que venga - no le detuvo, aquel pobre diablo podía correr a buscarla. - segurro que si quierre verme es algo importante.

 Se adentraría con los demás si ellos lo hacían, ¡y desde luego que estaban en su casa!

Debían ser prudentes, tal vez nada de lo que allí ocurría erra lo que parrecía.