Partida Rol por web

- Te vas a la tumba malnacido, el resto pronto te hará compañía. -

El mercenario intento correr, cubriéndose con el escudo por si alguna puñalada le caía en su huida. Pero la herida le había restado más velocidad de la que realmente creía tener, cuando intentó girarse la cobertura del escudo dejo de ser tan efectiva, ni siquiera logró ver la espada cuando se incrustó en su vientre destrozando sus entrañas en un golpe mortal.

Cayó de rodillas incapaz de sostener su peso, Sion lo miraba con tal desprecio que la escena parecía el desenlace de una enemistad sin precedentes. Un sonoro revés con la mano acabó por derrumbar por completo al mercenario, quedando inmóvil en el suelo mientras la sangre comenzaba a esparcerse.

«¿Por qué no te has ido?» le preguntó cuando el conjuro hizo que el dolor remitiera y el abrazo de Lynn le reconfortó. Con Astucia cerca no tenía miedo, ni necesitaba que nadie la confortara. Pero un abrazo siempre hacía sentirse mejor «Eso ha sido una tontería. Sé que nunca habías experimentado el dolor, y no quería que volvieras a sentirlo. No había ninguna necesidad de que te quedaras, ¡quería protegerte!»

Gabby se mordió el labio, pero no pudo evitar soltar un sollozo que sólo Lynn escuchó. Aunque hablaba con Astucia y quería abrazarlo a él, estrechó a Lynn.

«¡Tonto!»

Astucia se tomó unos segundos antes de responder.

«Yo también» masculló con la voz algo tirante de alguien que "aun le duele el tortazo que acaban de darle" aunque no parecía estar ni enfadado ni asustado «¿Qué clase de vínculo sería este si sólo estuviera contigo en lo bueno y te abandonara cuando lo pasas mal?»

Aquello planteaba una pregunta: ¿Habría sido todo igual de no haber estado él contigo?

Cuando Lynn te oyó sollozar, te frotó la espalda para consolarte. Más serena ahora que te habías curado.

Gabby iba a seguir echándole la bronca, pero dudó un momento. 

«¿Protegerme? ¿Cómo?»

Astucia soltó una risita dolorida.

«¿Comparar la cara de Lynn al estar cerca de ti con la que tenía cuando no lo estaba no te da ninguna pista?»

«Estoy más tranquila y no tengo miedo cuando tú estás cerca, e imagino que Lynn también siente tu presencia» admitió Gabby «Si tú no hubieras estado ahí, estaría cagadita de miedo en la pelea. Pero lo peor había pasado ya. No quería que sufrieses. Te oí gritar antes y me partió el corazón.»

Derek había estado demasiado ocupado defendiéndose con el escudo y la espada de los golpes que le cayeron mientras cubría a su hermana como para preocuparse de las flechas. No fue realmente consciente de que la habían herido hasta que rompieron filas y la escuchó gritar. Lleno de rabia, buscó al arquero, al que el enano le había dado una buena tunda, y le agarró por el cuello. Sin mediar palabra le hundió el puño lleno de metal en la cara y luego golpeó la mesa con su cabeza hasta que no le cupo duda de que le había roto varios huesos de la cara. Luego lo dejó caer allá donde quiso antes de volverse hacia Gabby con el rostro lívido.

-¿Estás bien? No tendrías que haberte alejado...

Por lo que he podido entender, estaba derrotado pero vivo. Espero no haberme equivocado.

Astucia guardó un momento de silencio, como a quien termina de pasársele el sobresalto o como quien simplemente lo último que se espera es que piensen en él. A fin de cuentas, ¿quién más hay en el Velo que se preocupe por seres de naturaleza tan esquiva?

Tenías la impresión de que quería decir algo pero le costase mucho, le costaba tanto que tardó un buen puñado de segundos. Cuando al final lo consiguió te diste cuenta que lo que en realidad pasaba era que se sentía contrariado al darse cuenta de que quería decir aquello.

«Yo podría decirte lo mismo» respondió con algo de torpeza, propia de quien afirma por primera vez algo «Si entre miedo y dolor puedo quitar al menos el miedo, allí estaré»

Se calló de nuevo como quien se asegura de que ha dicho bien lo que pretendía decir, luego añadió:

«Y te prometí que me quedaría contigo. Un espíritu no da su palabra a la ligera»

«Yo... yo sé el sacrificio que supone para ti quedarte conmigo. Sé que no está en tu naturaleza, y sé que luchas contra ella porque quieres hacerlo.» Gabby se emocionó al dar palabras al pensamiento. «Pensaba que el camino de la magia era el más solitario de todos. Que nadie podría querer nunca a una maga. Pero como siempre, he sido una tonta. Gracias por demostrarme que me equivocaba. Ojalá yo también pueda demostrarte en algún momento lo mucho que te quiero.»

Astucia soltó un risita y su tono travieso pareció volver en ese momento.

«Bueno, no todo es tan difícil de acostumbrar... »

Y en ese momento caíste en que el achuchón que te estaba dando Lynn también se lo estaba "llevando" él. El espíritu se percató de tu pensamiento y se echó a reír.

«¡Es broma! ¡Es broma!» se excusó tratando de contener el ataque de hilaridad. Aquella parecía ser su peculiar forma de quitarle hierro al asunto, o de animarte, no lo sabías bien. Entonces agregó ya menos alterado que antes: «Y no eres tonta. Pero de momento me conformo con que no te vuelvan a disparar»

Gabby estrechó por última vez a Lynn antes de apartarse suavemente y dirigirse a su hermano.

—¿No fuiste tú quien me dijiste que me quedara atrás? —le preguntó con una sonrisa serena—. No te preocupes, la sangre es muy escandalosa pero estoy mejor. La herida curará bien y yo tendré una cicatriz de guerrero de la que alardear.

Soltó una risita tonta y se puso de puntillas para depositar un beso en la mejilla de su hermano. La dulzura se ausentó de su rostro para formar un gesto mucho más resuelto. Se arremangó las mangas de la túnica como una panadera que se prepara para amasar el pan.

«Mi túnica nueva» se dijo a si misma «No han pasado ni un par de días desde que la tengo y ya tiene más manchas de sangre que el delantal de un carnicero.» ¿Un par de días? Le parecían meses.

—¿Quién está herido? ¿Quién necesita mis atenciones? —preguntó, sin importarle demasiado que fueran aliados o enemigos. Su mirada tropezó con Nolan y sus labios se fruncieron en un gesto que sin saberlo, había copiado a Wynne. Le dijo: — Después tengo que hablar contigo.

La palabra "jovencito" flotó en el aire sin llegar a ser pronunciada, pero el tono de reproche era evidente. En opinión de Gabby habían empezado una pelea por una soberana tontería, y Nolan tenía tanta culpa como los mercenarios por haber caído en las provocaciones. Había muerto una persona, y podría haber sido mucho, mucho peor.

Se estremeció al recordar cómo Sion había despachado al mercenario con sangre fría, y cómo su hermano le había partido la cara al arquero que le había disparado. ¿Es que Thedas se había vuelto tan duro, frío, e insensible que no había lugar para el perdón, la misericordia y la compasión? 

Movida por un nuevo impulso, se acercó al arquero que le había disparado la flecha y se acuclilló junto a él. El hombre aún se retorcía en agonía, aniquilado por el dolor de los huesos partidos. La sangre le manaba de la nariz a borbotones. Derek se la había roto. 

—¿Quieres que te cure eso? —le preguntó.

Quizá así enseñaría una lección a todos los presentes.

«Quien tenga oídos, que oiga.»

Nolan hundió los hombros mientras murmuraba algo negando con la cabeza. El orlesiano no dijo nada al respecto sobre las heridas ni celebró victoria alguna, se limitó a limpiarla hoja de la espada (en un trozo de tela que sacó del bolsillo, no en la ropa del enemigo, curiosamente)

—¡Nolan!

Balaena saltó de detrás de la mesa y corrió hacia el guerrero.

El orlesiano envainó y rápidamente cambio el gesto, sonriendo para quitarle importancia la asunto.

—No pasa nada, estoy... —en cuanto Balaena llegó a su lado, en lugar de un abrazo o algo así, le dio tal bofetón que lo hizo girar sobre un pie en el sitio. El orlesiano abrió los ojos redondos como dos platos y levantó ambas manos en dramático gesto de huida—. ¡SOCORRO! ¡Mujer furiosa a la vista!

—¡Deja de hacer el payaso!—protestó Balaena hincando los puños en las caderas y dirigiéndole un profundo ceño reprobatorio cuando vio que Nolan cogía un taburete y se ocultaba tras él como quien pretende mantener a raya a un león.

—Hacedor, eres, eres... —gesticuló con las dos manos trazando círculos como si no encontrara la palabra hasta que al final soltó:—. ¡Eres un completo idiota!

—¡Eh, que intentaba protegerte!—alegó el orlesiano entre desconcertado y cauteloso—. Sabes que le...

—¡Ya lo sé!—interrumpió la muchacha—. ¿Y tú qué?

Nolan en un principio pareció entender algo entre lineas, algo que le hizo desviar ligeramente la vista con una punzada de remordimiento. Pero entonces pareció caer en la cuenta de un detalle y volvió a esbozar el inocente gesto confuso de antes, bajando un poco el taburete.

—Espera. A ver si me entero. ¿Estás preocupada o estás enfadada?

Balaena emitió un bufido exasperado y el orlesaino volvió a levantar el taburete en silenciosa captación del mensaje de cerrar el pico.

Según se mirase la escena era hasta cómica.

«Me alegra comprobar que no era yo el único aquí que se hacía esa pregunta... »

Lynn todavía se andaba sacudiendo el susto de encima; aunque estaba curada, tenía el hombro empapado de sangre y no daba la impresión de hacerle especial gracia. No obstante, algunas de las acciones de los presentes parecían hacerle todavía menos gracia.

—¿Era necesario eso?—preguntó mirando a Sion con el ceño ligeramente fruncido.

El mercenario en el suelo gruñía tratando de responderle a Gabrielle al parecer.

Derek: Sí, el único mercenario muerto es el que se ha cargado Sion. Los demás están vivos pero hechos harina.