Partida Rol por web

Hacia ya mas de un mes que llevabas en la colonia minera de Zhurant. Al principio había estado bien, con la continua llegada de carretas de los Reinos con sus correspondientes mercaderes y mercenarios que protegían las caravanas, siempre había algo nuevo que ver y mucho dinero en movimiento.

Ahora hace ya días que se marcho al sur la última caravana, dejando la colonia medio vacía. Tan solo han quedado los mineros, algunos don sus familias, un par de centenares de enanos y los guardias de la colonia. Y aunque los enanos son bastante ruidosos, como todos los anteriores se pasan el día trabajando.

Por si fuera poco, cada vez hace mas frío, y a tu menuda constitución nunca le ha venido bien el frío. En estos momentos estan tomando algo en la Posada donde te encuentras alojada "El Brillante Norte" una posada lo suficientemente grande como para alojar a mas de 100 comensales en sus 30 mesas redondas, pero que ahora salvo por tu presencia, y una decena de guardias, a los cuales sabes que no es buena idea acercarse por tu apego por lo ajeno, esta totalmente desierta.

Esto se vuelve cada vez mas aburrido, la multitud donde se podría perder desapercibida ya no existe. Con la llegada del invierno los mercaderes se marchan de la mina y regresarán con el buen tiempo, en primavera.
Se acordó que cuando viajaba con sus padres tenían el mismo plan de viaje.
Los que quedaron no son de su interés. No suele aprovecharse de gente que trabaja duro, prefiere a los negociantes que siempre piensan que pueden engañar a todo el mundo.
Byali esta alojada en el "El Brillante Norte", una de las posadas con gran aforo, allí podría deslizarse entre la gente sin ser notada, pero ahora se encuentra vacía. Solo hay unos cuantos tristes comensales y esos son guardias.
Byali se esta mordiendo los labios al acordarse de que ase unos días cogió un par de zafiros. Un escalofrío recorrió su espalda, en parte por el frío, pero también por la adrenalina que le acelera el ritmo cardiaco. No es la primera vez que se le pega a la mano algo que no es suyo, pero ahora las posibilidades de ser descubierta son mayores.
Es mejor alejar tales pensamientos de la cabeza y pensar en el menú del día, le apetece pedir algo caliente y sabroso, que le quite el frío del cuerpo.

La única camarera que trabaja hoy, una mujer algo rellenita de cabello negro que ya ha pasado de los 30 años, y que tras haber comido aquí tantos días sabes que es la mujer de uno de los mineros, se acerca a tu mesa a preguntarte que desea comer.

La mujer que responde al nombre de Lild, espera tu respuesta seria y educadamente, aunque notas que no siente mucha simpatía por ti.

(sobre la hora... es media tarde, la 17 o así. O bien estas comiendo tarde porque te despistaste o tenias cosas que hacer, o cenando temprano.)

Hoy, como de costumbre, bajó temprano a cenar. Le gusta llegar antes que los demás para poder fijarse, desde su rincón, en todos los detalles. Puede que ya no sea necesario, cada vez menos gente vendrá a cenar.
Mientras mira la carta para elegir lo que mas le apetezca, se da cuenta que la camarera que la atenderá hoy es Lidl. Pazzo nunca podría llevar una vida como aquella mujer. Estar casada y tener un trabajo diario, ella es una mujer libre, lleva mucho tiempo sola y siempre hace lo que quiere.
Esta mujer nunca se ha rendido a mis encantos! Que le pasara? Mientras la ve acercándose le enseña su bonita sonrisa y con voz dulce le dice:
Hola Lidl, que tal estas? Ya puedes tomarte esto con mas calma ahora que quedamos tan pocos por aquí.
Que tal si me traes un plato de esos ricos que solo tu preparas? le hubiera gustado algo ligero y caliente, una sopa seria genial, pero pensó que así ganaría la simpatía de aquella mujer.
Tu marido trabaja en la mina, no? Que bien que estáis juntos!
Byali sabe lo importante de llevarse bien con todo el mundo, hacer conversación con la pobre mujer no le cuesta nada. Mientras la miraba se preguntaba donde estaría ella dentro de diez años? Seguramente que no en un sitio como este y de ninguna manera casada.

Lidl hace el amago de una sonrisa, aunque después te responde bastante borde:

- Bastante tengo con servir la barra y las mesas como para encima para ponerme a cocinar guapa, para eso ya esta Maese Voer.... - Luego hace una pausa - Veré que puedo traer que sea de tu agrado chiquilla. - Y tras esto se da media vuelta y entra en la cocina.

Vuelve al rato, con un plato de sopa de pan y ajo caliente y de segundo un buen trozo de carne con guarnición de patatas y guisantes. Para beber te trae agua.

- Espero que te lo comas todo, dice señalando el plato, con ese cuerpo que tienes pareces famelica...

Después de que la camarera marcho a traerle la comida, Pazzo empezó a pensar en su futuro. Se había quedado demasiado tiempo en ese lugar. Donde debería irse a partir de ahora? Echaba de menos a sus padres pero le quedaba demasiado lejos irse desde ahí directamente hacia su casa. Estaba pensando en que sitios podría visitar de camino. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la camarera que ha vuelto con la bandeja llena.
Lidl le ha traído un plato de sopa de pan y ajo que le hace boca agua.
Esto huele riquísimo dice la joven Pazzo mientras le sonríe con satisfacción a Lidl. Mirando con curiosidad en la bandeja que le trae nota el plato con carne y guarnición. Mmm me estas mimando mucho hoy. La comida viene acompañada con agua, justo como a ella le gusta.
Sin perder mas tiempo, la joven empieza a disfrutar de su comida. Aunque parece muy delgada suele comer mucho, le hace falta energía para los largos viajes que da por el lugar. Le gusta saber cualquier rincón o callejón. Nunca se sabe cuando le hará falta usar algún sitio para esconderse.
Se toma con calma en comer todo aquello despacio, le gusta observar y se disimula mejor si tiene algo delante.
La comida estaba rica pero siempre piensa en los platos que le preparaba su abuela. Mientras sigue comiendo le vuelven los recuerdos de su feliz infancia.

La Posada "El Brillante Norte" es una inmensa posada de tres pisos (planta baja y dos superiores)construida a base de piedra y pizarra para el tejado. Aparte del edificio principal cuenta con un enorme establo, mas grande que muchas posadas que habéis visto con anterioridad (los O´shar no, por supuesto... ellos nunca han visto ni una casa, menos una posada)

Tal vez el primer sitio a donde dirigiros es el establo. Os sorprende ver lo vació que esta este. Apenas dos yeguas que comen tranquilamente en habitáculos separados. (no veis ningún encargado o chico de los establos para dejarles los caballos)

Una vez transpasáis las puertas que conducen al interior de la posada, (Udokal casi no entra por la puerta y Keloa roza con el marco de la muerta) veis una gran sala, con capacidad para al menos 100 comensales en sus 30 mesas redondas y una larga y pulida barra de castaño.

La posada aunque vacía, no lo esta tanto como el establo: Una decena de guardias repartidos en dos mesas beben y charlan tranquilamente, y una pequeña jovencita en una mesa bastante alejada del anterior come tranquilamente cerca de una de las tres chimeneas encendidas que calientan el ambiente.

Una regordeta camarera de mediana edad, cabello negro recogido en una trenza es la unica encargada que veis en estos momentos de la sala.

Todos se quedan un tanto sorprendidos al veros entrar, un grupo tan variopinto, las miradas se fijan sobre todo el Aeryn y los dos Oshar.

Pazzo come tranquilamente de su sopa, al lado de la chimenea empezó a calentarse. Lleva unos pantalones de color verde oscuro, un poco anchos, una camisa verde pálido, un chaleco negro y va calzada con unas botas suaves y bajas de color negro, los pies, al estar sentada, no llegan al suelo. En la silla le cuelga un abrigo negro. Es bastante baja y delgada pero los ojos verdes que tiene no dejan de mirar con muchos interés a los que acaban de entrar por la puerta. Su pelo castaño, que suele llevar suelto, esta recogido en una trenza a la derecha que aun así le llega casi a la cintura.
Suele observar todo lo que pasa al rededor sin que nadie se entere, pero esta vez hasta la cuchara de la mano casi se le cae en el plato. A visto mucha gente en su vida pero los nuevos clientes de la posada destacan muchísimo. Había oído hablar de tales razas humanas pero nunca tuvo la oportunidad de ver a ninguno.
Los de estatura normal pasan casi desapercibidos pero la que mas atrae su interés es la rubia. La armadura que lleva puede ser de oro, sera muy rica si esta así vestida. Los pelirrojos casi no entran por la puerta, pero seguro que no saben lo que es el dinero. Es curioso que están en unas condiciones lamentables, se puede notar hasta un cierto olor suciedad, seguro sera por el largo camino que hay hasta la mina. Mas curioso es que los menos sucios son los grandullones, se suponía que son bárbaros. Porque esta tan raro vestida la O'shar?
Muchas preguntas pasan por la cabeza de Pazzo. En tiempo récord ya se enterara de todo, siempre lo hace.

Udokal siguió por inercia a sus compañeros a la "posada". No entendía muy bien lo que era aquello pues los O'Shar carecían de ningún concepto parecido en sus tribus. En toda la colonia no había ni una sola tienda, así que llegó a la conclusión que los pequeños humanos vivían dentro de aquellas construcciones hechas de piedra, algunas más grandes y otras más pequeñas, aunque ninguna parecía estar preparada para recibir a un O'Shar como comprobó cuando tuvo que agacharse para entrar dentro de la sala de la posada. Como había sido habitual hasta ese momento, todas las miradas se dirigieron a ellos y a Aeryn. Por alguna razón que se le escapaba la mujer rubia atraía tanto la atención como ellos, aunque fijándose bien tanto su aspecto como su altura diferían bastante del resto de ellos.
Observó la sala al entrar. Parecía un lugar para comer, al menos es lo que hacían todos los que se encontraban allí dentro: unos hombres armados de la guardia y una muchacha sentada en un rincón lejano.
Se dirigió a Aeryn, por el camino había estado pensando en que hacer allí en la colonia, pero necesitaría la ayuda de la mujer pues era la única que sabía hablar algo de su idioma.

-Necesito pedirte ayuda de nuevo. Querría hablar con el jefe de la colonia y tu eres la única que puede ayudar a que nos entendamos.

Ni siquiera podría preguntar a nadie por él porque no le entenderían. Udokal pensó que si en lugar de una colonia humana se tratara de un poblado O'Shar, lo primero que hubieran hecho sería buscar al jefe de la tribu y explicarle lo que había pasado. Seguramente el jefe los acogería como dos nuevos miembros de la tribu. Pero Udokal no tenía ninguna intención de quedarse en aquella extraña colonia, tan solo pretendía obtener algo de ayuda para poder continuar su viaje.

Keloa sigue al resto del grupo, observando con disimulo cada lugar por el que pasaban. Era todo tan extraño que hasta ella, que nunca se inmutaba por nada, tenia curiosidad. Algo que llama su atención es la incoherencia de que desde el exterior, aquella construcción en la que entraban pareciera tan grande y, una vez dentro, el techo no estuviera más alejado de su cabeza que un par de palmos. ¿Donde estaba todo el espacio que faltaba?

No presta atención a quienes la observan. Sabe perfectamente que tanto ella como Udokal, llaman la atención en un lugar así, pero para ella, envuelta en su capa de piel de lobo y con su larga cabellera rojo sangre sin peinar, aquellos humanos no significaban absolutamente nada. Así que tampoco tenía ningún tipo de interés en ellos.

Una vez tranquilos en el interior, la pregunta de Udokal vuelve a su cabeza. "¿Qué hacemos?" La respuesta, sin embargo, se niega a aparecer. ¿Qué iban a hacer allí? Si esto hubiera sido una de sus tribus, habrían sido tratados con respeto y habrían recibido toda la ayuda necesaria sin tener que pedirla. Aquí en cambio parecía que nadie era bienvenido, excepto la pequeña humana que hacía magia sanadora. ¿Cómo iban a conseguir ropas y armas adecuadas en aquel lugar? ¿Cómo iban a pasar la noche? La carne de lobo la tenía toda el pequeño humano al que se llevaron. ¿La dejarían salir para cazar algo y volver a entrar?

A pesar de lo perdida que se encontraba, Udokal encontró la solución con facilidad. Hablar con su líder. Algo un tanto difícil para ellos también... Quizá habría sido más fácil seguir hacia el sur buscando otra colonia O'Shar. Los pieles verdes, al fin y al cabo, eran más fáciles de tratar.

ya, me lo dijo trus en el trabajo pero ya era tarde para cambiarlo. Pensaba hacer lo que tu dices pero no me quedo mas tiempo esta mañana antes de salir a trabajar. Allá voy...

Pazzo no aguanto mucho mas tiempo sentada en la silla. En cuanto oyó al gigante pelirrojo hablar salto de la silla y se dirigió hacia el extraño grupo.
Bienvenidos a este lugar olvidado! Perdonad mi curiosidad, pero no tengo todos los días la oportunidad de poder ver gente como ustedes. Sonríe amigablemente mientras habla con los O'shar. Ella entendía el idioma en el que hablo el grandullón y enseguida se dio a conocer. Me pueden llamar Pazzo y trabajo de traductora es este lugar.
Después se aleja unos pasos y empieza a dar vueltas al pelirrojo. La ropa que llevas debe de ser típica de donde vienes no, he oído que usáis pieles de animales para hacer vuestra armadura pero no, nunca jamas he visto algo así. Impresionante!
Después se vuelve a acercar y le toca la ropa al pelirrojo. No tarda mucho en fijarse en su compañera y empezó a tocarle el pelo. Tu pelo es... es... no se como describirlo. Sabia que tenéis el pelo de color rojo fuerte pero verlo es... Era raro que la pequeña Pazzo no encontrara palabras para describir aquello, ella siempre sabia lo que decir. Que sois hermanos? se que en vuestra comunidad la gente no se casa. Porque vas vestida así?
Los ojos de Pazzo se pusieron como platos cuando se acerco a la rubia. No se muy bien de donde vienes tu, pero estas muy guapa y tu armadura esta obrada con mucha maestría. Empieza a dar vueltas a la chica y le levanta las manos para poder ver mejor los detalles. Debes de venir de una familia muy adinerada y de clase alta. Aunque la chica estaba bastante descuidada no olía tan mal. Bueno, si me necesitas para algo no dudes en contratarme guapa. Le dice mientras le guiña el ojo y sin dejar de sonreír.
El ultimo que atrajo su atención era un moreno, bastante mas bajo que los otros tres, pero mucho mas alto que ella, este si que olía muy mal. La armadura que llevaba tenia un símbolo que reconoció enseguida. No era la primera vez que veía un guerrero Sagrado de Ihvist. Pero no dejaba de preguntarse que hacia allí?.
Buenas tardes, no se muy bien en que idioma hablas tu pero no creo que es el mismo que los grandes. Pazzo seguía sonriendo y su voz sonaba mas amable que nunca. Cambio el idioma a uno común en esas tierras. El chico tenia rasgos normales pero aun así tenia un cierto atractivo. Sabia que los Hijos de Ihvist tenían todas sus necesidades cubiertas, así que tanto el como la rubia no andarían muy mal de dinero.
Se vuelve a alejar unos pasos y mirando hacia arriba: Que buscáis aquí? Sabia muy bien que nadie venia a ese lugar por gusto.

Bue... buenas tardes. Si me disculpa...-y se alejó de la ruidosa lugareña.

Las miradas se hicieron incómodas, aunque no era Phey el centro de atención. Aprovechó eso para acercarse a la camarera con trenza.

Muy buenas. ¿Podrían preparar cuatro baños...?-se dirigió a Aeryn haciendo una pausa-Aeryn, pregúntales a los Oshar si también se van a duchar-y retomó la conversación-. Mínimo dos baños. No corre prisa.

Realmente sí corría prisa. El olor fue in crescendo a lo largo del viaje, pero a pesar de lo paulatinamente que llegó, a estas alturas hasta Phey se había dado cuenta. Pero estando en temporada baja, no era justo pedirle a la mujer más. Ya tenía bastante atendiendo a una docena de personas ella sola.

Además, para tener audiencia con Lord Heinnvart era indispensable no oler mal.