Partida Rol por web

Saludo con la manita a Orfen.

-¡Hola de nuevo!

Sin levantarse de su saco de dormir, Specullo lanzó una pregunta sin desviar su mirada del cielo estrellado.

- Yo tengo una. Nos persigue el ejército de Leidreran, ¿verdad? Como imagino que sabréis, todo el pais tiene una, por así decirlo, estrecha relación con los Jueces. Si vamos a usar las grietas para viajar, ¿los solados que nos buscan están tan motivados como para seguirnos a través de los mundos, o lo que tenéis con ellos es una... - hizo una pausa para encontrar las palabras - ...riña más local?

Fausto está dormido y no se entera de nada. Parece que empieza a tener una pesadilla por el movimiento en su saco de dormir hasta que escucháis una ventosidad monstruosa seguida de un olor nauseabundo.

-Agh...Creo que me he ensuciado entero.- Comenta en sueños mientras sigue durmiendo.

Entre toses y arcadas contesto a Specullo.

-Digamos que estábamos con un gaet'za que le gustaba invocar tormentas. Como puedes imaginar eso llama bastante la atención y fue el motivo del conflicto con los soldados. Así, si tenemos suerte irán a por él y nuestra riña se quedará como algo local. Si no... bueno, podrían perseguirnos.

- Si, de momento no tenemos noticia de que nuestros últimos días hayan alcanzado oidos de los jueces.

- Anotado, La sierpe Verde en Yzravil. Orphen nos interesa saber también cual es el portal de salida de Korst.

-La sierpe Verde. Muy fácil... Hasta que se complique- digo en mitad de un gran bostezo que deja ver dos hileras de blancos colmillos -No creo que  Leidreran nos siga más allá del portal... Aún les queda mucho que "pacificar" - añado con especial énfasis en la última palabra. - Necesitarán de todos sus cobardes soldados

"El portal del oeste." - Responde Orfen a Tánathil. - "Una vez consigáis el libro tenéis que moveros velozmente a ese lugar. Está bastante lejos de Yzravil, una semana como mínimo. El equipo que está allí ya se habrá ocupado de vuestra huida, no os preocupéis. En cuanto a Leidreran... debéis desplazaros rápidamente hasta el portal, por ahora lleváis ventaja, no se ha esparcido ninguna noticia. Confío en que Drotir os lleve de forma segura y rápida por las montañas. Dudo que os persigan más allá de Azur, la situación general no amerita mucho que os persigan por los mundos. Como mucho darán un aviso a los jueces, y estos tardarán bastante en marcaros como criminales. Aun así dudo que os persigan."

Specullo, ya con los ojos cerrados, intervino por última vez antes de entregarse a lo que esperaba fuese un reparador sueño.
- Entonces, resumiendo: Drotir nos llevará mañana hasta el portal de Leidreran por el camino de las montañas. Al atravesarlo, llegaremos a Korst y de ahí caminaremos unas horas hasta la Sirpe Verde de Yzravil para encontrarnos con tus contactos. ¿Cómo les reconoceremos?

"Exacto." - Dice Orfen cuando Specullo termina de rememorar el plan. - "Cuando entréis a la taberna ellos os reconocerán. No os preocupéis por eso."

- Pues claro, pocos gnomos hay con esta cara - sonrió - este pelo... espero que haya alguna hermosa jovencita con la que poder tomar una bue... una buena pinta de cerveza especiada en esa tabern...

Sus propios ronquidos le interrumpieron. Specullo estaba muy acostumbrado a dormir al aire libre.

Una vez todo acordado os despedís de Orfen y os vais a dormir; os queda un largo viaje.

Al día siguiente la caravana remonta el camino. Según vais avanzando más, observáis una gran cantidad de pueblos arrasados, grandes columnas de humo se extienden y cubren el cielo.

La guerra se ha cobrado muchas vidas y no hace distinción entre militares o civiles. Escucháis a los mercenarios del carro que tenéis más cercano mencionar que esto lo han hecho los rebeldes de Veran, aunque otro le dice que ha oido rumores de que ha sido la misma Leidreran, nada parece claro.

De vez en cuando alguna patrulla de Leidreran pasa cerca vuestra; el sendero está muy vigilado. Estos escoltan a los que parecen ser aquellos que vivian en las aldeas arrasadas, alguno incluso tiene las manos atadas. Están llenos de polvo y hollín, producto de un incendio, además de encontrarse en un estado lamentable.

Aun así poco podéis hacer por ellos. La caravana continua con algo más de rapidez; a nadie le gusta este sitio.

Después de unos días, Drotir decide que es el momento de tomar el atajo. Separándose de la caravana, se dirige al sur, a la montañas. Al principio no parecía haber nada durante horas, ni si quiera un camino, pero ya a la tarde os encauzais en una ruta a través de los altos picos.

Tardáis unos cinco días en cruzar las montañas, pero finalmente las dejáis atrás sin haber sufrido ningun percance gracias al excelente manejo de Drotir y su capacidad para orientarse.

Tras otros tres días, llegáis a Meridian al mediodía.

La ciudad se ve enorme desde el exterior. Multitud de carros salen y entran de la gigantesca puerta. Entráis sin mucho problema, los guardias revisan quienes sois y qué lleváis, al parecer las noticias aún no han llegado a la capital.

La ciudad tiene de todo: tabernas, herrerías, carpinterías, prostibulos, tiendas de magia... 

No existe el silencio, pues hay movimiento por todos lados; niños corriendo, comerciantes ofreciendo sus productos y gente hablando, entre otras cosas.

Drotir estaciona el carro en la primera taberna que ve y lo amarra bien.

"Bien drugi, escuchadme..." - Dice el enano con gesto serio. - "Es una ciudad muy grande, con multitud de cosas que hacer. No sabemos cuanto tiempo tenemos, por lo que haced vuestras compras lo más rapido posible y reunámonos de nuevo aquí. El portal está abierto a todas horas, por lo que no importa si se hace de noche. Lo que si os pido es que tengáis cuidado, en esta ciudad los problemas aparecen de un momento a otro, como esa vez que mi primo Boldogi fue a mear y le asaltaron de repente veinte bandidos... en fin, id con precaución, intentemos estar el menor tiempo posible aquí. Y por cierto, ya he cogido mi parte. En el cofre quedan 400 monedas." - Comenta señalando una bolsa que tiene donde abultan muchas monedas.

Una vez dicho esto, el enano se va a la taberna a gastar su dinero. Sin dudarlo vais a la parte trasera del carro y abrís el cofre; como bien os ha dicho, quedan 400 monedas.

-Agh, malditas ciudades. No me dejan dormir por su ruido. Es medio día ugh- Fausto bastante dolorido al estar varios días en la caravana consigue con mucho esfuerzo salir de ella apoyándose en su callado.

Os mira y dice -Voy a la taberna, a joderme el hígado bebiendo. A ver si me muero de una jodida vez y no tengo que aguantar este dolor de huesos- con decisión se acerca a la primera taberna que encuentre.

- Elijamos sabiamente lo que nos conviene comprar, yo ahora solo porto una protección de cuero y aunque no podré cargar con una armadura de verdad quizá pueda encontrar algo mejorable.

Lestar, tu deberías abastecerte bien de recursos para pociones, quizá podamos comprar algunas ya preparadasincluso.

Specullo se acercó a Lestar y Tánathil.

- Yo también he de comprar objetos mágicos, ¿vamos juntos? - propuso - Nunca había estado aquí, pero hasta en Ostravia se sabe que en el distrito comercial de Meridian se puede encontrar cualquier cosa.

Me dirijo al carro para repartir el dinero.

-Me parece buena idea Tánathil. Además podríamos mirar como dice Specullo a ver si venden objetos mágicos. Por cierto... Drotir dijo que a su primo le asaltaron 20 bandidos, ¿no? Deberíamos ir juntos, por si acaso...

Entras en la mis taberna que está Drotir.

El rudio del interior es algo menor que el de la ensordecedora ciudad, lo suficiente para que no te piten los oidos.

Entre el bullicio de gente escuchas la voz de Drotir, que te habla desde una silla bastante lejana, su ronca voz supera la de los demás clientes.

"Eh, Fausto! ¡Sientate aquí conmigo olozdrugi!"

Aburrido por el parloteo del grupo me muevo con el mayor sigilo posible a la parte de atrás del carro, con la intención de sustraer la suma de 150 monedas de oro que entiendo, me corresponden por los servicios prestados.

"Yo también necesito comprar cosas, Alguna que otra cosa para pociones no vendría mal" Digo acercándome a Lestar, Specullo y Tánathil