Partida Rol por web

Parecen normales.

Suspiro y me dirijo de vuelta al carro. Los niños no son mi fuerte. Al pasar al lado del elfo le susurro unas palabras y me subo al carro.

Susurro en élfico "Echa un ojo a los bolsillos de nuestro nuevo compañero gnomo, tú que seguramente tengas mejores ojos, a ver si te parecen abultados."

En el carro con disimulo saco mi daga y, tras hacerme un pequeño corte superficial en la palma de la mano, uso el hechizo revelar lo oculto. Después saco un trozo de venda y me vendo la mano.

La herida escuece un poco, pero consigues vendartela.

Manchas el cofre y los barriles donde van los viveres con tu sangre, incluso las paredes. No hay ilusión alguna.

Abro el cofre para inspeccionar su contenido.

Si abres el cofre y otra persona usa su turno para ir al carro... puede haber un malentendido.

- Caramba, un empleado exigente, ¿eh...? - digo sonriente - No pasa nada, si alguien no quiere participar se puede marchar, no obstante si alguno os quedáis: la recompensa de todos será para ella o él... ¿qué decís? ¿quién quiere ayudar? - propongo con buen humor a los pequeños, ignorando con la mirada al grande.

Los niños se mantienen firmes... quince monedas o nada.

- Lamento que no sepan hacer mejores negocios, vuesas mercedes - hago un gesto elegante de saludo con la mano - si nos disculpan seguiremos con nuestros quehaceres.

Vuelvo a atender el asunto de la caravana.

Los niños hacen una pedorreta e incluso alguno llama a Tanathil "cabrón de orejas puntiagudas" antes de salir corriendo por los guardias que acaban de aparecer patrullando las calles.

Todos vais de nuevo al carro. Lestar está dentro, vendándose la mano. Las paredes, el cofre y los barriles con comida estan manchados de un poco de sangre.

Justo terminando de vendarte, aparecen Krythos, Tánathil y Specullo. Estos observan la sangre que has dejado por el hechizo.

Por poder, puede haberlo escondido en su bolsa, la cuál está muy abultada. Pero no escuchas monedas en su mochila.

-Ahora lo limpio -digo con una sonrisita. En cuanto termine de vendarme voy a abrir el cofre para observar su contenido. 

"¡Jajajaja! Relajate, ya me encargo yo."

Drotir pide la botella del licor más fuerte que tenga e inmediatamente os lo traen.

El enano paga por adelantado y te sirve un vaso bien cargado del licor. - "No es que yo te siga, anciano... has entrado en la misma taberna que yo. Pero bueno, es mejor estar en compañía. ¡Brindemos por haber llegado sanos y salvos a Meridian!"

Lestar limpia como puede la sangre. No tiene ningun trapo humedo ni nada para quitar las manchas asi que su trabajo es bastante inefectivo. Después abre el cofre delante de todos.

Hay muchas menos monedas de las que debería, menos de 200.

Muevo con cuidado las monedas para examinar el fondo del cofre.

-¿Han dicho algo los niños?

Mientras espero una respuesta, busco por si hubiera una trampilla o salida que no hubiesemos visto antes.

- Voy a ver a Fausto, igual él ha cogido algo de más - anunció Specullo entrando en la taberna. Una vez dentro, buscó desde la entrada al anciano.

"¿Que te ha pasado Lestar?" Digo con curiosidad mientras me acerco al gnomo

- Es un hechizo para eliminar ilusiones. Me lo enseñó un... amigo.