Partida Rol por web

Shyam saltó al tiempo que el dragón caía, tocando tierra con un movimiento firme y elegante. Estiró la manga de su camisa  para limpiarse el rostro de sudor y sangre, y después la espada antes de envainarla.

-Deberíamos movernos, sí. ¿Hay alguien herido? -preguntó, echando un vistazo a sus compañeros y abriendo los ojos más de lo normal al reconocer a Van Doren con aquella forma.

Calandra dejó la espada donde la había clavado y descendió a trompicones hasta el avión, soltando palabrotas y maldiciones. Se sentó encima del sujetador de Van Doren, sin darse cuenta de que su amiga ya no estaba, y entre quejidos y juramentos empezó a examinar su quemadura sin tener ni idea de lo que hacía, y a punto de desmayarse de la impresión al ver su piel, su carne y sus pantalones nuevos quemados.

Van Doren estiró las patas delanteras para elevar un poco el cuerpo y poder a Shyam con sus ocho ojos, aunque solo cuatro funcionaban como debían con aquella luz. No podía ni hablar ni asentir, así que se quedó ahí, mirando, disfrutando de la victoria en silencio. Casi se podía decir que el brillo de sus ocho ojos vibraba de alegría y gozo.

Mientras tanto en el mundo animal:

-¡Bastardos vainilla! ¡¿Yo para qué me convierto?! Y ahora que, me voy a pasar el resto de mi vida transformada en araña. ¡Qué bonito! Ese dragón era de mi propiedad... ¡Y Silveth también! ¿Es que aquí nadie me va a dejar hacer nada? Oh, ahora os estoy odiando mucho. Tu no me mires así, Shyam, que te estoy v... Madre mía que feo eres, me entran ganas de vomitar. Menos mal que nadie me está sintonizando...

-Yo, por si acaso, iría subiendo al avión -dijo la piloto. Se sentó a los mandos y arrancó el motor. Las hélices empezaron a rotar, cada vez más rápido. Una vez a bordo, habiéndose abrochado los cinturones y agarrado sus pertenencias, Amelia aceleró el aparato, que ganó velocidad por la pista improvisada, hasta que levantó el vuelo. Las alas vibraron peligrosamente mientras el avión aumentaba la altura.

Las nubes que atravesaron eran de algodón auténtico: tuvieron que apartarlo para poder ver el paisaje de arena y adoquines rojos y setas y aún así les dejó hilillos en la ropa hasta que se deshizo del todo.

Mientras sobrevolaban el Ensueño Lejano camino del Profundo, Ashantii se volvió hacia Nadim algo preocupado.

-Tengo que confiarte una cosa. No quiero ser alarmista, pero cuanto más nos adentramos en el Ensueño más confuso me siento. No estoy seguro de que la Fuente de la Vida sea como creía...

Mientras sobrevolaban el Ensueño Lejano camino del Profundo, Ashantii se volvió hacia Nadim algo preocupado.

-Tengo que confiarte una cosa. No quiero ser alarmista, pero cuanto más nos adentramos en el Ensueño más confuso me siento. No estoy seguro de que la Fuente de la Vida sea como creía...

Tras comprobar el equipo, Shyam montó en el avión lo más cerca posible de la piloto. Acababan de derrotar a un dragón, y aunque no dijo nada al respecto se sentía maravillado por semejante hazaña, algo que esperaba no olvidar. Incluso su mal humor se había disipado gracias al subidón de adrenalina, y aunque eso no hizo que se volviese más sociable para con sus compañeros dejó de ladrar órdenes y mirarlos como si fuesen absolutamente prescindibles. Aún quedaba algo del Shyam afable y caballeroso que todos conocían.

Suspiró con cierta nostalgia y apoyó el brazo en el borde, observando el paisaje que quedaba a sus pies. Ya faltaba poco.

Nadim observaba el cielo con los ojos abiertos de par en par, e incluso se atrevía a rozar las nubes de vez en cuando con sus manos, riendo divertido cuando los rastros de estas se entrelazaban en sus dedos. Su humor parecía haber mejorado progresivamente desde que llegaron a la playa, y se mostraba más parlanchín que de costumbre. En cierto punto del viaje comenzó a hablar con su mentor sin alzar mucho la voz, quizás para tratar algunos asuntos privados

Cuando las palabras de Ashantii taladraron su mente, Nadim no pudo hacer nada más que mirarle con expresión neutra y ladear su cabeza. A esas alturas, el hecho de su enfermedad comenzaba a parecerse a algo etéreo y lejano, como la promesa de una pesadilla que nunca llegas a tener. Aquella vuelta a la realidad, sin embargo, terminó de asentar su cabeza frente a la excitación del momento

¿A qué te refieres? ¿Crees que no puede curar...?

No terminó la frase

Silveth corrió hacia el horizonte intentando salvar a sus amigos. Estaba a unos diez minutos de donde habían aterrizado, pero el rugido del motor y el avión alejándose le hizo darse cuenta de que se habían marchado. Sin él.

-Las aguas pueden curar toda dolencia física, eso no es mentira -dijo-. Pero no sé si va a ser tan fácil. Recuerdo haberlas bebido, pero todo se va volviendo más difuso, como un sueño vívido que se pierde al despertar. En lugar de volverse más claro, como debería, me cuesta más distinguir la realidad de la fantasía. Quizá no fuese en esta vida, Nadim... -Su rostro palideció-. Quizá, después de todo, aún esté enfermo y no lo sepa. No quiero decirlo en alto por si acaso se cumple, pero... -Su mirada lo decía todo-. Si las encontramos ahora y bebemos, estaremos seguros. Pero algo me dice que las Aguas no son gratis y que no será tan fácil conseguirlas... o merecerlas.

-¿A qué te refieres? ¿Crees que no puede curar...? -preguntó Nadim.

-Las aguas pueden curar toda dolencia física, eso no es mentira -dijo Ashantii-. Pero no sé si va a ser tan fácil. Recuerdo haberlas bebido, pero todo se va volviendo más difuso, como un sueño vívido que se pierde al despertar. En lugar de volverse más claro, como debería, me cuesta más distinguir la realidad de la fantasía. Quizá no fuese en esta vida, Nadim... -Su rostro palideció-. Quizá, después de todo, aún esté enfermo y no lo sepa. No quiero decirlo en alto por si acaso se cumple, pero... -Miró al eshu con intensidad-. Si las encontramos ahora y bebemos, estaremos seguros. Pero algo me dice que las Aguas no son gratis y que no será tan fácil conseguirlas... o merecerlas.

Nadim inspiró, aún encajando el batacazo

No... No te preocupes. El Ensueño te está jugando una mala pasada, eso es todo. Y si luego resulta que tienes razón... Al mal tiempo, buena cara. Lo afrontamos juntos. ¿Vale?

Se sorprendió ante su propio optimismo

Ashantii le cogió de la mano y sonrió. Pero en su sonrisa aún había algo de inseguridad y temor...

-No... No te preocupes -dijo Nadim-. El Ensueño te está jugando una mala pasada, eso es todo. Y si luego resulta que tienes razón... Al mal tiempo, buena cara. Lo afrontamos juntos. ¿Vale?

En cierto momento del viaje, Nadim se inclinó hacia Shyam con cierta reticencia

Shyam... Cuando el sidhe le miró dio un respingo, pero no apartó la mirada ¿Estás bien? ¿Quieres hablarlo?

Shyam le miró directamente a los ojos tratando de descifrar a qué se refería. Al final alzó una ceja, extrañado.

-¿Hablar de qué? ¿De Silveth?

Sí. Parecías alterado antes. Sé que tampoco es que fuera tu amigo ni nada por el estilo, pero...

Varias arrugas se dibujaron en su frente.

-Me da vergüenza decir que pertenezco a su mismo linaje y, más aún, a su misma casa. Antes era una persona de honor, alguien que se merecía mi respeto. No lo quiero a mi lado, y mucho menos lo quiero al lado de las personas que me importan.