Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

38. Demasiados problemas

Cargando editor
19/09/2013, 21:59
Korah

-¿De veras? -preguntó ilusionada-. Pero primero deberías reponerte, Anne. No puedo dejar que te vayas así como estás. Me da hasta reparo que te vayas sola a casa... ¿Por qué no te quedas aquí?

Cargando editor
20/09/2013, 03:09
Madame Van Doren

-Pues de hecho esa es una espléndida idea -contestó tapándose mejor con la manta-. He llamado al exterminador esta mañana, y ya te puedes imaginar por qué. Las cañerías son viejas y al parecer se han colado inquilinos que no debían colarse... Así que verás poca actividad hasta la semana que viene.

Korah le estaba viniendo como agua de Mayo. Ya no estaba tan contenta con la idea de dormir con Eddie, no solo porque se le haría extraño vovler a despertarse a su lado, sino porque además lo que acababa de ocurrir le había hecho ponerse a pensar seriamente en lo que se estaba convirtiendo su vida

-Además creo que necesito un descanso del Terciopelo.

Cargando editor
24/09/2013, 19:29
Korah

-No te diré que no me alegro -contestó Korah con media sonrisa-. Es tu negocio y lo respeto, ya lo sabes... Pero prefiero no tener a esos pervertidos rondando cerca de mi jardín, no vaya a ser que un día se les ocurra hacer lo que no deben y tengamos una tangana.

Mira, ¿qué te parece si traigo aquí la tele y nos vemos el programa de Hogar que darán en un ratito? Suelen dar buenos consejos y, además, hasta que no vuelva Craig prefiero no quedarme sola.

Cargando editor
24/09/2013, 19:41
Lady Dahlia

Shyam había conocido a muchas mujeres a lo largo de su vida y sabría reconocer aquella expresión en cualquiera de ellas. Había un momento, antes o después, en que una le había mirado de ese modo después de una galantería como aquella. Era el interés más puro, el brillo de algo que acababa de nacer en sus mentes y corazones. No costaba sospechar que aquellas damas se fueran a dormir con su pensamiento aquella noche y que, si alimentaba aquel fuego, podría llegar a calentarse con él en no poco tiempo.

Por debajo de la melancolía, Lady Dahlia fue punzada por su seducción nata. Era sutil, pero estaba allí.

-Que tengáis un buen día vos también, Shyam.

Cargando editor
24/09/2013, 19:52
Narración

Calandra y Garin bajaron de la biblioteca siguiendo a una bola de luz más bien vaga que parecía estar conduciéndoles a alguna parte. En el salón del trono estaba Shyam con Lady Dahlia, aunque el Fiona se alejaba de ella en su dirección.

Cargando editor
24/09/2013, 19:51
Madame Van Doren

La opinión de Korah no le molestó. Van Doren conocía de sobra lo que su vecina pensaba de su trabajo y de sus clientes, pero había aprendido a vivir con ello. Korah no era la primera persona que no aprobaba su estilo ni sería la última, pero al menos la apoyaba en todo lo demás.

-Si no estuviera enferma te daba un beso en los morros. Ver Hogar es todo lo que necesito ahora mismo.

Cargando editor
24/09/2013, 19:57
Korah

Un programa se convirtió en cuatro. Korah sirvió la cena en forma de sandwiches de queso a la parrilla y espesa sopa de cebolla calentita. Le dio más pastillas para el dolor de cabeza y le tomó la temperatura una vez más antes de sentarse a ver con ella el talk show nocturno. La noche estaba resultando reconfortantemente banal. O Korah la cuidaba muy bien o se estaba olvidando de que se suponía que debía estar enferma.

En una de las pausas publicitarias, Korah se levantó para dejar los platos en la cocina. Tardó más de lo debido y cuando lo hizo se acercó inquisitivamente a la ventana de la habitación de invitados. Apagó la luz y miró a través de los visillos.

-Hay un sujeto ahí que no me gusta nada. Está venga a dar vueltas a tu casa. ¿Qué demonios le pasa?

Cargando editor
24/09/2013, 20:02
Calandra

Calandra mantenía la vista baja, evitando mirar nada en el feudo que no fuera el camino que marcaba la bola de luz. Iba agarrando a Garin de la muñeca para no perderle y por si en su esfuerzo por no mirar las paredes se tropezaba. Hizo caso omiso de Shyam y de la otra sidhe. Sólo quería encontrar el libro de una vez y salir de allí.

Cargando editor
24/09/2013, 20:07
Shyam

Shyam dibujaba una sonrisa de lo más juvenil y pícara, aunque se desvaneció de un plumazo al ver el estado de Calandra y Garin. No llevaban libro, por lo que la búsqueda no había sido del todo fructífera.

-¿Problemas? -inquirió pasándole la mano por la espalda al pooka de forma gentil-. Si no te encuentras bien podemos salir fuera.

Cargando editor
24/09/2013, 20:19
Calandra

-¡Chst! -interrumpió, levantando un dedo para hacer callar a Shyam-. No interrumpas. Divas en acción.

Le señaló la bola de luz, deseando que pudiera darse un poco de vida.

Cargando editor
24/09/2013, 20:23
Madame Van Doren

-¿Cómo? -Van Doren, que estaba quedándose dormida, abrió los ojos como platos. Aquello solo podía significar que Silveth había vuelto a buscarla.

La pooka se levantó llevándose la manta consigo y se acercó a la ventana.

-Déjame ver...

Cargando editor
24/09/2013, 20:25
Korah

En lugar de las orejas picudas de Silveth, Van Doren distinguió un destello anaranjado en el cabello del tipo. El redcap rodeó el Terciopelo y puso los brazos en jarras. Luego se fijó en el jardín de Korah, donde Van Doren había aparcado el coche. Le pareció que se mordía el labio inferior antes de meter las manos en los bolsillos y caminar hacia la puerta. Enganchados en el cinturón tenía los dos machetes con los que había troceado al cocodrilo albino hacía una semana. Korah no podía verlos, pero su imagen al completo, en la penumbra, resultaba espeluznante.

-¡Viene hacia aquí! ¡Ay, dios, un pervertido de esos!

Cargando editor
24/09/2013, 20:36
Shyam

-Ah... -No lo había visto, pero cuando lo hizo se sumó al comando de incógnito acelerando el paso lo más silenciosamente que podía.

Cargando editor
24/09/2013, 23:01
Madame Van Doren

-No seré yo quien te diga que no lo es, pero ese es Eddie. ¿Te acuerdas de Eddie? No te preocupes, Korah, ya sabes que no es capaz de matar ni a una mosca.

Van Doren frunció el ceño y caminó hacia el pasillo.

-Tengo que abrirle. Habíamos quedado para hablar de negocios y supongo que habrá venido a buscarme al ver que no aparecía. No me acordé de mirar mi agenda esta mañana... ¿Te importa?

Cargando editor
24/09/2013, 23:05
Korah

-Ah, sí, ese novio que tenías... -Korah se levantó-. Bueno, ábrele y que pase. Os dejo solos y me voy a la cama. Quédate a dormir si quieres, pero mañana voy a empezar con zafarrancho de limpieza desde primera hora. Si te vas avísame para cerrar la puerta con llave, ¿sí?

Cargando editor
24/09/2013, 23:12
Eddie Castle

Cuando abrió la puerta, Eddie la miró con sorprendido alivio. Tenía el abrigo empapado y el pelo se le pegaba a la frente. Lo primero que hizo tras la sorpresa inicial fue agarrar a Van Doren por los hombros y enseñarle los dientes con agresividad.

-Me cago en la puta, como me asustes así otra vez te mato. -El tono de voz, sin embargo, parecía más bien una súplica... si es que Eddie podía suplicar. Le palpó la cara y la frente con inquietud. Tenía las manos heladas en contraste con su piel ardiente a causa de la congestión-. ¿Estás bien? ¿Te has encontrado con ese tipo? ¿A qué hueles?

Cargando editor
24/09/2013, 23:25
Madame Van Doren

-A muerte -susurró misteriosa-. Pasa. Pero.. ¡Eh, espera! Zapatos fuera, que Korah es muy sensible y la alfombra es persa.

Van Doren esperó a que se quitase los zapatos y el abrigo y le condujo hacia el salón, donde aún seguían dando programas de gente gritándose intercalados con anuncios de teletienda.

-Me ha atacado un fantasma motorista y me ha dejado así. Hay que tener mucho cuidado hoy en día... Con el susto se me olvidó llamarte, pero está todo bien.

Cargando editor
24/09/2013, 23:35
Eddie Castle

-¿Quién cojones es Korah?

Se dejó guiar por Van Doren, aunque no le gustaba nada estar allí y se notaba. No dejaba de torcer el gesto por todo, como si lo irritara cada cosa. Al ver la televisión frunció el ceño del todo y la apagó apretando el botón con violencia.

-¿Un motorista fantasma? ¿Me estás tomando el pelo? -Resopló y se echó el pelo mojado hacia atrás. Le tocó las mejillas con las manos húmedas-. Menudos colores tienes, Annie. Pareces una niña de Sonrisas y Lágrimas. Vaya pooka araña asesina de los cojones. -Sus palabras eran ásperas, pero le dio un beso tierno y dentudo en la frente-. ¿Qué estás haciendo aquí? Te dije que me llamaras para lo que necesitaras. Si hubiera sabido que te había pasado algo habría ido a buscarte. Te he estado esperando una hora en casa. Había traído cena, ¿sabes?. Se ha quedado fría. Bueno, me lo he comido todo antes de salir, pero estaba frío. -Pareció desinflarse, como agotado-. Pensaba que te había pillado ese Silveth. Me he acojonado un poco.

Cargando editor
25/09/2013, 21:16
Narración

El trío siguió a la bola hasta un rincón alejado del Haight, donde Damara tenía la librería. La bola golpeó insistente el cristal, invisible para los mortales. Al otro lado había un mostrador macizo escondido entre innumerables estanterías y la penumbra por la escasa iluminación que llegaba de fuera. Una chica que se parecía a Damara estaba escribiendo en un cuaderno en él, ajena a todo lo demás.

Cargando editor
25/09/2013, 21:56
Madame Van Doren

-Korah es mi hermana. Y no quieres encontrarte con el motorista fantasma... Tu sobre todo.

Van Doren tiró de él y lo sentó en el sofá junto a ella.

-Silveth lo único remarcable que ha pillado en la vida ha sido el SIDA, así que no te preocupes, no se lo voy a poner fácil. Lo de las quimeras ha sido un incidente no previsto, al parecer son una plaga -la pooka apoyó la cabeza en el hombro de Eddie y aspiró su colonia-. Solo estoy descansando, la casa de Korah era lo que me pillaba más cerca. ¿Me compraste cena?

Van Doren, como si hubiera tenido una revelación, se apartó del redcap y le tomó la cara entre las manos.

-Edward, despide a tu secretaria y dame el puesto a mi. Págame mal y mándame comprar regalos para tus tíos, y luego, un día que vayamos a ver la Super Bowl, pídeme matrimonio y vivamos una vida aburrida en los suburbios.

La pooka se mordió el labio y le miró con ojos brillantes, quién sabe si por la emoción o por la enfermedad.

Notas de juego

Una plaga, tucutún chas.