Partida Rol por web

- ¿Estas llamando cobardes a los Tres Mandíbulas? - grita claramente enfadado Hargk - ¿Vosotros que venís aquí a mentirme sobre vuestra intenciones?. ¿Vosotros ratas de cloaca que escondéis que sois una docena?.

Los otros gnolls empiezan a excitarse.

- Decirle a vuestra princesa que os ayudaremos. Acabaremos con esa escoria de los Kullis. - ladra más que habla - Pero no penséis que somos aliados. En cuanto hayamos despachado a esa escoria indigna de llamarse gnolls vosotros iréis detrás. A vuestra princesita la venderemos a un burdel. A ti te cortaremos la lengua y te la haremos comer antes de matarte.

- Ahora largaros inmediatamente. En cuanto estéis dispuestos a atacar Kellmarane, si es que alguna vez reunís valor, hacer un fuego en vuestro monasterio por la noche. A la mañana siguiente nos reuniremos para atacar la ciudad. A la noche estareis acompañando a los Kullis en el cementerio.

Jaali ve como Bethel responde a los gnolls de malas maneras

Lo que faltaba. Buen momento para que le crezcan los pelitos en las agallas a este.

Y luego como los gnolls responden con el mismo tono. Esta a punto de lanzar un conjuro cuando Bethel les indica que se alejen, y los gnolls vuelven a meterse en su torre. Sin entender que esta pasando salvo que Bethel seguramente la haya cagado, sigue al resto del grupo

Cuando estan a suficiente distancia Bethel les cuenta la conversacion con los gnolls.

Veis? Tenia razon. Ya tenemos el ataque por dos flancos que necesitabamos. Tengo que reconocer una cosa, Bethel - le dice el mago despues de escucharle - Has conseguido algo que nadie mas podria haber conseguido. No, no me refiero a que los gnolls nos ayuden. Estaban desesperados por ayudarnos. Si no, no hubiesen aceptado (*). Me refiero a conseguir que yo comparta la opinion de unos gnolls. El futuro propuesto para ti y para nuestra querida princesa me parece de lo mas apropiado, la verdad.

Jaali golpea con la vara una piedra, visiblemente enfadado.

Porque si algo parece claro de Almah es que nos esta escondiendo cosas. No solo sabian cuantos somos. Tambien sabian que nuestra princesa daria el pego en un burdel. Vamos a tener unas palabras con nuestra lider cuando volvamos al campamento. - Menea la cabeza, sabiendo que se le escapa algo pero al final desiste y se encoge de hombros - De todas formas, casi mejor asi. Ya no hay problemas sobre que va a pasar despues de los Kuldis. A los tontos de la torre tambien habra que matarlos.

- Mira follaviales - ha aprendido vocabulario con el enano - Puedes rajar de mi de vez en cuando, tengo la piel dura y he desarrollado una inmunidad parcial a tus chorradas, pero a Almah me la dejas en paz o te abro otra sonrisa bajo la barbilla. ¿Estamos? - todavía le dura la adrenalina de hablar con los gnolls.

Diegen ve como Bethel responde a los gnolls de malas maneras. Y luego como los gnolls responden con el mismo tono. Cuando se empieza a separar del grupo para salir a la carrera hacia los pies de la torre, Bethel se da la vuelta y les indica que se alejen; sus compañeros, empezando por Dorwas, le hacen caso y se dan la vuelta. 

No entiende por qué se van. Es evidente que intentar aliarse con los gnolls era una mala idea, pero por qué huir ahora? Por que no tomar la fortaleza por las malas, que es el único lenguaje que entienden estas alimañas que se comunican con ladridos? Diegen sigue al resto del grupo con extrañeza. Mirando por encima del hombro, ve cómo los gnolls vuelven a meterse en su torre.

Cuando estan a suficiente distancia Bethel les cuenta la conversacion con los gnolls.

Así que los gnolls han aceptado? Realmente los designios de los dioses son inexcrutables. Antes habría apostado a sacar cuatro caras con cuatro monedas que a este resultado. Me pregunto si seremos suficientes para liberar Kelmarane... pero con la Rosa del Amanecer de nuestro lado, no hay nada que temer. Sólo hay que hacer su voluntad. 

Dorwas había asistido a la conversación en silencio aunque había estado a puntito de hacerles una demostración de fuerza a esos caraperros. Finalmente había decidido que mejor se la haría cuando tuviesen la ciudad dominada.

Cuando Bethel tradujo lo hablado, le dio un par de sonoras palmadas que le hicieron tambalear ligeramente.

¡Bien, muchacho! - le dijo - En cuanto lleguemos a la primera taberna te voy a emborrachar como aquella vez en Katapesh y terminaremos la noche en el más sucio bur...

Justo entonces Jaali abrió la boca y decidió tocarle los cojones a Bethel, quien le respondió antes la sorpresa y posterior sonrisa de Dorwas.

Mira, chupalibros... - dijo a Jaali meneando la cabeza - Vas a terminar aprendido cuando morderte la lengua cuando alguien decida metertela por el culo...

pero a Almah me la dejas en paz o te abro otra sonrisa bajo la barbilla. ¿Estamos?

Bla, bla, bla. Bethel, muchacho, 200 años y todavia te comportas como un niño. - responde el mago con indiferencia -  "A mi dime lo que quieras pero con mi madre no te metas". Pues no te preocupes, que yo con Almah no me meto en ningun sitio. No es de fiar, te digo.

Vas a terminar aprendido cuando morderte la lengua cuando alguien decida metertela por el culo...

Meter lenguas en culos ajenos es algo que cualquier cultura, salvo la Skar, considera una marranada, Dorwas. Pero, - propone - comentaselo a Almah que a lo mejor esta interesada. Eso si, no lo hagas delante de Bethel que te reta a un duelo mortal...

Iniciáis el camino de vuelta hacia el monasterio, parando en el mismo lugar que a la ida para observar durante un tiempo Kelmanare.

No lográis mucha información más, el pueblo continua vacío durante la mayor parte del día, con algunas patrullas gnolls ocasionales que no parecen seguir un patrón prefijado, y el grupo del techo de la torre.

Tras pasar unos 45 minutos más espiando el pueblo, decidís volver al monasterio.

Al llegar al monasterio uno de los mercenarios se acerca a recibiros.

- Almha quiere hablar con vosotros en sus aposentos. - dice - ¿Que tal el día, veo que volvéis todos, es un alivio?. - el tono de mercenario es de más camaradería que antes, mientras os acompaña hacia la biblioteca pregunta preocupado - ¿Creéis que mañana atacaremos?. ¿Son muchos?

Diegen le da una palmadita en el hombro: 

- Tranquilo, Sarenrae proveerá. Ella está de nuestro lado, y con ella la victoria está asegurada. 

- Hola mi Almha - dice el elfo procediendo a una reverencia - he estado parlamentando con los gnolls de la torre y les he convencido de que sería una buena idea atacar Kelmarane. Así que en vez de desgastar nuestras fuerzas con ellos ahora los tenemos a nuestro lado al menos mientras asaltamos la fortaleza. Es de esperar cualquier traición si quedamos en una situación debil, pero si jugamos con inteligencia nuestras cartas todo debería salir bien.

Bethel algo más subido y orgulloso de poder transmitir estas nuevas a la princesa continua antes de que Jaali pueda meter baza - Creo que lo que ahora procede sería explorar los alrededores de esa fortaleza tratando de ver el mejor modo de asaltarla o bien capturar a alguna patrulla e interrogarles.

Jaali mira a Bethel, menea ligeramente la cabeza y se dirige a la princesa

El elfo dice la verdad, princesa - dice Jaali - Los gnolls, tal y como yo suponia, odian a los Kuldis y nos ayudaran a acabar con ellos. Y eso - continua - a pesar de que les mintiesemos, les insultasemos y, en general, aparentasemos ser unos principiantes. En eso, Bethel jugo el papel a la perfeccion. Lo cual, princesa, me lleva a la conclusion de que sabian de antemano que veniamos a Kelmarane y habian sido convencidos previamente para ayudar a tomar la ciudad. No me gusta. No sabreis por casualidad como han podido enterarse? - el mago para un momento y sigue - Mañana iremos a investigar Kelmarane y no seria bueno encontrar mas sorpresas. Alguna otra cosa que no se nos haya contado sobre esta mision? Ahora seria un buen momento para poner las cartas sobre la mesa... Metaforicamente, claro. No queremos que nos pase lo mismo que al adivino.