Partida Rol por web

La princesa apenas había comenzado a internarse en aquél pasadizo por el que habían huido los dos goblins, cuando a la luz de aquella antorcha pudo ver a alguien que le resultaba familiar. En mitad de aquél corredor, las miradas de Ingelyn y Mara se cruzaron. ¡Por fin rostros conocidos en aquella oscuridad!

Ingelyn se fijó enseguida en que Mara no estaba sola, pero no eran Ylva ni Glyrhel quienes la acompañaban. Era una mujer alta y esbelta, de cabello rubio recogido en una coleta y orejas largas y puntiagudas. ¿Una elfa...? Había oído historias de los elfos silvanos que vivían en el gran reino boscoso de Fyndol, al otro lado de las Tierras de la Aguja, pero nunca hasta ese momento había visto a ninguno de ellos.

Se detuvo en seco al notar la mano de Ilwen en su hombro. Iba a protestar, pero sus ojos se encontraron lo la princesa Ingelyn. Al fin un rostro conocido en esos túneles.

-¡Princesa! ¿Estás bien? ¿Y los demás?

Miró a la espalda de la princesa, deseando que todos viniesen detrás y poder dejar esos túneles. Aunque no sin antes encontrar a la hermana de Ilwen y a los 3 arbóreos. 

Ingelyn no pudo ocultar la decepción que pasó por su rostro al ver únicamente a la volariana rodeada de una elfa a la que no conocía. No la conocía, claro, porque jamás había visto a ninguna criatura así y aunque se quedó mirándola dos o tres segundos totalmente sorprendida no perdió más tiempo del que tenían con eso.

—Sí, estoy bien, sólo me muero de hambre... ¿Tú estás bien? ¿Quién te acompaña? — suspiró la Princesa mirando tras Mara, como si aun así esperase encontrar algo más, un poco como le había pasado a la exploradora—. ¿Dónde están Ylva y Glyrhel? Pensaba que... les encontraría contigo.

Ilwen se adelantó, guardando en el carcaj la flecha que había llevado preparada en la cuerda de su arco. Hizo una leve inclinación de saludo ante la princesa.

—Mi nombre es Ilwen, de los bosques de Fyndol —dijo con educación—. Supongo que estoy ante la princesa Ingelyn de Skald. He oído hablar de vos...

Miró a Mara un momento, con expresión preocupada.

—De momento, no hemos encontrado a nadie más. Estábamos en el bosque con los jóvenes skaldi y con mi hermana menor, pero un hechizo de una intensidad enorme nos hizo caer dormidas. Despertamos aquí, y hemos estado buscando desde entonces. Pero hemos encontrado de todo menos a los pequeños... ¿Y vos, cómo habéis llegado a los túneles? ¿Sabéis dónde estamos?

—Así que os afectó el mismo sortilegio que al resto...— murmuró Ingelyn, ceñuda—. El grupo que nos encontrábamos en una de las granjas donde paramos cayó presa del mismo conjuro, pero yo...

Entonces se quedó en silencio. Se dió cuenta que lo siguiente que iba a decir es que se había librado de la magia gracias al Brazal de Oro, pero no sabía si confiar en la elfa todavía como para darle una información que no sabía si Mara le había dado.

—Estamos en alguna clase de construcción enana, como habréis deducido ya. Parece que la maquinaria que hay aquí abajo se ha activado recientemente. He llegado aquí huyendo de un enano decrépito, un nigromante que había alzado a una cantidad ingente de no-muertos... debemos tener mucho cuidado.

Miró a la princesa. Algo en lo que había dicho no le cuadraba demasiado. Al parecer, todos se habían visto afectados por ese hechizo poderoso... todos menos ella. Así pues, la princesa Ingelyn tenía algo que los demás no y la protegía de hechizos mágicos. De todas formas, no era momento para eso.

-No solo eso. Parece que los orcos se han aliado con un enano para tomar el poder de Umgar y luego Skald.

Miró alrededor.

-Debemos encontrar a los demás y salir de aquí. La forma más fácil es llegando al río subterráneo.

Ilwen escuchó la historia de la princesa y tampoco se le escapó que ella era la única que había resistido el hechizo de sueño, pero no dijo nada. Lo que le preocupó de verdad, fue lo del nigromante enano.

—Eso explica los esqueletos del bosque —murmuró—. Que el destino confunda a todos los que emplean la magia oscura...

Luego asintió a las palabras de Mara.

—Así es —dijo—. Hemos encontrado un río que atraviesa esta construcción enana, con barcas y todo. Podemos movernos por ahí con rapidez y sigilo, y quizá incluso nos lleve a una salida. Bueno... está por ver que podamos salir. Lo más probable es que, si esto es alguna especie de fortaleza enana, la corriente esté sellada por una reja o algo parecido. Pero quizá valga la pena intentarlo... En cualquier caso, lo primero es encontrar a vuestros amigos y a mi hermana. No pienso dejar este sitio mientras no me haya asegurado de que no están aquí.

-No vamos a dejar a tu hermana aquí - le aseguró a Ilwen.

A pesar de no conocerlas demasiado, no tenía pensado dejar atrás a nadie para quedarse a merced de esos orcos, goblins, trolls y enanos traidores que poblaban esos túneles. El único problema era moverse por ese lugar para encontrar a los demás. Solo podían seguir adelante.

-Hacia allí solo llegaremos al río - dijo señalando el camino por el que habían venido -, debemos seguir adelante.

Lanzó un suspiro cansado al escuchar que solo había río en aquella dirección y torció el gesto mirando hacia atrás.

—Si vuestra hermana sigue aquí la encontraremos, Ilwen. Quizá con ella estén Glyrhel e Ylva... por el camino que he tomado hay una bifurcación: una de los caminos lleva a una torre al exterior por la que entré y que no sé si se abrirá del mismo modo, pero ese nigromante dejó esqueletos fuera para custodiarla y que no pudiera volver a salir por ahí. El otro camino desconozco a dónde lleva y creo que será el que debemos tomar.— explicó Ingelyn alternando su mirada entre ambas

—Si eso no nos ayuda... tendremos que volver al río y buscar por ahí, nos guste o no

Ilwen escuchó las opciones que tenían mientras miraba el corredor.

—¿Y qué pasa con esos dos goblins que huían como si llegara el fin del mundo?

-Es cierto, tenemos que encontrarlos. Su reacción al vernos y lo que dijeron, me hace pensar que ellos saben dónde están los demás. 

Miró hacia el túnel por donde se habían alejado los goblins y comenzó a buscar el rastro para segurilos. Ahora que tenían la luz de la antorcha era mucho más fácil moverse por ese sitio, aunque también las hacía un blanco más fácil. Comenzó a andar. No había tiempo que perder.

—¿Qué os dijeron? Me los encontré justo antes que vosotras y me preguntaron que cómo había entrado aquí con bastante sorpresa, así que dudo mucho que sepan nada sobre el resto...— preguntó la Princesa ceñuda, oteando para ver si veía a ese par de desgraciados

Ilwen hizo memoria, tratando de recordar exactamente lo que habían dicho aquellos dos seres verdes mientras corrían.

—Creo que sus palabras fueron "otra humana" y "también una elfa". Lo más seguro es que se refiriesen a que Mara no era la primera humana que veían, pues acababan de ver a la princesa. Pero la segunda frase me hace pensar que no han visto a mi hermana, parece que soy la primera elfa con la que se encuentran...

Frunció el ceño, un poco preocupada. Pero enseguida sacudió la cabeza.

—En cualquier caso, tenemos tres opciones. Tratar de atrapar a esos dos goblins, bajar de nuevo la escalera hacia el río subterráneo o ir por el camino del que viene la princesa.

Sopesó las palabras de ambas. Aunque seguía creyendo que dejar a los goblins vivos y libres sería un peligro más tarde. Miró a las dos.

-Bueno, si creéis que es mejor volver sobre nuestros pasos, hagamos eso. Quizá volver al inicio sea mejor. Se escuchaba maquinaria. Y ahora tenemos una antorcha... podremos ver mejor. 

No estaba demasiado segura de nada. Al fin y al cabo, no sabían nada del paradero de los demás y podían acabar perdidas en esos túneles y no volver a ver a nadie nunca más. 

—Comprobemos antes a dónde nos lleva el otro lado de la bifurcación que no tomé. Si no da a ningun lado útil tomaremos la barca—. dijo girándose para hacerles un gesto y guiarles hasta dicha bifurcación—. Si a vosotras dos os he encontrado por este camino quizá encontremos al resto en el otro

Era su única esperanza antes de tener que intentar coger esa barca. La Princesa estaba preocupada por las consecuencias que podría haber tenido la activación de toda aquella maquinaria debido a la presencia del Brazal, pero era algo que no podía parar a explicarle a ellas todavía

Una vez tomada la decisión sobre la ruta, las tres compañeras se pusieron en marcha. Los túneles enanos eran fríos y silenciosos, pero aunque tenían todo el tiempo la sensación de ser observadas, nada les molestó mientras caminaban con prudencia desandando el camino que Ingelyn había recorrido al entrar en aquella construcción enana. No tardaron en llegar a un punto en el que debían elegir qué camino tomar.

Para llegar hasta el acceso a los túneles por el que Ingelyn había bajado hasta el subsuelo, debían continuar por la izquierda. Pero el sonido mecánico que había guiado a la princesa y a las dos exploradoras se escuchaba por un corredor que se abría a la derecha. Curiosamente, sobre ese corredor había talladas unas runas enanas, pero ninguna de ellas podía saber qué querían decir.

Con el arco firmemente agarrado, Ilwen se fijó en el letrero enano y torció el gesto.

—Hmpf... ojalá supiera leer runas —dijo—. En fin, si queremos averiguar qué produce ese sonido, tendríamos que seguir por aquí. Pero...

La elfa se asomó por el silencioso pasillo que aguardaba tras el arco de piedra.

—Tengo un mal presentimiento...

-Todo en este lugar da mala espina.

Miró las runas enanas sin entender nada de lo que decían. Quizá era una advertencia de muerte o algo así. Era muy posible que eso es lo que dijese: "Cuidado, muerte segura". Pero no podían hacer nada más. Podrían volver a la seguridad de lo desconocido o seguir avanzando. Volver atrás no les llevaría a ninguna parte.

-No entender el idioma de otros nos hace parecer bastante... incultos. Si sobrevivo, quizá aprenda la lengua de los elfos... Fyndol hace frontera con Volaria. Si vosotros sabéis nuestra lengua, nosotros deberíamos saber la vuestra. Al menos para cosas sencillas.

—No tenemos más remedio que seguir avanzando pese a estas runas. Pero vayamos con el doble de cuidado... quizá haya alguna trampa. Separémonos lo justo como para evitar daños colaterales—. era posible que nada de eso sirviese de mucho, pero al menos quería tomar esa medida preventiva. Quizá fuese una especie de cartel que avisara a qué parte de aquellas ruinas se dirigían... aunque llamarlas 'ruinas' era algo que no le gustaba dado lo bien conservado que estaba todo

—¿Os habéis enfrentado a no-muertos alguna vez, Ilwen? Eran... bastante duros, resistieron muy bien mis envites y pronto me vi superada en número por ellos ahí arriba, en la superficie