Partida Rol por web

Tras recomponerse del susto y arrimándose a la luz que le ofrece Jules, nos extrae el mapa y se pone a garabatear por encima, añadiendo un croquis del camino que parecen seguir las galerías subterraneas. El camino de la izquierda parece que se adentra en la zona del cementerio de nueva construcción. Es el camino por donde viene la corriente. El otro camino lleva  a la zona antigua, debajo de una colina que domina toda la zona. Nos aprovecha los márgenes del mapa para escribir sus impresiones. ¡MALDICIÓN! JULES, ALÚMBRANOS EL SUELO PARA VER SI ENCONTRAMOS MÁS PISADAS. TAMBIÉN QUEREMOS COMPROBAR SI LA LINTERNA TIENE ALGÚN ARREGLO. QUIZÁ PODAMOS IMPROVISAR UNA ANTORCHA CON EL REMANENTE DE ACEITE... SI NO ENCONTRÁSEMOS NADA, NOS INCLINAMOS POR SEGUIR EL CAMINO DE LA IZQUIERDA... SIGUIENDO POR ESA DIRECCIÓN, EL AIRE JUEGA A NUESTRO FAVOR.

Por puntualizar. La linterna no se ha apagado permanentemente, pero os ha dado un susto.

¿Qué vais a hacer?

Después de recomponerme, todo lo posible, y ver lo que ha causado la alarma, suspiro con exasperación. Vamos a intentar calmarnos un poco, o acabaremos corriendo y chillando hacia la salida tras encontrarnos un saliente en la pared o algo así

Miro el mapa intentando situarnos en él... Creo que debemos estar por... espera Como Nos tiene el mapa en las manos y no lo puedo girar, voy moviéndome yo para situarme en diferentes puntos a ver si así lo veo más claro... No lo consigo. Espero a que Nos termine de escribir mientras observo ambos pasillos.

Cuando ha terminado de escribir y hemos leído ambos el mensaje, cojo la linterna e ilumino primero uno y después otro, para ver si podemos distinguir las pisadas o alguna otra señal. De no ser así, supongo que sería mejor la opción de la izquierda, si. Aunque igual es el miedo el que habla...

¿Por qué me da la sensación de que este sitio está jugando con nosotros?

Encontramos una cripta, y nos metemos.

Sentimos una ráfaga de aire, y la seguimos.

Se bifurca el camino, y todo indica que debemos seguir por donde parece que sale algo de aire.

¡No me gusta que jueguen conmigo! De repente me dan ganas de seguir el viciado camino de la derecha, pero claramente no es la mejor opción.

Aunque Victoria ya tiene la linterna de nuevo, con el encendedor registro el suelo de la bifurcación, antes de que nuestros pasos destruyan cuanquier posible pisada anterior.

¿Hay alguna pisada que vaya o venga de alguna dirección. Se supone que es un sitio con poco tránsito, y debería ser fácil que se acumule polvo, tierra y demás señales relativamente claras para seguir.

De no tener ninguna información más, supongo que voto por el camino de la izquierda.

Aunque ninguno lo tiene demasiado claro parece que sí todos coinciden en seguir el camino de la izquierda... 

¿Todos? ¡No! Todavía faltaba una opinión por saber. Una opinión que Nos estimaba demasiado para dejar de consultarla. 

Con mucho cuidado saca a Mordisquitos de la bolsa, sujetándola por el pellejo, y sostiene a la rata ante si, orientándola hacia cada una de las bocas de las galería: primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha. 

El librero no pierde detalle de las reacciones del roedor, lo mismo que si fuese la vara de un zahorí, interpreta el sentido de sus gestos. 

Aunque tampoco había mucho que interpretar, en realidad. Si Mordisquitos había destacado siempre en algo era en la viveza de su expresión.

Y si el pellejo de Mordisquitos estaba en juego como el de todos, también era de justicia conocer su opinión. 

…

Los bigotes de la vieja y gorda rata se mueven al son de la dirección del viento.

Después del escrutinio de los gestos de la rata Nos la guarda suavemente en su morral con un gesto serio. Inmediatamente señala el camino de la izquierda. Qué conveniente que mordisquitos esté de acuerdo.

A la tenue luz podéis distinguir pisadas, pero no os permiten sacar conclusiones. Las hay en ambas direcciones de la bifurcación.

Decidís seguir por el lado izquierdo, de donde viene la corriente. Continuáis lentamente por el túnel. Una suave brisa os da en la cara. De repente, la luz de la linterna se apaga. No hay manera de volver a encenderla, lo intentáis por todos los medios. Allí, sumidos en la oscuridad, Jules enciende su mechero de nuevo.

La pequeña llama ilumina poco más que su cara. Lo justo para ver en sus ojos que no le gusta un pelo depender de esa pequeña fuente de iluminación. Victoria rebusca nerviosa en su bolso y sus bolsillos, pero su mechero ha desaparecido. Es posible que se le haya caído antes cuando habéis tropezado. Después de unos instantes que parecen eternos se da por vencida, su mechero no está. Nunca antes le había apetecido tanto un cigarrillo.

Una duda os asalta ¿Cuánto rato podréis usar el mechero hasta que se le acabe la gasolina?. Mientras os hacéis esa pregunta y ante vuestra sorpresa la llama del mechero comienza a menguar, poco a poco hasta que queda reducida a una llamita azúl.

puf

Oscuridad total y absoluta.

¡…!*

La rata salta del morral sin que Nos pueda hacer nada para detenerla. Os roza los pies al pasar a vuestro lado y luego se aleja por donde habéis venido.

Chicos... susurro tembloroso

Creo que así no vamos a ir a ninguna parte.

Tenemos 2 opciones, avanzar, ya que parece que hay una abertura por aquí y saldremos antes (lo digo por el aire), o retroceder sobre nuestros pasos y salir por donde hemos venido y volver otro día.

Lo único bueno, es que entre la penumbra, podremos oir perfectamente si se nos acerca algo o alguien.

Por otra parte, las ratas tal vez puedan oler el miedo, y su instinto de supervivencia le haya hecho salir por patas.

¿Hacemos caso a la rata y nos volvemos o nos arriesgamos a palmar aquí abajo a oscuras?

A oscuras el librero no cuenta con demasiadas opciones para expresar su opinión. Pero afortunadamente para él, para echar a correr tampoco es que haga falta hablar demasiado...

Vuelvo a agitar y golpear con nerviosismo la linterna en un desesperado intento de encenderla. No hay forma!
Me quedo mirando el pasillo oscuro delante de mi con el corazón latiendo rápido. Dos impulsos contrarios: la curiosidad intrépida que me empuja a seguir, contra el miedo que me invita a salir corriendo en la otra dirección.

Un par de segundos me valen para decidir que, en este caso, el miedo está siendo más sensato. Me giro hacia mis compañeros y les digo en un susurro, intentando que la voz no suene demasiado temblorosa.

Creo que será mejor regresar por donde hemos venido. No sabemos que hay delante y en la oscuridad podemos perdernos... Tal vez el aire provenga de una abertura demasiado pequeña para salir. No? Ahora que sabemos dónde está, podemos volver en otro momento, mejor equipados. ¿qué os parece?

Parece que hay consenso en volver por donde habéis venido*. Lentamente, pero sin pararos a pensar mucho retrocedéis el camino andado con las manos pegadas al muro para no pasaros de largo la entrada del túnel hacia la derecha por la que habéis venido. Aunque no habéis visto ni oído nada no podéis evitar la terrible sensación de estar siendo observados, aun en la más completa oscuridad. De vez en cuando uno de vosotros se detiene de repente, parece que escucha pisadas, pero en cuanto os detenéis y aguantáis la respiración sólo se puede escuchar el sonido de la leve brisa silbando en vuestros oídos.

Poco más adelante, después de un ligero recodo del camino, podéis ver la tenue iluminación del sepulcro del mausoleo Fenwick. Unos metros más y entráis en la estancia. Nunca nadie antes había sentido tal sensación de júbilo y alegría de vivir al entrar en un sepulcro. A pesar de la alegría, os precipitáis escaleras arriba para poder salir al aire fresco, codazos incluidos.

Una vez fuera respiráis profundamente y entonces es cuando os miráis de arriba abajo. Estáis cubiertos completamente de barro del angosto túnel y es de un tono rojizo.

Después de unos comentarios y de compartir la alegría de vivir un día más decidís que habéis tenido suficientes aventuras por hoy. Recogéis vuestras cosas y os dirigís cada uno a vuestra casa.

Por el camino un viejo conocido se cruza en vuestro camino.

…
mueve el hocico y los bigotes
…*