Partida Rol por web

-Por eso, di como “terminada” la noticia al anunciar que quizás las desapariciones habían parado como ya sucedió hace cincuenta años. En el siguiente número anunciaremos que no se ha producido ninguna otra desaparición y cerraremos la noticia. Si esa persona lee nuestro periódico…es una forma de decirle que la dejaremos tranquila y no ahondaremos más en su caso. Aquí buscamos noticias diferentes, casos raros e inexplicables. Pero si la vida de cualquiera de nuestro equipo se pone en peligro… no, no paso por ahí, no pagaremos un precio tan alto por una noticia.

Miró a las cuatro personas que tenía sentadas a su mesa, con detenimiento, casi con cariño de abuela podría decirse, aunque las conocía de escasos minutos.

-Y ahora vosotros decís que hay un nuevo desaparecido al que estáis buscando. Entiendo que lo habéis relacionado con lo del Triángulo porque os cuadran las cosas y no por una mera corazonada. Os contaré el resto de lo que Aldo me remitió y que no aparece en el periódico, pero no puedo dejar de pediros que tengáis mucho, mucho cuidado. Quizás sea demasiado tarde ya para la persona que buscáis, pero no entiendo entonces esa señal que dices tener en el ordenador-le comentó a Harriet encogiéndose de hombros ligeramente-En fin, sigamos. Aldo consiguió relacionar, efectivamente, las desapariciones sucedidas en Idaho con estas de Nueva York. Todas tenían el mismo punto en común, esa persona que os comenté antes. El detalle está en que en todas y cada una de esas desapariciones, en las de Nueva York ahora y en las de Idaho hace cincuenta años, la descripción de la persona que han dado familiares o amigos, depende del caso, es la misma. Se trata de una mujer de unos treinta y pocos años, morena, piel y medidas perfectas, recién llegada a su círculo de alguna forma, generalmente sin mayor relevancia ni relación. Nada que nadie tenga en cuenta como importante a la hora de relacionar una desaparición. ¿Qué relación iba a tener una vecina que llega al pueblo una semana antes con la desaparición de un tendero? ¿O una nueva empleada en la lavandería del pueblo? Pero Aldo pregunta, insiste, y no solo en lo evidente, también en detalles sin importancia de la vida diaria. Y ahí es donde comenzó a escuchar hablar de esa mujer. Pero la lógica nos dice que es imposible que una mujer de treinta y pocos hace cincuenta años tenga la misma apariencia hoy en día…-hizo una pausa mirando a Woody, con quien intercambió una mirada que parecía decir mucho más de lo que para Rob, Luka, Harriet y Sofía podía parecer evidente -Para conseguir todo esto, Aldo viajó a Idaho en busca de familiares y amigos aun vivos de aquellos desaparecidos. Después sé que estuvo de nuevo por la zona de las desapariciones actuales, el último lugar al que sé que fue es un pequeño pueblo llamado Minerva, al norte. Es un pueblecito sin más, normal y tranquilo, ni siquiera es un sitio al que lleguen turistas normalmente, salvo de paso. Y lo último que me dijo fue que había encontrado una persona que quizás le llevara hasta esa mujer. Me dijo que se llamaba... Billy el Loco.

-Temíamos que Aldo hubiera sido la siguiente víctima pero… mamá, quizás estábamos equivocados. No tiene lógica que tengamos dos desaparecidos, ¿no? Se rompería la cadencia, no tiene sentido después de tantos años siguiendo el mismo patrón-comentó a su madre, evidenciando lo evidente de la situación que acababa de plantearse. Se dirigió de nuevo al grupo cuando siguió hablando-Bueno, pensamos que Aldo descubrió las desapariciones de Idaho, pero nos comentó que posiblemente hubiera más, entre Idaho y Nueva York, solo que no se han relacionado aún, no se han estudiado. Era el siguiente paso que quería investigar si lo de Billy no daba resultado. Siempre se ha repetido una víctima cada nueve meses, por lo que había por dónde empezar a buscar.

-Posiblemente no se rompiera esa sistemática, Alex. Ellos dicen que tienen en el ordenador una señal de esa persona que buscan. Quizás no esté desaparecida sino… temporalmente ilocalizable-dijo con una pequeña sonrisa de esperanza a Harriet-Supongo que la respuesta la tendréis si vais en busca de esa señal.

Woody le quitó a Harriet el portátil de las manos y lo abrió, revisando la pantalla.

-¡Ah! Aquí es donde me habíais dicho que os llevara, cerca de Central Park. Es donde el follón de hace un rato, donde el tipejo ese se ha empecinado en asesinar a todas las ruedas que ha podido. Ja,ja,ja-rió divertido al caer en la cuenta-Ahí hay ahora mismo un follón de la hostia, las calles están cortadas y llenas de polis meapilas, de esos que solo saben rellenar papeles, limpiarse el sudor de la frente y comer donuts hasta reventar como piñatas. ¡Eh! Se ha movido un poco. Pero muy poco, aquí dice… ummm… cinco metros. ¿Ese tipo va andando a cuatro patas? Menudo elemento debe ser… ¿es cojo o algo parecido?  -miró bizqueando la pantalla, intentando buscarle una explicación a lo que decía la información que se mostraba en pantalla.

Efectivamente. El GPS registraba movimiento, pero solo cinco metros y había vuelto a detenerse aunque, por ahora se seguía registrando señal y no se cortaba la trasmisión, como había pasado anteriormente. Aunque no debían descartarlo si la señal permanecía un tiempo estática a tenor de lo pasado la vez anterior que se registró actividad.

-¡Woody! Cuida ese lenguaje, por lo menos aquí, en tu taxi eres libre de decir lo que quieras-regañó, divertida y falsamente escandalizada, aunque la preocupación bailaba en sus ojos al mirar al resto del grupo.

Nadie se había percatado, salvo quizás Amy, pero el gato hacía tiempo que había vuelto. Estaba agazapado junto a Luka, al que no quitaba ojo mientras su cola se movía lentamente de un lado a otro. Su posible apariencia tranquila y pacífica no encajaba con la expresión atenta de sus ojos, fijos en Luka. No estaba descansando, estaba tenso, listo para la caza.

Rob iba asintiendo en silencio, más o menos perplejo por los datos que Amy iba aportando. Luego, después de la intervención de Woody, levantó un dedo y se alzó de su silla.

-Voy a hacer otra llamada a mi padre. Me debe una información, que aún no me ha dado, y además puedo preguntarle acerca del jaleo ése de Central Park. No soltéis nada importante mientras, ¿vale?, que no quiero perderme ninguna pista.

Hizo un gesto gracioso y se alejó un par de metros para que pudieran seguir hablando. Y marcó el número de su padre en el móvil.

-Por cierto...-añadió- ¿cuál es el apellido de Aldo?

-Giménez, Aldo Giménez

Alex le contestó mientras miraba sorprendida al muchacho al levantarse de la mesa y coger el móvil. Miró a su madre y se encogió de hombros.

Rob escuchó varios tonos de llamada, pero al final saltó el buzón de voz indicando que se dejara un mensaje después de la señal.

-Papá, soy yo. Me extraña que aún no me hayas dado ninguna respuesta. Y tengo más hilos de los que tirar. Bastantes más. ¿Puedes llamarme tan pronto como puedas? Supongo que debes andar liado, pero empieza a ser urgente. Gracias.

Cortó la llamada y se quedó mirando el móvil, con aire absorto. Luego, sin regresar a la mesa, hizo una segunda llamada, esta vez a la comisaría donde su padre trabajaba. Esperó.

Dos toques y enseguida recibió respuesta.

-Policía de Nueva York. ¿En qué podemos ayudarle?

-Con John Slash, por favor. Soy su hijo.

Mientras, Rob puso el teléfono en modo manos libres, para que todos pudieran escuchar la conversación si querían. Pero no se acercó a la mesa, para que pudieran seguir hablando si lo deseaban.

Y él hizo esfuerzos para estar en ambos sitios a la vez, aunque no se le daba particularmente bien...

-¿El inspector Slash? Un momento, por favor-se escuchó como el policía tecleaba algo-El inspector Slash estuvo de guardia esta noche. Salió a primera hora de la mañana, por lo que ya no se encuentra en su despacho-Se escuchó a otro hombre decir algo por detrás del que hablaba, pero las palabras no llegaron a distinguirse-Ummm… ya… pero…. un momento, no cuelgue…

Se hizo el más absoluto silencio al otro lado de la línea durante unos segundos, pero un click anunció que, de nuevo, el policía estaba en línea.

-¿Disculpe? ¿Sigue ahí? Si, bien. Efectivamente, terminó su turno esta mañana, pero un incidente en Manhattan hizo que se incorporase de nuevo a las pocas horas. Según la información que tenemos, avisó por radio de que iba en dirección a la zona. Por lo que sabemos, aún debe estar por allí. ¿Necesita que nos pongamos en contacto con él? ¿Es urgente? Si no lo es, no debe tardar ya mucho en terminar y volver a casa…

Mientras Rob llamaba a su padre Harriet intentaba asimilar la nueva información y sobre todo ir sacando algo de sentido a todo aquello.

-Hace cincuenta años... Si se trata de un asesino en serie debió empezar muy jóven y ahora debe ser ya bastante mayor... Pero lo de la mujer... Sofía ¿Adam se reunió con alguna mujer de esas características? Quizás debamos preguntarle a su padre, a su mujer o a sus amigos...

Harriet no recordaba ninguna mujer así, pero solo lo veía en el trabajo y la única recién llegada relativamente era Sofía que estaba lejos de coincidir con aquella descripción y mucho menos de tener algo que ver con un asesino en serie.

-Pero está claro que Adam estaba investigando lo mismo. También tenía alguna ruta y referencias hacia ese pueblo, Minerva. ¿Y no tenía una cita programada o emails con una mujer? Quizás sea esa mujer morena que buscamos... Pero creo que lo primero es ir a donde está el gps y encontrar a Adam, después entre todos podemos ayudarlo a investigar y encontrar a Aldo y que la policía se encague de ese asesino.

-¿Un incidente? ¿En Manhattan? ¿Sabe de qué se trataba?

Su padre había ido a casa a descansar, pero tal y como había supuesto al no encontrarle en el móvil, lo habían reclamado de nuevo. Lo que no imaginaba es que no hubiera ido a la Central, sino directamente a otro lugar. ¿Quizá a controlar lo que fuera que sucedía en Central Park...?

Esperó a que le dieran una respuesta. No era urgente, cierto, pero cada segundo que pasaba las cosas parecían complicarse más y más.

-Algo de un tipo que se ha dedicado a correr por ahí con un cuchillo, pero no sé mucho más. Me pilló tomando café, si debo de serle sincero. Pero ya está casi todo controlado. Por eso le digo, que si no es nada importante, dele a su padre unos minutos y volverá a casa, se merece un descanso hoy ya después de toda la noche trabajando.

-Bien. Gracias. Lo tendré en cuenta.

Cortó la llamada. Y suspiró. Volvió entonces a la mesa, pero no se sentó.

-En fin, que no le localizo, pero parece que también ha ido a Central Park. -Apoyó una mano en el hombro de Harriet, con la total confianza del amigo cercano.- Yo me sumo a la moción. Vayamos allí, todo apunta a ése lugar, hasta el gps de Adam.

Miró a los presentes, intentando averiguar si iba a recibir respuesta a su pregunta. Pero viendo que no, se encogió de hombros y le devolvió el portátil a Harriet.

-¿Eso significa que nos vamos ya? ¿O que os vais vosotros solos en el todoterreno ese al que le están poniendo una multa ahora mismo? -preguntó de forma inocente señalando al coche aparcado en la puerta de la floristería- Es para terminarme tranquilamente o no el capuchino y las galletas...-dijo, cogiendo una galleta y metiéndosela entera en la boca-Argghhhh ¡quema!

-Espera un momento, joven... Creo que tienes que llevarte algo.

Se levantó de la mesa y se encaminó hacia la trastienda para volver segundos después con una tarjeta de visita que entregó a Rob.

-Si necesitáis algo, podéis llamarme cuando queráis.

En ese momento, algo le llamó la atención cerca de Luka. Se quedó mirando a su gato, que seguía mirando fijamente al español mientras que el rabo no dejaba de moverse. Amy miró a Luka, con curiosidad, solo un instante antes de que el gato se pusiera a dos patas y comenzara a arañar con una de sus garras el pantalón de Luka.

-Gato... deja tranquilo a nuestro invitado.... -caminó hacia él y lo agarró en brazos, alejándolo de Luka. El gato maulló, protestando, e intentó revolverse, pero Amy no lo dejó. Después de unos instantes, el gato se tranquilizó y se resignó a estar en los brazos de su dueña.

Amy miró a su hija. Una mirada cómplice entre ambas que duró apenas un instante.

No había mucho más que decir, asintió al notar la mano de Rob sobre su hombro y se levantó de su asiento con decisión. Al menos estaba decidida a ir a Central Park y buscar a Adam, parecía que el padre de Rob podría estar por allí también. Lo que no le convencía tanto era seguir contando con aquel taxista chiflado y suicida, desde luego ella no pensaba invitarlo.

-Gracias por todo, Amy, Alex, si sabemos algo de Aldo os lo comunicaremos, esperamos que pronto se resuelva todo esto. ¿Vamos Sofia? -Después se giró hacia Rob.- ¿Venís con nosotras?

Era cierto que aquel tipo estrafalario había resultado de alguna utilidad, pero seguía sin gustarle nada, prefería que Rob y Luka fueran en el coche con ellas.