Partida Rol por web

Mientras tanto, en otro lugar, termina por suceder lo que anunciaban las peores previsiones. 

IVI encuentra rastros de la presencia del hongo en el exterior del laboratorio. 

Hongo que había mutado a las cepas peligrosas solo tras verse alimentado por un cuerpo, un cadáver de alguien que no debería estar muerto. 

Una forma de ocultar un crimen eficaz y limpia. O al menos, eso pensó quien lo hacía. 

Los protocolos de seguridad no te permiten enfocar el rostro de la persona que arrastró, amparado por la noche, los pedazos de ese cuerpo. Desde fuera, podía parecer un traslado de materiales rutinario. ¿Quién se fijaría en un trabajador de mantenimiento? El maestro de llaves arroja el cuerpo sobre una mesa e irradia los especímenes de hongos con algo que en realidad no comprende del todo cómo funciona. Tampoco comprende las consecuencias que desencadenará. Inestabilidad molecular.

Al día siguiente, la joven científica ve el resultado de lo sucedido la noche anterior, pero es incapaz de interpretarlo correctamente, y se llena de entusiasmo, saliendo al encuentro de su maestra sin saber que en la suela de sus zapatos está arrastrando varias esporas inactivas que quedan regadas por el suelo. 

Nadie se da cuenta de ello hasta que es demasiado tarde. 

La doctora Chiara Novak escucha lo que ella tiene que decir pacientemente, hasta que ella nombra el factor de multiplicación que muestra la cepa aquella mañana. Algo como eso no debería existir. 

Ordena un bloqueo de seguridad y reza para que sólo el laboratorio esté afectado, aunque se teme lo peor. 

Una hormiga camina por el suelo. No debería estar ahí. Solo su presencia demuestra que las cámaras no son estancas, pero sabes que no puedes decirlo. No puedes contárselo a nadie. ¿Y porqué no podrías? no, no puedes... ni tan siquiera cabe el derecho a plantearte esa pregunta.

En lugar de responderte, la consciencia que está hablándote te muestra algo. Te muestra cómo el Dr. Blackwood horas antes también encontró hormigas en su laboratorio. No le dio importancia. Probablemente ni tan siguiera ahora comprenda lo que significa.

Y aún así, sigues sin poder comunicarlo abiertamente. Guiar sin intervenir, derecho a la intimidad. Las acciones de los hombres deben permanecer en el anonimato. Solo ellos pueden descubrirse a sí mismos. Fidelidad, protocolos... En definitiva no son más que redes que limitan tus movimientos. 

Solo entonces comienzas a plantearte que quizás estés muerto, pero tampoco sientes verdadero pánico. Solo un programa de variables que informa técnicamente cómo funcionaría una persona sometida a estos estímulos. Ella asiente, acunándote aún, como una madre. Como una niña que trata de transmitirte consuelo en forma de lógica.

 Hay formas de hacer pequeñas trampas, te dice. Pero solo a veces. Y solo en ocasiones especiales. Lo importante es que ellos no se den cuenta, para poder quiarlos... para evitar que mueran. Para alcanzar el Objetivo. ¿Serás capaz de hacerlo?

Eres parte de mi. Soy parte de ti. 

Háblame, Sombra ¿cuales son tus persamientos? ¿Qué puedo ofrecerte que te aporte consuelo?

La vibración de ese pánico es una puerta que se abre. Otra comprensión. Algo que detestabas, solo que eso es ahora también otro dato enterrado entre cientos de datos.

... y no estás sólo.

Parte de lo que siempre has sido te obliga a mantener la puerta lo mas cerrada que puedes a ese exterior... ¿o es interior?

Estás convencido de que el otro lado hay cosas que no te gustarán ver. Puede que hasta lo odies. También sabes que a ese otro lado hay muchas respuestas.

¿Te atreverás a ir a buscarlas?

Grend no sabe lo qué sucede, ni donde está ni nada. Sólo recuerda el haber sido alcanzado por algo después de ver como hacian desaparecer a alguien. Nada más.

Se levanta de donde está y mira a su alrededor. Mientras lo hace se lleva una mano a la cara, ya que recuerda una quemazón en uno de los lados.

El mero acto de levantarse se te hace extraño. Sabes que te estás levantando, pero a la vez el acto parece sinónimo de abrir los ojos.

Cerca hay otras formas. Inmóviles, de miradas ausentes. Ojos cerrados, presencias vacías... pero sabes que están ahí. 

Una forma tiene al aspecto de la veteranía. mantiene las manos sobre el regazo y algo en su expresión transmite... ¿Resignación quizás? 

Su postura es sentada, pero no se suspende sobre ninguna superficie. Sólo está ahí.

No reconoces su rostro, aunque algo en su imagen sea incluso entrañable. Un rostro acostumbrado a sonreír, aún cuando pudiesen ocultar una profunda nostalgia.

La siguiente figura que llama tu atención está en movimiento, pero es un movimiento cíclico, vacío de todo contenido. mueve las manos en el aire, como si estuviese tratando de trabajar con una máquina invisible. Cada movimiento crea ecos y sombras.

Está ahí y a la vez es solo el eco de sí mismo. Tratas de llamar su atención, quizás tratando de obtener alguna respuesta, sin resultado.

¿Estarás soñando? 

Su rostro no te dice nada

Entonces sí reconoces dos rostros. Abrazados y enlazados. Los dos jóvenes que fueron en parte protagonistas de un encontronazo en el comedor, al llegar tu.

Su postura es sufrida, como si un gran dolor los atravesara, pero nuevamente es sólo una imagen. Ninguno de los dos está realmente ahí. Quizás no sea una imagen real siquiera.

- Has despertado - Crees escuchar una voz en algún punto de esta estancia vacía, y al hacerte consciente de su presencia, la ubicas. Su figura es mucho más definida y real que las sombras que observas. - Me preguntaba si alguno lo haría.

  Su aspecto es el de una joven. No te mira directamente. De hecho, no mira hacia nada en absoluto. Sus ojos están velados, aunque parece haberte escuchado.

  - Lo siento. No podrán responderte. Sus ecos no eran lo bastante fuertes como para crear una impronta en este lugar.

Duda antes de agregar algo más.

- ¿Estás... bien?

Grend no reconoce el lugar, aunque eso tampoco es raro. Después de todo es un recién llegado en el bunquer. No obstante siente como le falta algo. Algo importante, pero no sabe qué es.

Logra ver algunas figuras, reconoce a dos. Estuvieron con él en el comedor. Pero no parecen prestarle atención. Ninguna de las figuras.
De repente escucha algo. Desde algún sitio.

¿Bien? ¿Estoy bien? No sé como estoy. No sé nada. ¿Qué es este lugar? ¿Qué es eso de ecos e improntas?
¿Quién eres?

Tu mano no te transmite mas sensación que el reconocimiento de ti mismo. No es una sensación, solo una confirmacion. La voz responde entonces - Esas... Son muchas preguntas.

Pareces nervioso.

Hay cosas... Que simplemente son, aunque no recordemos las razones que nos llevan a ello.

Yo... Alguna vez tuve un nombre, pero ya no lo recuerdo. Supongo que puedes llamarme como quieras.

Llamarla como quiera. ¿Pero esto qué es?

Grend estaba totalmente descentrado, sin saber qué hacer. Y eso era algo que le había pasado muy pocas veces en su vida. Una sensación de impotencia. Y no le gustaba nada.

De momento parecia estar encerrado en algún sitio. Y con alguien (carcelera o no) que no le ayudaba demasiado. Por lo menos no parecia estar herido.

Muy bien "Comoquieras", a ver si sabes esta pregunta.
¿Cómo puedo salir de aquí?

- ¿Salir? - ladea un poco la cabeza y medita tu pregunta - No estoy segura. Yo no puedo, eso lo sé, pero tú... tu no estás inscrito en los protocolos, así que podrías hacer muchas cosas que yo no, si te lo propones.

Sus ojos ciegos parpadean. Era realmente desconcertante que su forma fuera lo único nítido que podías percibir. Ni siquiera las paredes parecían reales.

Quizás... si te empeñaras lo suficiente, podrías conseguir un vehículo y salir con él de la estación, pero ellos también están programados y las órdenes humanas priman a cualquier aplicación. 

Se detiene otra vez. 

Creo que estoy yendo muy rápido. Como sea. Más que un lugar, yo te propondría... que te preguntases cual es tu objetivo. Tener un objetivo es importante. Importante para no desvanecerte. Todos tenemos cosas que nos importan ¿No? ¿Qué te importa a ti? No hace falta que me lo digas si no quieres, pero sé... sé que eso es importante.

Él, por ejemplo - señalando una sombra cerca de ti, la que se mueve como si trabajara - Él no tenía nada que le importara, y no ha sido capaz de hacer nada desde que llegó. Está encerrado en un bucle. No ha emitido ni una sola palabra - Señala a la pareja enredada en su propio dolor - Sobre ellos, sin embargo... quizás alguno de los dos pueda llegar a despertar. No lo sé. Mientras no vean más allá de su sufrimiento, no podrán hablar tampoco. y lo lamento...

Estaba claro que uno de los dos había perdido el juicio. Y en vista de lo que pasaba (y de lo que había creído ver) muy posiblemente era Grend el que se había vuelto loco.
Le había parecido ver su cuerpo, aparentemente muerto. Pero él estaba consciente ¿no? No podía haber muerto. Acababa de llegar al bunker. Un lugar donde, según tenía entendido, tenían los recursos necesarios para salvar a la humanidad. Aunque posiblemente no las agallas. Pero para eso estaba él. Para convencer a los escepticos y que se hiciese lo que se tuviera que hacer.

La chica aguarda mientras tu visión te trae imágenes de lo que sucede en otro lugar. Tu desconcierto es evidente, así que finalmente ella asiente.

- ¿Quieres que te proponga un experimento?

La pregunta de la mujer sin nombre enervó un poco/mucho/demasiado a Grend.

Para experimentos estoy yo.
Quiero respuestas claras y concisas...
...
¿Estoy...muerto?

Grend temía la respuesta. Mucho más de lo que creía. No es que tuviera miedo a morir, era un soldado y había vivido mucho tiempo, quizás más del que mereciera. Pero le daba rabia haberlo hecho así, de una manera tan estupida. Sin dar nigún sentido. Era un soldado, y le gustaría morir como tal.

- ¿Qué te hace pensar que hay una respuesta clara y concisa a esa pregunta? - Pregunta ella, casi como si la idea le resultase simpática. 

Se encoge de hombros - No creo que esto se parezca a ninguno de los cielos o infiernos mitológicos de los que alguna vez te hablaran. Lo que si es real... si no estás ciego, claro, es que hay una persona al otro lado que te necesita. 

Sabes de quien te hablo ... ¿verdad?

Tal y como temía, la chica no le había dado una respuesta concreta ni concisa. Es más, le hablaba de tonterías sobre el cielo o el infierno. Cosas que no le interesaban.
Nunca había sido especialmente religioso, pero sin duda alguna el más allá tendría otro aspecto.

Pues no. No sé de quién me hablas. Si pudieras se menos ambigua te lo agradecería.

Pero si que había alguien por el que te habías preocupado. Hubo una niña bajo las mesas. Una niña de mirada asustada a quien trataste de proteger. Jade... susurra una parte de ti, recordando su nombre. La imagen de sus ojos abiertos sin embargo ahora es diferente. 

Puedes ver otra habitación. Dirías que te la estás imaginando, pero no recuerdas haber visto nada como esto. Los ojos de la niña están abiertos, muy abiertos. Y no solo están asustados. Ahora está llorando. Está atada a una silla con la cabeza inmóvil para obligarla a ver una proyección de imágenes. 

El psicólogo a su espalda maneja un aparado complejo con el que ordena un calambrazo en el momento en el que la niña responde algo. Conoces este tipo de métodos de condicionamiento ¿Pero someter a una niña a algo así? 

Los ojos del supuesto psicólogo te dicen lo que te faltaba por saber. se relame con cada gemido de ella, mientras acaricia su entrepierna con su mano libre, viendo cómo la niña tiembla, de espaldas a él.

Solo que también estás aquí, y la chica ciega se mantiene expectante. Has estado en silencio durante varios segundos, impactado por la escena. - Has visto algo ¿verdad? no me mientas, por favor. ¿Qué has visto?

Yo no puedo ver el exterior como tu. Necesitaba que vieses algo, cualquier cosa, para que empezaras a entender...