Partida Rol por web

El cantar de la princesa de Asine

E5.- El viaje a Asine

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02/04/2017, 20:21
Theron

Tal como habíamos convenido con Marconio algunos de sus guardias, nuestra sacerdotisa y dos de los nuestros se adelantaron a entregar el orbe a su lugar correspondiente. El resto acompañamos a Marconio hasta la posada donde nuestro carro y nuestras pertenencias nos esperaban, ahora solo quedaba terminar de narrar nuestra historia. En especial las preguntas que aun tenía que hacernos.

- Exhortamos a Tarquino varias veces a que se rindiera, no hubo forma supongo que creería que los poderes del orbe lo protegerían. Aun viéndose plenamente superado y con su bestia moribunda....siguió luchando, explotando los poderes del orbe en su beneficio. Inhalo antes de continuar. - Me creas o no, no tuvimos mas remedio que terminar con su vida para que las nuestras prevalecieran, y aun así lo hicieron por poco.

Cuando termino de hablar miro a los bancos de madera de a nuestro alrededor, incluso esos tan bastos de la entrada de la posada se me antojaban muy cómodos. 

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02/04/2017, 21:38
Lykaios

Lykaios siguió al grupo hasta aquel lugar y al entrar se quedó a un lado, intentando dejar llevar la conversación a otros que estuvieran más capacitados para contar las historias o para socializar con los demás. Él ya tomaría la voz cantante cuando llegaran los temas que se le daban mejor.

Lo malo es que no tenían ninguna prueba palpable sobre Tarquino, y eso podría ser algún problema, aunque en realidad el monstruo estaba muerto y el orbe bajo su control, lo que hacía que creyeran lo que creyeran los demás, se notaría el efecto de su éxito con el tiempo.

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03/04/2017, 03:38
Ischyros

Seguimos a Marconio hacia la posada fuera de la que nos conocimos. El lugar presenta un ambiente mucho más discreto para poder discutir acerca de la misión que cumplimos y cual será el destino de la misión. Ifianasa, junto con Anatolius y Ebalo, se dirigen hacia el templo de Hera para depositar el Orbe en el lugar que le corresponde por designio divino. Les vi alejarse, orando a Zeus para que nada les pasase hasta que volvamos a reunirnos.

Camino junto con el resto del grupo hasta que finalmente Marconio nos pregunta de lo sucedido. Mi tío le contesta que no tuvimos otra opción, por lo que es momento de hablar:

 - "Es como indica. Intentamos el diálogo pero él había dominado de alguna forma a la quimera y hacía que meteoritos cayeran sobre nosotros. En nuestros cuerpos portamos heridas que prueban sus temibles armas. Pero no consiguió derrotarnos. Derroté a la quimera y mi tío le dio el golpe de gracia mientras el general Spyridon acababa con Tarquino. Trajimos su cabeza como prueba de que se hizo justicia a través de nuestras manos."

Levanto la cabeza del falso sacerdote y asesino. En su expresión, aún puede verse la ira de un hombre que esperaba derrotar con el uso de un poder divino más grande que él mismo pero derrotado por los guerreros de los dioses, título que la misma Hera nos brindó y forjó con un pacto que jamás se romperá.

Le hago entrega a los hombres de Midea la cabeza del asesino, para que dispongan de ella como mejor les parezca. 

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03/04/2017, 08:18
Dareios

Palidezco al pensar en tan portentosos y terribles eventos. Una quimera, y un sacerdote capaz de convocar lluvias de meteoritos... Todo ello material de fábulas y mitos. ¿Quién lo hubiese creído sinceramente tiempo atrás? Es el tipo de cosas que los ancianos le cuentan a los niños en forma de cuento​, pero que los adultos hasta ahora no solían tomarse en serio.

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03/04/2017, 10:43
Anatolius

Puesto que Mentor no me había hecho caso, prácticamente me había ignorado y me había clavado sus garras en el hombro. Solté un leve gruñido de dolor y tanto Ebalo e Ifianasa se rieron por lo bajo. Los tres, junto a los guardias de Marconio, nos encaminamos hacia el templo de Hera. 

Algunas miradas se posaban en nosotros, sobretodo en Mentor. Tardamos unos minutos en llegar al templo, una vez allí Menon se acercó a un guardia e informó de nuestra presencia. Éste salió a toda prisa y unos minutos después llegó con una anciana:-Ella debe ser la Suma Sacerdotisa. Ifianasa, querida. Es tu turno.-susurré y di un paso a un lado realizando una leve reverencia a ambas sacerdotisas, cuando la anciana se hubo acercado a nosotros. 

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03/04/2017, 13:33
Ifianasa [PNJ]

Me encontraba mucho mas tranquila ahora que habíamos entrado a la ciudad, el orbe necesitaba ser depositado lo antes posible en un lugar seguro.

Mis ojos miraron hacia el frente y vi a una mujer anciana acercándose hacia mis compañeros y yo. Su voz sonaba dulce a mis oídos y le respondí sin temor a la pregunta que me estaba formulando.

"-Estimada Suma Sacerdotisa, mi nombre es Ifianasa y soy seguidora de aquella que se sienta en el Trono Dorado, a nuestra diosa Hera - miré a mis compañeros y se los presenté - Me acompañan dos grande guerreros, Anatolius y Ebalo, hemos traído lo que fue arrebatado por una persona para usarlo para hacer el mal"

Me acerqué a Anatolius para sacar el preciado objeto de la bolsa que lo contenía.

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03/04/2017, 20:05
Spyridon

Spyridon escucha como su compañeros exponen la situación a Marconio, poco hay que pueda añadir al respecto.

- Hicimos lo necesario. Ojalá hubiera habido otra manera, pero hemos recuperado el orbe y castigado a aquél que quiso corromperlo. Ahora el orbe descansa donde debe.

- Necesitamos descansar y proseguir nuestro camino cuanto antes. Al igual que has conseguido librarnos de la multitud te ruego que mañana nos facilites la salida discreta de la ciudad. Apenas necesitamos reponer nuestros cuerpos y algún que otro suministro para nuestro viaje.

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04/04/2017, 02:17
Talios

Ante la situación de separarse el gigante se mostró un poco disgustado, quería acompañar al grupo del Orbe, sin embargo sabía que la decisión era la adecuada, por un lado Ebalo era un guerrero de confiar que seguro llamaría la atención si se necesitase y por otro su hermano, quién había mostrado contacto más cercado con los dioses. No tardó en borrarse el gesto del gigante, ya que se encontraba lleno de orgullo, su sangre había sido escogida por los Dioses.

Al llegar al lugar Talios guardó silencio, aquello no era su estilo. Por lo que se mantuvo alerta vigilando los alrededores sin entrar en detalle alguno sobre lo sucedido.

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04/04/2017, 11:59
Capitán de navío Ebalo

Ébalo caminaba junto con sus compañeros, al ser los dos unos mercenarios sin duda había menos posibilidades de reconocimiento, aunque a estas alturas, al guerrero Dorio le gusta pensar que sus enemigos o espías tendrán un lio importante sin saber cuantos son, ya que nos movemos de manera espontánea.

Cuando voy pasando el Ágora, saludo a los que fijan su mirada en nosotros, ya sea con la mano o reverencias de final de obra. Apolo esconde el Sol y llegamos sin problemas a la acrópolis, que renueva mi cansado cuerpo con fuerzas e ilusión. Ahora miro las esculturas de los dioses desde otro punto de vista, las veo alejadas de la realidad, frías copias de un burdo artista.

Ocupo mi lugar cuando la sacerdotisa habla, hemos cumplido la misión sin contratiempos, le susurro a Anatolius algo que se me acaba de ocurrir.

-¿Has pensado que esa bolsa bordada, de el ave sea su morada?- como tiene puesto su nombre, parece ser la explicación más simple, un lugar donde esconderlo o llevarlo con criterio de cuando usarlo.

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05/04/2017, 22:40
Hypatia

Ha llegado antes que los demás a la posada y al carro, pero ni ha podido hacer más que quedarse de pie frente a los guardias. Y la lluvia amenaza con echar a perder todas las provisiones porque esos hombres no acceden a dejar que se acerque a cubrirlo. 

Se acerca a su tío. Aunque no sea quien comanda la expedición, es general y un hombre de autoridad.

-Tío, siento molestarte. Estoy intentando cubrir el carro para proteger las provisiones de la lluvia, pero esos hombres no dejan que me acerque. Alegan que el carro no me pertenece...

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06/04/2017, 19:06
Theron

No había llegado a sentarme en uno de esos bancos que me parecían tan cómodos, cuando fui requerido por mi sobrina. Los soldados que Marconio había apostado para guardar nuestro carro no la dejaban acercarse, alababa su celo en sus funciones pero no me parecían buenas formas de tratar a mi sobrina.

-  Esta bien Hypatia veamos que es lo que ha sucedido, puede que solo se trate de un exceso de celo. Sonrío intentando reducir la tensión. - Seguro que solo ha sido un mal entendido, en estas tierras solo somos unos desconocidos.

Avanzo con mi sobrina hasta donde descansan nuestras cosas. Me envaro antes de presentarme ante los guardias igual que lo haría antes de pasar la inspección a los guardias de nuestra ciudad.

Señores soldados, gracias por cuidar de nuestras pertenencias. Sino tenéis inconveniente esta joven dama y yo protegeremos el carro antes de que la tormenta nos termine de alcanzar.

 

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09/04/2017, 12:26
Dareios

Un poco más rezagado e imitando a Lykaios para hacerse a un lado en la conversación y dejar que los que tenían mejor oratoria (y aplomo) se encargasen de ella, Dareios miraba a su alrededor con los ojos entrecerrados.Se pasó una mano por la cara, quitándose las gotas de agua que discurrían como pequeños arroyos desde el nacimiento del pelo hasta su barbilla. Sintió un hormigueo desagradable en las manos como si el tiempo que habían perdido en decidir qué hacer hasta que la tormenta y Marconio les dieron alcance hubiera sido suficiente como para entumecerle los dedos.

Hypatia y el hermano de su padre iban a tratar con los guardias  y el menor de los hijos de Penelope no permitiría que fuesen solos. Quizá por prudencia o para ganarse el favor de su hermano mayor, se acercó a Lykaios y le tocó el brazo a la altura del hombro con un gesto sutil de la cabeza, señalando hacia su hermana y su tío para que se diese por aludido y prestase más atención a la situación de ambos.

Hypatia no había recurrido a sus hermanos para pedir ayuda  pero eso no impediría que ellos cuidasen sus pasos y las consecuencias de sus actos.

 

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17/04/2017, 15:36
Director
Sólo para el director

Notas de juego

 

Para cuando el grupo llegó hasta la carreta con las provisiones y empezó a hablar, los héroes fueron conscientes de que Hypatia ya estaba allí, se había separado de ellos momentos atrás sin que nadie pusiese la suficiente atención en ello, ni siquiera sus hermanos. Ésta, se mantuvo a la espera de todos ellos ante la imposibilidad de revisar si todo estaba bien con las provisiones pues los dos guardias dejados allí por Marconio se lo habían impedido y no habían hecho oído a sus palabras, esto dado que ellos no iban a escuchar a una joven mujer del campo que parecía más que nada una pordiosera; y es que, tras la destrucción de la torre, las vestimentas de la joven hija de Ptolomeo, le hacían verse en un muy mal estado, o más bien, en un estatus peor que el de una esclava.

-¿Bestia?, ¿Cuál bestia?- preguntó Marconio ante las palabras de Theron, podía de cierta forma entender a qué se refería, pero toda la información que le habían dado hasta ahora era a trozos y muchas cosas había tenido que unirlas él mismo a fin de entenderles. Por suerte, ante las palabras de Ischyros, las cosas quedaron más claras, -la quimera es la bestia de la que hablaban antes, ¿saben si está bestia tiene alguna relación con la bestia que ha estado asolando a la ciudad y que ha causado muertes en los alrededores?, y a su vez, si tuvieran idea de cómo o por que la bestia combatía junto a Tarquino, sería esclarecedor-. Y mientras esto decía, dio la orden a uno de sus subordinados para que cogiese la cabeza del sacerdote, el cual la depositó en un amplio saco que ya traía con ellos, probablemente anticipándose a la situación.

 

 

Todos: Disculpen los errores gramaticales en post pasados, últimamente respondo a las prisas y no miro lo que el corrector ortográfico va haciendo.

 

 

 

Akintos había logrado encender a la gente que ahora le miraba de forma distinta, tal como si él fuese un enviado de Zeus, un guerrero bajo su designio, y por ello, los rumores sobre él no se hicieron esperar e incluso habrían de expandirse aún más con el paso de los días.

La meta del escudero era conseguir apaciguar a aquellas personas, y mantenerlas distraídas, al menos lo suficiente como para que sus compañeros no tuviesen que lidiar con toda aquella muchedumbre. Y aunque había tenido éxito, no contaba con el fanatismo y miedo que el mismo podría causar, y más aún, con aquella fuerza humana tan potente y natural como era la curiosidad. Puesto que, a medida que algunas de aquellas personas le iban haciendo caso, otras llegaban para ocupar sus lugares y escuchar si los rumores eran ciertos.

Al final, logró en gran medida su objetivo, la situación se tranquilizaba y solo unos pocos curiosos dispersos se mantenían mirando los cielos, con el miedo de que aquella ligera tormenta que ahora caía sobre de ellos, realmente se transformase en un castigo de los dioses. Pero el problema que ahora tenía el Miceno, era que en su camino hacia la posada donde se encontraban sus compañeros, varios de los pobladores se le fueron acercando para seguirle, y saber hacia dónde se dirigía con la esperanza de quizá escuchar más mensajes de los dioses.

Akintos: Iba a ponerte un post especial mucho antes, pero nunca tuve el tiempo. Mis disculpas.
Akintos: Recuerda este acontecimiento para el momento en que se entregue fama.

 

-Hera sea contigo joven sacerdotisa- le saludo la suma sacerdotisa de Hera del templo de Midea a Ifianasa cuando esta última se presentó y presentó a sus compañeros. Luego sin decir nada más, empezó a elevar una plegaría a los dioses al tiempo que las sacerdotisas que le acompañaban estirando sus manos hacia la suma sacerdotisa le sostenían sus brazos que se elevaban a lo alto para ayudarle si esta se cansaba. La plegaría dio pie a un cantico que culmino con un muy largo silencio, el cual ni siquiera los guardias de la acrópolis se atrevieron a interrumpir. Al finalizar está, la suma sacerdotisa tomó el orbe de las manos de Ifianasa con sumo respeto y cuidado para entonces levantarlo en sus manos y elevar otra corta plegaria para luego despedirse de Ifianasa con unas cortas palabras. -El poder de Hera descanse siempre en ti, jovencita. Si algún día necesitas mi ayuda, recuerda que este templo tiene una deuda contigo y con los hombres que te acompañan- y sin más, dio la vuelta para entonces alejarse hacia el templo de Hera, con las dos sacerdotisas avanzando tras ella, una a cada lado…

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18/04/2017, 15:12
Morfeo [Narrador]

Para cuando el grupo llegó hasta la carreta con las provisiones y empezó a hablar, los héroes fueron conscientes de que Hypatia ya estaba allí, se había separado de ellos momentos atrás sin que nadie pusiese la suficiente atención en ello, ni siquiera sus hermanos. Ésta, se mantuvo a la espera de todos ellos ante la imposibilidad de revisar si todo estaba bien con las provisiones pues los dos guardias dejados allí por Marconio se lo habían impedido y no habían hecho oído a sus palabras, esto dado que ellos no iban a escuchar a una joven mujer del campo que parecía más que nada una pordiosera; y es que, tras la destrucción de la torre, las vestimentas de la joven hija de Ptolomeo, le hacían verse en un muy mal estado, o más bien, en un estatus peor que el de una esclava.

-¿Bestia?, ¿Cuál bestia?- preguntó Marconio ante las palabras de Theron, podía de cierta forma entender a qué se refería, pero toda la información que le habían dado hasta ahora era a trozos y muchas cosas había tenido que unirlas él mismo a fin de entenderles. Por suerte, ante las palabras de Ischyros, las cosas quedaron más claras, -¿la quimera es la bestia de la que hablaban antes?, ¿saben si está bestia tiene alguna relación con la bestia que ha estado asolando a la ciudad y que ha causado muertes en los alrededores?, y a su vez, si tuvieran idea de cómo o por que la bestia combatía junto a Tarquino, sería esclarecedor-. Y mientras esto decía, dio la orden a uno de sus subordinados para que cogiese la cabeza del sacerdote, el cual la depositó en un amplio saco que ya traía con ellos, probablemente anticipándose a la situación.

Las palabras del general Spyridon quizá fueron aquellas que se encaminaron con más sentido a aquello que más importaba realmente tras todos aquellos sangrientos acontecimientos. -Pueden descansar aquí mismo, me encargaré de que por esta noche tengan aposentos y comida caliente, a la par dejaré un par de guardias para que vigilen a la distancia y me informen si algún disturbio se presenta. No obstante, no puedo escoltarles fuera de la ciudad si lo que pretenden es no llamar la atención de los pobladores. Lo más sensato en ese caso, sería que ustedes mismos partiesen antes de que el sol despunte, justo cuando la actividad del pueblo apenas empieza nacer-.

Ya para aquel momento, ante las indicaciones de Hypatia a su tio Theron, y de este mismo a los guardias, el comandante Marconio dio el mismo la indicación de que dejasen ya de proteger aquella carreta y se alejasen de la misma. Dejando entonces todo en manos de Hypatia, quien de cierta forma era la encargada de todo aquello junto al astuto mercader Lykaios.

Notas de juego

Todos: Disculpen los errores gramaticales en post pasados, últimamente respondo a las prisas y no miro lo que el corrector ortográfico va haciendo.
Todos: Noten que si parten antes del amanecer no habrán comprado nada, lo cual puede ser mejor o puede ser peor según sus intenciones.
Hypatia y todos: Para estos momentos ya muchas cosas han de estar mojadas. ¿Solo pones una manta encima?

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18/04/2017, 15:14
Morfeo [Narrador]

Akintos había logrado encender a la gente que ahora le miraba de forma distinta, tal como si él fuese un enviado de Zeus, un guerrero bajo su designio, y por ello, los rumores sobre él no se hicieron esperar e incluso habrían de expandirse aún más con el paso de los días.

La meta del escudero era conseguir apaciguar a aquellas personas, y mantenerlas distraídas, al menos lo suficiente como para que sus compañeros no tuviesen que lidiar con toda aquella muchedumbre. Y aunque había tenido éxito, no contaba con el fanatismo y miedo que el mismo podría causar, y más aún, con aquella fuerza humana tan potente y natural como era la curiosidad. Puesto que, a medida que algunas de aquellas personas le iban haciendo caso, otras llegaban para ocupar sus lugares y escuchar si los rumores eran ciertos.

Al final, logró en gran medida su objetivo, la situación se tranquilizaba y solo unos pocos curiosos dispersos se mantenían mirando los cielos, con el miedo de que aquella ligera tormenta que ahora caía sobre de ellos, realmente se transformase en un castigo de los dioses. Pero el problema que ahora tenía el Miceno, era que en su camino hacia la posada donde se encontraban sus compañeros, varios de los pobladores se le fueron acercando para seguirle, y saber hacia dónde se dirigía con la esperanza de quizá escuchar más mensajes de los dioses.

Notas de juego

Akintos: Iba a ponerte un post especial mucho antes, pero nunca tuve el tiempo. Mis disculpas.
Akintos: Recuerda este acontecimiento para el momento en que se entregue fama.

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18/04/2017, 15:15
Morfeo [Narrador]

-Hera sea contigo joven sacerdotisa- le saludo la suma sacerdotisa de Hera del templo de Midea a Ifianasa cuando esta última se presentó y presentó a sus compañeros. Luego sin decir nada más, empezó a elevar una plegaría a los dioses al tiempo que las sacerdotisas que le acompañaban estirando sus manos hacia la suma sacerdotisa le sostenían sus brazos que se elevaban a lo alto para ayudarle si esta se cansaba. La plegaría dio pie a un cantico que culmino con un muy largo silencio, el cual ni siquiera los guardias de la acrópolis se atrevieron a interrumpir. Al finalizar está, la suma sacerdotisa tomó el orbe de las manos de Ifianasa con sumo respeto y cuidado para entonces levantarlo en sus manos y elevar otra corta plegaria para luego despedirse de Ifianasa con unas cortas palabras. -El poder de Hera descanse siempre en ti, jovencita. Si algún día necesitas mi ayuda, recuerda que este templo tiene una deuda contigo y con los hombres que te acompañan- y sin más, dio la vuelta para entonces alejarse hacia el templo de Hera, con las dos sacerdotisas avanzando tras ella, una a cada lado.

Con ello, su misión allí, había finalizado, y tal como se les indicara antes, Menon les informó que habría de escoltarlos hasta más allá del ágora, fuera de la ciudad. Y sin más, el grupo de tres héroes, empezó a avanzar de regreso, y fue entonces cuando el búho que acompañaba a Anatolius empezó a cantar mirando fijamente a este como si le dijese algo.

Notas de juego

Anatolius: Mentor te dice lo siguiente “El espartano es astuto, deberías pensar bien lo que haces con los regalos que te dan los dioses”.
Nótese que la sacerdotisa tomo el orbe sin aquel saco que te dio Atenea, por lo que aún lo tienes.

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18/04/2017, 19:54
Spyridon

Spyridon agradeció las atenciones de Marconio.

- Eso sería lo mejor, pero estamos cansados a la vez que tenemos que revisar y posiblemente reponer el conetnido del carro. Partiremos más tarde, basta con que nos facilite el paso a través de la ciudad y, aunque perderemos la parte del sigilo, prefiero que estemos descansados y al máximo de nuestras fuerzas.

Dejó que el grupo se organizase para comprobar y completar el contenido del carro, así como para guarecerlo de las inclemencias del tiempo. Había aprendido a delegar y confiar en los demás, pero una mirada a Akintos fue suficiente para que su fiel escudero entendiera que debía hacerse cargo de la organización o, al menos, comprobar que el trabajo se estaba haciendo.

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19/04/2017, 22:06
Ischyros

Todas nuestras declaraciones comienzan a explicarle a Marconio lo ocurrido y este comienza a entender lo que realmente pasó. Escucho las palabras que pronuncia y respondo a su pregunta acerca de si la quimera era la misma bestia que salimos a cazar la otra noche:

 - "Yo creo que era la misma bestia que había atacado a los cazadores. Tenía garras y una cabeza de felino que se correspondía con las heridas que tenían los cadáveres. Esa vez, la bestia desapareció de la nada y sentimos que nos observaba desde el cielo nocturno, lo que no entendimos, pero la quimera tenía alas. Yo creo que era la misma criatura. Tarquino la controlaba utilizando el orbe de Hera aunque probablemente los ataques a los cazadores los hizo antes del control del sacerdote."

Spyridon indica que no partiremos al amanecer sino cuando estemos listos y aprovisionados, a lo que estoy completamente de acuerdo. No siento vergüenza alguna por haber impartido justicia y no siento que deba esconderme como un criminal ni asustarme de la plebe porque esté confundida. Se les debe guiar con la verdad y sentir orgullo por ser la mano justiciera de los dioses, como corresponde.

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20/04/2017, 11:31
Capitán de navío Ebalo

Aunque volvían del templo ya sin el orbe, no podía bajar la guardia. Ébalo iba mirando con cara de pocos amigos a todos los que se cruzaban con ellos, estaba en su papel de guardaespaldas duro y tenía el ceño fruncido y andares de macho. Tampoco le costó mucho, era espartano. Lo más cercano al hombre perfecto.

Sólo se suavizó el gesto cuando oyó cantar al búho, eso sí que fue una sorpresa, no sabía que esperaba que hiciera el enviado de zeus... ¿que hablara con una voz de mujer? demasiado inquietante, ¿con voz de hombre poderoso? demasiado chocante, ¿Una voz de dos tonos a la vez? demasiado brillante ¿Con silbidos de pájaro? demasiado redundante ¿Con voz de viejo? Demasiado hilarante...

A partir de aquí ya perdió el hilo de la protección y su saltarina mente ya estaba imaginándose toda clase de combinaciones posibles y de vez en cuando se reía para sí mismo.

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20/04/2017, 15:59
Atreo

Sí, es cierto que hicimos lo posible porque Tarquino se rindiera, pero tú ya estabas preparado para su muerte. Atreon vio cómo los ojos muertos de Tarquino desaparecieron en el interior del saco de su subordinado y entornó los ojos hacia el sacerdote. Con renovada desconfianza. De repente, sus promesas de descansar volvieron a Atreo insomne.

No me gusta eso de que tengamos dos guardias vigilándonos, susurró a sus compañeros.

Notas de juego

Direcotor: Mi primer post. Un poco tímido para entrar en calor. Solo incluyo a los mismos que tú has incluido en tu último mensaje.