Partida Rol por web

Dynah no tenía tiro, así que esperó hasta que Draebeorn despejara la salida de la escalera.

Apenas podía hacer nada desde aquella posición, así que se colgó el martillo en el cinturón y tocó la espalda del barbaro cuando vió que no le molestaría para pelear.

El virote de Abroshtor alcanza al dañado zombie, atravesando la piel hinchada de su frente con un sonido amortiguado. Por suerte, el golpe es lo suficiente certero para hacer que el no-muerto se desplome sobre el suelo, su cuerpo despedazándose en fragmentos nauseabundos por el impacto.

La paladina aprovecha el breve instante para sanar uno de los rasguños del bárbaro, que mantiene las defensas altas contra los garras de un segundo goblinoide, parapetado tras el marco de la puerta.

Pasando por encima de los restos del zombie destrozado, Drabeorn siguió avanzando para girarse a por el otro no-muerto que se escondía tras la esquina. Ethelwyn giró con él, y el acero se clavó profundamente en el torso del zombie.

El segundo zombie cae fácilmente ante los embates de Drabeorn, dejándoos de nuevo solos y en silencio. Comprobáis que, tal y como sospechaba Abroshtor, los no-muertos habían sido encadenados a la pared norte, aunque la longitud de las cadenas no les permitía alcanzar las escaleras.

Más relajados, proseguís el descenso, y tras varias vueltas al núcleo central os sorprendéis al comprobar que vuestras antorchas empiezan a iluminar de forma normal.

La escalera empinada desciende a través de roca sólida durante cincuenta pies antes de terminar en una habitación forrada de piedra. Al entrar, distinguís una gran puerta de piedra directamente al sur de la escalera y una segunda puerta al sureste, ligeramente entreabierta. Al este, sobre el suelo de una pequeña alcoba, yace una antorcha extinguida.

Vaya hombre! Con los problemas que me dieron para darme el agua bendita! Bueno, quizás aún nos puedan servir de algo más adelante. ¿Qué es esa antorcha? Pensaba que los trasgoides podían ver en la oscuridad.

Quizá es una pista del paso de los magos perdidos, señala prudentemente Druul, acercándose a la antorcha. Os habéis fijado que la oscuridad mágica se ha retirado? Esperemos que dure.

- Tranquila, Dynah, me temo que tendremos muuuchas más oportunidades de usar ese agua bendita...- dijo Drabeorn, sonriendo.

Para cubrir a Druul mientras investigaba la antorcha, Drabeorn se acercó hasta la puerta que estaba entreabierta, para echar un vistazo y asegurarse de que no se acercaban problemas por allí.

Estaba satisfecho por el trabajo bien hecho. La oscuridad mágica había desaparecido y por fin podía quitarse la sensación de agobio que esta le producía. Hasta había vuelo a dibujar su eterna sonrisa optimista que tanto le caracterizaba.

-Estaba hasta los bigotes de esa maldita oscuridad!.- Dijo al comentario del Semiorco. 

Inspeccionó la sala y la antorcha con cuidado. -Bueno... Dos opciones. ¿Puerta abierta?¿Puerta cerrada?-

La Paladina miró los cadaveres de los goblins pensando que tendría que haber sido ella la que los hubiera destruido. Esperaba encontrarlos en un sitio más amplio la proxima vez, por que seguro que habría una proxima en este antro de maldad.
 

-Cerrada. Solo nos queda un camino.- Dijo ante la puerta situada al sur. No quedando satisfecho hasta agotar todos sus recursos, sacó su pequeño conjunto de herramientas y manipuló la cerradura. "Primero empujo... luego giro...NO! así no... Otra vez..."

- Déjalo, Abrosthor. Casi prefiero que esté cerrada, así tenemos las espaldas cubiertas mientras inspeccionamos este pasillo...- dijo el bárbaro, abriendo la puerta y mostrando el corredor.

-Hombre, no estaría yo tan segura. ¿Quien te dice que al otro lado no hay gente con la llave que nos puede sorprender por la espalda igualmente?

Dynah sabía que lo que decía tenía sentido pero también que era la curiosidad la que hablaba por ella. No podía evitar preguntarse qué habría allá dentro.

Mirándose con Abroshtor tras revisar la antorcha, el brujo deja que el gnomo empiece a manosear la cerradura de una puerta, y escucha el dilema del resto de sus compañeros, siendo eso mismo lo que le estaba pasando a él por la cabeza.

Vamos a ver si detecto algún aura arcana, quizá eso nos ayude a decidirnos... murmura sin tener muy claro si ayudaría a decidir para entrar o para evitar esa puerta.

[color=#00AA00](Inutilizar mecanismo)[/color] Abroshtor acciona la cerradura de la puerta de piedra, usando sus herramientas y su mano experta, y consiguiendo desbloquear el mecanismo tras un leve *click*. El gnomo se gira hacia sus controvertidos compañeros, encogiéndose de hombros con una sonrisa inocente en la cara.

Mientras tanto, Druul descarta la presencia de auras mágicas en el entorno.

-Ups!- Se encogió -Ya que está abierta...Podriamos seguir por aquí...Además, los caminos cerrados llevan a los grandes tesoros!! ¿Quien en su sano juicio iba a esconder sus objetos de valor tras una puerta abierta?- Esperaba no haber molestado a sus compañeros.

Dynah acariciaba la cabeza de Bethany cuando Abroshtor abrió la cerradura. El gnomo arrancó una nueva sonrisa del rostro de la oráculo.

-Estoy con él. No me digais que no teneis curiosidad!

- Hmmpfff... está bien.- aunque quisiera, Drabeorn no podía enfadarse con aquel gnomo, así que enfiló hacia la puerta recién abierta.

Alyssa alzó una ceja pero se mordió la lengua. Bien... adelante entonces.