Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

28. La reprimenda de Lady Marion

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23/07/2011, 22:20
Director

2 de junio de 1999 - 23:45

Marion había citado a Adéle en uno de los clubes nocturnos de moda en Blois. No es que fuese una ciudad muy grande, pero los artistillas y modernos se reunían en el lugar para hacer cosas supuestamente creativas y decadentes, como si fuese principios de siglo. No funcionaba demasiado. La mayor parte de aquellos artistas no generaba una cantidad de Glamour suficiente. Estaban consumidos en la autocomplacencia, y como tales no le inspiraban ningún interés.

La vampiresa esperaba en una de las mesas. Uno de los artistas de medio pelo se había sentado con ella y coqueteaban. Adéle, pese a que parecía estar cerca de la cuarentena, podía ser muy interesante cuando lo necesitaba. Bien lo sabía la sidhe.

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24/07/2011, 12:13
Lady Marion

Localizcó a Adéle y avanzó hacia ella con rapidez, apartando a las personas con las que se cruzaba a empujones. Hubiera querido dominarse, pero algo de la casa Gwydion o Fiona había despertado en ella.

Ignorando a su acompañante, ignorando que allí delante de la gente no tenía ningún poder sobre Adéle, tiró su abrigo sobre la mesa para atraer la atención de la vampiresa.

-¿¡Has sido tú!?

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24/07/2011, 12:40
Adéle

Adéle enarcó una ceja y la miró con picardía.

-Querida, ¿te he dicho lo hermosa que te pones cuando te enfadas? Aunque has echado a perder la bebida de este pobre chico... -La vampiresa levantó la prenda de encima de la mesa y rescató el Bloody Mary con pelusas que había debajo. Se lo tendió al chico, que se alejó murmurando algo sobre mujeres locas-. No sé de qué me hablas. Siéntate, ¿quieres?

Adéle no solía recordar gran cosa de lo que pasaba cuando bebía sangre de hada. Sabía que la ayudaba a pintar, que Marion era tan hermosa que podía quemar retinas y que afloraba su lado más infantil y entusiasta. Ahora, sobria, probablemente no supiera nada de lo que Marion quería saber.

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24/07/2011, 12:52
Lady Marion

Recuperó su chaqueta de un tirón, como si temiera que Adéle le fuera a contagiar su corrupción nomuerta.

-¡No! -No podía dejar de gritar. Se mordió el labio para tranquilizarse-. Vámonos de aquí. A tu estudio.

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24/07/2011, 13:01
Adéle

-¿Ya? -La mujer sonrió-. De acuerdo.

Pasó por la barra para pagar la copa de vino tinto que probablemente no hubiese bebido y recogió su chaqueta. Salió seguida de Marion. Se montó en su coche, un Volvo azul oscuro, y condujo hasta su estudio. Subieron por las escaleras ya que el ascensor volvía a estar averiado. Aquello estaba como siempre. Un torbellino de colores se esparcía por el suelo, fruto de alguna locura en un momento de borrachera. Varios lienzos a medio pintar se extendían por la habitación. En el centro, frente a un diván, había una pintura de Marion semidesnuda en su forma feérica, casi terminada. Adéle entrecerró los ojos al pasar por allí y dejó la chaqueta sobre un montón de ropa en el suelo.

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24/07/2011, 13:26
Lady Marion

No dijo nada durante el trayecto, ni mientras subían las escaleras, pero al entrar Marion volvió a estallar. Tiró la chaqueta sobre un lienzo, avanzó hasta su retrato y se volvió hacia Adéle, dejando salir toda la rabia que había acumulado durante el camino.

-Fuiste tú, ¿verdad? Alguien atacó a dos hadas en la Flor de Piedra. Un vampiro. ¡Sé que fuiste tú!

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24/07/2011, 13:54
Adéle

-¿Qué crees que haces? Que tengas un rostro tan hermoso no te da permiso para destrozar mis cosas -se quejó Adéle-. ¿Y qué si fui yo?

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24/07/2011, 15:06
Lady Marion

-¿¡Y qué!? -explotó- ¿¡Cómo te atreves!? ¡Te lo he dado todo... -balbuceó, buscando la palabra apropiada-, criatura! ¡No eres más un cadáver, un cuerpo muerto! ¡Te he dado un alma! ¡Y tú te ríes de mí!

Sus gritos llenaban la habitación. Estaba fuera de sí, pero se calmó de pronto. Aún miraba a Adéle llena de ira y con la mandíbula tensa, pero ya no estaba en ese estado cercano a la histeria. Tiró del tirante del vestido y se soltó el nudo que estaba en su nuca.

-¿No te basta con lo que he hecho por ti? ¿Qué quieres de mí? ¿Más? Muy bien.

A tirones medio se desnudó, medio se arrancó el vestido. Perlas quiméricas volaron por todas partes, desaparecieron al golpear a Adéle y rodaron por el suelo. La desnudez de Marion iluminó la habitación con Glamour, con su ira y su nobleza. Volvió a sentirse poderosa, intocable. Adéle era un gusano que debía pagar por haberla traicionado. Por haberse atrevido a tocar a Lothar.

Cogió a la vampiresa por la nuca y puso su cara en el hoyo de su hombro, animándola a morder.

Notas de juego

Eso es Grandeza con despelote.

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24/07/2011, 15:12
Adéle

Adéle respondió con rabia, mostrando los colmillos.

-¿Te atreves a llamarme cuerpo muerto, estúpida? ¿Tú? Sí, puede que seas muy hermosa, pero no es nada que no se pueda pagar a cualquier putilla con ganas de salir en mis cuadros. No tienes nada que no pueda conseguir por mi cuenta.

Pero cuando Marion se arrancó la ropa y mostró su cuerpo desnudo, las palabras murieron en los labios de Adéle. Sus colmillos volvieron a esconderse y ella sólo pudo observarla, cautivada. Ni siquiera cuando la sidhe la empujó a beber de ella pudo hacer algo que no fuese mirarla, escucharla, olfatearla. A veces le ocurría, sobre todo cuando estaba encantada. Y Marion sabía que la única manera de volverla a traer de vuelta era desaparecer.

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24/07/2011, 15:28
Lady Marion

Impaciente, alzó a Adéle de un tirón y la besó profundamente, compensando su pasividad con violencia, como si quisiese insuflarle aire en los pulmones. Tanteó con la lengua la boca muerta de la vampiresa en busca de los colmillos escondidos, y notó con disgusto su falta de respiración, pero no la detuvo. Respiró Glamour dentro de ella, más y más, magia pura, no la que corría por sus venas sino la que componía su ser.

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24/07/2011, 15:30
Adéle

La vampiresa recibió el hálito de Glamour sin poder evitarlo. Sus ojos se abrieron de par en par cuando pudo observar el semblante feérico de Marion. Por un momento el embrujo de la belleza se rompió, lo justo para que la mujer cayese de espaldas. Y entonces vio a la Eiluned en todo su esplendor, una hermosura tan grande que lágrimas sangrientas cayeron por las mejillas de Adéle.

No podía hacer nada, sólo balbucear algo casi inaudible:

-Losientolosientolosientolosiento

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24/07/2011, 15:46
Lady Marion

El cantrip se extinguió, pero ya era innecesario. Marion contempló a Adéle desde las alturas, como debía ser, y quiso escupirle, darle patadas. Temblando de rabia (¿cómo podía un ser tan patético haber derrotado al Conde? ¿Cómo podía haberse dejado engañar por ella, que debía ser pasto de los gusanos y aún así caminaba?) se arrodilló a su lado y la obligó a incorporarse.

-Cállate. Te atreves a insultarme. Crees que eres inmortal. No eres nada. Yo soy inmortal. Tú eres una aberración, yo soy un sueño caminando entre los hombres. Aquí tienes el tuyo. Bebe.

Con el Glamour que había tejido en sus palabras cogió otra vez a Adéle por el cuello y la forzó en su hombro, obligándola a beber, embrujada o no. Estaba dispuesta a hacerla reventar de magia si era necesario, hasta que estuviera lista. Recibió el breve dolor y el intenso placer con un gemido contenido, y se abrazó al cuello de Adéle antes de apartarla.

Aún sangraba por los dos agujeros que no le había permitido cerrar. Besó a Adéle en los labios, saboreando su propia sangre y, por debajo del sabor metálico, un regusto de aquello que tanto codiciaba, que la enloquecía, y la miró a los ojos.

-Y ahora, pinta.

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24/07/2011, 16:33
Adéle

Asintió vigorosamente. Se dio la vuelta y buscó un lienzo en blanco. Eso fue fácil. Rebuscó a su alrededor pinturas, pero las descartó todas por considerarlas poco apropiadas. Rabiosa y drogada, Adéle parecía peligrosa, pero sólo para sus propias pertenencias. La orden de Marion había calado hondo en su mente y lo único que sabía era que debía pintar.

Harta de no encontrar el tono apropiado, se abrió el antebrazo derecho de un mordisco y tomó directamente de allí la sangre con un pincel. Tras inspirar un momento a pesar de no necesitarlo, se volvió hacia el lienzo y pintó. Las pinceladas se sucedían tan rápido que Marion apenas podía distinguir una estela. Había visto trabajar así a Adéle en alguna ocasión. Aunque le gustaba que observaran crecer su arte poco a poco, cuando se hallaba verdaderamente inspirada no se permitía parar. La velocidad a la que trabajaba era inhumana, propia de un usuario de Arte. En cuestión de una hora, Adéle cayó desfallecida.

-Tengo sed... -murmuró, mirándola con los ojos en blanco.

Frente a ella, la obra más genial que jamás había pintado y que jamás volvería a pintar. Un remolino tormentoso de sangre oscura tan hermoso y lleno de Glamour que el alma inmortal de Marion se estremeció.

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24/07/2011, 17:03
Lady Marion

Se había arrastrado hasta el diván, donde había intentado detener la hemorragia de su hombro con su vestido. Al principio debilitada e hipnotizada por los movimientos de la artista, se limitó a mirarla sin moverse, pero recordó por qué estaba ahí y dio vueltas por la habitación, entre los cuadros terminados y a medio acabar. Estaba mareada pero la mantenían el pie la ira y la voluntad.

Cuando Adéle se apartó y pudo contemplar su obra, los ojos de la Eiluned se llenaron de lágrimas. Era su propia sangre, corrupta y diluida en la de Ariadna, en la de mortales, la que había hecho posible que aquella maravilla existiese. Era suyo. En aquel lienzo estaba el alma que había creado para Adéle, y ahora veía que no era real, no era otra cosa que sangre. Le pertenecía. Y la destruiría.

Ignoró a Adéle, o el peligro que suponía para ella, y se plantó delante del lienzo de dos zancadas tambaleantes. Con el estómago encogido en anticipación clavó los dedos en el lienzo y lo rasgó.

Se le habían llenado las manos de sangre. Se manchó la cara y la raíz del pelo, y empezó a escarbar el lienzo con las uñas y los dedos, reuniendo la sangre y el Glamour y ungiéndose con él, trasladando el cuadro a su propio cuerpo. Se embadurnó los hombros, los pechos, los brazos y frotó con insistencia las piernas y la cara interior de los muslos, perdida en un torrente de Glamour oscuro y retorcido e indiferente a aquella criatura que podía destruirla, tal como ella la estaba destruyendo.

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24/07/2011, 17:39
Adéle

-¡NOOOOOO!

El alarido de desesperación fue sucedido por un viento súbito. Marion se sintió volar por los aires por la velocidad con la que se habían encontrado. La sidhe cayó al suelo a varios metros, mientras Adéle intentaba recomponer los trozos de su lienzo. Las uñas de Marion habían arrancado la sangre casi seca y habían vuelto el cuadro un amasijo de lienzo y pegotes coagulados que ya no era arte y no podría volver a serlo.

La vampiresa levantó la mirada llena de ira.

-¿Qué es lo que has hecho? ¿Con qué derecho? ¡Era mi obra maestra! ¡Era mi obra!

Se puso en pie y se abalanzó sobre ella con sobrenatural velocidad.

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24/07/2011, 17:55
Lady Marion

Cayó sobre un costado y se golpeó en la cabeza y la cadera. Estaba dolorida y muy aturdida para recurrir a sus Artes. Sólo pudo encogerse al sentirla llegar, como un huracán.

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24/07/2011, 17:57
Adéle

-Has destruido lo más bello que he hecho en mi vida. Pero... ¿tú? ¿Qué has hecho tú? -gruñó Adéle sujetándola por el cuello-. ¡Nada! ¡Sólo eres algo en el exterior! -La vampiresa hundió sus uñas en la mejilla izquierda de Marion. Las tenía lo suficientemente largas como para que hiciesen daño-. ¡Te destruiré igual que tú has hecho conmigo!

De una rápida pasada las uñas horadaron cuatro líneas paralelas en la mejilla de Marion. Cuatro líneas lo suficientemente hondas como para dejar marca y provocar un intenso sangrado.

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24/07/2011, 18:13
Lady Marion

Soltó un alarido y se agarró a la muñeca de Adéle, tratando se soltarse. El dolor, aunque intenso y desagradable, tuvo la capacidad de hacerla reaccionar. No realizó Disparate alguno, estaba tan harta de Glamour que no necesitaba otra cosa para activar sus Artes. Para eso había encontrado a Adéle, la había cultivado y la había cosechado.

Sucia, herida y desesperada, Marion le quitó a Adéle el poder que tenía sobre ella y volvió a ser intocable y noble.

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24/07/2011, 18:29
Director

Adéle trastabilló de nuevo y se quedó boquiabierta, mirando a Marion completamente apabullada.

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24/07/2011, 19:16
Lady Marion

-¡Es lo que te mereces! -le gritó. Dolía, le dolía todo, pero estaba borracha de rabia y Glamour-. ¡Esto y más! Estás maldita. Por tu misma existencia, y ahora por mí. Ya no habrá sangre que te de sentido. Podrías desangrarme, a mí y a todos los duendes de Blois, y seguirás tan muerta por dentro como por fuera. Mejor harías tirándote al fuego.

No sabía si la escuchaba, si podía entenderla, pero le daba igual. La había marcado, y era otra afrenta más. Se deslizó hasta su vestido y se lo puso como pudo. Adéle ya no era suya, y ya no podía ser controlada. Pero sólo estaba ahí, de pie. No tenía fuerza para clavarle un trozo de madera en el corazón, ni medios para prenderle fuego a todo ese piso. No respondía a sus provocaciones ni a sus insultos. La Eiluned se desinfló.

Marion no supo que hacer. A salvo por un rato, se derrumbó sobre el diván, apretó el vestido contra los terribles arañazos de su mejilla y lloró amargamente, por su cara destrozada, por el destino que la esperaba si llegaba a conocerse su asociación con Adéle, a ella, que se burlaba de Ibrahim, un destino que le iba a doler mucho más pues iba a ser ejecutado por el hombre al que deseaba. Por él también lloraba, y por cómo la miraría si la viera allí. Apretó la tela contra su boca y nariz para tapar los lamentos, y escondió la cara en el hueco de sus rodillas, dejando pasar el tiempo y salir la pena.