Partida Rol por web

El don del último romano

Prólogo: Reunión en Kennilworth

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12/12/2011, 23:43
Cierva blanca

La cierva parece que hasta te sonría cuando recoges el hermoso objeto y vuelve a hablarte

Y ahora marchad para completar con éxito vuestra jornada. Tal vez en un futuro sea a mi a quien corresponda ayudaros, y tened por seguro que lo haré con gusto...

Luchad siempre con el corazón y la fe con que lo habéis hecho hoy, y todo enemigo maligno caerá derrotado por la fuerza de vuestro brazo termina diciendo, mientras se encamina de nuevo al bosque

Notas de juego

PJs involucrados: Harodan

Mala suerte, eso es que Harodan no está destinado a verlo XDDD

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13/12/2011, 00:01
Sir Harodan
Sólo para el director

Sir Harodan vuelve hasta donde se encuentra su escudero e introduce los arreos en una alforja.-Continuemos camino escudero y la fortuna puede que nos sonría.-

Notas de juego

Si no lo está no lo está. Tal vez ese escudo pertenezca al mejor caballero del mundo en un futuro.

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13/12/2011, 00:12
Doncella

Tras dejar atrás el claro del bosque vuelves al camino y, en poco rato, divisas las murallas de Kennilworth. Alrededor del imponente castillo ves que hay gran cantidad de casas, casi un gran pueblo, y los terrenos que lo circundan se ven muy bien ciudados, llenos de campos de labranza y pequeñas granjas.

En cuanto entras en la fortaleza, eres bien recibido por una doncella guerra que te saluda y te indica a dónde debes ir. Mientras tu escudero se encarga de los caballos, ves que en el amplio patio de armas descansa una imponente comitiva, formada por un lujoso carruaje y una escolta de más de una docena de caballeros, que se dispone a comer una vez se han encargado de sus monturas...

En la puerta del edificio te recibe una hermosa y sonriente doncella que te guía hasta un aposento privado, donde se encuentra ya otro joven caballero. En él hay tres jergones dobles de paja cubiertos con sábanas y mantas, varias jofainas y finas toallas para que te puedas asear a gusto.

¿Desea algo más mi señor caballero? te pregunta amablemente la doncella, aunque tu atención se centra en lo que ves a través de la ventana, que es la imponente comitiva y el carruaje al que escoltan...

Notas de juego

PJs involucrados: Harodan (sigue en el siguiente mensaje)

Tirada de Heráldica para saber algo más de esa escolta XD

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13/12/2011, 00:21
Doncella

La doncella que acaba de traer al aposento al otro caballero hace una rápida reverencia y, con una sonrisa encantadora os dice

Perdonen los caballeros mi estupidez... aunque seguro que ambos no se conocen, los dos, y un tercero que están por llegar están invitados a comer con mi señora Colomb, y mi señora espera que acepten este alojamiento para pasar la noche.

Aunque antes de todo esto ella desearía que los jóvenes caballeros vieran cómo se imparte justicia en Kennilworth.

Es un asunto que ha surgido de improvisto, me han dicho...

Notas de juego

PJs involucrados: Harodan y Edmund

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13/12/2011, 00:36
Sir Harodan

-Tenga buenos dias caballero, soy Sir Harodan de Huntington,-el caballero hace una reverencia, y volvíendose hacia la dama continúa,- dígale a su señora Colomb que asistiré encantado ante tal recivimiento.-

- Tiradas (1)

Motivo: Heraldica

Tirada: 1d20

Dificultad: 4-

Resultado: 20 (Fracaso)

Notas de juego

¿Heráldiqué? XDD

Bueno, tan pronto llegue Robert os reuno a todos XD

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13/12/2011, 07:59
Sir Edmund

- Es un placer conoceros, sir Harodan - dijo con una sonrisa, al girarse, su cota de mallas tintineó ligeramente - Soy sir Edmund de Brum.

Sir Edmund tenía un rostro joven, y un pelo rebelde y liso que siempre luchara por no querer estar en su sitio. Aunque no podría tener mucho más de 20 inviernos, pareciera que cargara un gran peso sobre sus hombros, y sus ojos, aunque vivaces y orgullosos, estaban ensombrecidos por una ligera tristeza. Escuchó a la labriega con atención, y pareció fruncir el ceño con el comentario.

- En verdad os digo que vuestra señora ha sido muy amable con los aposentos, y también aceptaré la invitación.

De camino, pareciera como si recordara algo y miró con una ligera sonrisa a sir Harodan.

- ¿Huntington habéis dicho? ¿No se alza en aquella ciudad un formidable castillo que es la envidia de las comarcas de los alrededores?

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13/12/2011, 13:06
Sir Robert

No había mucho mas que hacer en el extraño santuario, así que, tras terminar el refrigerio y despedirse del sacerdote, Robert vuelve a montar en su caballo rumbo de nuevo hacia la ciudad de Kennilworth. 

El viaje es tranquilo, sin mas encuentros que algún animal suelto por el bosque y algún aldeano por el camino. Ya no aparecen extraños caballeros armando barullo y con ganas de pelea. Al poco rato, Robert comienza a vislumbrar las puertas de Kennilworth.

Al fin- musita mientras espolea a su montura para que acelere la marcha y llegar cuanto antes a la ciudad.

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13/12/2011, 13:24
Doncella

Tras dejar atrás el claro del bosque y al ermitaño vuelves al camino y, en poco rato, divisas las murallas de Kennilworth. Alrededor del imponente castillo ves que hay gran cantidad de casas, casi un gran pueblo, y los terrenos que lo circundan se ven muy bien ciudados, llenos de campos de labranza y pequeñas granjas.

En cuanto entras en la fortaleza, eres bien recibido por una doncella guerrera que te saluda y te indica a dónde debes ir. Mientras tu escudero se encarga de los caballos, ves que en el amplio patio de armas descansa una imponente comitiva, formada por un lujoso carruaje y una escolta de más de una docena de caballeros, que se dispone a comer una vez se han encargado de sus monturas...

En la puerta del edificio te recibe una hermosa y sonriente doncella que te guía hasta un aposento privado, donde se encuentran ya otros dos jovenes caballeros. En él hay tres jergones dobles de paja cubiertos con sábanas y mantas, varias jofainas y finas toallas para que te puedas asear a gusto.

¿Desea algo más mi señor caballero? te pregunta amablemente la doncella, aunque tu atención se centra en lo que ves a través de la ventana, que es la imponente comitiva y el carruaje al que escoltan...
 

Notas de juego

Pjs involucrados: Robert (continúa en el siguiente mensaje)

Tirada de Heráldica para saber más de la comitiva XD

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13/12/2011, 13:28
Josselyn

A la puerta del alojamiento que les han dado a los jóvenes caballeros, y mientras estos se presentan y se conocen un poco, llega una hermosa doncella guerrera

Soy Josselyn de Warwick y traigo los saludos de la Señora de Kennilworth a nuestros invitados. Mi Señora Colomb les ruega que, antes de compartir mesa con ella y otra de nuestras doncellas guerreras, bajen a la gran sala para ser testigos de cómo se imparte justicia en Kennilworth dice con una cordial sonrisa

Una vez se hayan aseado, la doncella les acompañará termina diciendo con una cumplida reverencia, y vuelve a marchar escaleras abajo

Notas de juego

PJs involucrados: Edmund, Harodan y Robert

Bueno, podéis charlar entre vosotros y presentaros y tal, yo haré el post de la gran sala para ir tirando, pero podéis interaccionar entre vosotros mientras bajáis y demás XD

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13/12/2011, 13:35
Sir Robert

Tras declinar con un gesto con la cabeza el ofrecimiento de la doncella, Robert se limita a observar por la ventana la comitiva y la llegada del carruaje. 

Desde luego, debe ser gente importante- piensa Robert. Apartando su mirada, observa a los dos hombres que se encuentran en la estancia. Se dispone a presentarse, pero justo en ese momento entra una mujer soldado que hace su presentación. 

Buena recepción- comenta, a nadie en particular, una vez Josselyn se ha marchado. Se gira hacia los caballeros que se encuentran en la sala y esta vez si, se presenta.

Soy Sir Robert de Lyonese, un placer.

- Tiradas (1)

Motivo: heráldica

Tirada: 1d20

Dificultad: 3-

Resultado: 5 (Fracaso)

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13/12/2011, 13:57
Colomb La-No-Dama

En cuanto bajáis observáis que la gran sala del castillo de Kennilworth es, como es habitual, impresionante. Pero en lugar de hacer como otros nobles, que todo está lleno de trofeos de caza y de guerra, aquí reina la sobriedad y la elegancia.

Un par de magníficos tapices cuelgan a lado y lado de la estancia, que está presidida por un sillón donde se sienta una dama de serena apariencia. A su lado, de pie, hay un anciano, seguramente un druída, y un par de guardias a diestra y siniestra y otros dos en la entrada recuerdan que esto es un evento solemne.

Cuando llegáis lo hace también una joven dama vestida con ricos ropajes, que sonríe con algo de simpatía a parte de la gente a la que la guardia hace entrar en estos instantes. En concreto a dos pobres campesinos que parecen sinceramente abrumados por todo lo que ven...

También entra un individuo con ropajes de noble, aunque con actitud huidiza y algo nerviosa, que lo mira todo con ojos ávidos de envidia. Y tras de él un criado vestido pobremente que simplemente se dedica a admirar todo lo que está viendo...

Yo soy Colomb La-No-Dama, Señora de Kennilworth, y ante mí habéis sido traídos para que imparta justicia por una de mis mejores doncellas guerreras, Lady Meredith de Greysand on the Avon. dice con seriedad, pero también con un punto de cordialidad la noble dama, haciéndole un gesto a Meredith de que se acerque a su lado

Bien, ahora decid vuestros nombres, y mi doncella me explicará lo ocurrido para que yo pueda juzgar correctamente...

Los dos campesinos hincan rodilla en tierra y uno, el más mayor, habla por los dos Yo soy Geoffrey, y éste es mi joven cuñado Matthew, noble señora...

Colomb sonríe ante el gesto de los plebeyos y les hace señal con la mano de que se alcen Levantaos, levantaos, por favor que aquí se imparte justicia de igual a igual y al mismo nivel

El noble frunce el ceño ante estas palabras, como si hubiera escuchado un chiste malo y con una reverencia protocolaria se presenta

Mi nombre es Sir Edmund Blackadder, de la familia de los Blackadder. Mi pad... empieza a desgranar petulante, cuando le corte un gesto de Colomb

Demasiado bien os conocemos, Sir Edmund Blackadder, aquí y en otras partes de Britania ha llegado vuestra fama... dice la Señora de Kennilworth en un tono indiferente, pero que hace que el noble se hinche como un pavo real

Que vuestra familia esté emparentada con la del sin par Uther Pendragon, sin embargo, no os da carta blanca para hacer lo que os venga en gana... aguardad a que oiga lo ocurrido y tened por seguro que obtendréis la justicia que buscáis las palabras de Colomb dejan a Sir Edmund boqueando sin palabras, completamente sorprendido e indignado...

Y yo soy Baldrick... empieza a decir el criado, gorra en mano, con una sonrisa algo infantil, hasta que su amo le suelta un pescozón

Ñéééééé, Baldrick, memo... nadie está hablando contigo así que conviértete en otro de esos tapices hasta que te diga que hables! gruñe por lo bajo Sir Edmund que añade Dale a unas mujeres un castillo y bonitos caballos y ya ves lo que hacen... los gatos no solamente pronto querrán servilleta, sino calcetines y todo!

Si Colomb oye o no las palabras del noble no se distingue en la serenidad que refleja su rostro. Entonces, se dirige a Méredith y le dice que cuente a los presentes lo ocurrido...

Notas de juego

PJs involucrados: todos

Mon, haz un pequeño resumen para que el resto sepa que ha pasado ¿ok?

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13/12/2011, 15:45
Lady Meredith

Intenté calmar a Geoffrey y a Matthew al entrar en la impotente sala del castillo con una sonrisa y una mirada de "todo irá bien".

Me dirigí a mi sitio sin demora y esperé a que Colomb hablara para relatar lo sucedido. Lanzaba discretas miradas a los pobres campesinos sintiendo algo de lástima por ellos. Se hallaban en una difícil situación y, a mí parecer, no con muy buena fortuna.

Escuché, atenta, las palabras de Colomb y la ridícula intervención de Sir Edmund, el cual, cada vez que posaba mi miraba en él, me irritaba más.

Giré la cabeza y miré, sorprendida, a Colomb cuando me encargó  narrar todo lo sucedido en el bosque.

Me mordí los labios con nerviosismo y me aclaré la garganta, observando a todos los presentes con una mirada huidiza.

-He aquí a dos hombres que quiso el destino que tuvieran mala fortuna pues, con su buena fe y humildad en su corazón, mostraron el camino a Sir Edmund con el fin de evitar que siguiera perdido en el bosque- señalé al noble con un gesto de la mano, dejando caer algo de desdén al pronunciar su nombre- prometiéndoles este caballero algo de dinero a cambio de tal tarea- expuse, tal y como me lo contaron los campesinos-. Sin embargo, y es por ello que tuvieron mal sino, el caballero, una vez que se le mostró el camino a seguir, se negó a pagar lo pactado- recriminé, frunciendo el ceño, mirándolo.

Hice una pausa, pensando en cómo continuar pues no quería que los jornaleros salieran mal parados de aquellos actos que acontecieron después.

-El dilema se presenta cuando, ante la negativa de Sir Edmund a no cumplir con el trato, uno de los campesinos lanza un piedra al caballero y éste cae de su montura. Tras lo cual, tomaron los caballos, como cobro por haber mostrado el camino a Sir Edmund - narré, bajando, a medida que hablaba, la voz. Me giré y miré a Colomb-. Apelo a vuestra gracia y ruego que estos campesinos sean liberados de toda culpa pues si bien no debieron comportarse de tal manera, Sir Edmund nunca debió faltar a su palabra de caballero

Notas de juego

Perdón por tardar tanto T^T

Las malditas clases ¬¬

XDXDXD

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13/12/2011, 16:15
Colomb La-No-Dama

Colomb escucha con interés la narración de Meredith, mientras mira a ambas partes, estudiando sus reacciones. El druida, a su lado, se muestra impasible, como si fuera la justicia misma que nos e decanta ni por unos ni por otros en un principio…

Una vez la doncella guerrera termina su relato, la Señora de Kennilworth le hace un gesto al druida que se acerca y ambos hablan un momento en voz baja. En cuanto terminan, Colomb luce una dulce y serena sonrisa en su rostro…

Efectivamente, atacar a un noble sea cual sea el motivo es un crimen que ha de ser castigado, ya que hombres así no pueden andar vagando por los caminos libremente…

El rostro de Sir Edmund se ilumina, y empieza a frotarse las manos, mientras de sus labios surge una especie de desagradable cloqueo que podría ser una risa

Por el contrario, el semblante de los dos jornaleros se vuelve ceniciento, y parece que el mundo se les ha caído encima… Pero Colomb continúa hablando

Es por ello que sentencio que estos dos hombres, hasta ahora jornaleros errantes sin tierras, pasen a formar parte de los aparceros de Kennilworth. Se les dará un hogar y unas tierras o una labor según sus habilidades y juzgue mi mayordomo.

Y ahora mismo mandaré un carro a buscar a su familia, para que puedan reunirse sin tener que hacer el trayecto a pie…

Los jornaleros abren los ojos como platos, aún no creyendo lo que escuchan, mientras Sir Edmund frunce el ceño y amaga el gesto de levantar la mano para pedir la palabra

Y vos, Sir Edmund Blackadder, quisisteis eludir el pago de un servicio que estos hombres os habían prestado, y que les prometisteis.

Por ello sentencio que les pagaréis 5 denarios por haberos guiado, y otros 5 denarios adicionales en concepto de multa…

Sir Edmund pasa del grana al pálido en un instante, y empieza a contar con los dedos mientras habla…

Uno, dos… ¿diez denarios?... cinco, seis… ¿no podría ser una cifra menos…? no, ya veo que no… nueve y diez…

Ñéééééé, diez denarios y encima una pedrada… intenta rebatir el noble, pero Colomb le corta en seco

Sir Edmund Blackadder, los nobles estamos en este mundo para servir de guía y ejemplo, y por lo que he visto y oído hasta ahora, el vuestro no es muy bueno. Consideraos bien librado, y haced propósito de enmienda, que aún estáis a tiempo! Dice con voz templada y firme la Señora de Kennilworth. Y en un tono más relajado, pero igual de firme añade

Supongo que debéis continuar vuestro camino, mi buen amigo… por lo que no vais a poder disfrutar de nuestra hospitalidad ¿verdad?

Sir Edmund Blackadder traga saliva y tras entregarle los diez denarios a uno de los guardias, asintiendo a las palabras de Colomb.

Realmente tenemos mucho que hacer… seguro que Baldrick se dejó algo en el fuego antes de salir de casa, o algo así y debemos marchar urgentemente por su culpa… se excusa el noble, con un par de reverencias a las damas presentes, y una inclinación de cabeza hacia los caballeros, y tras darle un último pescozón a su criado, ambos salen de la sala…

Una vez Blackadder se ha marchado, el ambiente se relaja ostensiblemente y los jornaleros acuden a darles las gracias a Colomb, y sobre todo a Meredith…

Notas de juego

Continúa en los siguientes mensajes

Nah, tranqui, Mon, el máster es previsor y como tenía un ratillo y me encontraba fino, he preparado las contestaciones XDDD

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13/12/2011, 16:17
Matthew

Matthew, el más joven y tal vez el de aspecto al entrar un poco más orgulloso parece ahora totalmente abochornado

Doncella, os pido humildemente que me excuséis al juzgar a toda la nobleza por igual. Vos y vuestra señora me habéis dado una lección de justicia y grandeza que jamás olvidaré…

Y, mientras habla, rebusca en su bolsa y te entrega un sencillo anillo de hueso. Aunque mirado más de cerca ves que su factura es peculiar, con diversos tonos de colores y algo escrito en su interior

Aceptadlo de nuestra parte. El abuelo de mi abuelo luchó como auxiliar de las legiones, o eso dicen, y allí ganó esto, que siempre conservó como un tesoro. Mi abuelo le dijo a mi padre cuando se lo dio que, aunque pareciera una baratija, tal vez en un momento de apuro pudiera serle de gran ayuda…

Geoffrey, que está al lado de su joven cuñado asiente y ambos tiene  la pinta de no aceptarte una negativa a su modesto –en apariencia- regalo

Notas de juego

Continúa en el siguiente mensaje

Puede que un druída o un bardo le pueda decir algo a Meredith a erca del anillo ;-D

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13/12/2011, 16:19
Colomb La-No-Dama

Una vez los campesinos felices se retiran, Colomb desciende de su sillón y se acerca a saludaros a todos, con una sonrisa cariñosa

Bienvenidos por fin a Kennilworth, mis buenos caballeros. Vuestros señores me han tenido al corriente de vuestros progresos, así que reuniros aquí junto a Meredith es para mí una jornada feliz.

Vayamos ahora al gran salón para el banquete, aunque por el momento diremos que esta es una reunión para celebrar vuestros cumpleaños.

Tengo invitados inesperados que, aunque ellos son de absoluta confianza, no podemos decir lo mismo de su escolta donde quién sabe, una palabra pronunciada en un lugar equivocado… os comenta la Señora de Kennilworth, mientras os hace gesto de que la sigáis hasta donde está dispuesto el banquete.

Una vez en la mesa haremos las presentaciones como es debido, y comenzaremos una feliz jornada que acabará esta noche con los Fuegos de Beltane! Añade, mientras coge el brazo de Meredith y la hace ir a su par en un gesto que denota gran confianza y amistad…

Notas de juego

PJs involucrados: todos

Vale, ya he cerrado la acción del juicio y podéis charlar entre vosotros y tal, suponiendo que se hace de camino al banquete. En realidad el juicio era parte de la intro de Meredith, pero me ha parecido divertido e interesante que el resto estuvierais presentes, aunque fuera sin poder decir nada... espero que no os haya molestado ;-D

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13/12/2011, 16:27
Sir Edmund

Si bien la expresión en el rostro de sir Edmund era neutra, aunque algo afectada por el viaje realizado desde sus tierras, su expresión corporal era algo más indicativa de sus pensamientos. Había atendido al juicio en silencio, ya que se encontraba en las tierras de un reino extranjero, y habría resultado una ofensa interceder por uno u otro interpelado. Sin embargo, cuando finalizó el proceso, no pudo por menos que realizar un comentario de camino al banquete.

- Es extraña la forma en que se imparte justicia en esta tierra - dijo, acariciándose la barbilla como si un mechón de pelo allí estuviera - Aunque me ha sorprendido lo fielmente que ambas partes han aceptado su destino. ¿No pertenecía el destino de los aldeanos con anterioridad al reino de Kennilworth? ¿Entonces por qué moraban en aquestas tierras?

Pero sin embargo lo que más le sorprendió fue que una doncella tuviera la virtud de interceder por los aldeanos. Si bien ya había oído noticias de tales cosas, era la primera vez que veía un reino en que una mujer tuviera tales privilegios.

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13/12/2011, 16:42
Colomb La-No-Dama

Colomb se gira un instante para contestarte en tono amable y cordial

Una vez debieron tener tierras propias o un amo, pero ahora eran jornaleros sin tierras, que van de pueblo en pueblo en busca de trabajo... te explica, añadiendo

Y por supuesto que ambas partes han aceptado mi juicio sin dudas, ya que se avinieron a ello al venir aquí. En Kennilworth, mi palabra y la voluntad de la Diosa son ley...

Por cierto, vos sois Sir Edmund de Brun ¿cierto? Me alegra veros en persona tras los relatos de vuestro señor, mi buen y viejo amigo Sir Garmon...

Notas de juego

PJs involucrados: Edmund y quien quiera meter baza

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13/12/2011, 16:51
Sir Robert

Robert escucha en silencio las explicaciones de la señora del lugar. El poco rato que llevaba allí le había mostrado a una señora con un sentimiento de justicia bien firme, y con cierta defensa hacia el campesinado, como bien demostraba su resolución en el caso entre ese noble y los campesinos en cuestión. Al fin y al cabo, en otros reinos los campesinos no hubiesen salido muy bien parados que digamos. 

Con esto en mente, Robert se quedo en un segundo plano, sin hacer otra cosa que escuchar y observar. 

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13/12/2011, 16:55
Sir Edmund

El hecho de que Colomb La-No-Dama le hubiera reconocido hinchó el orgullo de Sir Edmund, que tuvo que luchar por no reflejar este hecho en el rubor de sus mejillas.

- Espero que mi señor sir Garmun no haya inflado mi prestigio más de la cuenta - respondió, bromeando - y permitidme deciros que es todo un placer ver cómo todavía existen Reinos que mantienen vivas las tradiciones.

Añadió esto último con una leve inclinación de cabeza en señal de consideración, haciendo con esto que su cabeza recordara algo, alzó un dedo e hizo una nueva pregunta.

- Con todo esto, y ya sabiendo que Kennilworth es lugar donde la Diosa aún es venerada, ¿sabríais dónde podría encontrar a un sabio? Tengo algunas preguntas que quizás él podría responder. Por supuesto, después de disfrutar de la velada con vuesa merced y los demás invitados.

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13/12/2011, 17:21
Lady Meredith

Suspiré de alivio ante el veredicto de Colomb y miré a los campesinos, sonriente. 

-Me alegro mucho de que todo se resolviera- dije, echando una mirada furtiva por donde había desaparecido Sir Edmund, como si estuviera aún allí y me giré hacia los hombres-. Además, él se lo tenía merecido- murmuré, en tono confidente a los jornaleros.

Abrí los ojos de la sorpresa y tomé el anillo que me daba Matthew con delicadeza.

-Oh, muchas gracias- dije, poniéndomelo en el dedo-. No teníais por qué molestaros- contemplé el anillo, encantada-. Prometo que lo cuidaré- afirmé, segura-. Y yo sí cumplo mis promesas- añadí, riendo.

Despedí con un gesto de la mano a los dos jornaleros comprometiéndome con ellos a que en un futuro los iría a visitar y me acerqué junto a Colomb para dar la bienvenida al resto de invitados de los allí presentes.

Miré a Colomb con el entrecejo fruncido.

"¿Cumpleaños?", pensé, confusa. "¿Todos? ¿El mismo día?"

No pude sino sonreír ante tal coincidencia y caminé junto a Colomb mientras escuchaba en silencio las preguntas y las dudas de los caballeros.

Notas de juego

Nota del máster:

Pues sí, los cuatro cumplís años el mismo día... curiosidad de curiosidades, y casualidad de casualidades... ¿o no? XDDD

No confundamos casualidad con destino  ¬_¬

XDXDXDXDXD