Partida Rol por web

El resto del camino hacia la ciudad de Viragzo transcurrió con calma y sin nuevos altercados. El diestro cochero dio aviso apenas llegaron a las puertas de la ciudad y desde el interior del carruaje podían ver macizas edificaciones de piedra, muy similares a la casa de Ianster. Una casa que en Sario parecía tan fuera de lugar, tan sólo unos kilómetros hacia el norte estaría perfectamente mimetizada con el entorno, esto era prueba de la gran diversidad de razas y culturas que poseía la isla.

Desde cualquier punto de la ciudad es visible una edificación enorme que se asemeja a un gran palacio, formado por diversas torres que escudriñan todos los alrededores, eso quiere decir que en la ciudad ya se sabía de la llegada de un carruaje de cuatro caballos mucho antes de que siquiera pudieran ver la puerta de Viragzo. En este momento se encuentran atravezando la plaza principal de la ciudad y la gente parece estar mirándolos con curiosidad, pero con poco asombro. Tal vez les llame la atención ver dentro de un mismo carro a personas de razas tan variadas, pero ustedes también pueden observar, que a pesar de que la gran mayoría son humanos, hay varios tifling, elfos y enanos mezclados entre la gente.

El camino fue tranquilo , sólo se escuchaban las risas y aplausos como los vítores contados por nosotros.

Habéis visto como dejé las patas de ese escarabajo - sonrisa - por cierto quién lanzo dormir , debo de decir que fue una táctica muy útil para poder terminar con los enemigos recibiendo el mínimo daño. 

Creó que no estoy muy protegido sobre los daños elementales , como bien habéis podido ver cuando ese escarabajo lanzó su fuego, si eso me hizo un escarabajo... - me quedo pensativo mirando hacia el exterior de la ventana del carruaje - entonces si que necesitamos un amuleto o algo que nos proteja , pues mi escudo he visto que no sirve para esos ataques...

¡ Maldición ! creo que ese dragón me haría pedazos si sólo tengo que contar con ésta armadura - digo un tanto enfadado (según mi voz) de que se me hubiese pasado ese detalle, acostumbrado a luchar con gente normal , no había pensado que las bestias mágicas de nada tenían que temer si mis protecciones sólo se basaban en la armadura.

Mi mirada estaba centrada en lo que veía a través de la ventana pero en realidad estaba ansioso por escuchar las soluciones de mis camaradas.

Escuchando las palabras de Vaki, el tiflin no se puede imaginar como un grupo tan variopinto puede llegar a combatir con un dragón, todavía faltaba mucho para que sean un mísero estorbo, muchos combates han de sufrir, y tener la suficiente destreza para lugar de tu a tu (si eso es posible) contra un dragón rojo.

El camino fue tranquilo, no volvieron aparecer alimañas por el camino, y ya llegando a la ciudad, observa por las aberturas del carruaje la impresionante estructura al fondo de la ciudad, debía de vivir allí el alcalde de la ciudad o por lo menos alguna institución importante.

El pequeño alto que habíamos tenido que hacer en mitad del camino, nos vino bien para estirar los músculos e ir conociendonos en cuanto a las habilidades que dominamos cada uno de nosotros. El combate fué bien y una vez terminamos de retirar los cuerpos inertes de los escarabajos del camino, continuamos avanzando camino a Viragzo. Mientras llegabamos o no, los comentarios de la pequeña batalla librada se sucedían entre nosotros exponiendo las impresiones que habíamos tenido durante esos instantes - Pienso que todavía tenémos que conocernos un poco más y trabajar en la compenetración, pero ha estado bien el pequeño encuentro que hemos tenido que solventar rápidamente - Ante el comentario de Vaki y su resistencia al fuego, lo miré con una sonrisa en la cara - Vaki, yo creo que más que buscar algún objeto mágico que te proteja, lo que tienes que hacer es quitarte de delante de cualquier bicho que escupa fuego HE HE HE - comenté sonriendo mientras los demás iban hablando.

Transcurrido poco tiempo llegamos a las puertas de la inmensa ciudad, Viragzo, despues de un tranquilo paseo en el comodísimo carro de Ianster. Una inmensa edificación emerge de la tierra con grandes torres a su alrededor, las cuales, dan la impresión de no perder detalle de nada de lo que ocurre en los alrededores de Viragzo. Nos adentramos por las calles de la ciudad y la gente nos mira con curiosidad - Que raro, no parece que se extrañen de ver tantas razas juntas en un solo carro..... - echo un vistazo rápido a la gente de la ciudad y tiene prácticamente la misma diversidad que tenemos en el carro de Ianster. Tifilins, Elfos, Enanos..... todos convivían en esta ciudad y suponía que era debido a eso el que no se extrañaran de ver un carro con tanta diversidad de razas. - Las ciudades enanas bajo las montañas son impresionantes pero.... esta ciudad, que parece haber crecido alrededor de esa gran edificación que tenemos ante nosotros, es igual de impresionante y de magnífica... solo que en el exterior - comento mirando por las ventanas del carro, impresionado por la inmensidad de la ciudad en la que estamos.

El joven noble sonríe antes las palabras de Vaki y Zannan, se siente complacido porque los aventureros se preocupan por el posible encuentro con un Dragón Rojo, pero tampoco dejan que esto los asuste.

- Bienvenidos a la hermosa ciudad de Viragzo, paso mucho tiempo por estos lados, realizando negocios y reuniones aburridas con viejos que se creen importantes, para mi es más importante un hombre que sepa usar un arma... es una lástima que mi padre me haya prohibido usarlas - suspira - bueno, es no importa ahora. Estamos aquí para buscar los libros en la bilbioteca, allí verán a un viejo amigo mio, el vijo Sidor - Ianster sonríe con picardía - es un buen hombre, mándele mis saludos en cuanto lo vean.

El carruaje continúa su curso por una ancha calle pavimentada con adoquines y se detiene frente a un gran edificio de bella arquitectura que cuenta con una gran puerta doble, y ésta tiene una altura similar a la que tendría Vaki si se parara sobre los hombros de Keward.

- Se que algunos piensan que es una locura enviar a 8 personas por 3 libros, pero nunca pierdan la oportunidad de visitar una biblioteca como ésta, podrían encontrar muchas cosas de interés. Los libros que tienen que conseguir se titulan "Sobre Dragones y sus nidos", "La Leyenda del Dragón Rojo" y "Dragones de Uzak Biryer". Sólo por los títulos se darán cuenta por qué necesitamos estos libros. Yo iré a reunirme con el Gobernador de Viragzo para ponerme al tanto de las últimas noticias. Vendré a recogerlos dentro de unas horas.

Seguíamos nuestro camino por las preciosas calles de Viragzo, admirando su arquitectura y su diversidad de razas, cuando el carro entra en una preciosa calle de adoquines y al cabo de unos metros se detiene junto a una puerta considerablemente grande. Rápidamente echo un vistazo a Vaky y a Davorin - Menos mal que la puerta es grande amigos, sino más de uno se quedaría haciendo guardia aqui fuera he he he - comento de forma jocosa viendo a los dos compañeros más grandes del grupo.

- Mi señor, si que es una lástima que no aprendiera a usar un arma siendo un niño... Seguramente hubiera sido un gran compañero de batalla contra el Dragón al que tenemos que buscar - comento con una expresión de condescendencia hacia Ianster. Mientras Ianster nos comenta los tomos a buscar en la biblioteca, miro fijamente el gran edificio que se levanta ante nosotros - Seguramente haya ahí dentro algún libro o tomo del que podamos aprender cada uno de nosotros - pensé. Una vez informados de los libros a buscar y de la persona que se supone nos vamos a encontrar en la biblioteca, me apresuro a salir del carruaje y me acerco a la puerta - Vamos amigos, que aqui seguro que habrá libros interesantes para cada uno de nosotros y que seguro que nos ayudaran a conocer alguna técnica nueva de combate o algún poder mágico..... Pero lo primero es lo primero, hay que buscar los tres libros..... ¡¡¿¿Hay alguien aquíí!!?? - apresuro a mis compañeros a bajar rápido del carro llamando fuertemente a la puerta con el puño cerrado para ver si nos abren, cuanto antes encontremos los libros de los dragones, más tiempo tendremos de echarle un ojo a los otros libros.

Una vez pasado el incidente con los bichos nos adentramos en aquella ciudad, nuestra siguiente parada. Observo que la gente nos mira con curiosidad pero sin importarles demasiado. Cuando me pregunto el por qué de esta situación me percato que es debido a la gran presencia de otras razas junto con los humanos. Lo que sí era raro es que un grupo tan variopinto como el nuestro fuera por ahí en una carreta cual animales de circo. He, pues que no se sorprendan cuando vean un dragón rojo sobre sus cabezas.

Cuando paramos delante de la biblioteca no puedo evitar dar una mueca de asombro ante tal edificio. Vaya...¡Cuánta sabiduría tiene que haber en este lugar! Me fascinaba el hecho de tener al alcance de las manos todo un pozo de conocimiento. Aun siendo una clériga de batalla, no podía perder la ocasión de ampliar mis conocimientos.

No creo que sea muy difícil encontrar esos libros. No es que sea algo que mucha gente se dedique a estudiar o investigar dragones y aún menos rojos. Aunque quién sabe, igual nos encontramos con una sorpresa. Aunque espero que no.

Me dirijo a la puerta y veo a Zannan intentando abrir la puerta a su manera. Me acerco a él y le digo: ¿Me permites? Gracias Con un poco de fuerza abro la puerta y entro delante de Zannan.

Enanos...

Tras el combate con los escarabajos por fin llegamos a Viragzo. La ciudad era más grande de lo que me esperaba y me quedo impresionado con todo cuanto veo, incluido el gran palacio al fondo de la ciudad. 

- Por cierto, Ianster, ¿qué puede contarnos sobre esta ciudad? ¿Cuándo fue fundada? ¿Quién gobierna aquí? Cualquier dato puede que nos sirva de algo en un futuro

Nuestro destino era la biblioteca, donde teníamos que encontrar tres libros, todos relacionados con los dragones. He de decir que rebuscar en una biblioteca, aunque no sea tan excitante como un combate contra escarabajos que escupen fuego, me parece una forma espléndida de pasar el tiempo - Observo que nuestra compañera clériga también parece fascinada con la idea de la biblioteca - De todas formas, querida Yllanis, moverse entre montañas de libros no es para aficionados. No todo el mundo está echo para los libros - comento mirando con gesto altivo al enano y su burda forma de llamar a la puerta de la biblioteca.

Ianster estaba a punto de ordenar a su cochero que retomara la marcha cuando el joven mago le pregunta sobre la ciudad.

- Esta ciudad es una especie de Capital para la isla, es una de las tres ciudades más importantes, junto con Anning y Banyu. Esta fue la primer ciudad fundada en Uzak Biryer, en cuanto edificaron un puerto, en lo que hoy en día es Sario, decidieron que éste era el sitio indicado para una gran ciudad, y no se equivocaron, está rodeada de tierras fértiles y provee muchos alimentos de distintas clases. Viragzo es llamada "la Capital del Conocimiento" y es porque cuenta con la mayor biblioteca de toda la isla, pero aquí no sólo encontrarán libros, hay algunas tabernas muy buenas y de gran prestigio, yo les recomiendo especialmente la que se llama "El Tuerto Ned", tienen la mejor cerveza de la zona... lo extraño es que nunca vi a ningún tuerto allí dentro - se rasca la barbilla pensativo - bueno, también podrán encontrar otros sitios de interés, como el Fuerte de entrenamiento de la milicia, que está al noroeste de la ciudad o el Concilio de Artes Arcanas, que está a pocos metros de aquí siguiendo esta misma calle hacia el norte - el joven noble hace una pausa pensando si olvidó algún dato importante - bueno, creo que eso es todo, ahora iré a reunirme con Reginald Moose, el Gobernador de Viragzo.

Estaba aporreando la puerta, cuando el joven Alatar le pregunta a Ianster por el tema de la ciudad y todo lo concerniente a su historia. Ianster comenzó a soltar un discurso sobre la gran ciudad y hubo algo que se me quedó grabado en la cabeza... - mmmmmmm la taberna "El tuerto Ned".... ¡¡¡la mejor cerveza de la zona.......!!! ¡¡¡¡TENGO QUE IR A ESA TABERNAAA!!!! - dejé de aporrear la puerta, pues los enanos somos educados y llamamos a las puertas antes de entrar, ensimismado en ese dulce y atractivo pensamiento y no me percaté ni si quiera de que Yllanys había empujado la puerta y había conseguido despejar la entrada.

La petición de Yllanys y el sonido de la puerta abrirse, consigue perturbar tan rico pensamiento. Despues de sacudir la cabeza de lado a lado para salir del trance de la cerveza, veo a Yllanys entrando - eemmm..... estoo...... si, si, entremos... -

Se mantuvo callado durante el viaje, después del combate con los escarabajos. Escucho como bramaba Vaki sobre sus hazañas contra estos insectos especiales, y el comentario sobre como pelear en grupo. Contuvo sus viejas costumbre de dirigir a los demás miembros e impartir ordenes de desarrollo táctico, pero le vino a la mente ese fatídico día y el resultado de su bravuconeria, y el resultado de la misma... y ese recuerdo ensombreció el alma del enmascarado. Ni si quiera la esplendorosa ciudad le hizo olvidar esa añeja sensación del recuerdo, y para mayor pesar, esta ciudad le recordaba demasiado a la suya propia, la cual se exilio por propia voluntad.
Se mantuvo muy callado en el desarrollo de las conversaciones de los demás miembros, y sobretodo en la búsqueda de los libros.
- Coincido con Yllanys que lo mejor es preguntar sobre esos libros, que sera de poco uso local y de lectura muy... especializada. En este campo de conocimiento temo reconocer que no soy muy dado, me he preparado casi toda mi vida al terreno de combate, pero intentare ayudar en todo lo posible. Maese Ianster, le han recomendado alguien de la biblioteca que debamos presentarnos?

La conversación alcanzó su punto álgido cuando Ianster mencionó el Fuerte de entrenamiento de la milicia, iría hacia allí en cuanto tuviera un hueco, una sonrisa asomó en mi feo rostro impasible , me mediría con estos milicianos haber hasta que grado podía una ciudad tener una fuerza efectiva de combate. El asunto de la biblioteca aunque era útil , para saber los puntos débiles y la localización de dichos dragones no era muy fuerte, dentro del grupo había gente preparada para esas labores, no obstante la alerta que nos hizo el noble, dejó claro que podía haber problemas , así que como nunca había combatido en un ambiente de libros lo vi como una experiencia nueva de poder luchar entre estanterías. Me parecía divertido así que me acerqué en cuanto paramos a grande pisotones hacia dicho edificio, la puerta no era tan grande como para pasar erguido pero al menos se podía entrar , mientras miraba las letras escritas en el dintel de la puerta algunos de mis compañeros entraron y los seguí con el escudo sacado, quizás era un tanto raro entrar con escudo pero el noble nos alertó...

Davorin observa a sus compañeros entrar en la biblioteca, y pensó que parecían niños peleando por un caramelo, pero esta vez la recompensa era entrar en la biblioteca el primero.

Antes de seguirles al interior del edificio, el tiflin observa las calles y las gentes que pasean en estos momentos por delante de la biblioteca y con cara de ilusionado, piensa: "estará ella aquí o será otro viaje infructuoso".

Ya dentro de la biblioteca, les comenta a sus compañeros. - Está claro que tenemos que preguntar, y sino tocará dividirnos para intentar abarcar más extensión de terreno. Los libros no eran lo suyo, pero tampoco se le daba mal.

A medida que se van adentrando en la inmensa biblioteca logran ver lo que parece ser un escritorio para atención al público y detrás de él, en un ambiente pobremente iluminado, se encuentra un anciano calvo y con una espesa barba gris que los mira desde atrás de un par de anteojos redondos.

- Ustedes deben ser los amigos de Ianster - les dice al instante a pesar de que ninguno de ustedes dijo nada sobre el joven noble - ya era hora de que llegaran - el viejo sonríe mostrando la ausencia de varios dientes -  estaba muriéndome de aburrimiento, por fin alguien con quién conversar. Vengan, adelante. Siéntanse como en mi casa y no toquen nada, hasta el polvo es valioso en este sitio - el viejo se acerca a unas gruesas cortinas y comienza a apartarlas tirando desde una soga dorada, de a poco el ambiente se va iluminando y ante ustedes aparece un laberinto de libros y estanterías que parece interminable, todo parece muy pulcro y en su sitio, no saben a qué polvo se refería el viejo con su comentario. Se hace evidente que allí alguien pasa horas acomodando todo y dejándolo impecable.

Por fin la biblioteca. El viaje me ha resultado algo agobiante, pero al menos se hizo más corto de lo que podía haber llegado a imaginar. La biblioteca es muy grande y mi curiosidad comienza a palpitar por todas partes. Además de los libros que teníamos que encontrar sobre los dragones, quien sabe que otra cosa podría encontrar que pudiese resultarme de interés y utilidad.

- “¿Siéntense como en casa pero no toquen nada?” – Repito con una sonrisa algo burlona. – Un poco difícil ¿no le parece?

Miro alrededor y veo lo inmenso del lugar. Solo espero que la organización y el orden sean buenos, aunque me apasione tener un rato para buscar por mi cuenta, tampoco quiero acabar enterrada bajo el aburrimiento de una búsqueda sin fin.

- Es curioso que nos reconozca sin habernos visto nunca, - Suelto una carcajada seca. - pero supongo que llamamos la atención todos juntos y damos el perfil que le habría descrito el señor Wolfswift. ¿Por casualidad no nos habrá podido ahorrar algo de trabajo respecto a lo que buscamos, verdad?

Quien sabe. Últimamente me fío poco de la gente. Veré si este bibliotecario es de fiar y no resultar ser un obstáculo más en nuestro camino.

Analizas detenidamente al bibliotecario, es un viejo vestido con harapos y sus dedos nudosos están manchados con tinta, su aspecto es poco acorde con el ambiente pulcro y ordenado de la biblioteca, es como si él mismo fuera el trapo que limpia las estanterías. Su sonrisa parece ser sincera, aunque le falten al menos cuatro dientes, tiene aspecto de ser un viejo solitario y se ve encantado de tener visitas tan numerosas en su biblioteca.

Estaba claro que si nos dejaban un rato a nuestro aire, podíamos estar horas y horas buscando diversos conocimientos arcanos dentro de esa biblioteca.

- Muy buenas, estimado bibliotecario, como bien ha dicho somos los amigos de Ianster. Parece que usted es el encargado de todo este sabio conocimiento, sin duda es una misión muy importante. En ese momento Davorin no paraba de mirar todas las estanterías repletas de libros.

- Venimos en busca de unos libros concretos, pero nunca estaría de más poder echar un vistazo a todo este catálogo.

Habíamos conseguido entrar a la biblioteca gracias a la instimable ayuda de Yllanys. Conforme nos adentramos, se aprecia en el fondo de un gran pasillo que hay una mesa que parece ser de recepción, y sentado en ella se deja ver un anciano - de no haber tomado Yllanys la iniciativa, lo más probable es que estuvieramos un buen rato esperando a que viniera alguien a brirnos... porque no creo que este anciano pueda ni levantarse de ahí - pensaba mientras avanzabamos hacia el que podría ser Sidor.

Mis compañeros hacen la pertinente presentación y como es normal en los bibliotecarios, nos da una cálida bienvenida poniendo sus reglas, las cuáles son iguales que en todas las bibliotecas que haya estado jamás - claro, que no toquemos nada ¿y como vamos a llevarnos los libros? creo que no va a ser facil sacarlos de aquí ¿y esa bienvenida de que nos sintamos como en SU casa?, leñe, es su casa, en todo caso, que nos sintamos como en la nuestra ¿no? - pienso mientras miro con expresión incrédula por las palabras del anciano - Me da que este hombre no está muy bien de la azotea.... - comento susurrando mientras le doy un pequeño codazito al que esté junto a mi.

Una vez terminadas las presentaciones, el viejo se levanta, agarra un cordel dorado y tras unas gruesas cortinas que se van abriendo, se abre un inmenso pasillo con infinidad de estanterías repletas de libros impolutos. Antes de que me diera tiempo a preguntar nada, dos compañeros ya le insinuan directamente si nos va a facilitar un poco el trabajo o si por el contrario nos va a dejar a nuestra suerte dentro de ese laberinto de papel y madera que se levanta ante nosotros y que parece no tener fin. Dirijo la mirada hacia Sidor - coincido con lo que le han dicho mis compañeros, espero que por lo menos nos indique por donde buscar los libros que necesitamos. ¿la sección de Dragones por favor?..... y si tiene a buen fin tambien informarnos de donde se encuentran las secciones de Paladínes, Magos, Brujos, Pícaros, Exploradores, Guerreros, Clérigos..... ya sabe, algo de lectura rápida y sencilla para que otro día que podamos venir, ir directos al grano para ver si podemos aprender algo nuevo sobre nuestras habilidades.... - comento mientras espero ansioso a la respuesta del anciano - Seguro que me manda a paseo con tanta petición...... -

Entre detrás de mis amigos , el suelo retumbaba a mis pasos pareciendo las losas partirse , pero éstas seguían en perfecto estado . En cuanto llegué a la altura del bibliotecario, <<aunque es en sentido hipotético claro está pues el bibliotecario sentado me llegaría a mis muslos .>> Una vez que mis amigos hubieron hablado dije _Sidor Ianster le manda saludos._ Quizás fuese una contraseña o sólo el hecho de dar un saludo a un viejo amigo.

Cuéntenos Sidor como funciona la biblioteca_ << mi voz siempre había sido grave y fuerte>>_quiero decir cómo se piden los libros , si éstos se pueden sacar para leerlos detenidamente y todas estas cosas propias de una biblioteca... Miré a los ojos del bibliotecario esperando recibir la respuesta.

El anciano bibliotecario se queda tieso al escuchar las palbras de Zannan en cuanto menciona a los dragones, no responde nada pero en cuanto el goliat le habla, baja a la realidad.

- Este... bueno, aquí todo es de "mi" biblioteca, uno no puede simplemente llevarse los libros porque si, mucho menos si son sobre Dragones - el viejo comienza a caminar a lo largo del pasillo y les hace señas de que lo sigan - dragones... como si todavía existiera alguno. Les comento que no será para nada sencillo que puedan llevarse esos libros. Como Ianster Wolfswift es un miembro muy respetable de la nobleza, suele llevarse los libros que quiere, cuando quiere. Pero ni yo puedo permitirle llevarse los libros sobre Dragones. El gobernador prohibió que esos libros abandonen este edificio. Como mucho podré dejar que los lean aquí mismo... pero primero debo saber qué clase de personas son. Tienen que probarme que son dignos... ¿pero cómo? a ver... ¿Un sacrificio? mmm, tal vez si alguno se amputa el brazo... no, eso mancharía de sangre todo el piso y luego me tocará limpiar a mi - el viejo parece estar hablando consigo mismo, hay algo en él que les recuerda al viejo y loco capitán del barco, Walven Seahorn - creo que bastará con una sencilla prueba de habilidades... si eso será - gira bruscamente hacia ustedes - habilidades... si, eso mismo.