Partida Rol por web

El eco del Diablo

El sitio más lejano

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19/04/2016, 12:18
Oliver Sobol

-Bueno, partiendo de que lo usan unos descerebrados… Yo lo he visto hasta en tortilla. Pero vamos, de acuerdo a la moda se sirve con alcohol.

Cuando entraron el médico saludó a su paciente y le hizo una broma haciéndole repetir un trabalenguas y retándole con una adivinanza.

Luego les dijo la cosa iba muy bien, que estaba sana como una rosa y que por motivos más estadísticos que científicos se tenía que quedar hasta el fin de semana.

La liberó de los goteros y los monitores y podía ir comiendo cosas normales. Le harían un análisis de sangre cada mañana y tenía que dormir con un monitor del ritmo cardíaco, para detectar posibles arritmias ocultas.

Y se despidió, no sin contar el milagro de la habitación anexa y ordenar a Arthür que se pasara de vez en cuando a visitar a Sophie.

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19/04/2016, 15:42
Arthür Guitry

Arthür se cercioró de que Natalie ya había cenado y todo estaba bien antes de salir a buscar algo para comer él mismo. Luego estuvo charlando con ella, ya menos esquivo, no porque se le hubiera pasado el enfado y la frustración, sino porque se esforzaba en que eso no la afectara en este momento. No quiso sacar el tema de las drogas -quería hacer caso al médico y esperar a que estuviera completamente recuperada-, pero al mismo tiempo estaba totalmente abierto por si ella misma quisiera contarle algo más. Aquella noche también la pasaría allí acompañándola y estaría pendiente asimismo por si sentía movimiento en la habitación al otro lado del pasillo y alguien venía a visitar a Sophie. Aunque el médico no se lo hubiera pedido la verdad que deseaba poderla visitar. Había libros en su habitación; tal vez más tarde podría leerle algo.

Ahora recordaba, sintiéndose bastante ridículo, que precisamente le había dicho: «Perdona, no quería despertarte». 

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19/04/2016, 20:03
Eliza Taylor

En una de las salidas al pasillo una señora de aspecto muy agradable y juvenil abrió la puerta y se encontró de frente con Arthür.

-Disculpe, soy Eliza, la madre de Sophie. ¿Es usted el joven príncipe?

Cruzó los brazos y le dedicó una gran sonrisa.

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19/04/2016, 20:38
Arthür Guitry

A pesar de haber salido para ver si había alguien en la habitación de Sophie, la irrupción decidida de la mujer en el pasillo pilló a Arthür por sorpresa. Se sintió un poco incómodo de que el mote que le había puesto el Dr. Sobol se hubiera extendido pero, en el fondo, dicho por aquella mujer que parecía tan gentil y tenía aquella sonrisa tan franca y radiante, le resultó halagador. No hubo forma de evitar el sonrojo:

Me llamo Arthür, señora. Encantado de conocerla. ¿Cómo está su hija?

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19/04/2016, 21:20
Eliza Taylor

-Parece que se está animando. Lo de hoy es casi casi el mayor regalo que nos podrían hacer. Pasa, pasa por favor, quiero presentarte a mi marido. ¿Quieres un café?

La mujer hablaba mientras abría la puerta de habitación de la que acababa de salir.

-El médico dice que el hecho de que abriera los ojos era una condición casi necesaria para después despertar. ¡Bueno! suele ser así siempre, ¿no?

¡Pierre!, este es el chico, se llama Arthür.

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19/04/2016, 21:22
Pierre Taylor

Un hombre grande y fuerte, con aspecto de persona de campo ofreció su mano curtida a Arthur y le dio un buen apretón mirándole directamente a los ojos.

No había terminado de estrujarle cuando le dijo a su mujer.

-Ahora lo entiendo, ¡le tiene un aire a Adrien!.

Y su mujer le replicó, mientras hacía cafés con una máquina de monodosis, que se parecían como la noche al día.

Sophie dormía en la cama, junto a ellos.

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19/04/2016, 21:45
Arthür Guitry

A Arthür le hizo gracia que estuvieran hablando de él como si no estuviera presente; sin duda que eran unos padres.

Sosteniendo la mirada del señor Taylor y tratando de responder con firmeza a su apretón le dijo: —Encantado, señor Taylor. Y volviéndose hacia Eliza: —Sí, muchas gracias señora, me vendrá muy bien ese café.

Se alegró de ver que Sophie tenía una familia tan encantadora y que, era más que evidente, tanto la quería.

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20/04/2016, 14:02
Pierre Taylor

-¿Eres de aquí? De París, digo. Nosotros somos de Gambais, vamos, a un paso, está a hora y pico y ¡sin prisa! ¿eh?. Vamos, en nada te plantas en París.

La mujer le ofreció un café con crema al chico, preguntando con un gesto y una sonrisa si quería leche y poniéndole delante una bandeja con pastas caseras. El padre seguía hablando mientras comía una especie de mantecado con trozos de almendras y pistachos.

-Nos dedicamos a los cereales, este año hemos subido la cosecha casi un diez por cien. Y nada de transgénicos y esas guarradas que luego te hacen alérgico al gluten. Variedades de aquí, de siempre. Sobre todo la Craklin, que tiene más ahijamiento... más grano, y alta fertilidad de la espiga. Vamos, productividad garantizada. Así que cuando comas un bocata, que sepas que los cereales aquí son los mejores.

Hablaba con la boca llena y gesticulaba con un puño cerrado haciendo referencia al gran calibre del grano y fuerza de la planta.

-La Craklin es superresistente a las enfermedades. Este año le hemos sacado de sobra los siete mil kilos por hectárea.

Afirmaba con la cabeza como si esa variedad no dejara de sorprenderle.

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20/04/2016, 14:08
H. Saint Jean de Dieu.

Sophie sintió de nuevo la luz eléctrica tras sus párpados.

Parecía que había visita y su padre, Pierre, le estaba dando la brasa a alguien -seguro que a un chico joven- con toda su retaila sobre el cultivo de cereales.

Pronto empezaría a exponer su teoría conspirativa de las variedades transgénicas, la soja y la alergia al gluten.

Eso si su madre, que también estaba por allí, no lo paraba a tiempo.

El olor a café era delicioso y sintió que podía abrir los ojos.

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20/04/2016, 15:46
Arthür Guitry

No, no soy de París. Vivo aquí desde que empecé la universidad pero soy bretón, de Saint-Malo.

Arthür tomó la taza de café que le ofrecía la señora Taylor haciendo un gesto con la cabeza para agradecerle y después cogió una de las pastas caseras con la otra mano. No la mordió sin embargo para evitar tener la boca llena cuando fuera que le preguntaran algo.

Le gustó la pasión con que el señor Taylor defendía su variedad local de trigo y le resultaba imposible no quedarse atrapado por su manera de hablar y sus gestos. Debía ser hermoso a la par que duro dedicarse al campo y se alegró de verlo tan beligerante y orgulloso en su defensa de la agricultura tradicional.

Se sintió inmediatamente arropado por ellos. Eran esa clase de gente que te hace sentir en tu casa en cuanto entras en la suya y era evidente que por desgracia habían tenido que hacer de aquella habitación del hospital parte de su casa también. Qué diferente era ahora el ambiente de la estancia al de hacía unas horas, cuando parecía un lugar encantado bajo la luz de la luna.

Sophie era afortunada de tener una familia así. Secretamente cuando era niño, puede que incluso también inconscientemente más tarde, Arthür había anhelado tener una familia como se imaginaba que era aquella. Sus padres eran geniales, sin duda, y siempre los había adorado, pero había con ellos cierto distanciamiento insalvable y sutil. Lo que sí pensó en ese momento fue en su hermana. Sus padres no estaban allí para apoyarla y, una vez pasado el peligro, tampoco tenía mucho sentido contarles lo que había ocurrido. Ya hablaría con ellos Natasha si es que lo deseaba, cosa que Arthür no esperaba que hiciera.

Sophie se veía muy serena. Parecía sonreír al escuchar a su padre.

 

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20/04/2016, 18:20
Pierre Taylor

El hombre siguió hablando. Tenían tres viveros que siempre han ido bien pero los hipotecaron para comprar unos campos de cereal y explotarlos con la ayuda de sus hijos dos hijos, Antonie y Zac.  

-Zac. Bueno, más bien su mujer, claro, nos dieron nuestra primera nieta, Jacqueline. ¡Tiene dos años y ya es más lista que yo! Bueno, y decidimos que teníamos que diversificar para no depender todos de los viveros, y la jugada parece que ha salido bien. A base de trabajo duro, eso sí.

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20/04/2016, 18:21
Eliza Taylor

La señora interrumpió.

-Y si no es indiscreción... ¿Tienes un familiar enfermo? Nosotros venimos dos o tres veces por semana, y nos quedamos muchas noches, así que si quieres lo que sea te podemos echar un cable.

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20/04/2016, 19:22
Arthür Guitry

Cuando el sr. Taylor comenzó a hablar de sus viveros, Arthür trató de concentrarse, mirarle a los ojos y seguir las explicaciones sin distraerse. Al nombrar lo de su primera nieta les dio la enhorabuena y no pudo evitar pensar, un poco triste, que si sólo tenía dos años Sophie no había podido conocerla.

—Sí señora. Estoy aquí por mi hermana —contestó bajando ligeramente la mirada y esperando que no le preguntaran el motivo por el que había terminado en el hospital. —Está ingresada justo en la habitación de enfrente. De todos modos si todo sigue bien nos podremos marchar para el fin de semana. —Sonrió a la sra. Taylor sinceramente agradecido por su ofrecimiento. —Muchísimas gracias. Lo mismo les digo: estaré por aquí hasta entonces pero no me importaría tampoco, si a ustedes les pareciera bien, visitar en algún momento a Sophie o acercarme al hospital si necesitan ustedes algo y no pudiesen venir desde Gambais. Yo sólo estoy a unas cuantas estaciones de metro de aquí y no sería una molestia.

Se ofreció sin pensar si podría parecerles extraño. De algún modo se sentía vinculado con aquellas personas.

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20/04/2016, 20:08
Eliza Taylor

Ambos se alegraron de que la cosa no hubiera sido grave y agradecieron la disposición del joven a pasarse a ver a Sophie.

-Sería genial que le hicieras una visita de vez en cuando. Desgraciadamente con el paso del tiempo no le quedan muchos amigos que vengan a verla.

Hay una persona, un asistente que se pasa de vez en cuando y la gente del hospital están encantados con ella, pero poco a poco no le queda nadie de fuera. Te lo agradecería de corazón, Arthür.

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20/04/2016, 20:10
Pierre Taylor

El marido la interrumpió:

-¡Se me olvidaba! Esta mañana me ha llamado Nico y me ha dicho que lo habían promocionado y se marchaba hoy mismo a Lyon, y que vendrá otro en su lugar... un tal Mats nosequé, sonaba a noruego, o polaco, o algo así.

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20/04/2016, 20:58
Arthür Guitry

Bien, pues así lo haré, vendré a visitarla —dijo Arthür asintiendo con la cabeza para remarcar su sincera decisión. Qué sencillo resultaba tratar con aquellas personas.

—¿Saben si alguno de estos libros le gusta en especial? —preguntó señalando la estantería —O tal vez algún otro que no tenga aquí y le pueda conseguir—. Se quedó un momento observando a Sophie como si pudiera leer en su rostro cuál era su libro favorito.

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21/04/2016, 04:07
Sophie Taylor

Se sentía débil, pero por otro lado, calmada. Con el cansancio de haber ganado una larga y dura batalla, pero la alegría de volver a casa tras ella.

La luz parecía más brillante de lo que cualquier lámpara pudiera ser. El olor a café le inundaba los pulmones. La sábana tenia unas arrugas que le hacían cosquillas. Parecía que segundo a segundo sus sentidos iban despertando, sintiéndolo todo, alegres de poder hacer de nuevo su trabajo tras el largo sueño.

La boca estaba seca. Los labios parecieron agrietarse al separarse. Las cuerdas vocales casi chirriaron.

-Hola mamá. Hola papá.

Notas de juego

Aún me he retrasado unas horas pero vuelvo a la normalidad, al fin. He tenido un susto con dos familiares pero todo ha salido finalmente bien. ¡Siento mucho cualquier trastorno que haya podido causar!

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21/04/2016, 08:26
H. Saint Jean de Dieu.

Más allá del entumecimiento general -apenas podía moverse- Sophie notó que una pierna no le respondía en absoluto, era como si tuviera un saco lleno de legumbres secas atado a la cadera.

Al fondo, sus padres hablaban de libros, revistas y periódicos que creían que podrían gustarle a su hija.

Arthür contemplaba el sereno semblante de Sophie. Hubo un momento en que pareció relajarse más todavía, luego, de pronto, su boca se arqueó un poco, adoptando un matiz más alegre y menos majestuoso hasta parecerse mucho a la sonrisa de su madre.

Entonces apretó la boca y movió los mofletes, como si buscara algo con la lengua o tratara de salivar, volvió a sonreír, se balanceó entre las sábanas y sus labios se movieron, saliendo de su boca unas palabras quebradizas en un volumen flojito.

-Hola mamá. Hola papá.

A Sophie, el sonido de su propia voz le resultó llamativo, como si fuera algo milagroso articular palabras afuera, en el mundo físico.

Abrió los ojos, tuvo que pestañear varias veces para enfocar. De pie, frente a ella, había un chico joven de mirada brillante y semblante agradable. Mirándola pensativo. Le rodeaba el fulgurante amarillo de la luz de las lámparas que siendo tan brillante como una estrella no resultaba cegador ni molesto.

Él vio cómo los ojos de Sophie se abrían otra vez, negros, con algunas legañas, pero muy vivos.

Notas de juego

Uf, me alegro que haya ido bien.

¡Ya estáis juntos! Podéis marcar al otro personaje cuando esté presente.

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21/04/2016, 10:12
Arthür Guitry

Arthür se quedó absorto cuando aquella sonrisa comenzó a dibujarse en los labios de Sophie. En un primer instante creyó estar imaginándolo y sonrió un poco también, contagiado. Pero inmediatamente se dio cuenta de que ella estaba sonriendo de verdad, que los músculos de sus mejillas parecían vibrar muy sutilmente cambiando toda su expresión. Entonces la sonrisa de Arthür se convirtió en un gesto fascinado, como el de alguien que presencia un prodigio.

«Hola mamá. Hola papá». Aquellas palabras brotaron de Sophie antes incluso de que abriera los ojos. Y cuando lo hizo, esta vez sí, su mirada estaba muy viva. Sus pupilas negras ya no parecían verle y no verle a un tiempo y brillaban con fuerza. Un ligero bizqueo inicial y aquellas legañas daban a su mirada el aspecto como de algo recién nacido. Y esa impresión fue la que se impuso sobre Arthür en aquel momento: estaba asistiendo a un «nacimiento». El universo que era Sophie surgía ahora para este mundo desde quién sabe qué tinieblas. Se sintió feliz.

Cuando ella le miró sólo fue capaz de devolverle la mirada desde su gesto alegre y atónito, y aunque llegó a abrir los labios para decir algo no pudo o no se atrevió.

Volviendo un poco a la tierra pensó en los padres de Sophie, en lo especial de este momento que tanto anhelaban. Y sin apartar los ojos del rostro de la chica, saludándola con una leve inclinación de cabeza, con la boca todavía un poco abierta por esas palabras que no salían, dio un paso hacia atrás para no entorpecer el reencuentro.

Esta vez eras tú quien andaba perdida en el mar y al fin ha encontrado la orilla, Nausícaa.

Notas de juego

¡Hola de nuevo, compi! :-)

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25/04/2016, 03:17
Sophie Taylor

¿Adrien?

No, no era él. Era un desconocido. O no. Le había visto antes. ¿Con un jarrón de cristal? Sus recuerdos estaban confusos, llegar a cada pensamiento era como nadar en una espesa miel. Dulce, sí, pero espesa y trabajosa. Con cuidado, probó a tensar los músculos de sus mejillas, tanteando la fuerza que podría aplicarles. El resultado fue una tímida y cansada sonrisa, que duró apenas unos segundos. Sentía curiosidad por él. Alguien a quien no conocía. Ah, eso era bueno, sí. Sentir la vieja curiosidad por cualquier cosa nueva que se le presentase en su vida.

Desvió la mirada y buscó la de su madre. Dejaría la curiosidad para más tarde. Era momento de reunión.

Notas de juego

Mini-post a la espera de que mamá y papá digan hola, no creo que Sophie pueda decir más que un par de frases de momento ^^