Partida Rol por web

Cruzando por el Puente de Marie hasta el barrio de Marais llegaron a la galería de arte. Era un edificio de dos plantas que antes había sido un teatro. Daba al Sena y el aire olía a río, pero traía un sutil aroma a flores. Hacía una noche fresca y no había casi nadie por la calle.

Aparcaron en la acera de enfrente y para entrar tuvieron que enseñar su placa. Se trataba una exposición muy exclusiva y el acceso no era para nada libre. El encargado de la seguridad ofreció su colaboración y pidió educadamente a los agentes que actuaran con toda la discreción que les fuera posible.

El piso de arriba estaba conectado al bajo por un gran hall donde habían puesto un piano de cola. Un pianista tocaba piezas de un jazz extraño en el que Leah pudo reconocer esbozos de alguna melodía clásica.

En la planta baja, todas las paredes estaban abarrotadas de cuadros que iban contemplando los visitantes. Había bastante gente, unos cuarenta, pero el lugar no estaba para nada congestionado. El acceso a la primera planta, destinada a la "exposición gastronómica" estaba cerrado por un cordón que impedía el acceso a las escaleras. En esa primera planta se encontraban, presumiblemente, la doctora Ouvrard y el pintor, Jean Jacques.

A Daniel le resultó fácil reconocer a la agente Suzanne Rostand. Debía medir el metro ochenta, era delgada y vestía un pantalón negro, una camisa blanca y una corbata también negra. Sostenía una americana negra con un brazo y se tocaba el mentón con la mano libre. Frente a ella había un retrato de un hombre de mediana edad, con cara triste.

Leah pudo distinguir enseguida el cuadro de la una modelo desnuda, sentada en una silla, que tenía el tronco de su cuerpo abarrotado de tatuajes similares a los de la niña.

Le señalo a Leah/Reneé la direccion de la colega en la tarea de vigilancia, atento a la presencia alrededor de caras conocidas: la doctora Ouvrard, o interesadas: cualquiera a quien la presencia de Leah o extraordinariamente la mia le llame la atención.
La agente Rostand forma parte de nuestro equipo - le comento a Renee - le asigne la vigilancia de la doctora.
Me doy cuenta que ha localizado el cuadro del que hablo Suzanne y por un momento también me quedo observándolo. Es inequívoca la semejanza aunque desde la distancia no puedo asegurar la exactitud.
Bien. Hay que encontrar a Clementine y tener una charla concienzuda con el pintor.
Vamos. Pongámonos al día, agente Sedoux - digo pensando sinceramente que sea como sea Clementine no se va a tragar este engaño. Es mas, casi intuyo que va a ver en ella mas que lo que veo yo.
Me afano en localizarla mientras me dirijo a Rostand. Quiero saber lo que ha vigilado antes de llamar a la doctora.

Luego de tomar una foto del cuadro con mi celular, me dispuse a mirar alrededor en la busqueda de la doctora o del pintor para preguntarle por los simbolos.

Al menos Daniel habia tenido la sensatez de no dejar a la doctora sola asi que asenti y luego salude a la otra agente cuando tuve la oportunidad.

- Tienes el numero de la doctora? No la veo por ningun lado Daniel!

Suzanne saludó tímidamente a Leah y a Daniel. Hizo un gesto hacia el cuadro del hombre triste que estaba mirando ella, gesto que nada tenía que ver con lo que decía. Posiblemente lo hacía para disimular.

-Siento empezar con malas noticias, bueno, no tienen porqué ser malas. Intuyo que hay al menos un lobo entre los corderos. Creo que otros pueden estar vigilando al pintor. Pero tienen que ser muy buenos, porque apenas se nota.

Les indico donde está la docotra. Miren con disimulo. Clementine Ourvard está con el retratista, Jean Jacques, sentada en esa mesa del primer piso, sobre la vertical del cuadro del perro de tres patas.

El hall atravesaba el primer piso. En el lugar que había indicado Suzanne, junto a una especie de balconada, se veía el costado la doctora. Estaba sentada en una mesa de restaurante frente a un interlocutor que quedaba oculto tras un pilar. Parecían hablar tranquilamente.  

Gracias Rostand - comento asintiendo de cara al cuadro - vamos a presentarnos al retratista y a señorita Ouvrard.
La agente Sedoux viene conmigo - susurro - usted es nuestro apoyo y como siempre si lo ve necesario pida refuerzos.
Entendiendo que cuando habla de intuición apunta a algún tipo de talento, aunque sea meramente deductivo, le añado una petición - Tenga cuidado. Puede que el Lobo tenga intuición de los Pastores.
Después con un breve gesto de la mano en la cintura de Leah y aire distraído de profano del arte, que no tengo mucho que forzar, me encamino hacia las escaleras y hacia la reunión tete a tete del piso superior.
¿Que opinas Chilain? - Le pregunto a Leah/Renee por el único apelativo con el que al final me siento cómodo -¿Nos están observando? - mi gesto es tranquilo reforzado por un alzar de cejas. Con honesta curiosidad le sondeo - ¿Tienes también alguna impresión?
Arriba escucho la voz de Clementine distante y barrocamente distorsionada. Espero que tenga temple en el encuentro.
Me hubiera gustado planearlo y que hubiera sido con algo mas de control, pero a veces las circunstancias mandan y si ya hay un Lobo rondando a Clementine, sea por casualidad o por mala intencion mejor ahora que nunca.
En la escalera le musito a Leah la única directriz que se me ocurre - Ves despacio con la doctora Ouvrard. Dios sabe lo que va a pasar por su cabeza.

Asenti despues de conocer a Suzanne y segui el camino con Daniel observando a mi alrededor, aunque aun en mi mente seguia el extraño cuadro que habia tomado la foto.

- Mon Coeur! ... susurre en su oido cuando caminamos juntos.

- Siempre hay alguien observando. Le susurre de nuevo.

Todo el ambiente me sentaba muy frivolo y parecia tal vez la tapadera para otra cosa. O era mis ideas. Sabia que el pintor era mucho mucho mas que un solo pintor. Los tatuajes lo habian delatado, y si no habia sido el quien toturo a la niña entonces sabie quien, y mas importante, porque!

La doctora estaba alli y tal vez reaccionarar mal en verme. Esperabamos que pudiese contenerse, luego vendrian las explicaciones. Asi que mientras tanto me concentre en enfocar la mirada mas alla de lo evidente. Sabia que podia ser mas sensitiva si lo queria, pero aun no sabia bien como. Trate de relajarme y dejar que mi mirada fluyera viendo un poco mas alla de lo que estaba frente de mi.

Con la perspectiva de la historia del pintor pude entender más profundamente sus motivaciones y en cierta forma lo que planteaba sobre las posibles dotes espirituales de sus pinturas encerraba cierta lógica para mí. Quizás él realizaba inconscientemente un ritual al pintar y el poder de su fuerza de voluntad, la energía espiritual que se ponía en marcha, desencadenaba una serie de sucesos que derivaban en una transformación espiritual de quien era retratado... O eso podía suponer, ya que los mecanismos en sí permanecían vedados para mí.

Sonreí suavemente y me sonrojé un tanto -Bueno... -musité algo acalorada -Yo también puedo ver los espíritus de las personas -confesé finalmente -Y pude hablar con la niña, ella se manifestó fuera de su cuerpo como su Ellen, parece ser que es una característica entre ellas -agregué. -Sepa disculpar que no lo dije antes pero temí por ella, verá, no tiene quién la proteja... -traté de justificarme. Me quedé pensativa unos instantes antes de proseguir, tenía una servilleta entre las manos y jugaba retorciéndola entre mis dedos -Dejaré que la vea -agregué -Si su pintura puede liberarla o ayudarla de alguna manera sería una torpeza de mi parte no permitirle el intento -musité finalmente.

Lo que comentó sobre el tocado y las brujas y fantasmas me llamó la atención quizás debería ir a visitar a la muchacha que había vendido el objeto.

Leah sabía que los observaban. Podía oler esa corrupción, sentir esa sombra en la galería, pero no podía afinar quién de los presentes tenía esa marca.

Ella notó cómo la sensación de percibir la presencia de esa sombra corría por sus venas hasta provocar que su corazón se detuviera de repente dejando de latir. Se sintió más fuerte y tanto la luz como los colores cobraron otro matiz sutilmente diferente, como más contrastado.

Suzanne se quedó donde estaba y Daniel y Leah subieron al encuentro de la doctora y el pintor. Cuando caminaban entre las mesas de la primera planta el pintor quedaba de espaldas y Clementine les vio venir, cortando su conversación.

Unos pasos cortaron la conversación. Clementine vio a Daniel seguido por la agente fallecida pocos días antes. Caminaban hacia ellos sorteando las mesas.

La detective Tautou vestía un traje limpio y su mirada era vigilante. Tal vez su tez era más pálida y desde luego que su presencia no era exactamente de este mundo.

-Agente Mallutz, qué rapidez -lo saludo levantando una mano, como si me tuviera que encontrar en un tumulto cuando en realidad estábamos solo Jean y yo en el lugar. Me quedo de una pieza al ver a la agente Tautou junto a él, con la mano congelada en el aire y la vista fija esbozo una leve sonrisa y vuelvo la mirada al pintor para observar su reacción. Luego habría tiempo de hablar con ellos y preguntarles qué ha ocurrido, por qué Leah está todavía entre nosotros y no ha ido hacia la luz.

-Él es Jean Jacques, el artista del que le hablé por mensaje -los presenté mirándolo a él, luego a ella disimuladamente y por lo bajo moví mis labios para decirle un "Hola".

Escruto al artista con discreción y luego de reojo a Clementine y a mi Chialin. Como me siento tenso ,aunque no lo deseo, mi tono es serio y formal en un punto ligeramente estridente.
Quizás es por que se me esta deslizando el animo como para una situación de mediación, que todo es posible, solo exista en mi imaginación y no encaje bien con mi preocupación a flor de piel.
Muchas responsabilidades en cascada alguna acogidas y otras autoimpuestas.
No me vendría mal una copa. Lastima que no sea el momento.
Curvo los labios en una media sonrisa y me dirijo al hombre.
Encantado de conocerle, señor Jacques - le digo con un leve gesto de asentimiento - La agente Sedoux y el inspector Mallutz, CSB - nos presento brevemente y señalo los asientos libres.
¿Podríamos sentarnos? Tenemos algunas preguntas sobre arte. En concreto, del suyo.

Mientras caminaba con Daniel podía sentir una presencia, algo que estaba pendiente de mi, de nosotros. No lo podía entender pero me sentía nerviosa y alterada. Aun así no dije nada y trataba de agudizar mis sentidos captando todo a mi alrededor. Tal vez Daniel notase que estaba alarmada. Ya le explicaría, por lo pronto debía identificar que pasaba.

Mi corazón dejo de latir y mis sentidos se expandieron. No era para nada doloroso, y en ese nirvana de emociones nuevas mi vista cambio dándome nuevas perspectivas y enfoques.

Pero no encontraba la fuente de mi nerviosismo.

Una vez arriba con la doctora agradeci que fuese discreta y no mencionara conocerme. Ya habría tiempo para explicaciones. Aunque mi corazon no latiese.

- Renee Seydoux!  puntualice con un apretón de manos firme.

Haciendo incapie en mi nombre, o mi nueva yo. Aun no me lo creía. Y es que todo había pasado tan rápido que pareciere que fuese otro mundo, algo paralelo. Y lo era. Pero no perdi tiempo en divagaciones mentales. Mis sentidos estaban en alerta para identificar la presencia que sentía pero no lograba ver.

Queria hacer tantas preguntas, necesitaba tantas respuestas, mentalmente golpeaba al pintor contra el suelo culpandolo de todo lo que me habia pasado a mi  y la niña, y podria ser o no que fuese el torturador pero igual senti rabia hacia el.

Debia controlarme, asi que deje que Daniel llevase la interrogacion y nuestras preguntas y espere por alguna razon de la inspiracion de los simbolos que parecian tatuajes.

- Es esa pintura inspirida en algun ritual o ceremonia? Pregunte señalando la que tenia los tatuajes.

No resisti aguantar la pregunta.

Clementine sintió la mano de Leah levemente fría.

El pintor se levantó de la silla para saludar a los policías, invitándolos a sentarse a la mesa. La agente Seydoux hizo su pregunta señalando hacia donde estaba el cuadro de la modelo tatuada, que no era visibles desde aquí. El piano tocaba piezas cada vez más abstractas y ya no se reconocían melodías.

Jean Jacques meditó su respuesta tocándose el entrecejo.

-La verdad es que los tatuajes son un misterio para mí. Pienso que sí, que podrían ser como una especie de cárcel para el alma. Yo, desde luego, no dejaría que me los hicieran.

Pero si me pregunta si conozco algún ritual o el modo en que  hayan sido hechos, no, en absoulto. Sólo los vi en la modelo. Carezco de ese tipo de... conocimiento.

La mirada clara del pintor era fija y a los ojos. Era fácil sentirse escudriñado.

- ¿Modelo? ....

- ¿Uso una modelo? Claro por supuesto.

- De que modelo hablar Señor, podemos hablar con ella? Esta aqui?

No se porque tenia el presentimiento de que nos estaba ocultando algo mas pero ya habria tiempo de averiguarlo. No era el lugar para presionarlo. Mire a Daniel con la intencion de que hiciera otras preguntas y luego mire alrededor en busqueda de una posible modelo tatuada.

-Si, desapareció de mi vida al terminar el cuadro. Se hacía llamar Ellen Lloyd pero he buscado por ese nombre y no la he encontrado, creo que no era el real. Parecía sufrir algún tipo de amnesia y estaba desorientada.

Miró a Clementine y se encogió de hombros.

-¿Algún ritual? ¿Los tatuajes tienen algún sentido simbólico? La chica me pareció culta y de gran sensibilidad artística. Diría que era de París, acostumbrada a este tipo de sitios. Fue hace dos años y medio y nos entrevistamos unas pocas veces. Una aquí y un par en mi estudio. Fue ella la que me pidió que la pintara desnuda.

Discúlpeme señor Jacques, quizás ya se lo haya mencionado a la señorita Ouvrard, pero es muy importante - comento tratando de enfatizar el foco sobre los detalles que el pintor esta ofreciendo - ¿apunta a que el nombre que le ofreció no fuera el real, pero quizás adquirió algún otro detalle relevante que nos pudiera ayudar.¿Pago al contado o utilizo algún tipo de entidad bancaria o cheque? ¿Destacaba alguna detalle mas físico o sicológico que nos pudiera centrar mas a la persona? La amnesia que insinúa es interesante. ¿En que sentido le pareció ausente de memoria?¿En que detalles?¿Menciono algún problema con el apetito o con una adicción o con el sueño o un accidente?
En el tiempo que confraternizo con la autodenominada Ellen ¿Intuyo alguna amistad que tuviera?¿Reconoció algún objeto que portara?¿Menciono algún lugar que visitara? Dice que le pareció de París ¿Por que?
Me aproximo a el desde el borde del asiento con las manos distraídas con la cubierta del bloc de anotaciones y el nuevo lapicero que sustituyo al que rompí hace un par de noches.
Sabemos que nos hemos introducido en la conversación sin apenas darles puntos de referencia de nuestras intenciones, pero dada la naturaleza de nuestras investigaciones empiezo a pensar que la espontaneidad es una herramienta útil - contemplo a Chialin por el rabillo del ojo.
Nos interesa la naturaleza de esa otra obra que usted plasmo, el tatuaje. De donde se origino y de quien.
Por favor, le pido por favor que atienda nuestras preguntas antes de que podamos contestarle las suyas.
Me detengo para ofrecerle una sincera sonrisa profesional. Por un instante ofrezco una mirada de postposicion a Clementine para decirle no verbalmente que todo sera explicado. Y que me alegra y alivia verla bien.

Escucho, medito, analizo... y siento.

- Tambien Señor, sin animos de desvariar sus respuestas, como se pusieron en contacto usted y la modelo, es de una agencia, o algo asi?  Vino a usted o alquien la busco?

Hummm.

- El nombre de Ofelia, Jules Jalabert o ... como era... Amjun! le dice algo?

Mientras tanto seguia tranquila escuchando o participando de la conversacion pero aun nerviosa mirando a mi alrededor. Aun tenia esa extraña sensacion...

Como si fuera poco las cosas brillaban diferentes y aun trataba de acostunbrarme de esta nueva exploracion de mis sentidos. Era divertido si, pero no habia tiempo para divertirme y el peligro estaba alli, solo que no lograba verlo.

Tal vez eran mis ideas y me estaba volviendo loca.
 

-No pagó, fue gratis. Nos conocimos aquí, en una exposición sobre arte africano, y no parecía querer el cuadro para ella. Sólo quería que la pintara.

Ella… cada vez que nos veíamos era como si acabara de despertar de un sueño profundo, estaba un poco confusa... despistada, y tardaba un rato en centrarse. Me dijo que no recordaba nada de su vida… nada.

En cada pregunta pensaba unos segundos y contestaba mirando directamente a los ojos. Daba la sensación que iba a pintar a los policías y les estaba estudiando.

-No, no tenía amigos, que yo supiera. Bueno, en realidad... la última vez que nos vimos en el estudio me dijo que su madre se estaba muriendo y había visto a un viejo amigo de su familia, Bertrinoli. Como me lo dijo de una forma un tanto confusa le pregunté el nombre de su madre, pero ya no recordaba nada. No he encontrado nadie con ese nombre. He encontrado Bertinolis, sin la erre, pero ninguno al que le haya preguntado la ha reconocido en el cuadro.

Me pareció de París por pura intuición. No se decirle. Y de los tatuajes, he preguntado, y un tatuador me dijo que había un trazo que bien podía ser una especie de firma. Pero en su día no encontré a ningún tatuador que la identifique.

Mientras el pintor le contestaba que no conocía ninguno de los nombres que había dicho, Leah sentía cómo su cuerpo reaccionaba a esa sensación sombría en el ambiente con un efecto parecido a la muerte.

El pintor no dejaba de mirarla, como si se estuviera dando cuenta que su sangre se había detenido y que se estaba enfriando por momentos.

Por un momento siento de nuevo esa sensacion de muerte que me enfria el cuerpo y que me corrompe por dentro. Siento la mirada del hombre y asustada me doy cuenta que puedo estar de nuevo secandome como antes y angustiada por estar en un lugar publico veo a Daniel que me devuelve esa mirada de ¿que cojones te pasa?

Miro mis manos y aun estan normales, creo. Mi piel? No puedo revisarme aqui. Me levanto de la silla y camino automata hacia una esquina, detras de alguna escultura donde no pueda verme el grueso de los asistentes y me reviso. A la par me preparo para salir casi de emergencia a menos claro que se otra cosa y decido volver a explorar al pintor con la mirada.

Que demonios me pasa...

Me volvi a revisar para estar segura que no era yo.