Partida Rol por web

Elliot sonrió ante la clase con que Madame Gresta acababa de darles una lección. Tomó uno de los cigarrillos (¡cómo negarse!) y aspiró una honda calada mientras pensaba sobre todo en sus últimas palabras, aquellas relacionadas con confiar en uno mismo y ante todo, lo de que bien podemos equivocarnos en creer siquiera en quiénes somos... La lección iba mucho más allá que el tema de la confianza para la colaboración, pensó. Le recordó a las palabras del Zhuang Zi:

Los estúpidos creen que están despiertos,

y que saben ellos mismos quiénes son:

príncipes o pastores. ¡Qué obtusos!

Confucio y tú no sois más que un sueño

y yo que lo digo soy un sueño también.

Todo esto tiene por nombre: el misterio.

La mujer de ojos castaños rió con fuerza de pronto. Elliot no podía decir qué impresión le había dado durante la conversación. Le había parecido, como ella misma decía ahora al disculparse, que estaba nerviosa, pero le resultaba difícil leer en sus gestos a pesar de ser tan expresivos o tal vez fuera por eso mismo. Se dio cuenta que no había hablado prácticamente nada en todo el rato. Le sonrió al ver su cara divertida:

-No has dicho nada, (Leah, ¿verdad?). Por favor, es importante por vuestra compañera que avancemos y tomemos una decisión. ¿En qué piensas?
 

Yo no era una mujer complicada después de todo y si esos soñadores podían entrar en tu mente seguramente podrían ver mis pensamientos, recuerdos y emociones.

Yo no quería estar allí pero tenía un trabajo que hacer. Estaba asustada, confundida, cansada, frustrada, hambrienta y molesta por tener que confiar en nuestro enemigo para un bien mayor.

Un paso a la vez.

Ahora un poco más calmada luchaba para mostrarme serena y controlarme cuando sólo quería pasar la acción de una vez y volver a tener control de mi misma.

Daniel me conocía muy bien, era impulsiva, descuidada, alocada y a veces impertinente pero también era arriesgada, valerosa, fiel y nunca me rendiría.

- Pienso que estamos perdiendo el tiempo. Si ustedes saben donde está deberíamos ir por ella y aunque no los conozco soy conciente de que juntos tendremos mejor oportunidad.

Volví a forzar una sonrisa tratando de ser amigable.

Elliot frunció el ceño al escuchar la respuesta de la mujer. Se sentó en el borde de la silla e inclinándose hacia delante habló de nuevo a todos aunque centrándose en ella:

-Un momento. Aquí está habiendo una confusión: yo no sé dónde está vuestra amiga y, ante todo, no pertenezco a esa secta de que hablais y que se la ha llevado y que, segun decís, -miro a Mats-, son capaces de controlar psíquicamente a otros.

Esta noche me marché a dormir y este es el sueño que estoy teniendo. El sueño en que estoy. Creo que Madame me invitó a venir aquí, al igual que a vosotros, porque consiera que os puedo ayudar. Y es posible que así sea.

En ocasiones soy capaz de encontrar a alguien en sueños, y si no directamente saber donde está, sí al menos hallar pistas que pueden ser importantes para descubrir su paradero. Necesito saber de la persona. Ahora conozco su nombre y eso podría bastar, pero sería mejor si me hablarais de ella y conociera su aspecto o su voz, algo personal que le guste especialmente o sea muy importante para ella... No sé...un lugar, una música, un poema... Lo que sea. Me comprometo a hacer todo lo posible. ¿Y por qué? -anticipó la pregunta- Porque lo considero un deber. Esa chica ha sido llevada contra su voluntad, incluso la olvidasteis por un tiempo, ¿no podría volver a ocurrir? Deberíamos encontrarla antes de que eso pueda volver a pasar. Podrían estar haciendole daño y, sea lo que sea lo que quieren de ella, si son como decís, a nadie nos interesa que lo consigan. 

Eso es lo que puedo hacer. Pero, es más, tratándose sus secuestradores de gente que sabe moverse en sueños puede ser muy peligroso buscarla así, creedme... Tal vez madame pueda protegernos de algún modo.

Asiento en silencio cuando la señora Gresta nos da su reprimenda, aunque por algún motivo yo no me siento regañado. Tiene toda la razón. Discriminar a alguien por ser un soñador es tan arbitrario y absurdo como hacerlo porque sea ambidiestro. Puedo entender las reticencias de mis acompañantes, pero eso no hace que deje de sentirme incómodo. Es cierto, yo mismo siento cierta desconfianza, pero más por la situación en general y por el hecho de que, en realidad, no conocemos a las personas que tenemos delante…

La carcajada de Leah me arranca de mis pensamientos. Vuelvo el rostro hacia ella con cierto sobresalto, como si alguien me hubiera dado una bofetada. La miro mientras se disculpa, con una sonrisa débil, aunque mi ceja enarcada delata mi confusión. A continuación, con suma paciencia, Elliot responde a nuestras dudas y nos explica que, si dispone de la información necesaria, es capaz de soñar con una persona y averiguar algunas pistas sobre su posible paradero. Su determinación y voluntad de buscarla por el simple hecho de que ha sido secuestrada contra su voluntad son la única prueba que necesito para confiar en el muchacho.

—Sophie Taylor es… —empiezo de improviso mi descripción, encogiendo los ojos—. Es una chica joven, a mitad de la veintena, y no muy alta, como de uno sesenta. Es periodista, como yo. Pelo normalmente oscuro, como por los hombros, pero la imagen que ella tiene de sí misma es con el pelo decolorado, blanco, con un par de mechones de color azul intenso cayendo por un lado. Muy guapa, con unos rasgos muy definidos y llamativos, y una sonrisa deslumbrante. Imagínatela como un torbellino de positividad y optimismo. Tiene una risa musical y muy contagiosa, que puede hacer que el miedo y la preocupación se desvanezcan así —chasqueo los dedos—, en un segundo. Parece casi mágico. Y, eh… —Medito durante unos segundos—. En el «plano físico» va en silla de ruedas, pero obviamente, eso no le impone ninguna limitación cuando sueña. Le gusta mucho leer, y los pájaros. Adora los pájaros. No, es más que eso; yo diría que tiene una especie de afinidad con ellos, como si fuera una especie de mujer pájaro. Y… —Suspiro, sonriendo—. Le gusta mucho el dulce.

Se me escapan las lágrimas. Hablar así de Sophie me ha hecho recordarla con tanta intensidad, echarla tanto de menos, que la nostalgia ha hecho presa de mí. Necesitamos su risa para continuar. Si no, ¿qué sentido tiene?

—Sus padres son unas personas encantadoras. Viven en una casita pequeña en Gambais, y… Lo siento —me disculpo, encogiéndome de hombros—. Ahora mismo no se me ocurre nada más. Sé que no es gran cosa, pero no sé qué más puedo decir. Ojalá esto ayude de algo.

Hecho :-)

Admiro la forma cabal y asequible, que tienen Clementine y Mats, de expresar la posición de sus sensaciones y sentimientos.
Mis primeros pensamientos se alejan aleteando entre imágenes de vikingos iracundos sobre bajeles piratas hechos de uñas y plumas. Arquetipos bien logrados, en el papel y sin cuernos.
Luego los contemplo darse la vuelta por completo, y poner pie una tierra que es reverso con sus pies mas cerca de nosotros que sus cabezas, tal y como si fueran nuestras sombras, y claro que al final simplemente somos nosotros. Reveses burlones con sonrisas blancas en paredes negras de pez.
Mis segundos pensamientos, de común bastante mas lacónicos, pues casi nunca están bien desarrollados en su función de reflexionar sobre los primeros, golpean el cristal desde el asiento de atrás.
¡Eh, déjate de zarandajas y tonterías! ¿A que carajo has venido? ¿Tiene que ver contigo o con Edith, Sophie y Leah? ¡Pues al lio Pendejo!
Parpadeo para dejar de soñar dentro de un sueño, encontrarme recapitulando cada una de las conversaciones, cono los cincos sentidos puestos en otro asidero. Otro atento a las personas y los gestos.
Las manos de Leah están tensas y su cara pasa del hieratismo a la histeria tan rápido...
Intento comprender su estado de animo mas allá de intranquilo pero diantre... Malditos sentidos embotados e imagines disparatadas.
Me es imposible entender que pasa por su cabeza y cuando suelta una carcajada me siento preocupado. Muy preocupado.
Contener mi impulso de olvidarme de todos para solo pensar en una dirección, me cuesta mucho trago de saliva agónico en la garganta y bastante de compostura.
Pero no me trastoca los nervios.
Afortunadamente.
A punto de interponerme en su linea de visión para sacarla de cualesquira bucle que la afecte, escucho las palabras de Elliot y de Mats. Y me permite ver el esfuerzo en el rostro de mi Chialin.
No entiendo si esta teniendo un ataque nervioso o se trata de controlar y, considerando el fracaso de mis dotes sensibles, me pongo en manos de las científicas y racionales: pulso, pupilas, tics, vello, temperatura...
Ojala me den una respuesta, mas allá del dolor en el hígado de la furia culpable de no saber que le pasa a mi compañera.
Cuando habla, lo que dice suena como ella, pero no lo sé con certeza.
Me preocupa su mano sobre el arma y no aguanto mas y la cubro con la mía, en la duda solo compartiendo contacto, no aferrandosela o retirandosela.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Entre acto y acto, los argumentos y reflexiones de Elliot empiezan a encajarme y ha serme comprensibles.
Se quedan como notas flotando sobre las paginas por que me conmueve el sentimiento de Mats.
El llanto del hombreton es el abracadabra de mi propia sensación.
Un mismo fondo: el aprecio por alguien querido, formas distintas. Pero como bien me dije en un inicio importa lo que significa.
\'Compadre\'.Ten a bien que haremos todo lo posible para traerla a casa - le digo agitando la cabeza - Y la traeremos - pongo todo mi honor en el gesto seguramente emborronado por mi sentimentalismo. No suelo llorar por que así me fueron criando, pero, no lograron ahogar las lagrimas. Solo las hicieron discretas.
Luego sin pausa de continuidad beso la sien de Leah acariciando con la mano libre su nuca - Como nunca te dejare en la estacada a ti, \'Mo Geard\'(*) el resto es solo un susurro vertido en su oído.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

La pequeña vergüenza por mi comportamiento exaltado es difícil de ocultar. Como la congoja de recordar el dolor de su ausencia. Y el dolor de su presencia.
Pero recupero la serenidad al grito contundente de mis segundos entendimientos.
¿Alguno puede ayudar a Elliot plasmando un retrato con la descripción de Mats? - digo mientras me engujo la humedad de las comisuras de los ojos pero el tono brota como si hubieran venido a mi mesa a reportar un crimen y les devolviera el apropiado tono profesional - ¿Ayudaría Elliot, o con las pinceladas de nuestro amigo se suficiente?
Aunque Madame Gresta nos había empezado a confiar que a partir de aquí vienen curvas - suspiro - mas curvas.
Si la resolución puesta como un clavo sobre todos nosotros es encontrar y rescatar a Sophie Taylor - me escucho repitiendo su nombre por instinto por que es importante - hagamoslo.
Y repitamoslo. Con cualquier otra alma cautiva que podamos encontrar. Hasta que no puedan hacerlo mas.
Sin embargo si me gustaría pediros una cosa personal. No es una prenda de confianza si no mas bien un favor.
Me gustaría, si se puede, que nos lleguen a enseñar a despertar dentro de un sueño, a conseguir la lucidez, como Sigrun ayudo a Leah en su confinamiento o intuyo tu Elliot o usted Josiane saben hacer.
Puede ser un asunto arduo, difícil o imposible pero somos cuatro personas con distintos talentos fuera de la norma. Quizás solo sea uno, pero uno que pueda ir a pedir ayuda o libere a los demás ya es mucho.

Absorta por la reaccion de Elliot no puedo mas que quedarme quieta. Si bien sus palabras son elocuentes a punto estuve de levantarme para abrazarle y dejarle llorar en mi hombro a modo de sarcasmo. 

Un soñador siendo victima eso si sería nuevo para mi.

No pude mas que dejar escapar una mueca de condescendencia. Despues de todo podia ser cierto, todo podia ser cierto y yo era una paranoica en confiar en todos, desde que Eugene me tuvo a su merced, luego Ofelia la vampiro, luego Ammit y su espiritu come visceras, los lobos, y ahora un soñador que era bueno. Y llego navidad.

Si mi movil tuviese bateria me tomaria una selfie con el y la subiría a mi Instagram. (Y si tenia bateria)

Mientras escuchaba sus explicaciones y luego el detalle de Mats hablando sobre Taylor realmente me doy cuenta que no conozco a la mujer que debemos buscar.

Un fugaz pensamiento de mi tomando una cerveza con Elliot al dia siguiente siendo buenos amigos se desvanece al darme cuenta que tengo que tener un conversacion con Daniel a solas y lo veo mirandome con angustia y preocupacion.

Tranquilo, no voy a romper nada. Lo miro mucho mas calmada ahora que siento su mano sobre la mia y entrelazo mis dedos para quedar unida a el una vez mas. Lo que será será y mi arma no cambiaria eso. Al menos no el arma en mi muslo.

Vuelvo a mirar a Daniel con una sonrisa mas relajada, no quiero que se mortifique hasta que comienza a hablar y hace su peticion.

- Se puede bloquear un soñador? Podemos despertar????? Dije sorprendida y sobresaltada.

Me doy cuenta que he hablado en voz alta sin darme cuenta pero lo recuerdos vuelven a mi como cachetadas internas. Fugaces recuerdos de momentos indescriptibles que me hacen añorar la vida que tuve hace 5 años.

Aunque me sienta culpable al sentir tomar a Daniel de mi mano me doy cuenta que en ella esta la respuesta. Trato de recordar ese último momento en que me ayudó a salir rompiendo esa 4ta pared que separaba ambas realidades.

Vuelvo a ver a Daniel con ojos algo de gata perdida.

- Podemos buscar a Sigrun? Le pregunte en voz baja.

La emotiva descripción que el periodista hizo de su amiga caló hondo en los presentes. Todos sintieron una gran tristeza por Sophie. Era como si ya la conocieran y la echaran de menos. Como si sintieran añoranza, pesar, alegría de que existiera y pena por no haberla conocido. De alguna forma Mats les hubiera contagiado su amor por ella.

Incluso se hicieron una imagen mental de la chica secuestrada. Cada uno a su manera.

Leah la había visto. En una cripta oscura. Sumergida en un pozo en el subterráneo. Muerta o inconsciente -de eso no estaba segura- con su pelo blanco flotando y una gran serpiente nadando a su alrededor.

Madame Gresta contestó a la policía.

-¿Cómo despertar? Bueno, eso depende del sueño y de la habilidad. Es algo que se aprende con la práctica. Lo más importante y difícil es ser conscientes de que estáis soñando. En algunos sueños es más difícil que en otros. Este sueño, por ejemplo, no es ninguna prisión, podéis despertar sólo con un poco de esfuerzo mental. Bueno, en este caso, vosotros cuatro -se refería los que habían venido en el carro- no estáis durmiendo. Habéis entrado físicamente en el ensueño pero si queréis salir decídmelo y mi cochero os conducirá a un lugar liminar en el que os resulte fácil salir, como esa discoteca, por ejemplo.

Leah sabía que fue Sigrün quien la sacó de su sueño de cinco años. Lo último que recordaba la policía de ese sueño era a ella gritándole desde otra habitación, advirtiéndole que estaba soñando, que tenía que despertar en ese momento, o moriría.

Creo que Sigrun te encontrara a ti - le murmuro - si la necesitas.
O en este caso... si por lo que contasteis en la clínica y ahora, es lo que imagino, quizás ahora le devuelvas la ayuda.
Dejo la taza en algún sitio donde no deje cerco y me aclaro la voz.
Recojo las ideas básicas que hemos acumulado y, las sostengo en mis metafóricas manos para darles una ultima hojeada y expresar una intuición y un plan.
La funcionalidad de una u otra esta por ver. Pero no me disgusta mas de lo que debería. Excepto por las partes en las que hay peligros desconocidos.
Pero esto no es mundano trabajo policial. Es otra cosa que puedo empezar desde ahí...
Pero que se va hacia otro lugar.

Que Carajo.¿Quien quiere vivir asustado para siempre?

Gracias Josiane - ofrezco sincero en el gesto - No creo que utilicemos el ofrecimiento ¿Verdad? - yo no puedo asegurar por los otros pero mi tripas me dicen que no yerro - Mas cuando somos el grupo de personas mas afín a conseguir lo que nos propusimos.
Tomo una pausa. El aire es curioso en este estado de lucidez dentro de una quimera. Comparto mirada con todos, los cinco alrededor de la idea de ayudar a Sophie. Pero donde me prolongo mas en la de los ponderados ojos de Madame.
De la que nos sostiene y asiste.
Buscábamos un forma de encontrar a nuestra compañera y, Elliot nos dice que, él como Sophie con Cleo, puede enfocar claves y pistas que señalen su paradero, si no su localización exacta.
Difícil es valorar que encontraremos allí aun que estimo que, por alguna razón, Madame Gresta a mencionado a los Dragones.
Yo no se si alguno de los presentes sabe como afrontar ese enfrentamiento, pero si imaginar que va a ser a medias algo igualmente físico, mental y, maldita sea, espiritual.
Leah y Mats tienen una ligaron intima con Sophie.
Leah en la zona mental a través de Sigrun, que la rescato y Mats en la material - me corrijo - bien...sobretodo en esa pero también en las otras.
Vosotros podréis, pienso, trazar comunicación con ella. De alguna manera. Aunque sea burda y grosera. Y avisarla. Apoyarla. Coordinarnos.
Y bueno...Clementine...tu soñaste con Edith y despertó de vuelta. De alguna forma confluiste para eliminar los obstáculos que la retenían. Puede ser que, creo mucho que si, partiendo de esa experiencia, puedas hacer aquí lo mismo.
Ahora levanto la mano frente a mi para levantar los dedos que enumeran las pegas.
Mientras, tenemos que escabullirnos de la mirada de un numero incógnita de Sectarios de la Oposición, que no nos hace falta que nos digan, seguro están monitorizandonos - uno.
Tenemos que surcar un camino inexplorado, hacia Terra Ignota, bajo la guía y tutela de nuestro experto - saludo a Elliot con compasión por la tarea - sin perder a ninguno de nosotros en la travesía y sin morir o , siendo el territorio de la imaginación, algo peor - dos.
Tenemos que llegar al lugar: sin mancillarlo, por que me temo que a su modo, es terreno sagrado. Ni exponerlo, pues si dejamos un rastro que puedan husmear, a la Oposición le estaremos dando lo que busca. Ni acabar frito por quien lo guarda - por un instante recuerdo a Mictlantecuhtli rondando en mis sueños y me sostengo en la mano de Leah. Tres.
Entonces, sea como hayamos llegado, tenemos que abrir la jaula o romper las cadenas sobre Sophie. Y seguir no ganándonos una suerte horrible. y no liberando o permitiendo que entre o salga nada mas, y claro esta, soslayando al guardián - cuatro.
Por ultimo tenemos que volver. Me juego otra cena a que no por el mismo camino. Y con las mismas vicisitudes que a la ida. Pero habiendo salido todo bien, con un segundo soñador en nomina - cinco.
¿He ido bien?¿Me he dejado algo en el tintero? Por favor no os guardéis cualquier comentario. Cualquier detalle puede ser importante para estar preparados.
Los miro reflexivo y sobrio. Muy, muy sobrio.
Si os preguntáis mi papel en todo esto creo que me ocupare de distraer a la Bestia hasta el aburrimiento - les digo adusto - Ella y yo tenemos muchas cosas de que hablar mientras vosotros sacáis a Sophie. Eso se me da bien, ya veis.
Me planto la mano abierta en la cara para frotármela, cerrar los ojos, y descansar los pensamientos.
Por favor si salimos de esta no recordarme que he dicho todo esto.
O al menos que sea con una buena broma que no me haga pensar que hoy es cuando definitivamente me eche al monte de estas locuras.
Me encojo de hombros y suspiro.

El aura de melancolía de Mats persiste en el ambiente pero, el peso que he querido condensar en mis palabras es el de esperanza. Aunque monte sobre una descripción poco halagüeña de hechos.
Mi convicción de que lo vamos a lograr, gotea sacada de mi pecho, igual que mis pensamientos de mi cabeza. Ambas están en el mismo espacio pero cada una con una vibración distinta a sus apropiados sentidos.
Los milagros han venido y existen y al menos conocemos tres. Edith, Cleo y Leah.
Lo único que hay que saber es que se avienen con ciertos precios. Asequibles o muy costosos.
Nunca imposibles.

Enfrascado en mi mudez sonrío levemente desahogado.
Me complace, que aunque la posibilidad de fallecer esta bastante incrementada, es mejor que las que hubo previamente en mi pasado.
Es mejor hacerlo con una causa en el corazón que hacerlo, por que, este esta vacío y ha enfermado al espíritu.
Me relajo y pregunto una ultima cuestión.
Solo por saberlo. Ademas de Elliot ¿Existe alguna ayuda mas a la que podamos acudir en el ensueño?¿Un tipo de marines fantásticos o así?

Las sentidas palabras de Mats me sacan del estupor que me produjo la risa de Leah, por un instante pensé que la habíamos perdido, luego me di cuenta de que estaba exteriorizando sus nervios y su ansiedad, lo que claramente era lo mejor para su salud.

Al escuchar al pelirrojo casi lloro, sentí por un instante que Sophie no era un nombre que nada tenía que ver conmigo, sino que era otra víctima más de esos sectarios desalmados. Se me ocurrió como la más sádica pesadilla que estuviera presa tanto en el plano físico, con su cuerpo, como en el espiritual. La rabia y a la desazón me colmaron a partes iguales, quise buscar a la muchacha y liberarla de su opresión.

Estaba sumida en mis pensamientos hasta que escuché las palabras de Daniel, asentía a cuanto expresaba hasta que me nombró y luego nombró a Édith, me sentí en el deber de aclarar la situación -Espera Daniel, yo no tuve nada que ver con eso... La niña me guió a su sueño y cuando yo desperté ella seguía inconsciente, no creo que haya sido mi intervención la que provocó su despertar -si no la de otro ser... No podía recordar si había contado ese pequeño detalle a Leah o a Daniel y de pronto me pareció importante decirles sobre Ophelia y de la charla que habíamos tenido; sin embargo, este no era le momento de mentarla. -Pero tengan por seguro que pongo todos mis talentos a su servicio -agregué sin más -Vayamos a buscar a Sophie y a ver si como San Jorge logramos doblegar al dragón.

Sopeso....

Medito....

Calculo....

De momento aunque escucho las palabras de la doctora, profundizo en la explicacion de Lady Gresta acerca de salir de un sueño. Auto convencida de que debo confiar en ellos me dejo llevar pero no dejo de meditar sobre el mecanismo de salida, aunque escucho a los demas en espera de nuestra partida para salir a la acción.

- Contra el dragón .... susurré.

Mats describió de la chica desaparecida con viveza y una estima tan profunda que se hacía contagiosa. Cuando nombró la silla de ruedas Elliot no pudo sino recordar a su amiga Laia a la que tanto quería igualmente.

Su mente se puso en guardia de forma repentina. Había decidido confiar en aquellos extraños y en Madame Gresta, pero detalles clave de lo que allí acontecía tenían tanto que ver con él que las dudas comenzaron a asaltarle. Aquella emotiva descripción le estaba vinculando a la tal Sophie de un modo tan hondo que sentía haber perdido con ella a una amiga muy querida. Sabía que este tipo de emociones repentinas no son ajenas a los sueños donde muchas veces las cosas más ilógicas encajan perfectamente, pero... ¿No era posible que estuvieran disponiendo trampas allí para él?, ¿que estuviera siendo manipulado? Si esto fuera así, ¿sabría darse cuenta a tiempo?

Daniel trazó después un esbozo de plan o, más bien, describió a grosso modo lo que esperaba encontrar en adelante. A Elliot no le pareció que sus palabras resonaran con la fuerza de las de Madame cuando parecía esbozar el sueño y lo que iba a acontecer, sin embargo cabía la posibilidad de que aquel hombre estuviera haciendo lo mismo de un modo más hábil y sutil. Un detalle de toda aquella descripción llamó en especial su atención: Daniel asumía, y las dos mujeres parecían de acuerdo, que no sólo la búsqueda de Sophie comenzaría en un sueño, sino que toda ella se llevaría a cabo en él. Hablaba de viajar a través del ensueño y de cómo Elliot debía guiarlos a todos. Si era una trampa y poco a poco habían estado sugestionándole, ¿cómo reaccionarían si discrepara con esto? Trampa o no cabía hacer una observación:

-Un detalle, Daniel -comenzó mirándole atentamente a los ojos-: ¿dónde sospecháis que está Sophie como para pensar que habremos de ir en su busca por el reverso del universo? - le había gustado el título usado por Madame-. Los sectarios de que habláis deben ser peligrosos en cualquier parte, sin duda, pero teniendo en cuenta que son soñadores podríamos entrar de lleno en su territorio, así como este lugar es el territorio de Madame. De aquí ella nos permite despertar, ¿podríamos hacerlo de un lugar que les perteneciera?

Nunca se sabía a dónde conduciría una búsqueda en sueños pero no había imaginado llevarlos a todos consigo. ¿Habría de ser así? Podría conducirlos, sin desearlo, a la mismísima boca del lobo. O del dragón.

Es buena pregunta Elliot - concedo interesado por el punto de vista. Me meso un instante antes de contestar - Um. Creo que debe estar en un lugar físico pero no es enteramente en este aspecto del mundo - apunto hacia Mats - Cuando encontraron a Cleo, si no recuerdo mal, el sitio era real pero su presencia se manifiesto con ayuda.
La jugada, intuyo, que contendrá una doble visión y un doble movimiento.
Por que sacar alguien directamente desde un sueño debe ser difícil y peligroso ¿Cierto?.
El primer punto va a tener que ser el marcar la equis que indica el lugar, por así decirlo.
Yo había pensado intentarlo a través de mis habilidades a medio conocer. Pero he visto que atrapado en una pesadilla no es lo mismo que muerto - convengo una mueca de capitulación ante la evidencia - Aunque lo intentare si todo falla.
Oído lo que habéis expuesto, el tema es planificar esa primera batida - me golpeo la nariz con el dedo - Se que esa te toca a ti Elliot, lo que me pregunto es si dentro de la tarea, mejoraría las probabilidades, el hecho de no fueras solo. Y quien seria mejor compañía.
Ahora es cuando giro la atención hacia Clementine y Leah.
No recordaba ese detalle de tu experiencia con Edith con exactitud, Clementine pero al menos si nos da una idea de que al menos una vez, tu Clementine, has viajado con guía - sonrio - No se si eso es relevante, lo cierto es que conocemos muy poco de ese campo, pero al menos es una vez mas que yo y eso lo valoro. También que hayas traído a San Jorge a la palestra me gusta. Al menos para encomendarnos a él - le dedico una venia afable.
Beso la uña del pulgar y me santiguo y continuo.
Ya digo. El plan exacto de acción no lo puedo dar - inclino la cabeza hacia atrás con un giro para remarcar los instantes pasados - enumere las tareas a abordar por que es lo que siempre he hecho cuando me pongo a resolver un caso. Poner las piezas sobre la mesa mental o física y ordenarlas. Lo que encaja, lo que falta, la forma de las piezas del puzzle - agito la mano como si cubriera un tablero - y me pongo a trabajar a rellenar los huecos del problema. también - me confieso - por que hacerlo me relaja.
Tenemos que organizar la primera tarea, buscar ese lugar o al menos sus señas.
No creo que los Otros sean sus dueños.
Creo que es terreno vedado y vigilado.
Lo que no quiere decir que no nos los podamos encontrar rondando.
Como experto en la habilidad de rastreo, Elliot, las mejores ideas seran tuyas y... suyas - miro a madame Gresta - Por favor Josiane asesorenos como pueda.