Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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07/07/2016, 09:21
Director

Aliosha ha sacado un 18 en una tirada de empatía para que Arthür sepa como se sienten Mats y Sophie. Con ese resultado ha superado en un punto la dificultad de "muy difícil", así que podéis narrar marcando a Arthür lo que creeís que con esa tirada pueda haber notado.
 

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07/07/2016, 09:26
Director

En un cajón de la cocina Arthür había encontrado una antigua caja de caramelos de latón color cobre, pequeña y estrecha, que resultó ideal para guardar ese polvillo.

- Tiradas (1)
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07/07/2016, 16:44
Mats Bergstrøm

Mis ojos han estado mirando a Arthür la mayor parte del tiempo, implorantes unas veces, esquivos otras. En ellos se refleja una necesidad y un dolor no expresos. Mi boca tiene una expresión blanda, como drogada. Siento un hueco dentro, un hueco que duele y palpita. Haber visto a mi padre en sueños, aunque solo fuera su imagen, ha traído recuerdos y sentimientos contrapuestos, que me han hecho percatarme de repente de que no todas las heridas están curadas, y aún hay muchas cosas que debo afrontar y aceptar antes de poder seguir adelante con mi vida.

Poco a poco, es como si se estuviese formando un muro invisible a mi alrededor, que no me deja ver lo que tengo delante; en vez de eso, parezco más preocupado por lo que sucede en mi interior. El desaliento en mi voz al pronunciar mis últimas palabras ha sido palpable. La sospecha de suponer un peligro a las personas que comparten mi destino, aunada con mi percibido fracaso a la hora de enfrentarme a mi padre o siquiera de soltar todo lo que guardo en mi interior, ha socavado mi opinión de mí mismo, haciéndola caer en picado en las últimas horas.

Ahora mismo, solo deseo dormir, olvidarlo todo, y quizá llorar un poco en silencio, articulando palabras mudas en la oscuridad. Mañana será otro día, y volveré a ser el mismo de siempre.

Notas de juego

Un apunte: me doy cuenta de que a veces, las cosas escritas parecen más graves/dramáticas. Hay que tomar las cosas en su medida justa (ni más ni menos). Yo siempre intento ponerme a mí mismo como ejemplo, puesto que soy la única persona a la que conozco emocional e íntimamente desde mi fuero interno, con la posible salvedad de mi hermano gemelo, y muchas veces narro desde mis propias experiencias. También soy consciente de que soy una persona quizás más sensible que algunos. Por eso, quiero dejar claro que con este post no quiero decir que la mente de Mats esté a punto de quedar destruida XD. Más bien, describo mediante oleadas, impulsos de emoción sin filtro, teniendo en cuenta que no puedo tampoco decir demasiadas cosas al estar meramente expresando sentimientos sin palabras.

Ni siquiera estoy seguro de que se me haya entendido XDDDDD.

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07/07/2016, 21:19
Arthür Guitry

Notas de juego

No, para nada parece que la mente de Mats esté a punto de derrumbarse, se entendió perfectamente. Cualquier emoción o sentimiento es suceptible de muchísima profundidad, lo que no implica necesariamente en absoluto gravedad o dramantismo y aquí se ve la importancia para el personaje de lo que explica sin que en modo alguno haya de condicionar por ello su voluntad, por mucho que su ánimo esté afectado en este momento. Y vamos, ¿quién no tiene padres? El poder que pueden tener sobre un hijo es tremendo. Se entendió a la perfección. :-)

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08/07/2016, 09:09
Casa Rural Millemont

Las vigas eran de madera y la casa crujía. Mats no pudo volverse a dormir del todo. Sophie, en cambio, se había despertado fresca y pudo relajarse. Arthür, a pesar de estar despierto toda la noche no se sentía especialmente cansado.

Amaneció una mañana fresca y clara, sin niebla.

El olor del café era tan intenso que abrir el tarro era suficiente para que inundara toda la casa. El pan y la mantequilla caseros junto con la mermelada hecha por la dueña prometían ser los elementos ideales para el desayuno perfecto.

- Tiradas (3)
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08/07/2016, 13:51
Sophie Taylor

Antes de irse a dormir, Arthür echó una mirada disimulada a Sophie. Como había dicho, parecía cansada y un tanto abrumada por los acontecimientos, por tener que lidiar día a día con tantas cosas nuevas que difícilmente comprendía. Le pilló una mirada de preocupación dirigida hacia Mats: era evidente que comprendía mejor que nadie lo que suponía despertar tras varios años de coma así que, aunque hubiese sido solo una pesadilla, entendía lo mal que lo había pasado.

Sin embargo, al chico no se le había escapado una ligera nota de orgullo cuando Sophie contó su relato sobre la pesadilla. La joven se había sentido por fin útil, y a la altura de las circunstancias.

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08/07/2016, 13:55
Sophie Taylor

La suave caricia del sol matutino entrando por la ventana y un profundo olor a café dieron los buenos días a Sophie. Al principio se había esforzado en no dormirse, mirando con preocupación a Mats, pero al final se había rendido al dolor de cabeza. Además, la última vez pudo ayudar al nórdico gracias a que compartió su sueño, así que tal vez lo mejor fuese descansar con él.

Por suerte, tuvo un descanso sin sueños, reparador, y se despertó mucho más despejada que al acostarse. La confusión mental por la experiencia encarnando a Sigrun había remitido notablemente, y ya notaba sus recuerdos mucho más ordenados. Como debería ser, la memoria de Sigrun ahora simplemente era el recuerdo de un sueño, de esos que se es capaz de recordar aún despierto, pero del que faltan detalles.

-Buenos días. Parece que por fin hemos tenido algo de paz aquí. ¿Te encuentras más calmado, Mats?

 

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08/07/2016, 14:54
Arthür Guitry

Arthür pasó el resto de la noche despierto. Salía de tanto en tanto de la habitación sin hacer ruido. Estiraba las piernas caminando por la casa, asomándose a cada rato por las ventanas para observar la quietud del bosque a la luz de la luna. Durante el resto de la noche no volvió a ver nada extraño ni hubieron visitas fantásticas y en la habitación todo parecía tranquilo, aunque no estaba seguro de que Mats hubiera podido volver a pegar ojo. Sophie en cambio dormía incluso con una sonrisa sólo un poco insinuada que daba a su rostro un expresión de lo más apacible.

Llegada la mañana decidió preparar el desayuno. A todos les vendría bien un café y probar las viandas que había dejado la dueña. Pensó que el olor bastaría para despertar a sus amigos y no quiso importunarles por si deseaban pasar más rato en la cama. Era una suerte que la mañana amaneciera luminosa y fresca; ayudaría a disipar la impresión de la pesadilla por completo.

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09/07/2016, 01:59
Mats Bergstrøm

Menuda noche de mierda.

He pasado las horas en un irritante estado de duermevela. Parecía como si mi cuerpo tuviese un reloj interno que me espabilase cada vez que estaba a punto de dormirme. La amargura que hace un rato embargaba mi pecho se ha atenuado por puro cansancio, dejando únicamente un decaimiento pesado, aunque relativamente fácil de sobrellevar. Al abrir los ojos, estos me escuecen, como los días que me tiro horas y horas delante del ordenador. Tengo la boca seca, y la postura que he tenido que mantener por culpa de mis manos atadas ha hecho que el hombro y el cuello se me queden resentidos.

En pocas palabras: no he descansado nada.

En cuanto soy desatado por Arthür, me incorporo en la cama y me quedo sentado, masajeándome la zona dolorida y haciendo suaves rotaciones de cuello y hombros. Después de un ronco «buenos días», respondo con un monosílabo afirmativo a la amable pregunta de Sophie. Es un encanto y agradezco su preocupación, pero ahora mismo estoy hecho mierda y de bastante mala hostia. Taciturno, me levanto sin arreglar siquiera mi pelo alborotado y me doblo un poco hacia atrás, haciendo crujir mis vértebras lumbares, para después gravitar instintivamente hacia el café de la salvación. Me siento a la mesa del comedor y, con la mirada turbia y ojerosa por el agotamiento, empiezo a beber. Una ceja se me dispara hacia arriba como efecto de la inesperada satisfacción.

Mmm. Rico —afirmo, recuperando un poco de buen humor—. Menos mal que aún quedan cafés buenos. ¿Has dormido bien, Sophie? Tienes buena cara. —Miro entonces a Arthür, y se me escapa una carcajada al verlo tan fresco y aparentemente descansado—. Vaya, vaya. Tienes buen aspecto, chico. Me temo que de mí no podrá decirse lo mismo…

Me quedo unos segundos en silencio, con la boca entreabierta y dando ligeros golpecitos a la mesa con los dedos. Me gustaría abordar lo que ha sucedido esta madrugada. Necesito hablar de ello, pero no tengo ni idea de qué decir. Hay sensaciones en mí que quiero transmitir, pero no sé qué palabras utilizar, cómo ponerlo todo en orden. Soy un rompecabezas gigante cuyas piezas alguien ha esparcido a conciencia. A decir verdad, me siento avergonzado tanto por mi actuación en el sueño que he compartido con Sophie, como por mi arrebato emocional al ser despertado por Arthür. Ese no es el Mats que quiero ser. Jugueteo dando vueltas a los pulgares con las manos entrelazadas, pensando en cómo decir a mis amigos que olviden mi embarazoso comportamiento, ¿pero cómo van a olvidarlo si vuelvo a recordárselo? ¿Acaso necesito mi propio perdón? ¿Por eso soy así, por eso le doy tantas vueltas a las cosas? Desde luego, soy el más débil e inestable de los tres, con diferencia. No es de extrañar que haya caído en la trampa de Vendela. Chasqueo la lengua.

Eh, muchas gracias a los dos. Por todo —me limito a decir finalmente, intentando sonar indiferente. Me aclaro la garganta y bebo otro trago de café, como suele hacerse para poner punto y final a una situación incómoda. Luego sigo hablando—. Chicos, tenemos que hablar de la mudanza. Creo que ahora mismo es nuestra prioridad. Pasarnos por nuestros domicilios habituales es un suicidio, así que yo opto por dejar nuestras llaves a una agencia de mudanzas y que lo hagan todo ellos. En cuanto terminen, iremos directamente a la casa Gresta. —Suspiro—. Una vez allí pensaremos qué más podemos hacer.

¿Y qué vamos a hacer exactamente? Yo me he encargado de cagarla y joder nuestras oportunidades. Suerte tengo de que Arthür y Sophie no me odien… Aún.

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09/07/2016, 19:18
Arthür Guitry

En silencio prácticamente completo desde que dio los buenos días, Arthür estuvo ocupándose del desayuno, de servir la mesa, de abrir un poco las ventanas para airear la casa y despejar el ambiente aprovechando el buen día que hacía, y sobre todo dar tiempo a sus compañeros para que terminaran de despertar y las vivencias de la noche anterior comenzaran a asentarse. Mats se veía agotado y ojeroso, haciendo un esfuerzo por ponerse en marcha, aunque mucho más recompuesto. Se le notaba pensativo y no quiso sacarlo de sus disquisiciones hasta que él mismo comenzó a hablar, retomando la importante cuestión de poder ir cuanto antes a instalarse en la casa Gresta y hacerlo de la forma más segura posible. Sin embargo quedaban cosas por contar de la noche anterior y ahora era el momento oportuno.

—¿Sabéis?  —comenzó mientras se rellenaba un poco más la taza de café—, aunque la noche pasada pueda parecer una mala experiencia hay algo muy bueno de lo que precisamente nos hablaba ayer Sophie cuando conducíamos hasta aquí: no estamos solos— hizo una pequeña pausa para recalcar lo importante que era el hecho—. El «Dr. Duun» sea quien sea en realidad, él o algún otro, parece haberos ayudado a ambos mientras estabais allí. Nuestro bulldog podría ser uno de esos sapos que se convierten en príncipe —añadió siguiendo el comentario que había hecho Sophie—. Pero en realidad no fue la única ayuda que recibimos anoche —se quedó un momento pensativo, mirando los remolinos del café con leche recién removido, buscando cómo empezar a hablarles de la visita nocturna.

—Veréis... Hubo un momento, un poco antes de que os despertara, en que vi la silueta de un cuervo posarse en el alféizar de la ventana. Pensé que debía ser uno de nuestros amigos y que si así era traería un mensaje importante, de modo que salí al exterior a su encuentro —en este punto una sonrisa divertida, casi traviesa, como si fuera un niño que va a contar una mentira que los adultos seguro que no van a creer, se dibujó en su cara—. Salí por la puerta, pero cuando giré la esquina de la casa para llegar junto a la ventana no fue exactamente un cuervo lo que vi: había una figura humanoide, de una estatura parecida a la de Sophie. Tenía pico de cuervo, ojos de un blanco nacarado, como metálico, con pupilas negras muy, muy brillantes, manos y piernas oscuras con garras y todo el cuerpo cubierto de plumas negras, excepto por una capa confeccionada con plumas grises y blancas que en la parte superior terminaba en una especie de yelmo de oro y plata. Y para rematar un cinturón que parecía también de oro y en él una espada envainada con mango de jade —sólo cuando terminó esta descripción sus ojos pasaron de mirar al infinito hacia ninguna parte a sus amigos. —Conseguí no caerme al suelo del susto y preguntarle quién era. Hablaba, aunque no se puede decir que tuviera discurso, sino apenas palabras sueltas. Dijo mi nombre, y entre balbuceos y ruidos raros dijo también el nombre «Munin». No sé si llegué a decíroslo, pero como fueron dos cuervos los que nos ayudaron a salir de aquel lugar, mentalmente pienso en ellos como Hugin y Munin, «Pensamiento» y «Memoria», los cuervos de Odín. Bueno, el caso es que no sé si me leía la mente o qué, pero así es como se presentó... «Hablamos» un poco más y le pregunté por qué había venido en ese instante, si traía algún mensaje, pues mis amigos y yo estábamos en peligro. Entonces, uf... De pronto se puso a hablar con tu voz, Mats, como si fuera una grabación tuya en un idioma que debía ser noruego, diciendo cosas de las que no entendí nada salvo la gravedad por el tono desesperado. Entonces pensé que era muy posible que estuvieras teniendo una pesadilla y entré corriendo a despertarte. Tú dijiste que escuchaste mi voz pero también los sonidos de un cuervo, así que creo que él me ayudó a poder hacerte despertar. Y tal vez también el Dr. Duun de alguna manera. Inmediatamente te desperté también a ti, Sophie, en cuanto comprendí al ver a Mats que efectivamente venía de un sueño horrible. Pero ya no había rastro de Munin por ninguna parte. He estado vigilando toda la noche pero no he vuelto a verlo. Fue increíble, la verdad...

Notas de juego

Belgeval, Kirlyan, si queréis, haced una tirada de imaginación más empatía para ver si Mats y Sophie se dan cuenta de algo más y os cuento (dificultad 11 me parece bien).

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10/07/2016, 18:43
Sophie Taylor

Sophie miraba apesadumbrada a Mats. Entendía bien el trauma por el que había pasado, y sabía lo mal que debía sentirse. Era frustrante no poder hacer nada, sin embargo. Casi le parecía injusto que ella hubiera descansado y dormido tan bien, cuando el nórdico parecía tan cansado. Y Arthür... Maldita sea, se suponía que se turnarían para hacer guardias durante la noche, pero el chico no le había despertado. Debía de estar agotado, aunque lo disimulase.

-Yo creo que no necesito muchas más cosas. Ya avisé a mis padres de que podría tardar en volver y cogí lo imprescindible. Si ahora llegase un camión de mudanzas para llevarse más cosas, tendría que dar demasiadas explicaciones. Por mi parte, podemos ir a la casa cuando queramos.

Entonces dio un sorbo al café y fue a disculparse con Arthür por no haberle sustituido, pero él empezó a hablar. Resulta que aún habían pasado más cosas la noche anterior. Abrió mucho los ojos en cuanto mencionó los cuervos, y soltó un gritito de asombro ante la dsecripción de la forma medio humana medio ave. ¿Quiénes diablos eran? ¿Por qué les ayudaban? Observaba a Arthür sin quitarle ojo de encima, y de pronto vio un titubeo. El chico desvió la mirada solo medio segundo mientras hablaba. Siguió como si nada, pero Sophie entrecerró los ojos: no se le había escapado.

-Vaya todo eso es increíble. Pero eh, ¡me alegro de que efectivamente haya sapos dispuertos a ayudarnos por ahí! Al final tenía yo razón -y soltó otra de sus espontáneas carcajadas. Entonces volvió a mirar a Arthür, muy seria-. Arthür, siento mucho que hayas pasado toda la noche en vela. Debería haberte ayudado. Deberías descansar, todos hemos pasado por mucho, y parece que tú también -dudó un segundo -. Arthür... ¿ha ocurrido algo más?

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Gotcha!

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11/07/2016, 12:19
Mats Bergstrøm

Asiento cuando Sophie nos explica por qué no quiere trasladar más cosas a nuestra nueva casa. Lo que dice tiene sentido. Sin embargo, yo sí tengo algunas posesiones que no quiero perder de vista, y aun otras que nos pueden ser de ayuda.

Lo que nos cuenta Arthür me deja completamente boquiabierto: nos narra su encuentro con un cuervo humanoide, cuya descripción concuerda con cómo he imaginado siempre que debían de ser los tengu de la mitología japonesa. Hace poco más de una semana no habría creído una sola palabra, pero ahora mismo, un estremecimiento recorre mi espina dorsal. Hasta ahora habíamos venido enfrentándonos a un mal que parecía provenir de personas, pero esto que describe Arthür no tiene nada de humano. Afortunadamente, parece que esa extraña y terrorífica criatura quería ayudarnos.

Joder… —murmuro, menos animado que Sophie—. Ahora cuervos mutantes de Las Tortugas Ninja. ¿Qué será lo próximo? Al menos no parece que quisiera matarnos o maldecirnos… —Y entonces, sin saber muy bien por qué, estoy totalmente convencido de que Arthür se está guardando algo. Algo que no nos está contando. Tuerzo la boca hacia un lado—. Arthür, ¿eso es todo? Sabes que puedes confiar en nosotros, ¿verdad?

Lo miro a los ojos con vehemencia, esperando su respuesta.

- Tiradas (1)
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11/07/2016, 12:45
Arthür Guitry

No podía sorprenderle que Sophie y Mats se hubieran dado cuenta de sus omisiones. No era capaz de pensar en Munin sin que una mezcla de fascinación y melancolía le afectaran. Cuando ambos le preguntaron, dudó, sin embargo. La mirada de Mats casi le atravesaba. ¿Pero qué podía decir en realidad? Ni él mismo sabía bien qué había pasado ni las implicaciones de su encuentro, pero instintivamente se llevó la mano al bolsillo del pantalón. Decidió que al menos debía mostrarles lo poco que había quedado como prueba de la visita del hombre-cuervo. Era necesario que conocieran su existencia; siempre quedaba la posibilidad de que aquello fuera algo significativo o peligroso, o que tuviera alguna particularidad que ellos pudieran ver.

—Sí... sí... —contestó tras un momento de silencio mientras se llevaba la mano al bolsillo y sacaba una pequeño objeto de latón color cobrizo. Se trataba de una vieja cajita de caramelos de principios del siglo XX, rectangular y bastante plana, con una tapa decorada en que aún podía leerse, con un poco en relieve, la marca de los dulces. La dejó con cuidado sobre la mesa frente a sus amigos. Sin llegar a abrirla, continuó:

—Munin me entregó algo. Era una pequeña figura, una joya de plata y vidrio que representaba un insecto... Una libélula para ser exactos —había cierto gesto de perplejidad en su rostro —.La dejó en mi mano, pero al momento crujió, partiéndose como una nuez por una fuerza que venía de su interior. Y de ella surgió una libélula etérea, como hecha de luz, que echó a revolotear junto a nosotros, exhibiéndose juguetona, hasta que se posó sobre la cabeza de Munin. Él reía divertido... Fue hermoso, la verdad... Aunque también bastante inquietante. Guardé los pedazos de metal que habían quedado tras la «metamorfosis»  en el bolsillo. Más tarde quise comprobar si seguían allí y vi que se habían transformado en un polvo dorado —empujando con un dedo la caja la acercó un poco más hacia sus amigos —.La cajita es de la señora de la casa. La encontré en un cajón de la cocina buscando algún recipiente para guardar el polvillo. Temo que se desvanezca con la luz del sol. Pero sentíos libres de inspeccionarlo cuanto queráis.

Esperaba que la atención se centrara ahora en la caja y dejaran de mirarle ambos, que más bien parecían leerle como un libro abierto, tan atentos.

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11/07/2016, 12:46
Arthür Guitry

Junto a la perplejidad hacia lo que contaba, Mats percibió también cierto matiz de temor, incluso de angustia, algo sutil pero que se marcaba en los labios del chico, que parecían tensos, y en una expresión en sus ojos que le recordó a la que tenía cuando abandonaron el aparcamiento del hotel Concorde la noche anterior. Le pareció evidente que seguía guardando algo para sí.

Notas de juego

Belgeval, lo he editado añadiendo algo después de publicar.

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11/07/2016, 13:17
Sophie Taylor

Sophie, cuya fascinación por todo lo que cuenta Arthür sigue en aumento, hace rodar con suavidad la silla para acercarse a la mesa, y la cajita que les acerca el chico. No parece en absoluto enfadada con él por haberse guardado esa pieza del relato inicialmente, al contrario. Si los tres no se encontrasen en la situación en la que se encontraban, cualquiera podría mirarla y ver simplemente a una chiquilla fascinada por las historias que le cuenta su abuela, a una niña maravillada por las enseñanzas de su padre, a una joven embelesada por lo que cuenta un amigo. No hay rastro de miedo o preocupación en su mirada, sólo una infinita curiosidad.

Mirando a Arthür como para pedir permiso, estira los brazos y coge la cajita con suma delicadeza. Con todo el cuidado del mundo la abre, poniendo toda su atención en no dejar que ni una mota de su contenido se escape.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro percepción + contemplar para reflejar la atención absoluta que le dedica Sophie al contenido de la caja.

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11/07/2016, 13:31
Casa Rural Millemont

Sophie abrió la caja y tocó un polvo metálico, dorado, brillante. Precioso.
De alguna forma ese polvo iluminaba la cara de la chica y su luz amarilla parecía titilar en el interior de sus pupilas negras.

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11/07/2016, 13:39
Casa Rural Millemont

Lo primero que sintió Sophie al tocarlo es sorpresa de que fuera algo material. Parecía, a sus ojos, más bien luz sólida que un metal común.

Era como tener entre los dedos polvo de un Sáhara de otro mundo, o un rayo de luz de un Sol que normalmente iluminaba otro plano. Tenía presencia, y poder. Pero sobre todo, belleza. Una belleza sencilla y primitiva, como el brillo del fuego en la oscuridad.

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11/07/2016, 15:51
Arthür Guitry
Sólo para el director

Notas de juego

Quisiera estar muy atento por si ocurriera algo que me pareciera extraño. Dime qué he de tirar (o tira tú por mí si eso y me cuentas).

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12/07/2016, 17:12
Mats Bergstrøm

Escucho a Arthür con atención, absorto, sin dejar de juguetear con mi barba. Todo lo que cuenta parece sacado de una película de fantasía cuyo código no entiendo. Una libélula de metal que, al romperse, libera otra, esta vez hecha de luz, como si fuese un espíritu. Lo único que se me ocurre al escuchar el relato es una posible representación simbólica de un cambio, de una transformación, o incluso de una liberación. ¿Trascendencia? En todo caso, no tengo ni idea de a quién podía referirse. ¿Somos nosotros los que vamos a cambiar, a evolucionar de algún modo? Sinceramente, así lo espero. En un universo tan simbólico y arcano como el que estamos descubriendo, pareciera como si esa fuese la única forma de «despertar», de coger de una buena vez la sartén por el mango.

Al parecer, la libélula original se descompuso en un polvo dorado que Arthür guardó en una pequeña caja. Sophie parece intrigada con esto último, y se acerca enseguida a la mesa para examinar la cajita y su esotérico contenido. Por mi parte, yo continúo mirando a Arthür con un rostro bastante inexpresivo, como ensimismado, mientras sigo acariciando mi barba. En el último momento, le susurro algo al muchacho, de modo que solo él pueda oírme. A continuación me giro hacia Sophie, que abre la cajita metálica como si fuese una niña con un paquete de golosinas. No puedo decir que no me sorprenda ver como una luz dorada parece surgir del interior de la caja, iluminando el sonriente y fascinado rostro de la joven y reflejándose en sus ojos oscuros.

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12/07/2016, 17:15
Mats Bergstrøm

Después quiero hablar contigo —le susurro a Arthür en voz baja, inclinándome ligeramente hacia él para que Sophie no me oiga. En mis ojos apenas es apreciable un vislumbro de tristeza, o quizá preocupación, antes de que me dé la vuelta para ver cómo Sophie abre la caja que guarda el polvillo de la libélula.