Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

Cargando editor
23/06/2016, 16:27
Arthür Guitry

Ver a Sophie tratando de animarles le avergonzó. No podía permitir que ella precisamente fuera quien tuviera que agotar sus fuerzas allí. Asintió con la cabeza y sonrió ante el último comentario de la chica.

—Sí, sí, ayuda o no estamos los tres juntos en esto. Y bueno, no creo que estemos solos; esos pájaros tuyos ya nos han ayudado dos veces, que yo sepa: sacándonos de aquel lugar y enviándote mensajes... Y es imposible que la casa no sea especial, más allá de su leyenda —asintió levemente con la cabeza como queriendo reforzar esa impresión—. «Estamos juntos. Estamos vivos». No huiremos para siempre...

Recordando sus propias palabras para Mats, hace tan sólo un día -aunque ahora pareciera una vida atrás-, inspiró profundamente y dijo una última palabra, más bien para sí mismo, prácticamente inaudible:Frashkart.

Cargando editor
23/06/2016, 22:31
Mats Bergstrøm

Apesadumbrado, asiento en silencio, confirmando las palabras de Arthür. Al menos agradezco que no mencione que Vendela está al tanto de lo que sabemos por culpa de mi falta de discreción. Aunque, por otro lado, ¿cómo saber que ella no puede enterarse de esas cosas por otros medios, sin la necesidad de que nosotros cometamos deslices? Quizá no había manera de evitar lo que ha ocurrido. Tal vez la bruja habría descubierto igualmente lo que sabíamos. O tal vez solo me esté diciendo esto a mí mismo para relajar mi conciencia.

Mi gesto de asentimiento se acentúa cuando Sophie elabora su opinión acerca del posible efecto del hechizo de Vendela. Es lista.

Sí, ¿verdad? —mascullo, algo turbado—. Eso es exactamente lo mismo que pensamos Arthür y yo. Creemos que Vendela nos ha lanzado a mis compañeros del periódico y a mí una especie de sugestión para que asesinemos a David Montillet. Por eso, también hemos creído que lo mejor es evitar contactar con él. Y como no sé hasta qué punto podéis fiaros de mí ahora mismo, hemos decidido que sea Arthür quien conduzca. Y… —Dudo un momento antes de seguir—. Hasta que sepamos más, y mientras estemos juntos, dormiré maniatado. —Instintivamente, me llevo la mano a mi recio cinturón de cuero.

Permanezco en silencio, escuchando las optimistas y alentadoras palabras de Sophie. La echaba mucho de menos, y sé que Arthür también. Lo que él le responde me hace sonreír y casi olvidar el drástico cambio de nuestras circunstancias.

¿Sabéis qué? Creo que, de algún modo, hemos sido afortunados. Nos enfrentamos a algo terrorífico, pero al menos lo sabemos. La mayoría de la gente está ciega frente a todo esto que pasa en sus narices. Chicos… Tenemos una oportunidad. —Lanzo una carcajada—. Podemos saber más que muchos, aprender muchas cosas de nosotros mismos que no sabíamos hasta hace muy poco. —Miro a mis amigos. Sigo creyendo que ambos son realmente especiales, y por algún motivo, empieza a darme la sensación de que yo también—. Y, ¿quién sabe? Puede que al final consigamos darles en los morros a los malos y salir de esta.

Espero de todo corazón que así sea, pero la situación es cada vez más sombría y aterradora. No obstante, la esperanza no es algo que podamos permitirnos perder.

Cargando editor
24/06/2016, 12:53
Casa Rural Millemont

La carretera se convirtió en camino y no se cruzaron con nadie en todo el viaje.

En apenas veinte minutos habían llegado. La casa, con algunos farolillos encendidos, parecía esperarles. Estaba frente a un bosquecillo y un alto techo de pizarra a dos aguas que le daba una apariencia rústica. Por dentro tenía una decoración agreste, pero un equipamiento moderno.

Tenía tres habitaciones con ventanales que daban al bosque y la dueña les había dejado en la cocina un tarro de mermelada casera, una hogaza de pan artesano, una nota anunciando que en la nevera disponían de leche fresca de la zona, mantequilla y un buen pedazo de queso, unos folios grapados con las normas y las instrucciones básicas y una guía de turismo rural de la zona.

Cargando editor
24/06/2016, 12:56
Director

Sophie sabía que no lejos de allí había un camino abandonado que conducía a un gran claro con una especie de granero abandonado con el techo muy alto. En su interior dormía “El Rayo Verde”, un avioneta oxidado y destartalado, semienterrado entre paja y tablones que de niños visitaban de vez en cuando en alguna expedición con las bicicletas.   

Cargando editor
24/06/2016, 20:17
Director

Notas de juego

Si en lugar de narrar lo que hacen vuestros personajes continuando con la escena os parece mejor poner en una nota cómo pretenden pasar la noche, hacedlo y lo jugamos.

Cargando editor
24/06/2016, 20:30
Mats Bergstrøm

La casa es perfecta. Apartada, no excesivamente grande y, aunque bonita, es lo bastante anodina como para pasar desapercibida. Tal y como dijo la dueña, la llave está bajo una maceta roja al lado de la puerta. Abro y paso adentro, empujando suavemente la silla de Sophie mientras enciendo la luz y echo un vistazo alrededor. La verdad es que la mujer se lo ha currado con los regalos de bienvenida. Asiento, satisfecho.

Parece buen sitio para pasar la noche —afirmo, atento a que no haya ninguna sorpresa desagradable esperándonos en el interior—. Bueno, como supongo que no estaréis para muchas historias, creo que lo mejor será intentar dormir lo que podamos. Mañana será un día largo, y tendremos muchas cosas que hacer. Por lo pronto, estaría bien llamar a un servicio de mudanzas para que recoja nuestras cosas de nuestras casas y las lleve a la casa Gresta. Estoy pensando cómo podríamos hacerlo para no tener que ir nosotros… —Me paso una mano por la boca, pensativo—. Quizá podríamos enviarles nuestras llaves por correo a los de las mudanzas, ¿no? Bueno, mañana lo hablamos —concluyo, mirando a Sophie—, que a ti te hemos despertado supertarde, y estarás deseando pillar la cama… Y yo también, no voy a engañaros.

Camino hacia la puerta de uno de los dormitorios, abriéndola y echando un vistazo antes de quitarme la chaqueta y el cinturón. Me vuelvo hacia Arthür con una mirada grave.

Bueno… Ya sabes lo que te toca.

Notas de juego

Pues yo dormiré con las manos atadas. Y si las camas tienen cabecero, que Arthür me ate a su vez al cabecero de la cama. Y que atranque la puerta por fuera.

¿Ahora os imagináis que, después de todas las precauciones, en mitad de la noche se materializa un asesino onírico/espectral en mi habitación? Y yo atado al cabecero y encerrado en el cuarto... :P.

Cargando editor
24/06/2016, 21:34
Sophie Taylor

Sophie recorrió con la vista el interior de la casa, satisfecha. Especialmemte la impresionaron los múltiples detalles que les había dejado la dueña. Echó un vistazo rápido al mapa de la zona, donde un círculo a rotulador rojo marcaba su posición, confirmando lo que ya sabía. De pequeña había jugado por la zona. ¿Seguiría allí la vieja avioneta? Sonrió al acordarse de Marien, una de sus compañeras de aventuras. Siempre jugaba a ser azafata cuando se subían al destartalado trasto y, al final, había acabado siendo azafata de verdas. Se preguntó que sería de ella ahora...

-Mats, quizás no deberías dormir solo. En otra habitación seguro que hay varias camas. Creo que deberíamos permanecer juntos...

"Por si pasa algo", pensó, aunque no lo dijo en voz alta, no era muy alentador.

-Y tranquilo, estaba despierta. No duermo mucho, la verdad. No imaginas la poca energía que hace falta al día para estar sentada.

Notas de juego

Estoy con el móvil y no puedo poner las negritas, perdón

Cargando editor
24/06/2016, 22:57
Arthür Guitry

Mats volvió a escuchar la risa cantarina de Arthür cuando se giró hacia él cinturón en mano:

—Emmm... No sé, tío, creo que esas cosas no me van— rió un poco más—. Ahora en serio —continuó sin dejar de sonreír—, creo que Sophie tiene razón y lo más seguro es que estemos cerca unos de otros. Mi idea era hacer la primera guardia, por así decir; me basta con que me releves temprano y dormir un par de horas para despejar la cabeza —dijo volviéndose hacia la chica—. Ahora buscaré si la buena señora de la casa tiene algo parecido al té o al café y listo. Si ocurriera algo sería mejor que nadie esté encerrado. Y no pasará nada, ya verás —añadió poniendo una mano sobre el hombro de Mats—: es mera precaución —trató de sonar tranquilizador.

Cargando editor
24/06/2016, 23:17
Mats Bergstrøm

Río sonoramente, sorprendido por el agudo comentario de Arthür, que me coge desprevenido. Golpeo mi mano con el cinturón doblado.

Arthür, no sé si te habrás dado cuenta, pero no soy de dar muchos rodeos —asevero, inclinando la cabeza hacia atrás, sin dejar de mirarlo con los ojos entrecerrados y una media sonrisa rufianesca—. Sé pedir lo que quiero, nene. —Se me escapa una única risita divertida. Aparto la mirada de Arthür, para volver a mirarlo solo un instante después. Luego, meneo la cabeza a ambos lados. No estoy muy convencido de eso de dormir juntos—. No sé… ¿Y si me levanto en mitad de la noche e intento haceros daño? ¿Creéis que merece la pena arriesgarnos?

Miro alternativamente a Sophie y a Arthür. Pero… ¿Y si nos equivocamos? ¿Y si el hechizo no es lo que creemos, y algo viene a por mí mientras duermo? Me quedo pensando unos segundos, antes de concluir:

De acuerdo… Pero yo atado. Solo por si acaso.

Examino una a una todas las habitaciones, buscando alguna en la que haya o quepa más de una cama.

Cargando editor
24/06/2016, 23:40
Mats Bergstrøm

Notas de juego

Love is in the air… No, ahora en serio, Arthür acaba de jugársela pero bien XD. Ese revoloteo de miraditas no es casual. Si consiguiera un buen éxito en una tirada de Empatía, vería FUEGO saliéndome por los ojos, aunque solo fuera durante unos segundos. Y quien juega con fuego… XDDDDD. Just sayin’ :D.

Cargando editor
25/06/2016, 09:23
Director

Notas de juego

Aliosha, tira Carisma + Empatizar por tu personaje. Haz la tirada oculta y te digo.

Cargando editor
25/06/2016, 09:25
Arthür Guitry
- Tiradas (1)
Cargando editor
25/06/2016, 09:31
Director

Notas de juego

Jajajajajja. Le he pedido una tirada a Aliosha por Arthür. Como tenga mucho éxito veremos si le parece tan mala la idea atar a Mats por las noches.

:-)

Cargando editor
25/06/2016, 09:34
Director

Durante un segundo el semblante de Mats cobró un brillo, un destello especial. Como si hubiera estado apunto de decir algo con la mirada que finalmente se ocultó en la broma.

Cargando editor
25/06/2016, 10:28
Mats Bergstrøm

Notas de juego

¿Por quéee? Pero si Mats es bueno... :P. No, ahora en serio, solo el hecho de que le hayas hecho tirar en vez de tirar tú en oculto ya debería hacer que se oliese algo XD. Pero bueno... A lo mejor lo interpreta como que Vendela me ha metido el mal dentro XDDDDD.
 

Cargando editor
25/06/2016, 11:33
Director

Igual no... La tirada de Carisma más Empatizar no es la más adecuada para "darse cuenta de algo" (valdrían mejor percepción, imaginación o razón más empatizar)...
:-)

Cargando editor
27/06/2016, 09:10
Edificio Isfjellet

Habían añadido una tercera cama al cuarto más grande y organizado turnos para dormir. ¿Al final había logrado que lo ataran? No lo recordaba.

A él, desde luego, no le molestaban las muñecas, pero le dolía todo el cuerpo. Como si le hubieran pegado una paliza.

Todavía tenía problemas para fijar la vista y las cosas tendían a nublársele pero pronto, en cuanto empezó a enfocar, se dio cuenta de que los colores habían cambiado sutilmente, como si les hubiesen añadido una gota de pintura gris que lo hacía todo más frío.

Aunque apagada, en ese sitio entraba muchísima luz.

Su cuerpo estaba incorporado sobre unos almohadones en una cama grande. Mats notó que tenía alguna que otra ventosa pegada pero no había monitores como en el Hospital Saint Jean de Dieu. Sólo vestía un ligero pantalón.

Se quitó una de las ventosas -el brazo lo tenía medio dormido y le costó atinar-  y vio que estaba iluminada por un pequeño led que pasó de un sutil verde a un rojo brillante. Eran inalámbricas y por eso no tenía cables.

Sintió la cara fresca y se dió cuenta de que no tenía barba. Sus huesos estaban entumecidos y ni siquiera sentía las piernas.

Los ventanales eran grandes y extraños, de formas poligonales, como si hubieran roto un cristal gigante y hubieran colocado sus enormes trozos al azar en las paredes.

Tras la pared prácticamente transparente que había cerca de su cama se veía el fiordo de Oslo. Estaba en uno de los últimos pisos del Edificio Isfjellet, uno de los más rompedores del Proyecto Barcode, una controvertida renovación del barrio de Bjørvika comercializado como “Barrio de la Ópera” por el gobierno de Noruega y una agrupación de empresas entre las que indirectamente participaba Bergstrøm Oil.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1/2

Cargando editor
27/06/2016, 09:18
Lars Bergstrøm

Estaba frente a él, sentado en un sillón de diseño poligonal pero cómodo acorde con el edificio. Tenía las palmas de las manos unidas, perpendiculares a sus labios, tocando la nariz en un gesto parecido al rezo.

Y los ojos de su padre en principio cerrados se abrieron con una mirada resentida, dolida.

De pie, junto a Lars había un hombre con una bata blanca al que no le dió tiempo a ver bien pues su padre lo echó inmediatamente, ordenándole en inglés:

-Déjenos a solas.

Notas de juego

2/2

Cargando editor
27/06/2016, 11:42
Mats Bergstrøm

Antes incluso de abrir los ojos, siento que algo no marcha bien. Un dolor sordo castiga todo mi cuerpo, como si me hubiese atropellado un camión. Una luz blanca y fría inunda mis retinas cuando pugno por levantar mis párpados. ¿Ya es de día? Respiro hondo un par de veces, tratando de vencer al aturdimiento que aprieta mi cabeza como una esponja empapada, y solo cuando estoy seguro de que no voy a marearme, miro a mi alrededor. Formas blancas y angulosas se suceden ante mi borrosa vista, un entorno que me cuesta reconocer. ¿Dónde estoy? A medida que mis ojos se van adaptando, puedo ver lo que parece el interior de algo a medio camino entre una sala de hospital, una habitación de hotel y la oficina de una empresa de diseño. Sin embargo, la luz me resulta extrañamente familiar, casi hogareña. Aunque no sé dónde estoy, sé que ya he estado aquí antes.

Muevo la cabeza, y al notar el frío contacto de la almohada en la piel de mi cara, me doy cuenta de que no llevo barba. Alguien se ha tomado la molestia de afeitarme. Mis ojos atraviesan un ventanal partido en múltiples fragmentos dispuestos en distintos ángulos, y siento una repentina sensación de vértigo cuando veo, desde gran altura, el fiordo de Oslo. Una serie de sentimientos contrapuestos me asalta: alegría y nostalgia por una parte, pero también una fuerte ansiedad, una sensación de aprisionamiento. Ya sé qué lugar es este. Estoy en el edificio Isfjellet, toda una obra de arte de la arquitectura moderna que ahora se me antoja una cárcel de cristal y luz.

Noto su presencia cerca de mí sin la necesidad de girar la cabeza. De repente, siento como si me encogiera hasta casi desaparecer entre los pliegues de mis sábanas. Quiero desaparecer, pero estoy allí, a su vista, indefenso. Tengo frío y calor al mismo tiempo, como si mi cuerpo se estuviera preparando inconscientemente para recibir la bofetada de un tsunami. Me cruzo de brazos, resguardando las manos bajo mis axilas, y lo miro.

Ahí está. Lars Bergstrøm. Mi padre. Todo el peso de su mirada de desaprobación cae sobre mí. Quisiera soltar alguna frase defensiva que me hiciera sentir que tengo el control de la situación, darme la vuelta y marcharme, pero no puedo. Su voz cuando ordena al doctor que lo acompaña que se marche tiene la gelidez de un iceberg. Me siento incapaz de decir nada, o siquiera de sostenerle la mirada. Mis ojos se desvían hacia la izquierda y hacia abajo, como los de un cachorro asustado, esperando una reprimenda. Tal es el poder que ejerce sobre mí.

Notas de juego

WTF has just happened? ¿Qué estoy haciendo en Oslo? XDDD

Cargando editor
27/06/2016, 11:54
Edificio Isfjellet

Hizo falta atar a Mats para que durmiera tranquilo.

Luego se acostó Sophie y Arthür quedó vigilando. Sorprendentemente no le costó mucho dormirse.

Se despertó entumecida en una cama extraña, en una estancia amplia muy iluminada, vestía un pijama muy ligero y tenía varias ventosas con pequeños leds pegadas en el cuerpo. No podía mover las piernas y le costó respirar bien.

Parecía un edificio alto de grandes ventanales poligonales. Había tanta luz que le costaba mantener los ojos abiertos.

La sala estaba dividida por mobiliario y paravanes de vidrio esmerilado. Tras uno de esos cristales, cerca de su cama, vio como una mancha borrosa la silueta un hombre acercarse hasta que apoyó la mano en su lado del cristal y acercó la cara. Tenía el cuerpo de un hombre recio y la cabeza de bulldog y daba la impresión como si estuviera al otro lado de una gruesa capa de hielo.

Palpando el extraño sujeto, recorrió el paraván y cuando se asomó por su lado su cara ya no era de perro, aunque lo recordaba, era la cara de un hombre de unos cincuenta años.

- Tiradas (4)

Notas de juego

1/2