Partida Rol por web

El eco del Diablo

Los Olvidados

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20/06/2016, 09:05
Director

Notas de juego

Dificultad 15 para hacerlo limpiamente. Es una vía muy rápida y pasan coches a toda velocidad.

Si sacas un 13 tendrías éxito, pero tirarías un dado de 10 sin sumar nada para ver si ocurren accidentes graves. Un uno indicaría un choque en cadena con varios muertos, un dos un choque entre dos con un muerto, un tres varios heridos graves, un cuatro un choque múltiple sin heridos de gravedad, un cinco sin heridos...
 

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20/06/2016, 09:17
Arthür Guitry

La máscara grotesca del conductor dejó a Arthür totalmente anonadado. Si pretendían asustarlo o cuanto menos desconcertarlo lo habían conseguido. Tardo un instante en reaccionar, intentando percibir si aquel tipo tenía las manos sobre el volante o llevaba algún arma, y supo que Mats sospechaba lo mismo cuando, prudentemente, se hundió en sus asiento tratando de protegerse de un hipotético disparo. Para su desesperación el tráfico de la avenida no sólo era fluido sino muy rápido. Comprendió que con toda probabilidad una salida antes de tiempo haría que chocaran. No podía, para evitar un probable mal, provocar uno seguro; mucho menos implicar a terceros inocentes en todo aquello y hacer que alguien saliera herido. Todo su cuerpo se tensó, preparándose para acelerar en cuanto el semáforo se pusiera en verde.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de percepción para trata de ver si el tipo está armado o si nos apunta.

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20/06/2016, 11:26
Enmascarado cabeza de bulldog

El enmascarado parecía un hombre grande. En la guantera del coche Arthür pudo ver el brillo de lo que podría ser una pistola plateada.

Pero el conductor tenía las dos manos en el volante y tras unos segundos giró su cabeza al frente y pegó un acelerón, frenado, sin moverse apenas, como si se tratara de una carrera.

Los coches de la vía rápida bajaron de velocidad hasta parar y el semáforo se puso en verde.

- Tiradas (1)
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20/06/2016, 12:09
Arthür Guitry

—Qué hijo de... —susurró Arthür cuando vio el gesto retador del hombre de la máscara. No deseaba jugar a este juego tan peligroso que acabaría estrellándolos. Si él quería acelerar, que lo hiciera. Por supuesto no pensaba perseguirlo si así lo hacía. Mantuvo la actitud como si fuera a salir rápidamente en cuanto el semáforo cambiara, pero no lo hizo, esperando ver si su acosador salía primero. Aprovecharía entonces para tratar de tomar cualquier otro camino.

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20/06/2016, 13:13
Director

Fue ponerse el semáforo en verde y el todo terreno aceleró incorporándose al tráfico con un chirrido de ruedas.

Bastó con quedar en el sitio para perderlo de vista en unos pocos segundos. Los coches que, tras ellos, esperaban para incorporarse empezaron a pitar.

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20/06/2016, 16:49
Mats Bergstrøm

En cuanto el semáforo se pone en verde, el todoterreno se pone en marcha con un brusco y escandaloso acelerón, dejándome atónito y provocando los airados pitidos de numerosos conductores.

¿Pero qué…? —murmuro, sin entender nada de lo que está pasando—. ¿A qué coño ha venido eso? Puto loco… Deja que se largue. A ver si se mata…

Respiro profundamente, tratando de recuperarme de la tensión del momento. Me llevo la mano al cuello, buscando mi pulso con el índice y el corazón. Todavía no sé si sentirme aliviado o preocupado. ¿Qué se supone que era eso? ¿Un aviso, una advertencia? En todo caso, tengo clarísimo que no podemos aparecer por mi casa. De modo que, aunque por el momento ya no nos sigan, lo del hotel sigue pareciéndome la mejor opción. Inspiro enérgicamente por la nariz. Cuando me he calmado lo suficiente como para hablar con normalidad, digo:

Bueno, creo que por aquí cerca hay un F1. No sé si alguna vez has estado en alguno. Son muy básicos, pero están bien. Menuda locura… —Suspiro, frotándome los ojos con los dedos—. Arthür, igual está de más que te lo diga, pero no estoy muy convencido de que tu casa sea segura. Ni la de Sophie. Creo que mañana deberíamos organizar la mudanza a la casa Gresta. Solo lo imprescindible, y de la manera más discreta posible.

Me siento mal. Tengo una mezcla de miedo, impotencia y culpabilidad dándome vueltas en la boca del estómago. Necesito dormir, pero antes, en cuanto lleguemos al hotel, tenemos que llamar a Sophie y contárselo todo. Sin rodeos.

La guerra ha empezado.

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20/06/2016, 17:30
Arthür Guitry

Apenas podía creerlo cuando el todoterreno aceleró y desapareció de su vista sin más. Tardó en reaccionar y si lo hizo fue por los pitidos insistentes de aquellos a quienes les bloqueaba la salida. Tomó una dirección diferente a la del hombre de la máscara, todavía atónito. Debido a los nervios y la tensión acumulada se le escapó una especie de risa.

—Guíame hasta ese hotel que dices, cualquiera estará bien —respondió cuando Mats lo sacó de la estupefacción—. No, no creo que mi casa sea segura y la de Sophie en realidad no lo ha sido nunca. La cuestión es que ya has oído a Ginouvès: la casa Gresta no tiene siquiera lista una habitación y dudo que la tenga mañana. Podemos llamarle y pedirle que se den toda la prisa posible y confiar en su buena voluntad, pero mientras estaría bien un sitio alternativo—se quedó pensativo unos momentos—. A Sophie debemos contárselo todo así que aunque no podamos ir a ver a Gibran mañana deberíamos pasar a por ella de todos modos y no dejarla sola. Podemos incluso conducir hasta allí directamente ahora mismo. Tal vez podamos quedarnos provisionalmente en la granja de que nos habló, aunque sea uno o dos días.

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20/06/2016, 17:45
Mats Bergstrøm

Mis ojos se iluminan momentáneamente.

Tienes razón. No se me había ocurrido… —murmuro, acariciándome la barba—. Sí, lo mejor será ir a buscarla ya mismo. Le escribiré un WhatsApp. —Mientras saco el móvil, una expresión de preocupación aparece en mi cara—. En cuanto a lo de la granja… ¿Crees que será buena idea? Si no recuerdo mal, Sophie soñó con la granja hecha polvo justo antes de ver la casa Gresta en alquiler… —Me rasco la cabeza—. Bueno, en todo caso podemos decidirlo luego. De momento vamos a por Sophie.

Tecleo el mensaje, pero antes de enviarlo, se lo consulto a Arthür, por si fuera innecesariamente alarmante:

«Todo se ha ido a la mierda. Reúne lo que necesites. Vamos a recogerte». ¿Crees que es demasiado fuerte? ¿O mejor cambio el «todo se ha ido a la mierda» por «han pasado cosas»?

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20/06/2016, 18:00
Arthür Guitry

Ante la pregunta de Mats sobre el mensaje para Sophie, Arthür dejó escapar la risa más sonora y cantarina que su amigo le había oído hasta ahora. Le duró unos momentos y parecía bien sincera:

—Creo que «han pasado cosas» será suficiente para que se ponga alerta— rió un poco más —. De vuelta a Gambais, entonces... Y sí... es verdad lo que dices sobre la granja: tal vez no sea el lugar más apropiado. Le preguntaremos a Sophie o bien, a tiempo de buscar un hotel, lo haremos con ella. ¿Te has dado cuenta que al final vamos a «secuestrarla» de todos modos?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Arthür presta atención a los retrovisores mientras conduce por si vuelve a ver al todoterreno o le parece que cualquier otro les sigue.
 

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20/06/2016, 19:45
Mats Bergstrøm

Al oír las carcajadas de Arthür, yo mismo empiezo a reírme, sin poder controlarme. Al principio la sensación se me hace rara, pero al cabo de unos segundos me abandono, dejando que la risa desbloquee todo lo que la tensión había congestionado.

Perdona. Deformación profesional —respondo, sin resuello, mientras corrijo el mensaje—. No puedo evitarlo. Tengo una vena sensacionalista. —Carraspeo, tratando de recuperar el aliento, pero aún río un poco más, entre dientes. Chasqueo la lengua, negando con la cabeza—. Voy a ponerle también la hora aproximada a la que llegaremos…

Tras terminar y enviar el mensaje, vuelvo a ver el de Ada en el registro de conversaciones. Lo ignoro con una punzada de frustración, aunque no lo borro. Lanzo un resoplido dramático.

Con lo guapo que me había puesto. En fin. —Miro de reojo a Arthür, pero me pongo serio enseguida. Ya no me apetece bromear más, aunque ha sido un respiro bienvenido—. Solo espero que Jérôme y los otros estén bien. Y Vendela… Joder. Ha ido a saco. Todavía no sé qué me habrá hecho, pero pienso descubrir cómo librarme de su… —Ni siquiera sé cómo llamarlo, ni qué efectos tiene o si me vuelve peligroso para mis amigos—. Escucha, da igual que vayamos a un hotel, a la granja o a donde sea. Lo de atarme mientras dormimos no lo decía en broma. No quiero poneros en riesgo.

Mientras Arthür conduce, empiezo a buscar por internet hoteles en Gambais o cercanías que dispongan de habitaciones libres. Probablemente pillaremos a Sophie en mitad del sueño, así que será mejor ir adelantando trabajo.

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20/06/2016, 22:34
Casa de los Taylor, Gambais.

Tras todo un largo día de relax Sophie no podía dormirse. Ahora que estaba acostumbrada al ruido de París el silencio de la noche en casa de sus padres era abrumador. Los mismos pensamientos parecían ser audibles y llegaban a molestar.

En esa calma que empezaba a ser inquietante, su móvil vibró. Era un mensaje de Mats:

Notas de juego

¡Hola! :-)

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21/06/2016, 09:19
Casa de los Taylor, Gambais.

La carretera principal dio paso a una secundaria más estrecha que iba atravesando pueblos, campos y algún que otro bosquecillo.

A Mats le fue imposible encontrar un hotel y tuvo que resignarse con reservar una casa rural a ocho kilómetros, en un pueblecito llamado Millemont. La dueña quedó en que les dejaría la llave bajo una maceta roja, junto a la puerta. Arthür se aseguró de que nadie les seguía. De hecho conforme se acercaban a Gambais dejaron de cruzarse con otros coches. Estaban solos en la carretera.

Los faros iluminaban los árboles espantando algún que otro pájaro cuya silueta brillante echaba a volar bruscamente buscando refugio en la tiniebla.

Cuando llegaron ya era la una y media de la madrugada y a esas horas no había nadie en la calle.

El Clío se detuvo junto a la casa de Sophie. Un perro ladraba en la lejanía cuando la luz del porche se encendió.

- Tiradas (1)
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21/06/2016, 13:00
Arthür Guitry

Cuando llegaron junto a la casa de los Taylor, Arthür detuvo el coche y apagó las luces. Al parecer Sophie había leído el mensaje o bien alguien más los había oído llegar a pesar de lo avanzado de la hora. ¿Qué pensarían sus padres de que saliera con algo de equipaje en medio de la noche? Deseó que fuera ella directamente quien hubiera encendido la luz del porche; no se sentía con fuerzas ni la más mínima lucidez como para inventar una mentira medianamente creíble y mucho menos tranquilizadora. Salió del coche y esperó junto a él. Buscó con la mirada en torno suyo, en el tejado y en los árboles que rodeaban la casa: ¿estarían por allí Hugin y Munin?

- Tiradas (1)
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21/06/2016, 22:46
Mats Bergstrøm

Finalmente, llegamos a casa de Sophie en lo más oscuro de la noche. Las calles están fantasmagóricamente vacías, y cuando Arthür para el motor del coche, el silencio es frío y absoluto, casi pegajoso. Todas las luces de la bonita casa están apagadas. Durante unos instantes, temo que tengamos que llamar al timbre para despertar a Sophie, y de paso a sus padres, lo que sería ciertamente embarazoso. Sin embargo, nada más abro la puerta del coche y pongo un pie en el suelo, la luz frontal se enciende. Encojo los ojos, momentáneamente deslumbrado, y levanto una mano en un gesto que sirve las veces de saludo y de protección contra la luz. Esperando a ver quién sale a recibirnos, me froto las manos y las soplo para calentarlas en el frío de la noche, provocando que una bocanada de vaho ascienda hasta perderse en la oscuridad.

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22/06/2016, 21:10
Sophie Taylor

Sophie levantó los ojos del libro que estaba ojeando cuando el móvil vibró. El día había transcurrido con calma, sin que nada extraño hubiese ocurrido, lo cual era, en realidad, una novedad. Había alternado su tiempo en rechazar distintas atenciones de su madre y empaparse en Wikipedia sobre información acerca de Hades, Eidolon, Flegetonte y toda una suerte de mitos que recordaba que Arthür había mencionado. Por un lado la búsqueda había sido productiva en cuanto a que pudo ordenar y relacionar muchos de los conceptos, nuevos para ella; pero por otro lado, como solía pasarle al internarse en la red, pronto acabó abrumada en una inmensidad de información.

Ahora había vuelto a ojear el par de libros de ornitología que le había pedido a su hermano que sacase de la biblioteca. Cuervos, abubillas y, ahora también, avestruces. Tenía que reconocerlo, empezaba a desarrollar una obsesión con los aves.

Llevaba ya un tiempo inquieta cuando vibró el móvil. Tenía esperanzas de que la entrega de premios hubiese ido bien y sus amigos no hubieran tenido problemas, pero dada la situación en la que se encontraban... era mucho pedir, seguro. Suspiró recordando lo extraña que fue la visita a la Casa Gresta...

Su inquietud se acrecentó al leer el "han pasado cosas" y ver que se dirigían a por ella. En una hora estarían allí. Se puso inmediatamente en movimiento. Ya tenía una bolsa con algo de ropa y un par de mudas preparada. Intuición o no, le había parecido precavido tener algo listo por si tenían que ponerse rápidamente en movimiento. En diez minutos reunió su móvil, su cartera con algo de efectivo, su antiguo portátil y su cargador, y los dos libros de ornitología. Dudó, pero realmente no podía dejar de darle vueltas al tema de los recurrentes pájaros, y el tener los libros, llenos de fotos, con ella, le inpiraba cierta tranquilidad.

Y entonces se detuvo. Era casi la una de la mañana. Se movía en silla de ruedas. Había despertado de un coma hacía unos días. Y planeaba desaparecer de su casa sin previo aviso. Pensó en ir a avisar a sus padres, pero negó para sí misma. Demasiadas explicaciones. Cogió su libreta y arrancó una hoja. Escribió cuidadosamente y la dejó encima de la almohada de su cama, asegurándose de que fuese visible.

Estuvo lista cinco minutos antes de que llegasen. Apresurándose para que no llamasen al timbre, salió a su encuentro, con cuidado de no despertar hacer ruido. Se alegró de ser la única que dormía en la planta baja. Con suavidad, hizo rodar la silla hacia el coche. Mats ya estaba esperándola.

Sintió un inmenso alivio al verlos. Era extraño, realmente les había visto hacía poco más de un día, pero parecía que habían pasado semanas.

Notas de juego

¡Me alegra mucho estar de vuelta!

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22/06/2016, 21:28
Sophie Taylor
Sólo para el director

Sophie releyó una vez más la nota que les había escrito a sus padres.

Mamá, papá:

¡No os asustéis!

Perdón por no despertaros, pero me daba mucha pena, y bueno, tampoco me apetecía subir las escaleras, ya me entendéis.

¡Me voy de aventura! He tenido una suerte tremenda de conocer a estos chicos, Mats y Arthür. Realmente se preocpuan por mí. Pues, sin previo aviso, me han llamado y me han dicho que estan al llegar y que prepare mis cosas. ¡Que me llevan a ver mundo! Dicen que me he perdido mucha vida y que tengo que recuperarla. Espero que no os enfadéis pero... no lo puedo evitar, ¡estoy emocionada! Creo que me llevan unos días a una casita rural. O igual vamos a Bruselas, ¡no tengo ni idea y eso es lo mejor!

Me llevo el móvil, pero a lo mejor a ratos no tengo cobertura. Mañana os llamo en cuento pueda para que no os preocupéis.

¡Besos!

Suspiró y confió en haberle puesto el suficiente tono desenfadado como para que no se preocupasen. Sus padres sabían que le encantaba la improvisación, y realmente no era la primera vez que hacía algo parecido, aunque nunca tras estar tres años en coma, claro.

No le gustaba mentirles pero... siendo sinceros, era mucho mejor que la verdad.

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23/06/2016, 09:12
Arthür Guitry

Cuando la puerta de la casa se abrió, Arthür sintió gran alivio al ver que se trataba de Sophie y que salía sola. Allí estaba de nuevo, dispuesta a marcharse con ellos a quienes poco o nada conocía en realidad, confiándoles su vida en total incertidumbre y sin embargo con esa actitud tan digna con que la había visto sobrellevar todo desde que la conocía. Se dio cuenta nada más verla, tan vulnerable con su silla de ruedas, saliendo por la puerta en silencio, que ahora él mismo era como ella, que su vida se encontraba truncada igualmente y que ya no podía anticipar nada de lo que le pudiera pasar. Por ella y por Mats quería estar a la altura, como Sophie lo estaba y tratar de templarse ante lo que les esperara. En medio de estos pensamientos difusos el cansancio y el miedo cedieron el lugar a una especie de melancolía. No fue capaz de despegar los labios y cuando Sophie se acercó la saludó con un gesto de la cabeza y una sonrisa.

Abrió las puertas del coche y mientras Mats ayudaba a la chica a acomodarse en el asiento se ocupó de plegar la silla y guardarla en el maletero.

Notas de juego

¡Qué bueno tenerte de vuelta! :-)

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23/06/2016, 11:27
Mats Bergstrøm

Una sonrisa se dibuja en mi cara en cuanto veo a Sophie asomar por la puerta en su silla de ruedas, y sin embargo, una arruga de preocupación marca mi frente. Me alegro enormemente de comprobar que está bien; por un momento temí que, de algún modo, ellos se nos hubiesen adelantado. Me acerco a ella con presteza y la saludo con dos besos antes de dirigir la silla por el jardín hacia mi coche.

Siento que hayamos tenido que despertarte, pequeña… Pero la noche no ha ido muy bien. Ahora te contaremos. —Hablo en voz baja, para evitar toda posibilidad de que se me oiga desde el interior de la casa—. Ginouvès nos está preparando la casa Gresta para que podamos ir allí lo antes posible, pero mientras tanto he reservado una casita rural en Millemont. Allí estaremos seguros.

Eso espero. Ayudo a Sophie a subir al asiento trasero de mi Renault Clio azul, para que pueda tenderse si necesita descansar, y me apresuro a meter en el maletero las pocas cosas que ha decidido llevar, mientras Arthür pliega y guarda su silla de ruedas. En un santiamén, estamos todos listos para emprender el camino a Millemont. Arthür sube en el asiento del conductor, yo en el del copiloto, y nos alejamos con la misma discreción con la que llegamos.

Los faros cortando la noche y derramándose sobre las inmediaciones me transmiten una sensación de inminencia. Durante el trayecto, y a pesar de la completa ausencia de tráfico, miro cada dos por tres por el retrovisor, no sea que un coche desconocido aparezca de repente entre las tinieblas.

Bueno… —empiezo, después de lanzar un profundo suspiro—. Pues nada, esta noche ha sido la entrega de premios en el Palacio de Congresos de París. Al principio todo ha ido normalmente. Hemos dado nuestros discursos, la gente ha aplaudido… Todo bien. Pero entonces, justo al final de la ceremonia, cuando todo el mundo se estaba preparando para ir a la fiesta, he recibido un mensaje en el móvil. Era Ada Bytnar, la protegida de Vendela. Textualmente, decía… —Saco el móvil de mi bolsillo y leo el mensaje—: «Por favor, cuando nos presenten… finge que no nos conocemos». Como comprenderás, me acojoné. No tenía ni idea de qué hacía Ada allí. Y lo que es peor, cuando se lo dije a Arthür, a él se le ocurrió que tal vez estuviese allí acompañando a la propia Vendela…

Hago una pausa, mirando a Arthür, y luego giro la cabeza momentáneamente para comprobar que Sophie sigue mi relato, antes de proseguir:

Cuando llegamos al ático del hotel donde se celebraba la fiesta, vimos que Arthür no se había equivocado. Allí, reunidas con mis compañeros del periódico, estaban Vendela y Ada. Mi jefe nos llamó, así que no pudimos escaquearnos. Nos unimos a la conversación aparentemente trivial, pero Vendela enseguida empezó a dirigirla. No sé… No sé si a Arthür le dio la misma sensación, pero creo que allí estaba pasando algo raro. Por un momento tuve la impresión de que Vendela miraba a través de mí, de que me leía los pensamientos, y que estaba liando a todo el mundo para que le dijéramos lo que supiéramos de David Montillet. Esa cabrona sabe que su marido sigue vivo. Pero lo peor viene ahora… —Trago saliva, recordando lo angustioso del momento—. En un brindis por Montillet, y con la pretendida excusa de que no se creía la muerte de su marido, dijo… No recuerdo las palabras exactas, pero fue algo como: «No descansaré hasta ver el cadáver de David. Y vosotros, que tanto lo amabais, seréis quienes me ayudaréis a conseguirlo». O algo así. Lo dijo de una manera especial, como invocando… algo. Y en efecto, algo ocurrió. —Suspiro—. El licor que estaba bebiendo empezó a quemarme a lo bestia mientras bajaba por mi garganta, y sentí que me ahogaba. No duró mucho tiempo, pero supe que me había hecho algo, que me había maldito de alguna manera. Arthür fue más listo, él no probó ni gota, y se ha librado del hechizo. Por supuesto, lo mandamos todo a la mierda y nos largamos de allí… Pero el daño ya está hecho. Arthür y yo tenemos una teoría respecto a cuál puede ser el efecto de la maldición, pero antes de decírtelo, me gustaría saber qué opinas tú. Solo por ver si coincide con lo que nosotros pensamos.

Recuerdo la vertiginosa bajada por las escaleras del hotel y nuestra apresurada marcha por el vestíbulo y el aparcamiento hasta llegar a mi coche… Y lo que pasó después.

Pero la cosa no queda ahí. Mientras íbamos conduciendo, decidiendo a dónde íbamos, Arthür se dio cuenta de que nos estaba siguiendo un todoterreno negro. Intentamos despistarlo, pero el muy hijo de puta no se despegaba de nosotros. Al final, llegamos a un cruce en rojo y tuvimos que parar para no matarnos. El todoterreno se nos paró al lado y el conductor bajó la ventanilla. Llevaba una… una máscara de bulldog, de esas que cubren toda la cabeza. Raro, ¿eh? —Se me escapa una carcajada de puro desconcierto—. Antes no te lo he dicho, Arthür, pero, ¿os acordáis de los «lobos a dos patas» que Bacrotel, el camarero que apuñaló a Montillet, me dijo que había visto? Creo que puede tener algo que ver. Hombres con máscaras de animales… Bueno, sea como sea, el tipo nos echó una mirada. Yo creía que iba a sacar una metralleta o algo, pero en cuanto el semáforo se puso en verde, salió pitando, a toda hostia. —Hago una pausa moderadamente larga—. Y fue entonces cuando decidimos venir a buscarte. Ya no estamos seguros en nuestras casas habituales… —Como tantas otras veces, mi mirada se escabulle por la ventanilla—. Y bueno, ahora la pregunta del millón: ¿qué piensas tú de todo esto?

Notas de juego

TOOOOOOOOOCHOOOOO...

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23/06/2016, 13:26
Arthür Guitry

—Falta algo importante que cambia algunas cosas— añadió Arthür hablando por primera vez antes de que Sophie contestara—. Después del brindis, Vendela comprendió que sabemos más. Comprendió que Mats no es simplemente alguien que podría haber visto a Montillet después de «muerto», sino alguien que sabe que ella es capaz de afectar a otros de forma sobrenatural. Y yo estaba allí con él, así que la cosa se extiende también a mí. Ahora ya no contamos con el anonimato o su falta de interés hacia nosotros, ahora estamos implicados como tú, señalados como enemigos, como gente que sabe demasiado— detuvo su explicación un instante temiendo que se le quebrara la voz—. Es por eso que nuestras casas ya no son seguras, ni nuestras vidas normales, por así decir. Y es por eso también que no podemos ir en busca de la doctora Gibran sin tomar precauciones, pues podríamos llevar a Vendela hasta ella e invalidar el buen trabajo que ha hecho ocultándose, poniéndola en peligro.

Dicho esto se quedó de nuevo en silencio, pensativo, observando a la chica por el retrovisor.

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23/06/2016, 15:12
Sophie Taylor

El semblante de Sophie fue pasando del alivio a la preocupación, y de la preocupación al miedo, cuando se enteró de que los hombres habían estado cara a cara con Vendela. Menos mal que en ningún momento se les ocurrió que Sophie hubiese asistido a la gala... todo habría sido un desastre.

Cuando Mats le dijo lo del brindis y la posible maldición, cerró un momento los ojos. Sólo podía hacer conjeturas, pero sabía de primera mano el poder que tenía Vendela. Cuando ambos dejaron de hablar, a la espera de su opinión, trató de que su tono de voz fuese lo más calmado posible.

-En primer lugar, me alegro de que, conscientemente o no, hayáis decidido que sea Arthür quien conduzca. Ya sabéis que lo último que hice antes de mi accidente fue comer y beber con Vendela. Aunque Mats, esta vez tú has sido y eres consciente de la maldición, tal vez no pueda controlarte o influirte de la misma manera. De todas formas...

Sophie calló un momento, recordando las palabras de Mats. «No descansaré hasta ver el cadáver de David. Y vosotros, que tanto lo amabais, seréis quienes me ayudaréis a conseguirlo».

-El poder de Vendela está en las palabras. Sutiles, a veces, pero siempre buscando un objetivo. En mi caso, ya sabéis que creo que tejió todo un hechico a mi alrededor a lo largo de una conversación. No creo que las palabras del brindis fuesen escogidas al azar. Mats... es posible que seas una amenaza para Montillet, que lo que sea que te ha hecho se "active" si intentas contactar con él, o especialmente si estás en presencia de él. Creo... creo que vas a tener que esforzarte en no relacionarte con él. Y ya sabes cómo va esto... Si tengo razón, para esta gente un pensamiento es más que suficiente.

Miró al pelirrojo preocupada. Ella misma había pasado una semana luchando con el "no pienses en alguien" y sabia bien lo imposible y agobiante que resultaba. Además, si las teorías de ellos eran las mismas, significaba que de momento no podrían contar con ningún tipo de ayuda de Montillet. Y lo que era peor... si no lo eran... ¿Cuándo se activaría el hechizo en Mats? ¿Cómo sabrían si no le controlaban ya, si no estaban viendo a través de él?

Vio que Arthür la miraba por el retrovisor. Se preguntó si él ya lo habría pensado. El chico siemrpe parecía ver más allá, entender lo que ocurría a su alrededor de una manera especial. Quizás pudiese discernir si Mats seguía siendo el de siempre... o no.

-Lo siento mucho Mats, Arthür. De verdad que siento que os hayáis visto arrastrados a esto. Solo espero... que no tengamos que huir para siempre. En algún momento alguna noticia tiene que ser buena, ¿no? -sonrió tratando de infundir ánimos a la pesimista conversación, y su tono se volvió tímidamente jocoso -. Venga hombre, en las historias cuando todo va de mal en peor, siempre aparece algún tipo de ayuda. Yo por si acaso pienso ir dando besos a cualquier rana -o pájaro, pensó - que nos encontremos, ¡alguna tiene que ser el príncipe que nos ayude!