Cinco años han pasado de este gobierno, cinco años en que no hemos tenido
descanso, el frío es constante, todo el año, a toda hora, nuestras almas están cansadas, y nada ni
nadie parece preocuparse por nuestras suertes, porque la reina roja está en su trono y
su corazón se ha congelado tanto, que ya no le importa el frío. Estamos solos, desvalidos, nadie nos protegerá, nadie nos salvará de esta muerte segura... No existen ya valientes caballeros, ni intrépidos magos que erradiquen la maldad de nuestro reino. Moriremos en el silencio.

El Puerto

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

La Peregrina había estado hace poco en las tierras de Nunca Jamás,  y hasta el momento no han encontrado nuevos piratas, se corre la voz que la reina los ha cazado a todos casi, ¿podría ser que sean los últimos piratas libres? Puede ser, los rumores son fuertes y el temor en tu tripulación es más que evidente, la Reina Roja había demostrado tener gran dominio de las artes oscuras y cualquiera que haya osado levantarse en su contra ha encontrado la muerte de manera violenta.

Deciden tocar tierra, era momento de descansar en alguna posada de mala muerte, surtir el barco de frutas frescas y claro, de ron, oh Glorioso Ron que cura los males, y luego de dos semanas de estar navegando es hora de que tus hombres disfruten de la ternura de unas largas piernas blancas, porque a pesar de todo, Puerto del Rey no ha cambiado para nada y siempre habían algunos soldados a los que molestar y golpear para escapar... Sin embargo algo te preocupa, algo que no logras  determinar.

Llegan a  los roquerios cercanos al puerto principal de la cuidad de Plata, y detrás de unas rocas, el hechizo que aquella Reina de las Sirenas te dio, te ha ayudado a mantener oculta tu nave y salvar tu cuello. Dices las palabras mágicas "Cola de Sirena", y la gran roca se mueve para dejar pasar al barco a un río interior a un escondido puerto que sólo los piratas conocían, los piratas a los que la Reina de las Sirenas bendecían.

El Puerto

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Y tú, tú, mejor que nadie conoce sobre estos pesares, tu familia ha intentado mantener la esperanza, pero ya ni siquiera entre los tuyos hay mucha esperanza, pareciera que sólo tu madre mantiene la confianza, pero luego de enterarse de que el Rey de Espadas ha decidido casarse con la Reina Roja, ya no queda más esperanzas, sin embargo tú, que has crecido en estas enseñanzas, no te resignas a tales cosas, es imposible simplemente darse por vencido, no puedes creerlo, y has decidido sin más, buscar por si sola la forma de conseguir la cura de la reina, es la única forma obtener la victoria.

Y existe esa cura, una flor, misteriosa y mágica, que salva de cualquier tipo de enfermedad, hechizo, pero esa flor desapareció hace años. Has  investigado cuanto has podido, y has obtenido una pista, los hijos de los guardianes de aquella flor, los hijos de Yorinda y Yoringuel. Ellos eran aliados de los guardianes, y protegían aquella extraña flor, pero luego de sus muertes, nada se supo de sus hijos y de la flor, y has deducido que ellos deben tenerla.

No sabes mucho de los dos chicos, que deben ser un poco menores que tú tan sólo, tu madre te ha dado las bendiciones y te dijo sus nombres Didac y Selina, y que tenían su hogar en el Puerto del Rey, en donde vendían objetos que ellos creaban, no sabes mucho más de ellos, así que será una búsqueda enorme y recién has llegado a ese lugar.

En su corazon hay pena, la despedida no sabia como iba a reaccionar, pero algo le oprime el pecho.. ¿ nostalgia ? , ¿ tristeza ?.Parece como si el propio frío helara sus sentimientos.

Madre, he de marchar, juro que conseguiré una cura para la Reina, siempre Padre y tu,  Madre , estaréis en mi corazón y mente.Despidete de Hansel, he de partir inmediatamente. - con gran pesar Eizhan se despide de su madre y padre, ambos se despiden de ella, no antes sin darle un equipo con el que afrontar el largo viaje.

Con una reverencia Eizhan da las gracias en silencio, su madre le ata al cuello un collar con lo que parece una gema azul, con forma de prisma, su padre con lágrimas en los ojos, le da una ballestas construidad por él, donde tiene grabadas las letras GJE.

Little John: Hija, el arco que tenias ,lo partistes en tu último entrenamiento, con el conocimiento de que algún día partirías, te he construido esta espléndida ballesta.Espero que le des tan buen uso como tus antiguos arcos y que te den la victoria, en cualquier combate con los que topes.Llevate tambien tu espada favorita, es de buena calidad, siempre viene bien tener un arma cuerpo a cuerpo.

Eizhan sonrie a su padre y madre....

Eizhan: Tranquilos, daré buen uso de tu Ballesta...- mira los grabados de las letras volviendo a sonreir -..GJE , Gretel, John y Eizhan, lo cuidare junto los demas presentes con gran amor y lealtad.... - He de partir ya.., no quiero que me pille la noche de camino.

Eizhan, va a la cuadra donde coge varias dagas , escondiendo varias en su cuerpo, algunas detras de la cintura, otras en la bota, en el muslo ,detras del cuello.Se ajusta bien la ropa de hombre de su tio, no quiere demostrar de momento que es mujer.Se pone unas largas botas, la gabardina de cazador y por ultimo una mascara.

Con paso firme y sin volver la cabeza a sus padres, ensilla a su caballo, montandolo y partiendo a la aventura.El puerto esta a varios días de camino, pero si sale ahora, tal vez llegue algún lugar para pasar la noche.

Sus padres con gran alegria y seguridad ven partir a su hija.Pero no hay manos alzadas, ni un adios, solo la cabeza bien alta de ambos, demostrando asi a su hija la total confianza que le depositan.

Cola de Sirena. Susurró James... Las enormes rocas del acantilado comenzaron a moverse produciendo un grave y profundo ruido.

La Peregrina se deslizo entre las rocas adentrandose en un rio interior que conducía al Puerto del Tuerto. Muchas veces había remontado James el río, pero en otros tiempos, cuando Ciudad del Tuerto era lugar de encuentro y escondite de piratas, donde se bebía ron y se trazaban planes secretos. Ahora no era más que un pueblo fantasma. Madera podrida, guijarros que faltan en lo que antes eran casas y tabernas, y montones de basura llenando los callejones era ahora el paisaje que se podía encontrar aquí.

Una vez atracado el barco, James se encaramó en la cubierta de popa y se dirigió a su tripulación:

¡Hermanos! Aquí está la prueba, mirad en lo que la Reina Roja ha convertido Ciudad del Tuerto, ¡nuestro refugio, hogar y última esperanza!. Los mares cada vez se hacen más pequeños al igual que el resto del mundo, y el motivo no es otro que la maldad creciente de la Reina. Y por eso yo os digo, ¡Muerte a la Reina Roja!.

¡Muerte a la Reina Roja! Respondió al unísono un coro de curtidos piratas embravecidos por el discurso de su capitán.

Iremos a Puerto del Rey. Prosiguió James. Allí descansareis, merecido descanso que os habéis ganado, ¡bebed ron hasta rebentar y yaced con hermosas muchachas! Yo iré a Ciudad de Plata en busca de respuestas.

Lucía se quedará al mando como tantas otras veces, ¡obedecedla como si fuera yo mismo!. Pronto volveré con un plan para derrocar a la Reina. Hasta entonces disfrutad y gastaos hasta la última dobla de oro que habéis ganado con vuestro sudor y sangre. Concluyó el capitán sonriendo.

¡Así se hara capitán! ¡Viva el capitán James! Gritaban los curtidos marineros al tiempo que levantaban sus jarras y botellas a modo de brindis, siendo correspondidos por James, que levantó su jarra de ron y la vació de un trago.

La mujer te mira en silencio, puedes detectar en el rictus de su labios que no está del todo convencida de lo que harás, y mientras los hombres de la tripulación vitorean tu nombre, ella se mantiene con los brazos cruzados y con una cara de pocos amigos. Tú levantas los brazos, pero cuando los bajas, ella de dos zancadas está a tu lado y te jala del brazo, era una mujer con una fuerza enorme, podía ganar a los gallitos con cualquiera de la tripulación, menos con Goliat, ese era sólo músculo. Te jala y te lleva al lado del timón, puedes ver en sus ojos marrones las ganas de insultarte, pero se ha reservado tan excelso placer para cuando le respondas.

- dígame capitán...¿que pretende encontrar en la ciudad de Plata? - te pregunta soltándote el brazo, te ha quedado doliendo, pero no tanto como para quejarte, además, con ella no lo harías ¿o sí? - es que... vamos, James, mejor larguémosnos, casi no hay piratas,el mar es sólo para nosotros - exclama pero conteniendo su voz - deja de pensar en esa bruja... - refiriéndose a la bruja roja, se cruza de brazos de nuevo,  con un gesto de enfurruñada.

Caminas por la ciudad, hay mucho movimiento, la gente va de un lado a otro, tanto que ya ni en el empedrado de la calle hay nieve. Puerto del Rey siguió su vida luego del ascenso de la reina roja,los barcos desde las demás ciudades comenzaron a llegar con mayor frecuencia al puerto, dado que el viaje por mar era mucho más seguro, ya ni piratas se veían, luego de que la Reina Roja impusiera terribles penas contra la piratería y el pillaje. Sin embargo, ves en las caras de esas personas miedo, y era tan normal para ellos sentir miedo, que ya habían olvidado la alegría de antaño.

Giras en una esquina, agazapada por tu capa, nadie te nota demasiado, aunque un sujeto con capa era un mal presagio, de ahí que evites a los guardias de la reina que te detendrían sin pensarlo.

Un sonido llama tu atención y te desconcentras un segundo mientras tu cuerpo sigue su camino cuando sientes que chocan contra ti, escuchas el gritillo de una mujer, y sujetas su mano para que no caiga, ella, de preciosa cabellera negra, levanta la cara y te queda mirando, no podía tener más de 18 años, y sus ojos en verdad eran preciosos.

- dis... disculpe - titubea al hablarte, pero te queda mirando sonriendo - ¿quién eres? - y sin más te pregunta, parecía ser dueña de una impetuosa personalidad .- nunca te he visto aquí... jeje.. aunque me recuerdas al alcalde de Ilambris .- se encoge de  hombros, aquel hombre era realmente de temer.

El Puerto

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Y has decidido sin más, buscar por ti mismo la forma de conseguir la cura de la reina, es la única forma obtener la victoria, pero han sido años de infructuosa cura, años en que no has podido hacer nada más que seguir una misión que tu abuelo te alentó a seguir. Pero estas cansado, desesperanzado hasta que recibes una extraña carta...

Lo más misterioso es que esa carta fue enviada por tu padre, tu padre estaba vivo e intentaba ayudarte... Luego de recibirla, intente investigar  sobre aquella flor, sabes cosas, es una flor, misteriosa y mágica, que salva de cualquier tipo de enfermedad, hechizo, pero esa flor desapareció hace años, pero no  sabes mucho de los dos chicos,  tu madre te ha dado las bendiciones y te dijo sus nombres Didac y Selina, por alguna razón los conocía, pero no pudo darte más razón sobre ellos.

- digo digo.. joven Anthony ¿haremos bien en venir a estas tierras? - te pregunta al oído Pascal, subido en tu hombro, no se sentía muy a gustó en ese lugar - es que... digo... está lleno de gatos y de ratones, agg, y esas criaturas les gusta comer grillos... - tenía miedo tu fiel amigo, ahora que ya iban llegando a Puerto del Rey.

The Greenward

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Pero en tu corazón hay una idea mayor, un sueño que te has repetido una y otra y otra vez desde hace cinco años, poder liberar a la princesa...Habías vuelto a intentar rescatar a la princesa Alicia, pero esta vez ni pudiste llegar a la ciudad de Plata, parece que la reina roja se ha adelantado a tus pasos de nuevo, como si un espía tuviera, pero eso no era posible, tus aliados, todos ellos, eran como tus hermanos, sin embargo, sus soldados los cazaron cuales perros y tienes suerte de estar vivo.

Como pudieron, tus amigos te llevaron de vuelta a la cabaña de tu padre, y ahí has pasado los últimos cinco días, porque lo que los atacó en la entrada de la ciudad de Plata no era una criatura normal, estaba hecha de miedo, de venganza, de maldad pura, pudiste sentirlo, aunque no pudiste verlo del todo, y su presencia se repite una y otra vez en tus sueños, amenazándote con dar caza y esparcir tus entrañas por todo el bosque.

- por fin despiertas - cuando abres los ojos, lo primero que te encuentras es con tu padre sentado delante de ti con un libro en las manos, su barba estaba deshaciada, más de lo normal, seguramente te había cuidado durante esos largos días - me pregunto cuando dejarás de exponer tu vida de esa manera, Mark te salvó apenas, hijo - se levanta y te acerca un vaso con agua - debes tener sed...

The Greenward

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Imlabris tampoco ha tenido mejor suerte, tu madre está en cautiverio en el castillo de Marfil, junto a tu tio, y no quieres imaginar lo que puede estar pasando, mientras que tú has tenido que escapar, Dimitri sabe que estás viva y busca matarte, no puede dejar las descendencia de su hermano viva, y con tu hermano muerto - según él cree.- tú eres su mayor peligro..

Has huido tanto, eres una verdadera paria, pero has llegado a este bosque, al otro lado del continente prácticamente,  no sabes bien que encontrarás, pero el lobo Gris te dijo que en este bosque encontrarías protección cuando tus fuerzas decayeran, ¿sería posible?

Con tranquilidad y sin llamar la atención, se mezcla andando entre la gente mientras camina con seguridad y confianza. Sorteando puestos de vigilancia o guardias, improvisando otras vías alternativas para pasar por esas zonas, a la misma vez, memorizando donde hay o no hay guardias, cuantos son y alternativas de posibles huidas por si la cosa se complicara.

Empieza a recordar lo que sabia de los hermanos, cuando alguien se tropieza con él.

Al ver a la muchacha y escuchar su comentario de a quien se parecía, se queda inmóvil, casi parecía irradiar de la mascara un gesto de Intimidación hacia la muchacha.

Ve con mas cuidado, podrías haber chocado con un guardia de la Reina Roja y no serían, para nada, tan amables contigo.De haber sido quien mencionas, tu cabeza estaría mirando tus pies - dice con un tono seco y extraño - Soy comerciante de cerca de Greenward, he oido de un joven artesano , que tiene muy buena mano para hacer sus propios productos, quiero entrevistarme con él para unos negocios, ummm..¿ como se llamaba ?....

Eizhan pone un tono de  duda...

Era algo como Deinoseque, Dipa, Diac, o algo así, no recuerdo bien el nombre.... ummm.. ¿ cómo era ? - dice con un tono de duda y confusión. La verdad que era parte de su estrategia, para saber si esa extraña chica de cabellera morena lo conociese por un casual, de no funcionar la estrategia, preguntaría por puestos de artesanos de la zona.

Cruza un claro, cuando escuchas un crujido, muy pequeño  y te pones en alerta,  sin embargo es demasiado lento, siente una navaja rozando tu cuello,  apretando tu clara piel, ¿como no lo notaste? ¿cómo? tú eres la mejor, pero este sujeto te ha cazado, y seguramente ha sido enviado por tu tía, la hora de tu muerte ha legado, lo presientes.

- ¿quién eres y qué haces aquí? .- te pregunta presionándote más contra su cuerpo, y acariciando cada vez más violentamente la navaja contra tu cuelo. SU voz te resulta muy varonil, pero es seguro que no te conoce ni tu a él...

El Taller

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Miras por la ventana, y tuerces el gesto, te sientes parte de esa desgracia y por desgracia, sin tanta fuerza como para hacer algo en contra porque sabes lo que le pasa a los que osan interferir en los planes de la Reina Roja, tus padres fueron víctimas de aquella suerte terrible, y los habían dejado solos. Has querido olvidar ese día, pero este se repite en tus pesadillas días con día, como si tuvieras una deuda pendiente.

Vuelves al trabajo, debes entregar una caja de música a la hija del alcalde, te la ha pedido, y ella es particularmente insistente cuando algo se le antoja. Era una joven voluntariosa, y parecía no tener miedo a nada ni a nadie, ni siquiera a su rico padre que manejaba a todos en ese puerto. Era otro de los leales a al Reina Roja, pero ignoraba que los hijos de  Yorinda y Yoringuel estaban bajo su nariz.

- ¿que tienes chiquillo? - te pregunta el verdoso munchkins, llevando unas cajas desde la entrada hasta las mesas del fondo del taller - te noto pensativo, chiquillo - se ríe, cuando él habla,parece todo perder su importancia, - ¿sabes lo que te falta, chiquillo? es una novia, pasas mucho rato en este lugar, a solas, y eso te esta haciendo mal 

El Puerto

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Has llegado de tu última misión en la ciudad Paraíso,  debías dejar en manos de la alcaldesa las joyas que había dado a Sommar para reparar, el verdoso munchkins era un excelente joyero, y por fin, encuentras el aroma del puerto golpeando tu cara, pronto estarás en casa con tu hermano y "tus padres" adoptivos. Si hasta te dan ganas de ir tarareando, pero miras a tu alrededor, y recuerdas en donde estas viviendo.

El alcalde al que tanto le trabajan si llegase a ser quienes son tu hermano y tú, de seguro los manda a cazar, pero ni lo sospecha y hasta te ha tomado bastante en estima. Estira tu mano, está nevando de nuevo. ¿terminará el invierno alguna vez?

- ayuda...- escuchas a un costado del camino, pero lo ignoras - ayuda... vuelves a escuchar, cuando te sales del sendero, y ves en una zanja a un hombre todo embarrado, y herido, levanta su cabeza, es bastante joven, como tú - ayúdame... por favor...murmura al borde de la fatiga, antes de dejar caer su cabeza en la hierba mojada. Sus ropas estabas rasgadas, parecía haber escapado de algún lugar, porque también lucían muy viejas, y su cabello estaba largo así como su barba, crecida de varios días.

El Puerto

En Landover sólo se percibe la desolación, luego de cinco años no hay más esperanzas de que la reina Blanca despierte  o que alguien los salve, la resignación era la peor de las penas y era mejor sólo acostumbrarse a la realidad, nunca había existido tanta tristeza, ni siquiera cuando el Hacedor de  Sombras apareció, porque en ese entonces, estaba la Reina Blanca y sus caballeros, ellos los protegía, pero ahora, ni eso existía.

Tus abuelitos ven esto, el frío ha espantado a los peces y tu abuelita debe recurrir a su hermano, el alcalde de Puerto del Rey, Jack Bean, un importante mercader que se hizo muy rico por los huevos de oro que le había dado la gansa del gigante que vivía en un castillo en las nubes. No tenía tu abuelito buena relación con este hombre, pero ya no podía salir a pescar y su familia estaba muriendo de hambre... Así que un buen día te dijeron, iremos a Puerto del Rey, y no te dijeron nada más.

El viaje inició dos días después, la carreta de tu abuelita se llenó con lo indispensable, y fue tu abuelo quien clausuró las ventanas de lo que fuera tu hogar desde que tienes memoria. Tragas saliva mientras dices adiós a tu casa. Son cinco días de viaje, pero con todo lo que llevan, el viaje se alarga hasta ocho, el frío te ha congelado y partido las manos, y las de tus abuelos también, el implacable invierno jamás los deja, pero ya pronto ven las atalayas que indican el inicio del puerto del Rey, se han ido por la costa, cruzando la ciudad de Oz, siguiendo el sendero amarillo, o lo fue antes.

Ya el aroma de mar llega de nuevo a tus sentidos, y lo disfrutas, estabas en casa, mientras estuvieras cerca del mar, estarías en tu hogar.