- No. - Intervino entonces Alder. - No tenemos nada que hacer. Esa pista ha sido agotada. Quien quería matar a Chester fue el que creo farsa de la herencia y ahora está muerto. Adolphus Kuftsos. - Se encogió de hombros. - No estoy seguro de que razones tenía, pero está claro que... - Resopló. - ¡Bueno, aquí ya no hay nada que hacer! - Exclamó alegre. - Muchas gracias por todo, señor Friedman. - Se despidió. Miró entonces a Gemme. - Tenemos todavía una hora más o menos antes de tener que volver con Joseph. ¿Quieres que busquemos un templo? - Le preguntó a la joven. - Tiene que haber algún templo dedicado a Sigmar, patrón del Imperio, en una ciudad como Bögenhafen. ¿No es así, amigo mío? - Le preguntó al librero descubriéndose el rostro.
- Claro. - Comentó el amable señor Friedman. - Hay un templo de Sigmar. - Desveló. - Está al otro lado del parque, si pasan... - Alzó un dedo. - Esperen.
El señor Friedman se dio media vuelta y se marchó al interior de su oficina. El grupo podía ver desde fuera, a través de una ventana que daba a la zona de máquinas, como aquel hombre buscaba entre rollos de pergaminos y cajas llenas de láminas, hasta que pareció dar con algo. Enseguida pareció dar con algo, agarró una lámina y regresó sonriente con el grupo. Acto seguido lo extendió sobre una mesa cercana.
- Es un plano de Bögenhafen. - Comentó. - Mucha gente diría que es un mapa, pero no. Un mapa tiene en cuenta la curvatura de la tierra y solo es de aplicación en territorios a gran escala. Un plano no, por eso es "plano". - Sonrió. - ¡Ya han aprendido algo nuevo hoy! Pueden estar satisfechos.
Señaló entonces un punto del mapa con el dedo, en la zona sur, cerca de la feria de los monstruos, pero dentro de las murallas.
- Estamos aquí... - Dijo. - El templo está aquí. En la Kaufman Strasse. - Señaló un segundo punto, sobre el número 13, según la nomenclatura del propio plano.
- Tal vez consigamos alguna respuesta alli, no es que sea mas probable, pero sino puedo ir sola y volver al muelle en cosa de una hora, si creen que puedan obtener informacion en algun otro lugar?
Despues de pensarlo un instante.
- Mi ida al templo puede esperar, puedo ir en otro momento que sea menos apremiante.
Me quedaria muy preocupada pensando en la depresion de Chester asi como si realmente querian matarle. Si su enemigo se enterase que estabamos siguiendo sus pasos podian intentarlo de nuevo, aunque tampoco entendia bien de que iba aquello, porque tomarse tantas molestias en ocultar en una herencia falsa si igual Chester iba a estar muerto?
Creo que era el momento de sincerarnos.
- Muchas gracias Señor Friedman, espero volver a verle en mejores circunstancias.
Hice una reverencia a modo de Bendicion.
- Que Sigmar lo acompañe siempre.
Luego centrandome en mis compañeros.
- Tal vez sea mejor Señor Alder y Chester que nos cuenten que esta pasando realmente, es la mejor manera de poder ayudarles y si realmente estan en peligro estoy segura Gunther tanto como yo estaremos dispuestos a ayudar, pero tenemos que saber a que nos enfrentamos. Podemos tomar algo afuera donde podemos hablar?
Gunther había escuchado en silencio a sus compañeros, y casi parecía que iba entendiendo por sus asentimientos cada tanto, de hecho se acercó a mirar el mapa cuando Friedman lo puso sobre la mesa y lo observó con atención. Y ahi lo perdieron, porque bastaba con mirarle los labios para saber que estaba leyendo la lista de nombres al costado para si mismo, a una velocidad apabullantemente lenta.
Quizá por eso los sorprendió que, cuando Gemme preguntara por un lugar para tomar algo mientras hablaban, el gradullón dijera sin dudarlo el nombre de la posada más cercana y la señalara en el mapa con precisión.
- Ahi podemos tomar algo, cerca, y luego al muelle para descargar.
Lo cierto es que la sugerencia de tomar algo en mi actual estado de conmoción es muy bienvenida. Tal vez un buen té me anime, quizá aderezado con un chorrito de "medicina" para el alma.
—Ojalá supiera qué está pasando realmente y os lo pudiera contar —respondo a la curiosa pelirroja con abatimiento—, pero nuestras esperanzas de descubrirlo parece que se nos acaban de esfumar delante de nuestras narices... Vayamos a tomar un trago, sí, eso nos sentará bien.
Aunque la verdad es que no puedo evitar sentirme como un completo idiota. Mira que pensar que iba a hacerme rico de la noche a la mañana... Claro, que más difícil es despertarte una mañana y encontrarte en mitad del camino a ti mismo muerto y despedazado por las criaturas del Caos. Después de eso, uno se siente capaz de creer cualquier cosa.
- Por desgracia no sabemos lo que está sucediendo. - Dijo el joven buscavidas. - Sabemos que confundieron a Alder con su hermano... - Dudó un instante. - Porque era igual que él... - Se rascó la cabeza. - Encontramos una caravana en medio de un camino cuando íbamos hacia Altdorf y allí muerto, se encontraba un hombre de apariencia exacta a la de nuestro amigo. Llevaba un documento para reclamar una herencia y desde ese momento un hombre llamado Adolphus Kuftsos trató de matarnos. Ahora descubrimos que la herencia no era más que una trampa. - Se encogió de hombros. - Los motivos de Kuftsos tan solo podemos suponerlos, pero quizá... - Se mantuvo pensativo. - Recuerdo que no le gustaban los siervos del caos. Puede que... - Miró a Chester. - ¿Tu hermano podía ser un...? - No lo dijo, no se atrevía. - ¿Y si servía al caos y por eso Kuftsos...? - Muchas dudas eran las que asaltaban a Alder. Fuera como fuera, no podían saberlo. - Kutsos murió bajo mi espada en un callejón... - Chasqueó la lengua. - Puede que nunca sepamos sus motivos.
Mientras el grupo caminaba en busca de una cantina por tal de tomar algo antes de volver al muelle para ayudar a su patrón con las cajas de vino, Gemme notó como un hombre pequeño y escuchimizado se acercaba por su espalda y trataba de meter mano su bolsa de monedas, la cual colgaba de su cinturón. Éste notó como Gemme se percataba de lo que estaba a punto de suceder y enseguida salió corriendo.
Sali corriendo tras aquel pilluelo.
No es que importara mucho, ya que no llego a robarme, pero si lo alcanzaba tal vez seria util. Tal vez.
- Tu!!! Detente!!!!
Porque siempre eran tan rapido y agiles.
Gunther se sorprendió ante el grito de Gemme y vió que ésta salía disparada detrás de un hombre pequeño que corría como si lo persiguiera el diablo. No sabía que había sucedido pero que su compañera lo persiguiera era motivo suficiente como para que él lo hiciera - ¿Lo quieres vivo? - preguntó a la sacerdotisa mientras la alcanzaba.
No sé qué es lo que está pasando pero en cuanto veo a Gemma y a Gunther echar a correr, mi primer impulso es hacer lo mismo y escapar de cualquier peligro que ellos hayan detectado.
Sin embargo, en cuanto reparo en que lo que pretenden es perseguir a alguien en lugar de huir, hago justamente lo contrario. Me paro, busco una pared que me cubra las espaldas y me aferro con fuerza a mi bastón. Esta puede ser una de esas situaciones en las que alguien pretende dividirnos para apuñalarme por detrás a traición.
—Alder, no me dejes —suplico con tono angustioso y desesperado.
A mi alrededor, todo el mundo me parece sospechoso ahora mismo. Ese niño que come una manzana recubierta de caramelo, aquel viejo carretero que tira del ronzal de su tozuda mula...
Alder estaba a punto de salir a la carrera detrás de Gemme para dar caza al ratero. Sin embargo algo le retuvo. Chester le acababa de agarrar de la manga y le pidió que no se separar de él. Gunther iba junto a Gemme y sin duda era suficiente para dar la protección necesaria a la joven. Eso era bueno en parte y malo por otra. Bueno porque nada malo le pasaría y malo para sus propios intereses con la buena moza con la que viajaban.
- Tranquilo Chester. - Le dijo el joven buscavidas. - Enseguida vuelvo. Estarás bien.
Sin más, Alder salió a la carrera en persecución de aquel ladronzuelo de bolsas. Si le daba caza era posible que ganara enteros con Gemme y si tenía que protegerla, muchos más. Lo peor que podía suceder era que perdieran a aquel joven y dentro de lo malo, al menos habría salido en ayuda de la muchacha y eso podía también sumar a su favor.
Mientras esquivaba a los transeuntes que complicaban mi carrera y veia como aquel hombrecillo sorteaba con facilidad todos los obstaculos escuche la voz de Gunther a mi costado.
- Vivo???
La pregunta me resulto sorprendente....
- Claro, claro, vivo!!! No le hagas daño!!!!
Aquello tal vez habia sido un error. Tenia sentido que Gunther pensara asi, para el todo parecia ser blanco o negro, y no era este el caso. Solo queria informacion y aquel personaje estaria en deuda si lograbamos alcanzarle, pero matarle seria malo, muy malo.
Queria gritarle que solo queriamos hablar pero ya casi no tenia aliento.
Si se escapaba tampoco importaba mucho, aun tenia que hacer preguntas a Alder y Chester sobre el tal Kufsos, pero no habia tenido oportunidad.
Comenzó entonces la persecución a través de las abarrotadas calles de Bögenhafen. Si bien normalmente las calles de aquella bonita villa ya eran bastante concurridas, durante el Schaffenfest, se multiplicaba no menos que por cinco. Eso hacía que no fuera fácil darle caza a aquel escurridizo cortabolsas, aunque para él tampoco lo sería.
En un primer momento fue Gemme la que salió al alcance del cortabolsas, pero la pregunta de Gunther le provocó un colapso mental que le hizo perder fuelle y tras responder al bruto guerrero, éste ya le había superado. Sin embargo Alder, ya les había aventajado varios pasos a ambos e iba en cabeza de persecución.
Ante ellos tenían una zona de mercado. Tenderetes llenos de fruta, compradores comprobando el género y negociando con los vendedores un mejor precio se interponían entre ellos y el ladronzuelo. El joven ratero avanzó rápido hacia uno de los cajones llenos de manzanas y entonces lo tiró al suelo esparciendo gran cantidad de fruta por el camino por el que los tres jóvenes transitaban.
Vamos a jugar una escena de persecución. Os iré dando opciones y según superéis o no algunas tiradas, atraparéis o no al ratero.
Primer asalto de persecución:
Elegid tirada.
1. Acrobacias CD 14. Para esquivar manzanas.
2. Percepción CD15. Encontrar un pasillo entre los tenderetes sin mucha gente.
Gunther vió al tipo correr entre los puestos del mercado, y alcanzó a observar cómo volcaba la cesta de manzanas justo a tiempo para dar un salto que lo hizo pasar del otro lado del río de fruta que se esparcía por el suelo.
Mientras corria trate de encontrar alguna forma de cortar camino, de poder esquivar a tanta gente pero aquello solo hizo que tropezara con mas gente.
- Perdon... perdone usted.... lo siento....
Y aunque trataba de reanudar la carrera sentia que ya no tenia sentido. Ya no podiaver al pilluelo, pero si podia ver a Gunther y a Alder, asi que los segui a ellos.
Alder vio como la fruta caía bajo sus pies, pero ágil como un gato saltó para esquivar las cajas y colocando los pies con firmeza sobre el firme, prosiguió con la persecución sin ceder ni un metro. Alder iba en cabeza del grupo y así pretendía que siguiera hasta que finalmente pudiera apresar a aquel raterillo.
- ¡Detengan al ladrón! - Exclamó Alder mientras señalaba con el dedo a aquel joven.
- ¡Mierda! - Exclamó el ratero cuando vio como dos tipos le seguían los talones.
Fue entonces cuando el perseguido se detuvo un solo instante evaluando sus opciones. Miró a izquierda y derecha. A la izquierda un mastín al cual, ver correr a alguien su lado había enfurecido y su dueño, un gordo adinerado trataba de controlar por la correa sin mucho éxito. A la derecha, una zona llena de setos. Lo tuvo claro, salió corriendo hacia los setos y pasó entre ellos sin muchos problemas.
Pasar entre los setos: Escapismo CD 12.
Dar un rodeo y enfrentarse al mastín: Trato con animales CD 14.
A pesar de su gran tamaño Gunther sorteó los setos como si no estuvieran. Claro que eso no significó que no lo tocaran hojas y ramas, sólo que aquellas que lo hicieron terminaron en el suelo como si nunca hubieran estado pegadas a los arbustos.
Alder pasó entre los setos como si nada y empezó a recortar distancia al ratero. Si seguía así esperaba darle caza pronto.
- ¡Vamos Gemme, no te quedes atrás! - Le dijo a la atractiva sacerdotisa.