Partida Rol por web

- ¿Qué diantres pasa ahí?

La mirada de Emelie se volvió hacia el pasillo, más concretamente la puerta tras la que había oído voces. Al hacerlo, también reparó en algo que Lissandra había avisado ya pero no había contemplado hasta el momento. La mujer que se hacía llamar Ragnhild se había adelantado y la asesina dudaba que lo hiciera para reconocer el terreno.

Pero, por encima de eso, los gritos procedentes de la habitación sugerían más información. Si la fuerza hostil era más numerosa, parecía estar más enfocada en algún problema en la sala de maquinas, por lo que en la habitación no habría mucha gente. Eso le daba unas pocas ideas para afrontar la situación.

- Podemos repartirnos a ambos lados de la puerta para envolverles conforme salgan. O forzarles a salir mientras controlamos la puerta.

Susurró ambas opciones para aquellos más próximos, pero lo hizo rápidamente porque tenía la impresión de que no habría tiempo para deliberaciones más largas.

Los gritos procedente de la habitación me tomó por sorpresa, pero al menos respondían a varias preguntas… era ahí donde debían haber huido los soldados del puente, y también donde debía de estar su líder, además de que el problema que hacía que nos dirigiésemos contra el mar debía de estar en la sala de máquinas.

Aprovechemos para tomarlos por sorpresa- murmuré siguiendo a Ragnhild y preparándome para entrar en cuanto abriese la puerta -Cuando quieras- le dije en su idioma.

Con un plan en mente todos avanzais lo más silenciosamente que podeis demostrando claramente quienes tienen más pericia con esas habilidades siendo Emelie la que con más soltura se mueve sin apenas provocar ruido en sus pisadas, aunque sus esfuerzos  caen en saco roto cuando Ragnhild, sin duda poco habituada a dichas  situaciones,tropieza sin darse cuenta con uno de los candelabros que hay en las paredes provocando un leve aunque audible sonido metálico, dejandoos por un instante quietos conteniendo la respiración mientras las voces seguian discutiendo ajenas a vuestro acercamiento y por un momento pensais que no os han escuchado....por un momento.

---¿que ha sido eso?- Escuchais claramente la voz desde el interior haciendo que todas las conversaciones se callen reinando el silencio- He escuchado algo  afuera, estoy seguro,Edmond.

El tal Edmond, o eso suponeis, suelta un gruñido  y escuchais pasos en el interior de la habitación aunque no sabeis sí son hacia la puerta o alejandose de ella hasta que escuchais de nuevo la voz.

---Quienes sean los que esteis ahí,salid ya, os hemos oido- ordena con voz tajante- No tengo tiempo para jueguecitos ni cuentos de viejas, a mi no vais a asustarme como a mis hombres pero dado que habeis llegado hasta aqui habeis levantado mi curiosidad, así que os daré el beneficio de parlamentar como personas civilizadas pero no aseguro que la cosa vaya a salir bien....

Para cuando los ecos del ruido metálico producido por el candelabro que había "chocado" con Ragnhild se apagaron, Emelie ya había empuñado la ballesta y la apuntaba hacia la puerta. Contuvo la respiración con la esperanza de que no se hubiera escuchado en la habitación. Vana esperanza cuando la voz, supuestamente del tal Edmond, surgió del otro lado de la pared y les conminó a parlamentar.

"Angelica" señaló la esclusa y la esquina del pasillo para que alguien vigilase dichos puntos. No había forma de saber si la habitación tenía otras puertas y sus ocupantes las estaban utilizando para salir y tratar de sorprenderles. Después se llevó un dedo a los labios para pedir al resto que guardasen silencio. Era mejor que Edmond y los suyos no supieran con seguridad cuántos de ellos estaban allí afuera. También se apartó de la pared, no fuera que a alguno de los "guardias" se le ocurriera atravesarla con su arma para tratar de alcanzarles.

- Es un detalle que queráis parlamentar como personas civilizadas, buen Edmond. - Emelie adoptó su mejor tono para reuniones sociales y elevó la voz para asegurarse de que le pudieran escuchar en la habitación. - Disculpad mi descortesía; ¿debo referirme a vos con algún trato honorífico concreto o buen Edmond bastará? En cuanto a mi, con lady Galea será suficiente. Ahora, disculpadme de nuevo si confio en mantener una pared entre nosotros algo más de tiempo antes de saber si podemos resolver el mutuo problema que tenemos sin derramiento de sangre. El dirigible se dirige hacia las aguas del Mar Interior y no creo que esté preparado para navegarlas.

Mientras esperaba una respuesta o reacción a sus palabras, echó un vistazo a sus acompañantes para ver cómo se estaban preparando o qué se disponían a hacer.

Los tipos de adentro se percataron de su avance por el ruido del candelabro.
Bah, tanto daba, se hubieran enterado tarde o temprano.
Lo sorprendente era que no salieron a luchar si no que les ofrecieron algo así como parlamentar.

Angie tomó la iniciativa, sin duda sus modales refinados y el hecho de ser una mujer podría reblandecer a los tipos de adentro.
Kelgar todavía con su espadón presto, se colocó a un lado de la puerta. Si salían alguno se iba a llevar una cálida bienvenida.

Hay un instante de silencio antes de que la voz del tal Edmon responda a Emelie y cuando habla suena entre incredula y enojada.

---¿En serio crees que este en un buen momento para preguntar cual es la mejor manera?¿Eres idiota o que te pasa?A este navio le quedan escasos minutos para estrellarse y tú vienes con buenos modales- te responde con voz bastante brusca e irritada mientras escuchais algo acerca de las mujeres y lo estúpidas que puede ser en los momentos más inapropiados-Mira, no sé quien coño eres pero estás bastante equivacada al respecto con el pilotaje, solo es la maldita  sala de máquinas que hay un problema y mis hombres no han regresado de allí- masculla esta vez dirigiendose a sus estúpidos soldados- Pero ya que sois tan lista y quieres mantener una pared "entre nosotros" vete tú y tu grupo, a mi no me interesa morir y vosotros tampoco dada la insistencia en luchar contra mis hombres sí arreglais el problema yo podré enderezar La Dama y salvar nuestras vidas, consideralo una tregua temporal.-propone el hombre y añade rápidamente- O podeis ser lo suficientemente estúpidos como para entrar aquí y perder el tiempo luchando contra nosotros, sí lo haceis, ten por seguro que antes de estrellarme me llevará a alguno de vosotros por delante...-

Emelie cerró los ojos y sacudió negativamente la cabeza mientras el tal Edmond replicaba. ¿Cómo era posible pretender parlamentar como personas civilizadas cuando no se podía observar ni un mínimo de cortesía? De hecho, aquel individuo había perdido más tiempo en quejarse de aquella actitud que en plantearles unas condiciones de "entendimiento". Abrió los ojos y observó las reacciones de sus acompañantes. Después de aquella respuesta, tampoco es que sintiera un mínimo de simpatía por los secuestradores y su jefe y no le hubiera importado que Kelgar, Darrick o el propio Vadik le propinasen una patada en los dientes a Edmond. Pero quizás hubiera otra forma...

- Deberíamos dirigirnos a la sala de maquinas, contactar con quien sea que haya neutralizado a los "soldados" y "recuperar" el control del dirigible. En la "pelea" se puede "romper" algo que ralentice la marcha y nos dé tiempo para someter a la gente del puente. Quien esté en la sala de maquinas quizás conozca mejor la disposición de la nave y nos pueda informar sobre otras formas de acceder al puente. - Había bajado la voz hasta convertirla en un susurro que pudieran oir los más próximos a ella y conocer su plan. Porque, por el momento, no había otros posibles cursos de acción.

Mis pasos se habían detenido en cuanto el candelabro había tocado el suelo, intentando aguantar la respiración en un inútil intento de que dentro de la habitación no lo escucharan, aunque como era obvio aquel estropicio resonó claramente para los oídos de los integrantes de aquel motín. Cuando la conversación empezó a darse respire con cierto alivio viendo que quizá podría solucionarse sin pelea alguna, aunque mi mirada seguía en la norne que había causado el estropicio. 

Sabía que no entendía el idioma y aunque esperaba que supusiera que el entrar ahora en la habitación no era buena idea, una parte de mi le gustaba la idea de hacerle pagar al que daba las órdenes en la nave y que había propiciado tantas muertes. Mucho más después de la manera que tenía de expresarse.

Por otro lado, la parte racional me decía que si quería salvar las vidas de los pasajeros que habíamos dejado atrás y lo que decía era cierto seria mejor ir a la sala de máquinas. Sin nada que decir para no delatar el número de personas que estábamos allí me quede en silencio para ver qué decisión tomaba el grupo y cuál iba a ser la parte de mi conciencia saciada.

Cuando Angelica hablo me mordí el labio exterior. No creía que la persona que hubiera hecho sabotaje en la sala de máquinas con intención de estrellar el aparato fuera a querer cooperar con nosotros. Pero lo que si estaba claro es que había que hacer remontar aquel cacharro. Tras un leve asentimiento espere que el grupo se pusiera en marcha para seguirlos.

Aunque por desgracia, no fuimos lo bastante sigilosos como para acercarnos sin que nos viesen, al menos no nos atacaron nada más descubrirnos, pues aunque los que estaba allí eran sin duda los que habían querido secuestrar la nave, al parecer no tenían nada que ver con el hecho de que nos dirigiésemos directos al mar.

Estoy de acuerdo… lo primero es evitar que nos estrellemos- susurré en respuesta a lo que dijo Angélica, tras lo cual me volví hacia el que parecía ser el líder de los amotinados -Parece que alguien ha decidido que si lo ibais a matar de todas formas, al menos os llevaría con él, así que tú y tus hombres podréis vivir algo más mientras nos encargamos de eso- le dije, de forma claramente amenazante para dejarle claro que volveríamos a por él por lo que había hecho.

Parecía que habían dado con los secuestradores, pero estos parecían más preocupados por detener el rumbo descendiente del zepelín.
En todo caso, parecía su opción más sensata; de nada serviría matar a los secuestradores si el zepelín se estrellaba en medio del mar.

Vayamos pues a la sala de máquinas. dijo, apremiando al resto.

Se giró para comentarle a Ragn la jugada.
Los secuestradores nos ofrecen una tregua para que detengamos el descenso del cacharro este. le explicó.

No sé qué pensar. Puede ser una trampa, pero tiene completo sentido que quieran ayudar y que los ayudemos, si esto termina de caerse la quedamos todos.

Asiento con un poco de desgano, que en verdad quería pelear, y sigo a los demás. No sé por qué me vinieron de golpe esas ganas, ¿tal vez me acabó gustando combatir? Pero no, enseguida recuerdo las muertes y me da un escalofrío, trato de quitarme ese pensamiento de encima y sigo.

No recibes respuesta alguna de Edmond dando así terminada las “negociaciones”, el tiempo no era algo que  os sobrará así que  tomasteis  un enfoque más pragmático y os pusisteis camino hacia la parte trasera del dirigible mientras el Zepelín comenzaba a vibrar con fuerza símbolo inequívoco de que os quedaban escasos minutos para arreglar el problema y que ocurriera una desgracia…

Cuando dobláis la esquina después de pasar por un largo pasillo  os encontráis una escena que  os hace deteneros  unos instantes y sabéis que quizás pueble durante algunos días vuestros peores sueños, os encontráis en un pasillo corto, similar donde estaba el camarote del capitán y la sala de mando donde estaba Edmond, allí se encuentra una puerta  que presublimente lleve a la sala de máquinas  aunque eso no es lo hace deteneros, sino los cuerpos de los soldados muertos (unos cuatro) que hay alrededor de la puerta, algunos le faltan diversos miembros e incluso alguno le falta la cabeza…

Al fijaros mejor  podéis ver unos rastros de sangre que conducen a la puerta  y esta presenta  por todo su perímetro marcas de arañazos profundos con sangre, sí alguien echa un vistazo al interior de la puerta no puede ver anda, solo el rastro de sangre que se pierde en la oscuridad por lo que se deduce, de manera muy escalofriante, que los pobres intentaron huir del lugar antes de  acabar muertos…

Llegaron a la sala de máquinas, o eso creía Kelgar, pues no sabía cómo sería exactamente dicho lugar.
Pero el caso era que estaba lleno de cadaveres mutilados y decapitados.
Semejante atrocidad era inexplicable, incluso en las batallas en las que había estado era difícil ver semejante crueldad.

Sea como fuera, el culpable parecía estar dentro, así que Kelgar creyó que era mejor darle caza. Examinar los cuerpos le daba bastante asco y no creía que fuera a servir de mucho; fuera como fuera que habían muerto, tendrían que ir a por el culpable y devolverle el trato.

El interior estaba muy oscuro y dificultaría luchar.
¿Alguien tiene algo para iluminar? preguntó a sus compañeros. En caso negativo, deberían hacer salir al causante.

El espectáculo dantesco de cuerpos mutilados, el rastro de sangre y las marcas de arañazos en el marco de la puerta que llevaba a la sala de maquinas fueron suficientes pistas para que "Angelica" se detuviera a los pocos pasos de avanzar por aquel pasillo. Aquellos indicios le hicieron fruncir el ceño pues parecían indicar que, en contra de lo que esperaba, los hombres de Edmond no habían sido inutilizados por tripulantes. De hecho, ni siquiera parecían haber sido eliminados por un ser inteligente. Se preguntó si algún noble caprichoso había embarcado una bestia y los guardias renegados la habían soltado accidentalmente.

En todo caso, aquel nuevo elemento echaba por tierra su idea original. Lo que fuera que hubiera hecho aquella carnicería no era probable que pudiera dialogar u ofrecer información sobre el dirigible. Dejó escapar un suspiro de hastio al tiempo que, inconscientemente, apoyaba una mano sobre su cadera y levantaba la otra en ademán de abanicarse con gesto ofendido... cuando cayó en la cuenta de que no estaba en un salón de la alta sociedad, ni en una reunión social ni tenía siquiera un abanico a mano.

- ¿Puede saberse qué diantres ha pasado ahora aquí? - Por supuesto, era una pregunta retórica. No esperaba que ninguno de sus acompañantes tuviera la respuesta. Emelie sólo la aprovechó para manifestar la frustración que sentía. ¿Tan difícil era que al menos una cosa saliera bien? Finalmente, terminó por negar con la cabeza, tal vez como respuesta silenciosa a la pregunta de Kelgar. O sólo fue un gesto de desaprobación ante el desarrollo de los acontecimientos. O ambas cosas a la vez.

Al girar la esquina y ver el macabro espectáculo mis pasos se detuvieron y mis ojos se fijaron en las victimas. Trague saliva mientras miraba las heridas en los cuerpos y poco a poco empecé a avanzar hacia el primer cuerpo. Mi rodilla se flexiono para quedarme a poca distancia del primer desdichado mientras me mordía el labio inferior.

Ya había extendido mi mano para examinar la herida cuando la voz de Angelica me hizo salir de mi lapsus. Un escalofrió recorrió mi espina dorsal mientras me volteaba hacia mis compañeros.-Dudo mucho que lo que haya ahí dentro sea humano y quiera negociar.- Mire hacia la oscuridad de la sala con cierto temor. Lo que había pasado aquí era más habitual de un animal que una persona.- ¿Sa…sabéis si transportaban algún animal peligroso en la bodega?.- Pregunte fijándome en las marcas de las paredes mientras las seguía hasta el herido que tenía delante de mí, ahora ya algo más centrado, intentando averiguar el tipo de criatura a la que nos enfrentábamos.

Tras salir de la habitación, nos dirigimos rápidamente hacia la sala de máquinas, donde encontramos a los hombres que el tipo que lideraba el motín había mandado para arreglar lo que quiera que pasase. O más bien, encontramos lo que quedaba de ellos.

Estoy de acuerdo…- dije, asintiendo a las palabras de Lisandra tras acercarme a junto a ella hasta los cuerpos -Esto no lo ha hecho una persona- añadí mientras los examinaba, intentando dilucidar el tipo de bestia que podía haber causado aquellas heridas y marcas en la puerta.

El examen de Darrick y Lissandra solo revela que  que la mayoria de las heridas habian sido provocadas por garras de algun tipoy que estas eran sumamente largas y afiladas puesto que en algunas zonas por donde habia atravesado las  supuestas garras el hueso habia sido seccionado limpiamente, tambien se puede apreciar marcas de mordiscos y a juzgar por el tamaño, de una boca muy grande, por lo demás os dais cuentas pro las expresiones de terror de los rostros de todas las victimas fue algo que los espantó.

Mientras examinais, el zepelin ha comenzado a vibrar de manera incontrolada, los pocos minutos que os quedan para solucionar la cosa se os estan acabando....

- Si lo que ha hecho esto fuera inteligente, quizás si se podría negociar. Pero es más probable que sea obra de alguna bestia salvaje que un noble transportaba a bordo. - "Angelica" habló con un ligero tono de fastidio. La vibración en el casco que había empezado recientemente indicaba que se les acababa el tiempo... y que iban a tener que ser ellos los que lidiasen con lo que fuera que se había alojado en la sala de maquinas.

- Alguien tendrá que entrar primero. ¿Crees que tus habilidades oratorias podrán calmar a lo que esté ahí dentro? - Ni se molestó en disimular el tono ácido en sus palabras cuando se dirigió a Vadik. No tenía muy claro qué era lo que había hecho antes con los renegados en la pasarela, pero Emelie estaba casi segura de que era imposible lograr semejante efecto con un discurso tan breve por muy buen orador que fuese. - También parece que vamos a necesitar luz. - Así que no perdió tiempo y se dió la vuelta para ver si, en el pasillo, había alguna lámpara o fuente de luz que pudieran aprovechar.

Cuando te diriges a Vadik este sonrie ante la mención.

---Tengo bastante experiencia en dominar bestias salvajes, pero siempre depende de la bestia- dice aunque parece decirlo con despreocupación no sabes decir sí habla en serio o es otra de sus vacilaciones aunque parece que a su joven acompañante no le hace ni pizca de gracia el comentario, mientras examinas el  lugar este se acerca hasta colocarse en el umbral para examinar su interior, un examen breve  te deja ver varias lámparas modernas de Lampyridae* que simplemente girando una tuerca hunde el tubo que contiene la piedra iluminando el lugar y pueden descolgarse.

Lisa y Darrick explicaron que las heridas deberían haber sido causadas por alguna bestia salvaje.
Kelgar miró a Vadik. Encajaba en el perfil.
Pero en teoría lo habían tenido a la vista todo el rato, así que no había podido ser él.

Pues si vas a intentar convencer a lo que hay ahí dentro adelante. Si no cortaremos por lo sano; no hay tiempo. dijo apresurado, con su espadón listo, una vez comprobó que Angie había conseguido luz.