Partida Rol por web

Por fin llegó el marqués, sin duda tenía un aspecto bastante imponente y se le veía lleno de confianza.

Kelgar se presentó llegado su turno.
Kelgar Stalsson, encantado. Muy agradecido por vuestra invitación. pronunció sin adornos ni florituras. De hecho, ese “encantado” ya era todo un esfuerzo por su parte.

Escuchó incrédulo cómo Angie contaba una historia falsa sobre su llegada a la isla. Supuso que seguía paranoica pensando que si contaba su periplo en el zepelín, les iban a quemar en una hoguera o algo así...
No era plan de hacerla quedar en evidencia, así que se limitó a callarse y respondió a Ragn con un gesto de la mano para que esperase y no comiera aún; seguro que al marqués pijeras le sentaba muy mal que empezaran a comer sin que él lo dijera.

Así que se limitó a esperar acontecimientos.

El Marques se quedó mirando a Angelica mientras explicaba aunque cada vez que hablabais dirigia toda su atención hacia la persona que hablaba.

---Ya veo, la verdad es que no me extrañaria, quien me dijo eso era una mujer...perturbadora, sí me permitiis la expresión se presentó a media tarde en la mansión  exigiendo verme y con cierto aire de maleducala autoridad- dice frunciendo el ceño con disgusto- La atendí como pude pero no dejaba de decir sandeces de que queria marcharse de la isla y algo sobre no comerse al zorro que la acompañaba e incluso llegó a ofrecer su...eh...cuerpo como pago a ello- explica algo azorado- La mujer se marchó muy disgustada pero no pude evitar quedarme con su historia...

---La verdad, seria un gran adelanto en cuanto a seguridad, pero me temo que yo no llegaré a ver esos tiempos, ya soy muy viejo- dice riendo ante aquello.

Tras esto, la cena transcurre con naturalidad, el Marques os pregunta cosas acerca de vuestra vida aunque nunca trata de entrar en nada personal haciendo que la velada trascurra de manera relajada aunque siempre se nota que el Marques es el que "manda"

Conforme el marqués describía a su supuesta fuente, los rasgos daban cuerpo a una idea en la mente de Emelie. No podía ser otra persona que Evanora, quien habría optado por dejarles tirados y buscar una salida por su cuenta. Mantuvo la compostura y, con expresión seria, asintió enfáticamente a las palabras del noble al juzgar a su extraña ex-compañera.

- Un sujeto... peculiar. Y qué falta de decoro, comportarse como una vulgar mujerzuela frente a alguien distinguido como Su Excelencia. - Imprimió un matiz de desaprobación en su voz.

Estaba ya pensando en cómo cambiar el tema de conversación, una vez había satisfecho su curiosidad sobre el modo en que aquel hombre había obtenido su información, cuando el propio marqués lo hizo al indagar sobre sus personas. Por suerte, no fue un escrutinio detallado, pues el hombre no profundizaba demasiado en lo personal, por lo que Emelie descartó que aquella entrevista le permitiera enterarse de algo comprometedor sobre sus compañeros de desdichas. Así que se limitó a responder a las cuestiones del marqués con cuentos "interesantísimos" (por aburridos) sobre cacerías, puestas de largo y pequeñas celebraciones apropiadas para la nobleza de provincias, pero con un toque de sofisticación a modo de sutil encubrimiento de ese carácter provincial (y sin entrar en detalles muy específicos; no había conseguido descifrar hacia dónde se inclinaban las lealtades del marqués ni su procedencia).

También trató de aprovechar las ocasiones que pudo a lo largo de la cena para indagar sobre la isla y el interés que podía suponer para alguien aquel lugar apartado. Procuró disfrazarlo de curiosidad causada por el idílico paisaje en contraste con las dificultades para alcanzar la isla y abastecerla.

Si una cosa quedo bastante clara en esta velada era el hecho de que poseía un apetito voraz y es que fácilmente había comido casi el doble que el resto de los presentes, aunque tratara de disimularlo con mis modales cuando llego cierto momento de volver a llenarme el plato ya era demasiado evidente. Además de que si alguien se fijaba mas específicamente en mi podía notar que pese al hecho de que mi atención estaba casi totalmente centrada en el marqués y la comida frente a mi de vez en cuando daba una mirada rápida hacia otras personas en la mesa con algunos comentarios que dejaban caer... Por ejemplo cuando Lissandra contó como vio al capitán recibir un disparo en el pecho o cuando Ragnhild pregunto por el nombre del zeppelin momento en el cual volví la mirada de inmediato hacia el marqués por si se había dado cuenta de esa pregunta ya que dejaba completamente al descubierto la mentira de Angélica. Por suerte si lo escucho no pareció darle importancia ya en un principio daba la impresión de haber creído aquellas palabras y comento sobre de donde había sacado información sobre ellos, levante una ceja al escuchar lo que nos contó sobre aquella mujer.

Al menos tras eso comentó entre risas que quizás lo dicho por mi parte fuera posible en el futuro pero que serían demasiados años como para que el lo viera. Entonces la conversación derivo un poco hacia algo mas neutro con preguntas sobre nosotros, sin entrar demasiado como para molestar pero lo suficiente como para conocernos un poco mejor, por mi parte confirmo por si alguien podía tener sospechas que venía de Abel, en concreto de Puerto de Eburah por lo cual no era una sorpresa para quien conocieran un poco el país el hecho de que mi familia fuera una de comerciantes, también comenté algo por encima que era un gran aficionado a los cuentos de caballería y por eso mismo desde pequeño aprendí a manejar una espada, además de que ahora me encontraba en un viaje con doble propósito en primer lugar ver mundo para conocer otras cosas que fueran Abel y por otro lado ver lugares donde nuestra familia pudiera llegar a trabajar.

También aproveche este pequeño lapso de tiempo mas tranquilo para hablar con Kelgar y Ragnhild, sobretodo con la chica ya que me había fijado en que no hablaba bien el latín por lo que le dirigí algunas palabras en Arkes para ponerle las cosas mas fáciles y ella pudiera ver que Kelgar no era el único en la mesa que podía ayudarla o entenderla mejor.

Buena comida y gratis. Sólo por aquello ya había valido la pena venir.
Porque el resto de la velada fue bastante sosa y tuvo que contenerse para no beber lo que hubiera querido beber.
El Marqués era un tipo bastante decente, no parecía que quisiera llevarse a la cama a ninguna de sus compañeras, y hasta había rechazado a la tal Evanora, que aunque era medio ramera, no estaba tan mal.

Así que su aburrimiento fue en creciente y hubiera comenzado a bostezar de no ser porque el tal Jacklin parecía con ganas de practicar el arkes.
¿Y cómo es que sabes nuestro idioma?
No es muy común que los extranjeros se interesen en hablarlo... dijo, mirando de reojo al marqués. Hubiera querido contar alguna de las historias de taberna de Haufman, grandes relatos sobre grandes héroes que habían poblado el mundo tiempo atrás.
Pero supuso que contar algo tan largo en arkes podría molestar al pijeras, así que se contuvo.

Me quedo un rato largo mirando con curiosidad a este muchacho nuevo, más interesada en él que el propio marqués y lo que tenga que decir, realmente.
—¿Has estado en Haufman —le pregunto, pues Kelgar se me adelantó con lo del motivo de su conocimiento sobre le idioma.

Mientras escucho a los chicos aprovecho a disfrutar la cena, no he tenido que pagar por ella y no creo que pueda volver pronto a probar algo de esta calidad, me voy a poner triste cuando se termine. Mientras como no se me escapa la manera en que Jacklin había devorado su plato y ya se estaba sirviendo otro, puesto que yo estoy haciendo exactamente lo mismo y los dos pinchamos a la vez el mismo trozo de carne.
—...
Suelto un gruñido mirándolo de reojo. Ese era el más suculento de la bandeja y es mío, más le vale que saque ese tenedor de ahí.

Alce una ceja cuando el marques menciono la descripción de la otra naufraga que habíamos encontrado en la playa. La verdad es que llevaba sin verla desde que habían aparecido los guardias… a decir verdad, cuando no había aparecido había llegado a pensar que realmente Angie la había dejado atada en la posada por sus modales.

-Quizá el golpe en la sien que tenía era más grave de lo que pensé.- Musite por lo bajo cuando explico de donde había obtenido la información.- Viajaba con nosotros en la Fortuna, pero durante el viaje no pudimos cruzar palabras, así que no puedo confirmarle si esa es su educación básica o realmente puede tener algún traumatismo…- Medite antes de tomar un trago de la bebida que tenía en la copa.- En caso de que sea lo segundo me preocuparía no haberme dado cuenta antes. ¿Sabéis hacia donde se dirigió?- Pregunte cortésmente al Marques, quizá Evanora, la misma que había tomado mi punto de mira como “paciente”, realmente lo fuera.

Tras pensarlo un momento volví a hablar.- De todas formas, si os parece correcto, mañana podría haceros un reconocimiento por si tenéis algún traumatismo que no se vea a simple vista. Pueden ser los más peligrosos.- Mientras acababa mi frase sonó un gruñido a mi lado. Mi mirada se giró para ver como Ragn, con el tenedor pinchado en un filete se lo discutía a Jacklin.- Aunque el hecho de que no haya falta de apetito es bueno.- Comente por lo bajo mientras reía cubriéndome la boca con una de las servilletas pulcramente bordadas con las iniciales del anfitrión.

Para las dos personas a las que mas dirigía la atención era fácil notar como de vez en cuando miraba al resto, especialmente al Marqués como si quisiera comprobar si por el otro lado la conversación seguían yendo bien y nadie se molestaba porque nosotros nos "apartáramos" un poco del tema principal, o dejar de lado a quien supuestamente mandaba.

- Un buen comerciante debe ser capaz de desenvolverse allá donde vaya... eso es lo que me enseño mi padre así que aparte del latín conozco idiomas de varios lugares del mundo -explique a Kelgar tras su pregunta- Resulta mucho mas fácil vender mercancías cuando hablas el idioma local. Al menos ese era el plan de mi familia pero yo me fui en otra dirección... Aunque eso es otra historia -tenía cierta manía de irme demasiado cuando contaba historias así que traté de contenerme por el momento- Pero no, nunca he estado en Haufman -termine de responder negando con la cabeza hacia Ragnhild

Un poco mas tarde tras haber terminado la comida de mi plato e ir a por algo mas de carne, otro tenedor se clavo a la vez que el mío y al levantar la cabeza vi a la chica gruñendo como un animal hambriento al que le robara su comida en sus narices. En un principio hice un poco de fuerza pero en seguida solté ese trozo con una sonrisa y al irme a por otro trozo diferente solté un gruñido parecido al de ella- Disfruta -le dije, esta vez en arkés

---Por desgracia no, solo sé que salió muy ofendida de mi mansión...creo que volvió sobre sus pasos- dice pensandolo un momento- Sí no ha llegado puede que haya sido victima de algun animal salvaje oquizas se haya despeñado por el barranco, a veces pueden resultar muy peligrosos, de todas maneras no os preocupeis, la culpa será mia como casi todo lo que ocurre en esta isla- dice con tono bromista y se apresura a aclarar- es lo malo de  ser extranjero, la gente es muy superticiosa y cualquier desgracia hace que la culpa recaiga sobre el extranjero, de hecho, no hagais mucho caso a las habladiduras de sueltan de mi,  algunos creen que soy un vampiro- suelta mientras se rie y mira un espejo que se encuentra en la esquina que refleja su rostro- Pero seguro que los vampiros tienen mejor aspecto ¿no?

Tras esto, la velada transcurre de manera amena, los primeros platos pasan a los segundos y luego a los postres mientras continuais hablando de cosas sin importancia, aunque puede verse que el Marques comienza a sentirse cansado físicamente por todo aquello y finalmente dice:

---La verdad es que me lo estoy pasando estupendamente pero la verdad es que este viejo cuerpo ya está pidiendo una cama en la que descansar.

El bocado de comida que tenía en la boca se me atraganto ante las declaraciones de los rumores del marques.-¿Un vampiro?.- Pregunte aun algo conmocionada.-¿Uno de esos poderosos seres que se alimenta de sangre?.- No pude evitar exhibir una sonrisa nerviosa en mi rostro mientras negaba con la cabeza.- La gente del pueblo ya no sabe que inventarse para pasar el rato, pero si lo hace supongo que es porque su vida aquí es lo suficiente tranquila como para no tener que preocuparse de cosas reales. Y eso, si ellos no se han dado cuenta, seguramente sea gracias a usted.- Comento lanzando falsos halagos al marqués.

Finalmente parecía que la cena acababa y el marqués, educadamente nos instaba a marchar.- Si, sería correcto emprender la vuelta, si hacemos mucha más sobremesa llegaremos muy tarde al pueblo.- Añado dándole la razón al marques.- Además, no querríamos abusar de su hospitalidad.

La broma del Vampiro le hizo cierta gracia. Había escuchado historias sobre esos seres en algunas tabernas de Abel, y la verdad es que le parecían fantasías de borrachos.
Pero bueno, después de lo visto en el zepelín de los horrores, ya nada era descartable.

La cena fue llegando a su fin, lo cual era un alivio puesto que estaba comenzando a aburrirse.
Muchas gracias por vuestra invitación.
Por cierto, nos han comentado que el único método para salir de la isla es un barco mercante que viene cada ciertos meses. ¿Qué podéis decirnos al respecto? preguntó, pensando que quizás pudieran obtener alguna pista.

El comentario sobre el vampiro durante la cena fue recibido por Emelie con cierta comicidad y rió la ocurrencia. Pero, tras lo acaecido en el dirigible, ¿cuántas cosas que consideraban cuentos fantasiosos eran ciertas y cuáles simples relatos? El resto de la velada le pareció decepcionante, aunque se guardó de exteriorizar ese sentimiento. No logró sacar nada sobre los motivos para instalarse en la isla o qué podía ofrecer aquella tierra tan apartada.

Incluso la forma, más o menos abrupta, de terminar la cena le defraudó. Sospechaba que el marqués quisiera contratarles o encargarles algo que las suspicacias de los lugareños para con él hacían imposible pero, al final, puede que simplemente les hubiera atraído hasta su presencia solo como un divertimento, una distracción, la novedad de unos desconocidos llegados a la isla.

- Por supuesto, Excelencia. Ha sido un honor disfrutar de su hospitalidad y no es deseo nuestro prolongar más de lo debido nuestra humilde presencia y hurtarle de un merecido descanso. Muchas gracias por recibirnos en su morada y obsequiarnos con tan deliciosa comida y compañía, marqués Cavalcanti.

Mantuvo en todo momento la compostura. Pero, en el fondo, aunque confiaba en que, tal como preguntaba Kelgar, aquel barco pudiera sacarles de allí, sospechaba que algo raro ocurría en aquella isla. Y no las tenía todas consigo; temía que, antes de poder dejar aquella tierra, lo que fuera que pasaba les alcanzase a ellos también. Era un presentimiento molesto, que se movía en los límites de su pensamiento consciente y no lograba desterrarlo de su mente, por mucho que lo intentase.

Tal vez fuera un gesto difícil de notar pero ante la mención de que los aldeanos esparcían rumores sobre que nuestro anfitrión era  en realidad un vampiro centré de inmediato mi atención sobre él dejando un poco de lado la comida de mi plato, tenía el trozo de carne a medio cortar. Aunque casi de inmediato me gire hacia Lissandra, al notar que estuvo de atragantarse con su comida y ya se me notaba que alzaba una mano por si necesitaba ayuda justo antes de que ella misma saliera del apuro. No era alguien muy dado a ser perspicaz pero cuando se trataba de alguien en un problema la cosa cambiaba. Mis ojos tardaron un poco mas que el resto de mi cuerpo en girarse hacia el Marqués, seguramente porque aún se aseguraban de que la señorita se encontraba bien.

El resto de la comida fue algo mas "rutinaria", por fin había conseguido saciar mi apetito... aunque para ello me vi obligado a ingerir fácilmente un plato y medio mas que las otras personas en la mesa con la excepción quizás de los dos provenientes del norte ya que como mínimo Ragnhild sabía que me igualaba en ese aspecto.

Como era de esperar llego un momento en el que esta cena debía terminar, el Marqués nos indico que se encontraba bastante cansado y que debía retirarse por lo que nosotros deberíamos hacer lo mismo. En mi caso ya había abusado de su hospitalidad con mi "rescate" y la cantidad de comida que le había hecho gastar en mi por lo que me veía en la obligación de buscarme la vida en el pueblo si quería una cama donde dormir, recogí mi espada y la enganche a mi cinturón listo para marcharme.

- Ha sido un placer disfrutar de esta agradable velada y mis felicitaciones al chef por la deliciosa comida que nos ha servido Marqués. También quiero volver a agradecerle por recogerme en la playa y brindarme una mano pero no quiero causarle mas problemas así que iré al pueblo para hospedarme allí -acompañe las palabras de los demás y tras una reverencia me acerque a la puerta, donde espere por el resto del grupo ya que si ellos iban a ir también hasta el pueblo podría aprovechar y acompañarlos hasta allí.

---Son superticiones querida, cosas tan arraigadas como las malas hiervas de un jardín- dice el hombre mientras saca una campanilla y la hace sonar- a veces estan tan arraigadas que son dificiles de quitar, sobretodo a gente de pueblos como Corvinus- dice mientras la puerta se abre y entra el mismo mayordomo  con un bastón que le entre al Marques- Nuestros invitados se marchan, prepara el carruaje- dice mientras usando el cayado se levanta  de su asiento y comienza a acompañaros hasta la salida aunque con paso más lento y pausado.

---Así es joven Kelgar, la isla es autosuficiente pero hay ciertos materiales que no podemos obtener pese a todo y dado la pelirosidad del Mar interior y los arrecifes de la isla  no es facil entrar un barco , de hecho tienen que entrar con balsa a traves del estrecho hueco que existe, no creo que tengan problemas en llevaros puesto que cuando vienen suelen llevarse a algunos jóvenes con sueños de viajar y ver el mundo aunque nunca los volvemos a ver- comenta al gigante mientras llegais a la puertas de la mansión donde ya os espera el carruaje con su chofer.

---El placer ha sido mio señoritas y caballeros- dice haciendo una inclinación a los hombres y besando el dorso de las manos a las mujeres- Uno no tiene ocasión de tener agradables visitas, espero veros en otro momento...

Y tras esta despedida el Marques vuelve a entrar en la mansión dejandoos frente al carruaje.

Tras despedirse del noble con una breve reverencia, en respuesta a su cortesía, "Angelica" esperó de espaldas al carruaje hasta que el anciano cruzó las puertas de su morada y éstas se cerraron. Tal vez se había equivocado antes o puede que estuviera aventurando demasiado, pero sospechaba que el marqués podía ser más astuto de lo que hubiera pensado en un principio. Subió al carro que les devolvería al pueblo y, durante unos minutos, guardó silencio mientras miraba al oscuro paisaje nocturno de la isla desfilar ante sus ojos.

- Después de todo, el marqués nos ha debido de estar evaluando... - No hablaba a nadie en particular. Sólo parecía un pensamiento que se plasmaba en viva voz.

Kelgar asintió a las explicaciones del Marqués y deseó que el barco llegase pronto para no aburrirse más tiempo en aquella isla.

Escuchó el comentario de Angie y enarcó una ceja.
No tenía idea de porqué haría tal cosa, salvo que estuviera interesado en contestarles para alguna misión.

Tras la breve despedida con el marques se hizo finalmente notable que Jacklin nos acompañaría al pueblo.

—Si no tienes lugar donde dormir, donde nos alojamos quedan habitaciones y su dueña es muy amable, incluso si no tienes dinero permite el hospedaje a cambio de trabajo allí.—Comento a Jacklin mientras el carruaje llega.

Cuando finalmente el trayecto comienza vuelvo a hablar.
—Supongo que debemos agradecer que no develaras el desliz de nuestro compañero.— Dije mientras miraba a Kelgar.— “El zepeling de los horrores…”— Sacudí la cabeza como si aquello se tratara de una mala broma.

Mi mano corrió las telas del carruaje para dejarme mirar el exterior. El sol ya había desaparecido por completo y el cielo estrellado empezaba a hacer presencia. Me quede mirando el paisaje mientras apoyaba la cabeza sobre mi brazo.

Hubo un claro cambio en la postura que mantenía ya que en cuanto las puertas de la mansión se cerraron dejándome fuera del edificio junto al grupo deje que mi cuerpo se liberara dejando de lado esa actitud formal y recuperando a mi yo chico de pueblo que no pierde la oportunidad de jugar. Levante ambos brazos para estirarme un poco, aparte de mi equipamiento había recogido una mochila que se notaba hasta arriba de cosas y mas que preparada para un viaje. Fuera a donde fuera no iba a ser solo por mar y eso era evidente.

Cuando me centré en buscar el carruaje con la mirada Lissandra me dirigió la palabra- Gracias, precisamente tenía en mente preguntaros donde os estabais quedando. Hablare con ella al llegar, como mínimo esta noche estaré allí y ya mañana podré pensar mejor que hacer -le respondí con una amable sonrisa e incluso le tendí la mano tanto a ella como a Angélica para que subieran al carruaje siendo yo el último en hacerlo y tomando el asiento que dejaran libre.

El principio del viaje fue algo mas silencioso de lo que esperaba hasta que las dos señoritas soltaron cada una su propio comentario, el de Angélico solo recibió como respuesta por mi parte una expresión de incomprensión ya que realmente pensaba en el marqués como un noble de tantos que se aburría en la pequeña zona que manejaba y cualquier novedad la veía como algo para festejar debido a lo monótona que era su vida, en cambio con Lissandra era ya otro tema ya que me dirigió la palabra en específico- Intuí que no os interesaba hablar sobre lo ocurrido en el zeppelín frente al marqués así que simplemente deje pasar esa información. No tengo idea de vuestras razones pero si no queríais hablar no iba a sacar el tema en ningún momento... -expuse dejando claro que no era el tipo de persona que le gustara meter las narices en las vidas ajenas, de hecho pesé a lo mal que describían el viaje y saber lo extraña de su circunstancia teniendo el conocimiento del que cualquier noble disponía sobre ese viaje no hice pregunta alguna si no que apoye la espalda contra el asiento coloque una pierna encima de la otra y disfrute del viaje.

No entiendo la mitad de lo que están diciendo, pero asumo que no será importante o si no Kelgar me lo hubiera explicado.

Después de subirnos al carruaje me quedé mirándolos conversar un ratito, tratando de poner en práctica mi comprensión, pero en ningún momento me atreví a meter cuchara en la conversación así que los dejé. Tras un rato de mirar el cielo por la ventanilla, cabeceando, me acabé durmiendo con el moflete pegado a ella, sin notar que estaba fría.

El viaje es tranquilo y sin ningun incidente mientras conversais y sacais vuestras conclusiones acerca de la cena con el Marques, así que no os sorprende cuando el cochero anuncia que habeis llegado pese que ha dado la sensación que apenas han pasado unos minutos; dentro de la posada os encontrais a Miriam esperando vuestra llegada, al ver al recien llegado y escucgar la noticias de Evanora una fina linea cubre sus labios pero no comenta nada al respecto de las acciones de la chica desaparecida.

Así que pese a ser muy tarde, da la bienvenida a Jacklin y le da una habitación para él y os dice que dada las circustancias, mañana no hace falta  que hagan sus tareas y aprovecheis el descanso mientras que a Jacklin le comenta que ya hablarian del pago por la estancia más adelante.

La noche da paso al dia y pese a dormir sobradamente os despertais ligeramente cansados y entumecidos, como sí no hubierais tenido un sueño reparador, al bajar al piso inferior  os encontrais a Miriam poniendo los platos  sobre la mesa aunque se puede ver que no hay nadie, al veros sonrie.

--- Veo que ya os habeis levantado, casi es la hora de comer- os dice mientras os hace un gesto para que os senteis- la comida estará en breve hecha, creo que hoy solo seremos nosotros, Vadik y Alsan han dicho que pasaran el dia fuera y que vendran por la tarde- dice mirando al grupo y luego se gira a Jacklin- Anoche no pude presentarme como es debido, soy Miriam, la regente de la posada el Pequeño Castillo, ambos nos sentiremos muy honrados de que permanezca en nuestro humilde lugar- dice mientras se palapa el vientre que indicaba que estaba en estado ya bastante avanzado.