Partida Rol por web

Internandose en el camposanto podeis apreciar que pese a que no hay nadie el lugar presenta un aspecto cuidado, deanbulais  entre las tumbas casi 20 minutos hasta que encontrais la tumba del sacerdote  fallecido...que se encuentra en compañia...

Frente a la tumba y con aspecto melancolico hay una joven hermosa de cabellos dorados de unos 19 años, se encuentra sentada en uno de los multiples bancos de  piedra y canta en voz baja una canción en un idioma que no conoceis aunque es muy hermosa, Emelie y Lissandra se dan cuenta que podria rivalizar incluso  con lso cantantes más celebres.

La mujer gira levemente  al veros llegar pero no interrumpe la canción y simplemente vuelve a la posición inicial ignorandoos 

"Angelica" se había limitado a responder con un lacónico "al padre Scott" por toda respuesta a la curiosidad de Kelgar. Luego siguió mirando lápida tras lápida, en busca de aquel nombre. Tal vez fuera porque se distrajo con la ambigua explicación de Jacklin sobre la sensación que le provocaba el lugar o porque éste era más grande de lo que había esperado, pero los minutos se fueron mientras recorría hilera tras hilera de tumbas. Por fin, el esfuerzo dió su fruto.

Sin embargo, dudó un instante. No esperaba encontrar a nadie presentando sus respetos... hasta que la parte más pragmática de su mente echó a andar. ¿Pudiera ser que aquella muchacha fuera la hija del sacerdote? Aquello sería un golpe de suerte. Se acercó lentamente, aunque estaba claro que la chica les había visto. Tenía voz y talento, era innegable. Tal vez había sido la encargada de cantar los salmos durante los ritos oficiados por su padre y de ahí venía. O, simplemente, estaba bien dotada para el canto; en cualquier otro lugar, seguro que hubiera hecho carrera como artista, recorriendo los escenarios de Abel o Gabriel.

Pero aquellas divagaciones no le importaban realmente. Eran simples valoraciones para medir al sujeto. Si tenía ese talento, seguramente sería una persona con sensibilidad artística, emotiva. Tendría que proceder con tacto. Pero antes se aseguró de que la tumba era realmente la del sacerdote y comprobó si la fecha de su defunción se había grabado también. Una simple cuestión de datos para hacerse una mejor idea del periodo que mediaba entre el momento actual y la muerte; el estado de la iglesia frente al comentario de Miriam sobre el hecho parecían discordar. En caso contrario, siempre le quedaría sondear a la hija.

- Saludos. - Habló en voz queda. Le había parecido que aquella fórmula era bastante neutral; una cortesía de corte más religioso hubiera podido ser más apropiada o todo lo contrario. A veces, los más cercanos a Dios o a sus servidores podían ser los más impios. - ¿Sóis por un casual la hija del padre Scott? Soy Angelica, - Hizo ademán de una reverencia, aunque no llegó a inclinarse. - y éstos son mis acompañantes. Quizás ya hayáis oido sobre nosotros, los náufragos. Aceptad nuestras condolencias, no era nuestra intención importunar. - Procuró mantener un tono quedo y respetuoso pero en todo momento permaneció atenta y estudiando las reacciones de la joven a sus palabras.

Kelgar siguió a Angie en su búsqueda de la tumba del sacerdote, realmente sin saber a qué venía todo aquello.
Escuchó la descripción de Jacklin sobre sus sensaciones, pensando que habría bebido aquella mañana. Asintió para no ofender al chico, pero no entendía a qué se refería.

El cementerio era grande y cuando por fin encontraron la tumba del Padre Scott, había frente a la misma una joven que cantaba de forma formidable y además no se le pasaron por alto sus encantos.
Angie se acercó a saludarla y dejó que fuera ella quien llevara la conversación, ya que se suponía que era su fuerte. Se mantuvo alejado unos pasos, observando los alrededores por si veía algo extraño.

Había estado sobrevolando por encima del grupo durante largo rato y había escuchado las inquietudes de estos. No entendía muy bien porque pensaban que la muerte del párroco habría sido un asesinato, pero por el poco éxito tenido, solo había una forma de averiguarlo con certeza, una autopsia al cuerpo.

Por desgracia con el cuerpo enterrado eso era ya imposible. Si bien podría introducirme en mi forma actual dentro de la tumba, no tendría luz para realizar un examen del cuerpo con cuidado, así que seria inútil

No salí de mis pensamientos hasta que empecé a escuchar un suave canto y alce mi mirada hacia dónde provenía. Con paciencia escuche las palabras de Angelica. Era una suerte tenerla en el grupo, pues parecía no tener reparo a la hora de las preguntas.

Un poco cansado de intentar dar con algo que no era capaz de ubicarme y mucho menos identificar fui hacia donde se encontraban Angélica y Kelgar, al estar distraído con lo mío llegue un poco mas tarde a esa conversación. E incluso cuando los alcancé estaba mirando por encima de mi hombro por si veía algo que me llamara la atención en la monotonía del cementerio, obviamente una parte de mi no esperaba ver nada mas allá de tumbas y pesimismo.

Salude a la mujer nada más llegar con bastante cordialidad- Jacklin, encantado... Cantas muy bien. Podrías dedicarte a ello -comenté de pasado sacando también al aire un tema mucho mas atrayente y animado a solo hablar sobre un hombre fallecido hacia ya bastante tiempo.

---Así es- es la escueta respuesta de la mujer ante las palabras de Angelica tras un largo silencio que por un momento os hace dudar sí os respondería pese a la educación que expresais ella os ignora por completo ni siquiera os saluda y de hecho tarda un rato en responder al elogio de Jacklin con un escueto "gracias".

Emelie entornó los ojos, como si ello le permitiera escrutar el fuero interno de la muchacha sentada, cuando les respondió de forma tan lacónica y algo ruda. Tal vez debería comprobar si aquella chica "sangraba".

- Venimos de la iglesia. Queríamos agradecer al Señor su intervención en nuestra salvación y nos ha sorprendido el estado de abandono en que está; parece que lleve desatendida meses, incluso años. Es extraño, pues los lugareños parecen gente muy pía y, según sus palabras, el padre Scott murió hace poco. - Mantuvo las formas educadas pero tornó el tono de su voz en acerado al pronunciar la última sentencia, como si mostrara abiertamente suspicacia ante alguno de los hechos que enunciaba.

Durante el gran tiempo de silencio antes de que responda me coloco al lado de la chica mirando hacia la tumba, pero no lo hacía como si buscara información o con curiosidad si no que mas bien daba la impresión de que presentaba mis respetos al difunto en silencio. Respetando el silencio asiento cuando me agradece, Angélica comenzó con sus preguntas con el fin de conseguir la información que buscaba... pero imaginaba que una aproximación mas directa no iba a funcionar- Disculpa si te molestamos, realmente estamos atrapados en la isla hasta la llegada del próximo barco y mi amiga se ha interesado mucho por la historia... -me agache poniendo una rodilla en el suelo y alcé la mano hacia la tumba- Me habría gustado poder hablar con él -cuando mis dedos tocaron la piedra por un breve instante dio la sensación de que justo en la yemas hubo una luz que desapareció en el mismo instante, era difícil saber si se lo habían imaginado o había ocurrido de verdad- Soy... bueno, tengo relación con la Iglesia así que me habría gustado poder hablar con la persona que se encargaba de llevarla a toda la gente de esta isla -mientras hablaba me volví a poner en pie y ladeé la cabeza hacia la jovencita, aún encarando la tumba del padre- ¿podrías contarme como era tu padre? Si no es molestia claro, lo último que quiero es importunarte trayendo malos recuerdos a flote -traté de llevar una mano a su hombro como gesto de amistad- Si necesitas cualquier cosa puedes contar conmigo... se que tu padre habrá hecho un buen servicio para la Iglesia y aunque no sea mi labor me gustaría agradecerlo de la única forma que puedo que es ayudarte a ti ahora.

---Habla con el alcalde- es la única respuesta que recibe Angelica, sin duda es una mujer de muy pocas palabras y bastante escueta o quizás sea otro motivo para ser tan hermética * de la misma manera no reacciona mucho ante las palabras de Jacklin que pese a que trata de ser amables  se topan con un muro difícil de sortear, aún así cuando la mano se Jacklin se pone en su hombro podeis ver como se tensa- No, y ahora quita tú mano de mi hombro y dejarme en paz- dice con un tono más duro que el anterior.

Kelgar escuchó hablar a Angie y Jacklin con la joven, que parecía bastante borde y sin ganas de hablar.
¡A ver, niñata! ¡Creemos que a tu papá lo asesinaron y estamos intentando encontrar pistas! ¡Así que si te interesa para algo, te sugiero colaborar! ¡Y si no, ahí te quedas! dijo Kelgar, hablando con un tono enojado que mostraba su rechazo al modo en que la chica había tratado a sus protocolarios compañeros.

Si como creía no tenía efecto, se marcharía de vuelta al pueblo.

El repentino grito de Kelgar entre tanto silencio me sobresaltó. ¿Qué le están haciendo a la pobre? Está clarisimo que se siente incómoda con la proximidad de Jacklin, que está... ¿está intentando ligarla? No, creo que le está preguntando por el cura.

Doy una patada en el culo a Kelgar para que se calle. Hubiera sugerido que uno solo se aproximara, para no espantarla, pero ahora ya es tarde.
—¡Así no se trata a la gente! ¿Qué no ves que está triste? 
Dicho esto, me acerco despacio a la muchacha, que no sólo parece de mi edad, sino que nos parecemos bastante, aunque ella es mucho más menudita. Ya quisiera yo tener ese cuerpecito y poder ponerme vestidos bonitos... pero bueno.
—Hola —le digo en mi más respetuoso latín—. Ragnhild yo. Papá murió también, ¿puedo rezar juntas?
No es del todo mentira, papá desapareció y no sé si está vivo, además, cada hora que pase perdiendo el tiempo en esta isla de porquería incrementa las chances de que ya no esté.

De forma inmediata como si respondiera por instinto mi mano retrocede ante su respuesta, desde mi punto de vista esta chica debía haber pasado por algo serio si se cerraba a si misma de una manera tan fuerte ante todo el mundo y ese pensamiento se reflejo en mi rostro lleno de pena. Di un paso hacia detrás con la intención de dejar que tuviera su propio espacio personal para calmarse, pero entonces vi como Kelgar le gritaba, de inmediato mi rostro se torno serio... Deje que mostrara su enfado mientras los segundos pasaban y entonces- Kelgar, ya basta. Déjala en paz y contrólate -había una mezcla entre firmeza y calma en mis palabras, una calma que superaba la que unas palabras podrían transmitir, algo extraño pasaba* y ese algo impulsaba a todos los presentes hacia un estado de tranquilidad casi total como si fuera por mi simple presencia.

Mientras Ragnhild trata de hablar con la muchacha yo me alejo un poco de ellas para dejar que hablen sin la presión de estar rodeadas.

Como si de un castillo de naipes cuidadosamente preparado para su demolición se tratara, la situación se había vuelto inestable con pasmosa facilidad. "Angelica" se quedó un instante valorando la reacción de la muchacha no tanto a sus palabras como al gesto de Jacklin. Pero la intervención de Kelgar, aquello si le hizo enarcar notablemente una ceja. Las palabras del primero y su movimiento para alejarse de la hija del padre Scott le facilitó bastante las cosas; le siguió tras hacerle un gesto con la mano al segundo.

- ¿Se puede saber qué estáis haciendo? - Aunque no estaba enfadada, su voz se había vuelto fría y cortante y no la levantó, aunque si lo hizo por respeto al lugar en que estaban o por simple discreción quedaba a la valoración que cada cual quisiera hacer. Miró al paladín. - ¿En qué pensabas? Invades el espacio personal de una desconocida y realizas contacto físico con ella; así sólo consigues que se retraiga, como un caracol en su concha. - Se volvió hacia el maestro de armas. - Y tú, antes de desenfundar la lengua, piensa lo que vas a hacer con ella; no es como tu espada, que se puede blandir a diestro y siniestro. ¿No has pensado que esa chica pudiera ser sospechosa en el asesinato del sacerdote? Y tendremos suerte si, para mañana, la gente del pueblo no sabe ya de nuestras sospechas y pesquisas. Si realmente hubo un homicidio, con tus palabras has alertado al asesino o asesinos. Intentarán eliminar pistas, vigilarnos. Incluso podrían llegar a atacarnos. Y no sabemos quién o quiénes son; pero ellos sí saben quiénes somos nosotros: los extranjeros supervivientes de un naufragio. Nos acabas de exponer a todos con tu torpeza.

No esperó respuesta alguna. No era la madre de ninguno de ellos y, por tanto, no quería oír excusas ni disculpas. Simplemente se apartó de ambos hombres y buscó un lugar desde donde observar el comportamiento de la hija del padre Scott y sus reacciones a la aproximación de la norne.

Kelgar se encogió de hombros y miró sorprendido a Ragn por su patada en el culo.
¡Esto ya me lo hacías de pequeña! ¡No has cambiado, hahaha! dijo entre risas, se apartó unos metros y miró a Angie ante su bronca.

Sí vale, lo que tú digas… a ver si es verdad y vienen a por nosotros, que ya me aburro.
Ah por cierto señorita, me disculpo. El aburrimiento es muy malo, definitivamente… y se apartó unos metros para dar un paseo por las tumbas, por si veía algo raro.

Al tomar algo distancia fue Angélica la que recorto distancia conmigo con un aire que anunciaba lo que iba a hacer, darnos una reprimenda por poner incómoda a la muchacha con nuestra acciones. Lleve ambas manos a los bolsillos cuando se centró en mi ya que además había sido el primero aunque todo el tiempo que duro las quejas de la mujer y posteriormente la respuesta de Kelgar no dije ni una palabra al respecto como si esperara mi turno de alguna manera.

- Si, culpa mía -entonces si, saque una de las manos del bolsillo para llevarla a mi nuca y bajar la cabeza- Esperaba que un acercamiento mas amistoso sirviera... y para ser sincero también esperaba que no fuera un completo desconocido para ella -Angélica ya se marchaba sin intenciones de escuchar realmente nuestras palabras de disculpa o lo que quisiéramos decir al respecto y Kelgar casi que lo mismo así que me había quedado hablando solo, además en un tono que fácilmente podía ser escuchado en un área amplia, por lo que simplemente suspire y seguí con la mirada a mi compañero mientas este se alejaba. Y sin mucho que hacer busque un lugar donde sentarme cerca de todos para esperar hasta que terminaran de hablar con la chica, o de intentarlo al menos.

El arranque de enojo sorprendió levemente a la chica haciendo que cualquier acción de Ragnhild pasase desapercibida aunque se mantuvo estotica y miró de manera desafiante a Kelgar ( cosa digna de respeto) aunque su expresión se tornó en una mezcla de sorpresa y desconfianza se apoderó de ella cuando Jacklin intervino aunque no dijo nada mientras Angelica les echaba la bronca aunque ella los observaba desde la lejania.

Cuando se acercaron cuando os acercasteis aceptó  las disculpas de Kelgar con un cabeceo y mira de nuevo a Jacklin.

---¿Como has hecho eso? - pregunta con voz melodiosa sin apartar la mirada del chico, sea lo que sea que haya echo el recién llegado ha captado su atención...

Mis ojos se abrieron levemente al notar el cambio de actitud por parte de la chica hacia mi persona, al parecer había notado mi acción sobre Kelgar para tranquilizarlo y que la cosa no escalara en exceso. Durante un par de segundos la mire en silencio, luego llevé la mirada hacia Ragnhild que había sido dejada de lado, y por último a mis otros dos compañeros antes de volver hacia ella.

- Creo que debería presentarme de nuevo... Mi nombre es Jacklin, el Santo de la Iglesia Jacklin Gallard -esta vez expuse el título que tanto había marcado mi vida durante años llevándome una mano al corazón al hacerlo- Solo he usado algunas de las capacidades que el Señor me ha entregado para evitar las discusiones o conflictos posibles.

Habría preferido mantener mi título de Santo fuera de cualquier tema pero si era la vía para que esta mujer se abriera con nosotros y respondiera nuestras preguntas entonces no me importaba hablar sobre ello.

---Un Santo...habia oido hablar de vosotros... el Padre Scott me dijo que existiais, personas bendecidas  con los dones de Dios, aunque él lo llamaba magia, cosa que no le gustaba a la Iglesia...-medita con lentitud la mujer mirandolo a él y luego a todos los que estabais-Mi nombre es Catherine Absolom, la hija adoptiva del difunto Padre Scott, sé quienes sois, los naufragos que han atraido la atención de los habitantes de la isla...

Mira un momento a la lejania y luego añade:

---En cuanto a la Iglesia...hace meses que murió el Padre Scott de ahí el niveld e abandono, creemos saber quienes han podido hacer semejantes destrozos pero no hay pruebas sobre ello pero todo apunta que fueron los Maccordagar, una famila de mala muerte de la isla...

- ¿Magia? - Aquella mención sacó a Emelie de su actitud meramente observadora. Hubiera querido sonar más escéptica pero, tras lo ocurrido en el dirigible, la posibilidad de que existieran fenómenos inexplicables ya le resultaba difícil de descartar sin más argumento que "cuentos de viejas". - ¿Y los MacCordagar?¿Qué tendrían que ver? Ya he oído algo de ellos y la impresión que tengo a juzgar por los comentarios de los lugareños es que son los típicos paletos reaccionarios que viven aislados en su granja. - Su educación urbanita era evidente en el manejo de aquel tópico. - Por lo general, esa gente suele ser bastante religiosa, ultraortodoxa por no decir otra cosa, y no tendrían motivos para atacar un templo. Salvo que los MacCordagar no crean en el Señor, si no en otra fe... distinta. - Aquella última palabra la pronunció con tono enigmático, si bien por el simple hecho de resultar efectista.