Partida Rol por web

Desde aquel instante el destino de aquellas almas errantes se unió irremediablemente a los entresijos del misterioso tesoro de William Goldsworth. Una carrera a contrarreloj en la que se jugarán el pellejo y pondrán a prueba su astucia.

Dar con el tesoro no es tarea sencilla. Poderosos enemigos y peligrosas facciones buscan dar también con los doblones que se esconden bajo Puerto la Reina. ¿Serán capaces nuestros aventureros de hacerse con el oro y no morir en el intento? Si has llegado hasta aquí en busca de AVENTURAS, has venido al sitio correcto.

Aquel que se haga con el tesoro perdido del viejo Goldsworth no sólo será asquerosamente rico, sino que su nombre quedará grabado en la memoria de todos y en los anales de la historia de la región. ¿quién no querría ser conocido como El Dorado?

En su camino hacia el tesoro los pasos de nuestros héroes serán seguidos muy de cerca por sus incasables enemigos. Pero no sólo por ellos. Aliados se esconden entre sus filas ofreciéndoles nuevas oportunidades y poniendo en riesgo sus planes. Si has llegado hasta aquí en busca de la FAMA, has venido al sitio correcto.

Hay quien dice que los hados controlan nuestro destino. Otros que los dioses caprichosos nos llegan ahí donde ellos quieren. Unos pocos aseguran de que el destino está en nuestras manos. La suerte, sin embargo, es algo más complicada que eso.

Suerte ha sido que os hayáis encontrado. Suerte ha sido que hayáis dado con la pista que os guía hacia el oro. Suerte es que no hayáis perdido la vida aún con los peligros que acechan tras cada esquina y cada sombra. Si eso no es suerte ya me dirás tú lo que es. Si has llegado hasta aquí en busca de FORTUNA, has venido al sitio correcto.

Mira, chaval. De tú a tú. En confianza. ¿Sabes lo que te vendría bien? Hablar menos y escuchar más. No sabes de lo que se entera uno cuando abre las orejas y cierra el pico durante un rato. Esta ciudad esconde secretos. Sí, muchos secretos.

La pluma es más poderosa que la espada, dicen. Pero más poderosa que la pluma es la cerveza. Suelta la lengua y elimina las inhibiciones. Una cálida sonrisa y una mano en el hombro hacen el resto. Hay quien sólo en situaciones así es capaz de soltar alguna que otra lagrimilla. Si has llegado hasta aquí en busca de DRAMA, has venido al sitio correcto.

Nadie habría dado un duro por vosotros. Otros en vuestro lugar habrían tirado la toalla y huído a una isla desierta. Pero aquí estáis. Podéis sentirlo. Estáis cerca. Sólo queda una cosa por decidir: ¿cómo os repartiréis el botín?.

Manteneos unidos. Por separado no tendréis ninguna posibilidad. Ellos son demasiados y por vuestra cuenta caeréis en sus garras. Trabajo en equipo y una pizca de suerte. Eso es todo lo que necesitáis para dar con el tesoro. Si has llegado hasta aquí en busca de CAMARADAS, has venido al sitio correcto.

Doblones de oro. Nada más y nada menos que 50.000 doblones de oro. Suficiente como para adquirir un palacio, comprar una isla o fletar una docena de barcos. ¡Quita tus sucias manos de mi oro! ¡Mío, he dicho! ¡MÍO!

El dorado metal tiene el poder de sacar lo peor de cada uno. Sin embargo, un poco de oro no hace mal a nadie. Recordad que no todo lo que brilla es oro. Y no todo lo que es oro brilla. El tesoro es mucho más que lo que vale el vil metal. Si has llegado hasta aquí en busca del BOTÍN, has venido al sitio correcto.

Héroe. Esa palabra maldita. Cargada de significado y, al mismo tiempo, vacía de todo valor para uno mismo. ¿Porqué habríamos de ser héroes? ¿Qué ganamos con ello? Pero, al mismo tiempo, algo en nuestro interior nos empuja a serlo. El destino del héroe.

Los habitantes de Port-Savvy tienen una única cosa en común: ser residentes de esta nuestra variopinta ciudad. Humanos y elfos. Orcos y goblins. Sin importar quién eres o de dónde vengas siempre habrá un lugar para ti. Si has llegado hasta aquí en busca de HÉROES, has venido al sitio correcto.

Lo saben las estrellas, prendadas del cielo. Lo saben los peces, nadando en el océano. Lo saben los simios, balanceándose en la jungla y lo saben hasta los marinos, siempre navegando en el mar... ¡No hay lugar como el hogar!

No es oro todo lo que reluce, ni es basura todo lo que ha perdido su brillo. La antigua mansión de Westmaster Street ha visto días mejores, pero con algo de paciencia y suficientes inversores, aún puede convertirse en un REFUGIO en el cual evadir a los malechores.

Las leyendas no nacen, se hacen. Y no de la noche a la mañana. Una combinación de trabajo duro, agallas y una buena dosis de suerte pueden llevar a unos don nadie como vosotros a ser recordados por aquellos que vendrán detrás.

Presta atención a la canción que entona el borracho. Escondida en la letra encontrarás historias que hablan de grandes hombres y mujeres. Escúchalas, apréndetelas y cántalas una y otra vez. Quizá al final algo se te pegue. Si has llegado hasta aquí en busca de LEYENDAS, has venido al sitio correcto.