Partida Rol por web

Maldrick lleva una serie de cartas de Paldemar. En estas cartas Paldemar promete a Maldrick una alianza. Utilizando varios objetos demoníacos descubiertos en el pozo de los Demonios, Paldemar ha logrado reunir lentamente el poder que busca. Paldemar desea derrocar a los Mágicos de Saruun y expandir su propia influencia por todo el valle más allá de la montaña.

Ha sacrificado los objetos a Vecna. A cambio, le han sido concedidos grandes conocimientos y el liderazgo de una for­taleza oculta dedicada a Vecna: la torre de los Misterios.

-Bueno, ya lo dicen ... siempre hay un pez mas grande.- Masculla Nitis.

-Descansemos y volvamos a informar.-

La tiflin se había levantado para comprobar la capa y mirar si le quedaba bien. Si bien caminaba como si estuviera en la tercera edad y le faltara un andador.

Reviso la habitación tranquilamente mientras cojo aire, miro a mis camaradas y no están mucho mejor que yo.

Aunque inquietante por el altar, los cadáveres y los enormes calderos rezumando oscuridad, la sala parece segura. El descanso es absolutamente reparador pues los últimos combates os han llevado al límite y casi más allá.

Ahora hace falta volver al Salón y encontrar la forma de llegar a la Torre de los Misterios.

A Nitis tampoco le parecía que tuviera un aspecto tan tétrico el lugar. Parecía hasta acogedor. Pero le importó poco.

Comió algo de sus raciones y se puso a dormir sin vacilar.

Estirándome un poco para despejarme, me acabo poniendo de pie. Así, de un chillido, digo al resto—. ¡Venga, arriba! ¡Tenemos todavía muchas cosas que matar!

Tras comer algo partís hacia el Salón de la Siete Columnas, solo tardáis unas pocas horas en llegar. En la aduana Brugg, el ogro, está cobrando el peaje a un comerciante humano que lleva una carreta cargada con barriles.

Sin pensármelo mucho, me acerco a donde está el bruto. Me parece estupendo que cobre peajes a los humanos comerciantes, pero yo no tengo ganas de pagar nada. Y por su bien, espero que no lo haga, que hoy todavía no le he pegado a nada.

El comerciante termina y Brugg fija su mirada en Blirk: Pensaba que ya estaríais muertos.

—Ah, amigo ogro, pero te equivocabas. Aunque tengo que decir que a ratos yo también lo pensaba, aunque nuestros enemigos no contaban con mi astucia. Y ahora, si nos dejas pasar, tenemos un poco de prisa...

Comento ante el comentario del ogro. Si le contase todo lo que he tenido que matar, se daría cuenta de que con esa clase de comentarios lo único que hace es acortar su tiempo de vida de sobremanera.

Se había quedado dormido del tiron, no pensaba que en ese lugar iba a poder descansar, pero su mente y su cuerpo lo necesitaba.
Al despertar salieron todos fuera y se encontraron con Brugg el ogro, que ya había entramado conversación con Blirk.

Se acerco a la conversación al momento que Blirk impuso la maestria del grupo a la hora de salir del lugar.
Espero que no tengamos ningún otro contratiempo para seguir nuestro paso, verdad?
Parpadeo ligeramente los ojos y mostro su mejor sonrisa.