Partida Rol por web

Zach es un encanto de niño. Me gusta su vitalidad e inocencia que muestra naturalmente, como mi hijo. A cada momento pienso en él y en Julie y la compañía de Zach me hace el recuerdo un poco màs sereno y no deja que me gane el imperioso deseo de escapar de ahí y salir en su busca. Aunque no sé cuanto tiempo podría mantenerme cuerda aquí encerrada sin saber de ellos. El hecho que el capitán Wright me prometiese buscarlos también ponía el temporizador de la huída en stand by. Confiaba con todas mis fuerzas que pronto me daría noticias suyas. - Seguro que serás u gran jugador, Zach. Tú sigue entrenando así de bien - le guiño un ojo al chico. - Pues a mi también me gustaría ver ese helicóptero. Tendrás que contarme como llegar arriba sin ser vista. - esto último se lo digo en voz más bajita a modo de confidencia. - ¿Sabes que mi papá era piloto de helicópteros cuando era joven? Si lo traen aquí le encantará ver el helicóptero este tan chulo... pero claro, seguramente no nos dejarán subir a verlo. - digo poniendo cara de pena para ablandar al chiquillo. - Y también es un fan del beisbol. Podríais practicar unos lanzamientos juntos... Mi cabeza empieza a arremolinarse de planes de acción y de huída en caso extremo aunque no descartable. - ¿Y qué lleva tu padre en el camión? Como dice Sophie, por lo que parece Topeka no es un lugar seguro ahora - Un camión podría ser un buen transporte para escapar... sino fuese porqué seguramente todo el recinto y aparcamiento están vigilados por los militares. - Rosalin, ni móvil ni nada llevamos. Cuando veamos otra vez al capitán Wright podemos preguntarle. Aunque creo que cuando nos sacaron de allí no se deruvieron en recoger nuestros bolsos - y lanzo otro guiño, esta vez para ella - y no te preocupes que se te perdona la vestimenta con esa cara tan bonita que tienes. ¡Eso no te lo quita nadie! - le agarro de las mejillas con las palmas de las manos y le doy un sonoro beso. Después Rosalin se asoma a la ventana. Yo también me acerco al escucharla. - Pues sí, yo diría que es Crital Breslyn. A que la ponen aquí con nosotras. ¡Oye, si nos da un concierto puede ser divertido incluso este encierro! Aunque de divertido, todo esto no tenía nada.

-Vaya, lo lamento, amigo. Espero que pueda reunirse de nuevo con su familia lo más pronto posible. ¡Caray! El día de una boda, eso sí que es mala pata, en especial para los novios. Recuerdo el día de mi propia boda, llevaba todo el mes haciendo un calor abrasador, pero justo el día señalado ¡Zasca! una gran tormenta sobre nuestras cabezas. ¿Pero sabe qué, amigo? Nada de eso importó cuando la vi aparecer, jamás había estado tan guapa en su vida y en ese preciso instante, comprendí lo afortunado que era. ¿Sabe, amigo? La única verdad que existe, es que sin las mujeres no somos gran cosa. Fíjese bien en lo que hacemos cuando ellas no están y me comprenderá. Nos pasaríamos el día viendo deportes, comiendo pizzas y bebiendo cerveza, no se imagina cuantas cosas nos perderíamos sin ellas. Claro que tienen sus cosas malas, como su afición por ir de compras. ¡Caray! Mi esposa podría pasarse horas en  las tiendas para después salir sin comprar absolutamente nada. Era un poco desesperante, pero no se imagina cuanto hecho de menos esos momentos ahora que ella no está.

Sin las mujeres no somos gran cosa... bueno, yo siempre me he considerado muy bien a mi mismo... pero algo de razón tiene, algunas mujeres merecen la pena vivirlas. Aunque lo cierto, es que logra asomarme una sonrisa este hombre por lo franco y bueno que parece ser, se me hace hasta contagioso. Pese a que no coincido en lo de pizza y tele... prefiero mucho más mi hobby, las aventuras de grandes emociones. ¿Para que ver una peli falsa cuando puedes montarte una realidad más vibrante?

Pero eso mejor no lo digo... no quiero que me malinterprete. Pese a lo que me dedico, no me considero un mal tipo... desde luego a los que suelo robar no van a morir de hambre.

-¡Oh, caray! Así que es de esos.  

-Tendemos a ver a los soldados como los malos, su aspecto amenazador y sus armas hacen que nos sintamos intimidados, pero deje que le diga una cosa. ¿Sabe lo que sucede fuera de nuestro país? Esos hombres y bueno, mujeres ahora, arriesgan sus vidas cada día para proteger el estilo de vida americano. Si nosotros podemos disfrutar de la calma de una vida, es gracias a que ellos luchan, sangran e incluso mueren por nosotros.

-Yo luché por mi país, aunque parezca que fue en otra vida. Mi padre y mi abuelo murieron en combate, lo hicieron como héroes aunque nadie conoce ni conocerá jamás sus nombres. De no ser por mi esposa y por mi hijo, seguramente yo habría seguido enrolado, pero cuando sostuve a mi hijo por primera vez, me di cuenta de que no tenía lo que hacía falta para sacrificarlo todo por mi país. Puede llamarme cobarde, pero nada  más ver a esa pequeña criaturita, lo único que quise fue quedarme a su lado y protegerlo. Así que cuando miro a un soldado, veo todo lo que ha sacrificado y que yo no pude. No debe dejar que los rumores de los conspiranoicos lo vuelvan loco. Yo amo a mi país y creo en aquellos valientes que luchan por defenderlo. Ellos no están aquí para hacernos daños, es todo lo contrario. Si están aquí es para protegernos de lo malo que está sucediendo. El que nos mantengan separados creo que es algo normal, si están en combate, no sería bueno para la moral de los civiles que escuchen lo que está pasando. Eso los pondría nerviosos y los podría lanzar a cometer locuras. Así que será mejor que se olvide de esos rumores.

 En cierto modo, su mente es simple. Eso me irrita un poco, aunque se me contagia su buen humor. Defiende a los soldados porque es patriótico. Los idealiza. Hay muchos soldados que están por la paga, o por las emociones, o porqué lejos de casas pueden violar indigenas. Es un buen tipo, pero está esquivocado. No digo que no hayan buenos soldados, o que pese a la paga también quieran defender a la gente de bien... sólo digo que no todos són geniales.

Sin embargo, si quiero que me sea útil (aparte de que me cae bien, pese a su defecto intelectual), quiero que se sienta cómodo conmigo. Me limito a asentir como si absorviera toda su fuente de sabiduria.

Finalmente llegamos al punto importante.

-No debería preocuparse por aquella zona,, es el lugar donde estaba la piscina, el almacén donde guardaban el equipo deportivo y un par de aulas.

Así pues, una piscina y un almacen, ambos són sitios donde contener material o gente, la piscina debe ser espaciosa... bueno, no ganaré nada haciendo conjeturas, eso desde luego. Aunque se me ocurre una manera de usar esta circunstancia a mi favor, igual no necesite las ropas para infiltrarme, o las pueda lograr a través de Jarod...

-¿Sabes? Creo que tienes razón. Las habladurías hacen mucho daño. Los militares permiten que gente de la calle pueda vivir sin temor a que vengan los chinos y nos masacren al dia siguiente. Són la barrera entre el mundo civilizado y el caos, y les debemos demasiado. Confio en tu criterio, amigo. ¿Oye, y siendo un veterano y estando vinculada tu familia al gremio militar, conoces a alguién que esté destinado en este sitio? Pienso que sería interesante conocerlos de cerca. Has despertado en mí, un fervor patriótico que desconocía... me gustaria que me dijeran a día de hoy como funciona el tema del reclutamiento, el entrenamiento... la verdad es que no tengo mucha forma física, pero si ven posibilidades en mi, igual me animaría a alistarme...

Dejo caer el anzuelo, a ver si hay suerte.

El muchacho enarca una ceja algo confuso por las palabras de Sophie, pero siendo como es un niño, no tarda en preguntar sus dudas.

-¿Por qué llevabais ropa incómoda si ibais a una boda? ¿No es mejor ponerse algo cómodo para no pasarlo mal? Además no soy tan pequeño ¿Qué pasó en la boda? ¿Una pelea? ¿La comida estaba mala? ¿La novia se fugó?

Sus grandes ojos parecen iluminarse al mostrar su amplia sonrisa, lo cual le otorga un aspecto angelical. Uno de esos que dicen: Eh, confía en mí, soy un encanto.

-Mi papá no puede irse, los soldados dicen que es mejor que se quede aquí por el momento. Mi papá está preocupado, ha llamado a su jefe para explicarle lo que sucede pero no le responde al móvil. Así que tiene miedo de que puedan despedirlo por tardar en entregar lo que lleva en el camión.    -volviendo la mirada hacia Violeta se encoje de hombros.   -Pues no lo sé, otras veces ha llevado cosas muy guay, como juguetes o bicicletas. Pero esta vez no me ha dejado mirar lo que había atrás.

El muchacho curioso por naturaleza se acerca corriendo también a la ventana para ver a los recién llegados. Quienes son guiados por los soldados hacia la parte trasera del instituto.

-guaaaaau cuanta gente y parece que hay más niños ¡Bien! así podré jugar con ellos.

Entusiasmado con aquella idea, tarda unos instantes en reaccionar y darse cuenta de las preguntas que Violeta le ha formulado.

-¿Eh? ¡Ah! ¿En serio? ¿Era piloto? ¡Qué guay! Me gustaría poder volar en uno de ellos, pero creo que me daría un poco de miedo ir por el cielo. ¿Has volado en alguno? ¿Da miedo? ¿Sabes? Creo que Denver podría enseñarte el helicóptero si se lo pides. Es un tío guay, además está al mando de los soldados y todos le hacen caso. Aunque parece que no se lleva bien con el doctor ese que da miedo.

El muchacho las mira con curiosidad cuando comienzan a hablar entre ellas. Aquellas mujeres le caen bien y son muy divertidas. Además vestidas así parecen todas hermanas, lo cual le hace aún más gracia.

-Queman la ropa en la parte de atrás. El resto de las cosas, las guardan en una sala que hay en la planta baja. Pero allí no se puede pasar, los soldados no dejan ir a nadie allí. Pero...yo me he colado jeje. Mi papá me traía aquí cuando era más pequeño, era donde el estudiaba y lo conozco muy bien. Me encantaba explorarlo y descubrir cosas nuevas.

A pesar de que aún hay muchas preguntas sin responder, Rolasino no está realmente preparada para formular las propias preguntas. Pues teme que Alice sea una de las víctimas de la boda y en aquellos momentos, no podría soportarlo. Así que se mantiene distraída con lo que tiene al alcance de su mano. Por suerte, Sophie siempre ha sido la roca a la que poder aferrarse y Violeta...

-¡Ains como te i loviuuuuuu!   -Dice abrazando a Violeta tras el cumplido que esta la regala.  -Si es que sois un encanto, un día de estos voy a plantearme seriamente pasarme a la otra acera.   Suelta con un guiño divertido, aunque por la cara de Zach, está claro que el pequeño no entiende que tiene que ver cruzar la acera en aquella conversación.

-Oye, Zach, dentro de esa sala que dices...¿Hay teléfonos? Nos vendría muy bien conseguir uno, así Violeta podría llamar a sus hijos y quién sabe, quizás podría pasarse por aquí para jugar contigo. Aunque claro, siempre y cuando no sea peligroso para ti. ¿Podrías hacerlo?

Mostrando de nuevo su amplia y pícara sonrisa, Zach se cruza de brazos y alza una ceja pensativo.

-Podría, pero...¿Qué gano yo a cambio? Si me pillan se lo dirán a papá y entonces me castigará...

Y aquel es precisamente el motivo por el que Rosalin no ha tenido hijos, bueno ese y su gran problema para echarse pareja. De alguna forma la joven siempre se enamora de los tíos inadecuados que terminan pasando de ella o aprovechándose de su inocencia.

-Que mono... -Dice entre dientes, aunque Sophie y Violeta saben que realmente se está cagando en todo.   -Pues...tenemos muchas cosas, eh...¿Chicas? ¿Cómo se negocia con un niño? Sin chocolatinas encima, he perdido todo mi poder de persuasión.

-Tonterías   -Indica Jarod restando importancia a las palabras de Larry.   -El problema no son los chinos, sino los islamistas. Esos malditos cerdos...son la plaga que asola el mundo. Todo el mundo sabe que solo existe un dios y desde luego, no es el suyo. Esos pagamos deberían de estar ya ardiendo en el infierno, aunque antes o después, allí llegará, se lo digo yo.

El repentino cambio de Larry no llama la atención de Jarod. Es un hombre con firmes creencias y en el fondo, cree que todos deberían de pensar como él. No es algo que imponga, pero cree que sería lo correcto. Así que si Larry de pronto siente ese deseo de proteger el país, no será él quien se lo quite.

-Existen oficinas de reclutamiento por todas partes, en Topeka debe de haber dos o tres seguro. Además a través de internet puede presentar una solicitud. No es nada vinculante, pero sirve como inicio para el proceso de selección. Si es aceptado, después puede elegir unirse finalmente o pasar a otra cosa. Aquí por desgracia no conozco a nadie, son todos demasiado jóvenes. Los únicos veteranos son los hermanos Wright, pero lo raro es que son Deltas. El mayor está al mando, el más joven quizás lo haya visto por aquí, no es un tío muy sociable con los civiles, pero se abre bastante con los que han servido en el ejército. Podría presentárselo si quiere, aunque quizás sería mejor hablar con el mayor. Está más ocupado, pero es mucho más sociable.

Mientras hablan y caminar por el pasillo central, pueden ver que los soldados cierran la puerta de acceso al instituto y permanecen allí en guardia. Guiados por la curiosidad, ven que en el exterior acaban de llegar dos autobuses de los cuales comienzan a bajar civiles. Varios soldados, mucho más veteranos de los que hay en el instituto, se encargan de guiarlos hacia la puerta trasera.

-Vaya, sangre nueva. Si vienen de Topeka les pondrán en cuarentena y los irán trasladando a esta zona cuando comprueben que están bien. Así que buenas noticias, dentro de poco habrá más gente por aquí y disfrutaremos de mucha más compañía. ¿No es genial?

Haciéndome la loca cuando Zach insiste en saber más sobre lo acontecido en la boda, cambio rápidamente de tema para desviar su atención e interés.

*Una vez segura de que nadie nos oye, y viendo que un niño no podía ser detenido por colarse en zonas restringidas. Pues al fin y al cabo es un crío. Urdo un plan para poder agenciarnos de ciertos objetos que podríamos necesitar las chicas y yo. Ya fuera para salir de ahí en caso de emergencia o para pertrecharnos en caso de tener que quedarnos.

- Mira Zach, lo que voy a contarte en un secreto, ¿de acuerdo? Empiezo para generar expectación en él... - ¿Me prometes que lo que te cuente ahora no se lo dirás a nadie?¿Ni siquiera al capitán o a tu padre? - **Una vez asienta continuo...

- Todo esto que están montando es un juego, una especie de Escape Room.

Digo pensando que un chaval de su edad sabe de que hablo. Y si no lo sabe, hará como que lo entiende para no parecer un ignorante.

- En este juego hay que escapar de las inatalaciones. Cuando entras hay diferentes tipos de jugadores, los que no saben las reglas y los que, como nosotras, vestimos así. Estos últimos han de ir ganando puntos para ganar. Pero es un secreto, no se lo podemos contar a nadie. Ni a los que visten normal como tú y tu padre. Ni a los que visten como nosotras, pues son de otros equipos.

Espero estar creando suficiente fantasía para que la mente del niño vuele...

- Para entrar en nuestro equipo primero tienes que comseguir ropa como esta que llevamos.

Si consigue no consigue algo tan fácil. No voy a arriesgarme a que lo pillen robando un móvil en una sala custodiada.

- Será tu primera prueba de iniciación para entrar en nuestro equipo. Si lo consigues te unirás a nosotras.

- El premio tiene tres puestos. El tercer y segundo equipo, al escapar, ganan un montón de cosas como...

Y pienso que puede fliparle a un chaval de su edad.

- Viajes, consolas, juegos, packs de aventura... Pero el primer premio... adivina.

Y con una sonrisa pícara hago una señal con el pulgar hacía arriba señalando la azotea.

- Un curso entero para aprender a pilotar helicópteros.

El problema no son los chinos, sino los islamistas. Esos malditos cerdos...son la plaga que asola el mundo. Todo el mundo sabe que solo existe un dios y desde luego, no es el suyo. Esos pagamos deberían de estar ya ardiendo en el infierno, aunque antes o después, allí llegará, se lo digo yo.

Asiento repetidas veces, de forma mecánica. Es lo que se espera de mí. Estoy aclimatando como un camaleón, mi personalidad con la de él,  para que se adapten en varios puntos hasta que me vea lo más parecido a un amigo o aliado, por esta zona. Personalmente, los islamistas radicales son unos mierdas, estoy de acuerdo, pero el tema de Dioses... psé, soy hombre de ciencias.

Si los Dioses fueran cosa del pasado, la humanidad habría avanzado mucho, ya lo creo.

-A todo cerdo le llega su San Martín. -replico dándole la razón respecto a los islamistas y el infierno.

-Existen oficinas de reclutamiento por todas partes, en Topeka debe de haber dos o tres seguro. Además a través de internet puede presentar una solicitud. No es nada vinculante, pero sirve como inicio para el proceso de selección. Si es aceptado, después puede elegir unirse finalmente o pasar a otra cosa. Aquí por desgracia no conozco a nadie, son todos demasiado jóvenes. Los únicos veteranos son los hermanos Wright, pero lo raro es que son Deltas. El mayor está al mando, el más joven quizás lo haya visto por aquí, no es un tío muy sociable con los civiles, pero se abre bastante con los que han servido en el ejército. Podría presentárselo si quiere, aunque quizás sería mejor hablar con el mayor. Está más ocupado, pero es mucho más sociable.

Cuando me dice que se puede uno alistar por varios canales, pienso que mi estratagema ha fallado, pero de pronto menciona  a dos hermanos de los Delta. Si este buen hombre dice que el pequeño no es sociable, entonces es que debe ser el puto demonio. Mis mejores opciones son sin duda el mayor, al ser más sociable, y a la vez estar más ocupado, me lo dejará más fácil para que cometa fallos y darme la oportunidad de lograr hurtar algo.

Veo a los soldados que van llegando... debo darme prisa con el uniforme.

-Vaya, sangre nueva. Si vienen de Topeka les pondrán en cuarentena y los irán trasladando a esta zona cuando comprueben que están bien. Así que buenas noticias, dentro de poco habrá más gente por aquí y disfrutaremos de mucha más compañía. ¿No es genial?

-Desde luego, si que lo és. -Ha dicho cuarentena, bien, eso me da un tiempo de margen, debo acelerar las cosas, aunque suene un poco forzado- ¿Me ayudarias a entrevistarme con el hermano mayor de los Wright? Creo que su edad y veteranía hablarán por si sólo. 

- Es muy divertido volar en helicóptero. Puedes volar muy rápido o quedarte suspendido en el aire. Además, te pones unos auriculares con micro para poder hablar - respondo a Zach.

Entonces observo la cara de Sophie. Tiene algún plan. Coge al chico y empieza a contarle una historia.
Muy bueno Sophie, pienso. Aunque veo la huída como una misión imposible, haremos bien en intentarlo. Sólo que consigamos algún teléfono ya me daría por satisfecha.
- Sophie, podría ser que en el camión del padre de Zach estuvieran guardados los objetos con bonus. O los premios. Piensa que ellos llegaron de los primeros y esta vez el padre de Zach no le ha dicho lo que lleva en el remolque - añado a la historia y vuelvo a desviar la atención hacia la ventana para no meter más presión al chico aunque con una oreja atenta a la conversación.

Puede que acabe siendo necesario huir de aquí. Topeka tiene muchos habitantes y no sabemos hasta donde ha llegado la infección. Si esto se va llenando, puede convertirse en un lugar sucio y caótico sin organización. Y eso contando que vayan llegando suministros, porqué la escacez puede convertir a inofensivos en auténticas fieras sin escrúpulos. ¿Hasta dónde llegará el poder de los soldados para mantener una convivencia tranquila? Y ya no quiero ni pensar lo que puede pasar si se les cuela algún infectado.
Con estas reflexiones, el plan de huída se hace una idea prioritaria en mi cabeza. Si nos sueltan antes, mejor, pero más vale estar preparadas.

Durante los siguientes minutos, poco mas puede hacer Larry para lograr sus objetivos. Aunque tan pronto los civiles son trasladados a la parte trasera del edificio, la situación parece calmarse. La conversación con Jarod termina por ser algo aburrida. Le encantan los deportes y puede pasarse horas hablando sobre béisbol. Por suerte para Larry, pasada media hora, Jarod señala hacia la zona prohibida y avanza rápidamente hacia allí.

Ataviado con su uniforme de combate y fuertemente armado, un hombre con emblemas de capitán sale de la zona prohibida. Su rostro está marcado por la preocupación y su paso acelerado, indica que tiene prisa por llegar a algún lugar. Aún así, no sin cierto fastidio, se detiene al ser llamado por Jarod. Tras una rápida presentación por parte del camionero, a punto está de continuar hablando, pero el capitán le hace callar.

-Buenos días.   -Indica el capitán con ese aire tan propio de aquellos que acostumbran a estar al mando.   -Parece que quieres hablar conmigo, voy ahorrarte el tiempo. Vais a pasar aquí al menos, las próximas 48 horas. Poneros cómodos y descansar, aquí estáis a salvo. Hay diversos equipos peinando la zona buscando más supervivientes, se te proporcionará una hoja y un bolígrafo para que apuntes los nombres de tus familiares directos. Tan pronto como pueda, cortejaré esos datos con la base de datos y te diré si están o no en alguno de los otros campamentos.

El uniforme del capitán o más bien su chaleco, muestra oscuras manchas que bien pueden ser de sangre. Aunque sn sus manos, en especial la izquierda, la que realmente llama la atención de Larry. Salpicada de sangre reciente, apenas ha empezado a secarse y por supuesto, el capitán no muestra síntomas de haber sido herido.

-¡oh, vamos chicas! ¡No podéis confiar en él! ¿Y si es un espía del alguno de los otros equipos? Seguro que ahora nos la trata de jugar...

Zach, quien parece dudar en un primer momento por la historia contada por Sophie, vuelve la mirada hacia el resto de las mujeres presentes y arruga la nariz pensativo.

-Si su padre ha traído los premios, seguro que Zach está en el ajo. ¿Qué vamos hacer ahora con él? Yo voto por usar el comodín especial para librarnos de él. Adelante, Violeta, pulsa el botón secreto y que vengan a recogerlo.

Rosalin se cruza de brazos y alza la barbilla con un aire de lo más petulante. Espera que entre todas, puedan engañar al muchacho y conseguir así lo que necesitan. Aunque por otro lado, empieza a preguntarse qué diablos pasa por sus cabezas para engañar así a un pobre muchacho ¿En qué se está convirtiendo?

-¿Eh? ¡Eh! ¡Esperad! ¡No pulséis el botón secreto!

El muchacho, que hasta aquel momento no llegaba a comprender lo que sucedía, empieza a ver las cosas más claras. ¿Aquello es un programa de la tele? ¿Un gran juego? Guuuuuuuuuuauuuuu aquello sí que molaba.

-No soy ningún espía ni estoy con nadie. De hecho no tendría que estar aquí, pero la canguro se puso mala y mi padre tuvo que llevarme con él en el camión. ¡Es la verdad!

Zach retrocede unos pasos alejándose de Rosalin, a la vez que lanza miradas de auxilio a Sophie y Violeta. Está claro que el muchacho quiere participar en aquel juego y que la idea de que lo saquen de allí antes de incluso de empezar a jugar, le aterra.

-Puedo ayudaros ¡De verdad de la buena! Eh...¡mira! conseguiré lo que me pides...

Con un gran estallido de actividad, de esos que tan solo son propios de un niño con energías ilimitadas, corre hasta una de las literas, aparta la almohada y coge una camiseta y un pantalón como el que visten las mujeres.

-¿Lo veis? ¡Lo he hecho! ¿Estoy dentro? Por favor, dejadme jugar con vosotras. Os aseguro que soy muy bueno y que os ayudaré un montón.

Juntando las palmas de las manos en un gesto de súplica, muestra una vez más aquella pícara sonrisa inocente, aguardando que su angelical aspecto le ayude a seguir allí y poder participar en el juego.

-¿Si? Por fiiiii, porfiiiiiiiiiiiii

Viajes, consolas, videojuegos y volar en un helicóptero...la navidad acaba de adelantarse, salvo que aquello promete ser mucho mejor. Sin duda tiene que participar y ganar, vaya que si tiene que ganar...

Pobre Jarod, está atrapado en su propia mente y es incapaz de librarse de los tópicos que tienen de nosotros los de fuera. Lo cierto es que me sabe mal interrumpirle, aunque lo deseo con todas mis fuerzas, pero simplemente me cae bien, sin razón aparente.

Por fin, creo que se da cuenta de que ya casi no tengo nada más que añadir y me lleva hacía lo interesante, el capitán.

Buenos días.   -Indica el capitán con ese aire tan propio de aquellos que acostumbran a estar al mando.   -Parece que quieres hablar conmigo, voy ahorrarte el tiempo. Vais a pasar aquí al menos, las próximas 48 horas. Poneros cómodos y descansar, aquí estáis a salvo. Hay diversos equipos peinando la zona buscando más supervivientes, se te proporcionará una hoja y un bolígrafo para que apuntes los nombres de tus familiares directos. Tan pronto como pueda, cortejaré esos datos con la base de datos y te diré si están o no en alguno de los otros campamentos.

La verdad es que sí, es que me ha ahorrado mucho tiempo, pero me lo va a ahorrar más si averiguo esos detalles que ha obviado, tan evidentes:

-Muchas gracias capitán. Aunque quería preguntarle más cosas, sobre el Ejército, si a dia de hoy aceptan más reclutas... pero parece ocupado. Oh, ¿Y esa sangre? ¿El ejército abre fuego contra los enfermos? -trato de mantener el tono más neutro y menos acusador posible, aunque la idea me horroriza, pero yo tampoco estoy libre de culpa... aún recuerdo al hombre que asesiné con mi maletín, algo que jamás se me borrará de la mente...

Si obtengo respuestas, quizás no necesite entrar ahí dentro, y en ese caso, sólo tendré que reunirme de nuevo con Gary para ver si reunió al resto y ver si hay algo más que puedan aportar. Por no hablar de la soldado, que aún quiero conocer.

Las  palabras de Larry hacen arder un fuego interior en el corazón del capitán. Por lo que alzando la mano ensangrentada, la coloca ante las narices de Larry.

-Benjamin Roberson, veintisiete años, un soldado ejemplar y querido por todos, al que apodábamos Espagueti por su figura alta y delgada. Hoy a las 8:04 se encontraba en una operación de rescate, cuando uno de los civiles tuvo la brillante idea de regresar a su casa para recoger el dinero de la caja fuerte. Se le ordenó que regresase, pero no obedeció. Roberson salió en su busca y no tardó en dar con él...y varios hostiles que estaban a punto de atacarlo. Actuando con gran coraje, derribó a los hostiles y salvó al civil, pero fue herido de gravedad durante el conflicto.

El capitán muestra un control absoluto de sus emociones, aunque está muy claro que sin duda lamenta lo que le ha sucedido a alguien que es más que uno de sus soldados, es un amigo.

-Uno de los hostiles le arrancó un dedo de un mordisco, la herida sanará, pero ha quedado infectado. Por lo que es probable que en menos de una hora muera. La sangre que cubre mis manos es la de ese valiente soldado, que lo más probable es que ahora muera por salvar a un maldito gilipollas que se jugó la vida por un montón de papel. ¿Quieres saber si disparamos a los infectados?

El rostro del capitán se encara con el de Larry, dejando tan solo escasos centímetros entre ambos.

-Si ese fuese el caso, ahora estarías muerto. Pero cuando te encontramos aún había vida en ti y tuvimos la esperanza de salvarte. Pero si el virus se hubiese extendido un poco más, ya no estarías aquí. Puedes considerarte alguien extremadamente afortunado, hasta ahora, más del 99% de los infectados mueren y acaban como las criaturas que has visto. De hecho, es un milagro que te hayas recuperado, por ello los médicos han tomado muestras de tu sangre. Quién sabe...quizás puedan desarrollar algún tipo de vacuna contra el virus gracias a ti.

- Violeta, no pulses el botón. me apresuro a hacer un gesto con la mano para que se detenga. - Yo sí te creo Zack. Espero que este voto de confianza que te damos sea correspondido.

Finjo entonces estar pensando si esa prueba es suficiente para admitirle o no en el equipo.

Tras unos momentos dónde la suplica de Zack empieza a hacerse más insistente, creo que ya he conseguido mi objetivo, ganarme no sólo su atención si no su ayuda.

- Muy bien. digo finalmente. Como capitana del equipo te nombro "miembro secreto". Es un comodín único que no puede volver a usarse. Espero que lo estemos invirtiendo sabiamente en tí Zack. - insinuo para que el chaval se sienta uno más, alguien importante y con responsabilidad dentro del "equipo".

- El equipo entonces queda lleno, cuatro es el número máximo. comento a las chicas.

De esta forma no me arriesgo a que Zack quiera contarselo a su padre y sumarlo al "equipo" también.

- Muy bien. Antes de nada vamos decirte nuestros nombres en clave. Yo soy el "Sr.S" Violeta el "Sr.V", Rosalin el "Sr.R" y tu Zack seras el "Sr.Z".

Me pongo muy seria recordando a mi abuelo, que era militar, para poner su porte y su expresión.

- Nuestra primera misión será averiguar que trae el padre del Sr.Z en el camión.

Me quedo momentáneamente en silencio, no puedo ni siquiera imaginar el horror que han padecido los demás. Soy un bastardo, ya que sólo suelo percibir mi propio dolor. Éste hombre está viendo morir amigos, y ni tan siquiera se me ha ocurrido tal cosa, no tuve nada de tacto...

Le lanzo una sincera mirada de arrepentimiento y disculpa, dado que mis palabras no fueron precisamente las más acertadas...

-Lo siento Capitán, fui un gilipollas.

Rara vez pido perdón a alguien, pero esta vez es lo necesario, sólo espero que acepte mis disculpas y entienda que son sinceras.

De hecho, es un milagro que te hayas recuperado, por ello los médicos han tomado muestras de tu sangre. Quién sabe...quizás puedan desarrollar algún tipo de vacuna contra el virus gracias a ti.

-Eso espero, esta crisis... no sé si alguna vez en nuestra historia, hemos padecido un desastre tan grande como éste. ¿Sabe si es una especie de arma biológica, diseñada por nuestros enemigos?

Creo que voy a obtener la suficiente información sin necesidad de infiltrarme en ningún sitio al final, luego iré a ver al resto. Pero me da la sensación de que se me escapa algo...

Vaya forma de engatusar al niño. Rosalin ha dado el toque mágico con la invención del botón de expulsión. Buena imaginación tienen estas chicas y muchas horas pasadas delante la tele viendo concursos, sonrío por dentro.
A la orden de Rosalin, me quedo algo parada pues no sé donde se supone que debe haber un botón secreto. Así que con gesto serio y cara de me sabe mal, chaval, me muevo hacía la puerta. Para mi suerte y del engaño que le estábamos contando a Zach, Sophie me detiene antes de poder dar un par de pasos.
Escucho a Sophie y cuando decide meterlo en nuestro "equipo" le masajeo los hombros a Zach como hacen con los boxeadores entre dos asaltos.
- Bienvenido al equipo ganador, Sr. Z.

El soldado que poco antes ha llegado malherido, debe de ser sin duda el hombre del que habla el capitán. La situación no parece para nada esperanzadora. El virus se contagia con una velocidad asombrosa, algo que de lo que fue testigo el propio Larry. Por suerte, él mismo parece posee cierta resistencia al mismo, en caso contrario ahora sería uno de esos descerebrados violentos.

-Si habéis sido trasladados aquí es para vuestra protección. Durante las últimas 24 horas los casos de infectados se han extendido por toda la ciudad. Todo comenzó como registros de actos violentos por diversas partes de  la ciudad que fueron achacados a diversas bandas. Para cuando se fue consciente de lo que realmente sucedía, ya había decenas de infectados y el virus se propagaba con gran velocidad. Nuestro trabajo es detener el avance  del virus por mucho que los civiles podáis creer, es protegeros y salvar vuestras vidas.

El que comparta tanta información, en especial un miembro de una unidad de operaciones especiales solo puede suponer dos cosas. La primera es que la situación es tan desesperada, que espera que así los civiles no causen mayores problemas. La segunda, que realmente esté ocultando lo que sucede ahí fuera y pretenda asustarlo.

-De momento no está claro lo que está sucediendo. El virus es un arma de destrucción simplemente  aterradora y perfecta. Si ha sido diseñada o no, es algo que tan solo el tiempo nos dirá. Pero por el momento, nuestros científicos están centrados en  desarrollar la forma de detenerlo. Ahora si me disculpas, tengo que pasar a la zona de descontaminación y arreglar un par de asuntos.

-¡Toooooooooooooma ya!

El grito de alegría de Zach va acompañado del alzamiento de un puño, en el clásico gesto que se suele usar para celebrar algo. El muchacho luce radiante, con una gigantesca sonrisa llena de felicidad en la cara. Aquel lugar aburrido acaba de convertirse en todo un divertimento. ¿Cuál será su premio? ¿Logrará una play nueva? ¿Un viaje a disneyworld?

-¡Soy el agente secreto! ¡Yujuuuu!

Al sentir las manos de Violeta sobre los hombros y recibir su bienvenida, de nuevo vuelve a sonreír. El muchacho sin duda está encantado con la historia de Violeta.

-¿Hay cámaras escondidas por ahí? ¿Dondeestán? ¿En qué cadenavamos a salir? ¿Me veránmis amigos del colegio? ¿Cuantosequipos hay? ¿Los soldadostambién juegan? Parecensoldados de verdad ¿Sus armasson de juguete? ¿Podré llevaruna? ¡Quiero unapistola! ¿Lanzan agua o solohacen ruido?

Zach actúa como si acabasen de darle dos kilos de azúcar y se muestra muy, pero que muy activo. De hecho, sus palabras salen de forma tan atropellada de sus labios, que casi mezcla y junta unas palabras con otras.

-¡Mi primera misión! Oh, oh...eso puede ser muy difícil. Mi papá no me ha contado nada y siempre lo hace, así que el cargamento debe de ser muy especial. Así que seguro que tenéis razón y son los premios. ¿Si vamos directamente a los premios, ganamos? ¿Qué hay que hacer para ganar? ¿Cómo sabemos los puntos que tenemos?

-Si habéis sido trasladados aquí es para vuestra protección. Durante las últimas 24 horas los casos de infectados se han extendido por toda la ciudad. Todo comenzó como registros de actos violentos por diversas partes de  la ciudad que fueron achacados a diversas bandas. Para cuando se fue consciente de lo que realmente sucedía, ya había decenas de infectados y el virus se propagaba con gran velocidad. Nuestro trabajo es detener el avance  del virus por mucho que los civiles podáis creer, es protegeros y salvar vuestras vidas.

Asiento repetidas veces, mientras un plan va germinando en mí... claro, como no lo había pensado antes...

-De momento no está claro lo que está sucediendo. El virus es un arma de destrucción simplemente  aterradora y perfecta. Si ha sido diseñada o no, es algo que tan solo el tiempo nos dirá. Pero por el momento, nuestros científicos están centrados en  desarrollar la forma de detenerlo. Ahora si me disculpas, tengo que pasar a la zona de descontaminación y arreglar un par de asuntos.

 No se me escapa de mi radar, que ha usado la palabra "perfecta" para describir el nivel de destrucción del virus... es evidente que los militares lo temen, o como mínimo lo respetan. Es algo a tener en cuenta, porqué parece ser que esto podría llevar más complicaciones de las que imaginé inicialmente.

-Por supuesto Capitán, ha sido usted muy amable -hora de poner en marcha el plan. Le doy la mano efusivamente con ambas, y cuando trata de irse hacia un lado, espero esa milesima de segundo en la que tarda a decidir hacia donde y yo hago lo mismo con "torpeza" para chocarme con él-perdone, lo siento, culpa mía.

Con suerte le habré robado el juego de llaves, y quién sabe si algo más... ¿cómo no se me ocurrió antes? Los soldados deben tener varias copias de los candados y de accesos a otros sitios, especialmente el capitán. Si las echa en falta, pensará que se le han caido con todo este caos. Sólo tengo que buscar una de las puertas selladas con cadenas que no tenían guardias, o usar al rubio para crear una distracción. Seguramente dentro encuentre el material que busco para infiltrarme.

Ante tanta pregunta alocada y llena de bendita inocencia del niño, río.
- Ja ja ja ja... Zach, para, para. Si consigues saber qué lleva tu papá en el camión ganaremos una gran ventaja. No sabría decirte cuantos puntos ganaremos. Aquí la experta en estos concursos es Sophie. Pero lo que sí sé es que haremos una buena carrera. Volveremos a la base sin ningún strike - le alzo la mano para que la choque conmigo. A ver si así descraga un poco de adrenalina y logra calmarse. O al menos tomar aliento mientras habla.

- ¿Así, qué guapetón? - acaricio sus mejillas con ternura- ¿Crees que podrás descubrir qué lleva tu padre en el camión y conseguir un teléfono móvil?
Esta ternura de niño nos puede ayudar mucho. Ha sido una suerte encontrarlo. Y si le descubren, van a tomarlo como una chiquillada. Sólo espero que no nos descubra a nosostras. Algo que podría ser muy probable dado que creería estar en un juego.
- Pero debes saber que si nos pillan a alguno del equipo no podemos descubrir a los otros compañeros de equipo. Pues quedaríamos todos automáticamente eliminados y sin posibilidad de conseguir ningún premio
Con eso espero almenos que no nos descubra a las primeras de cambio.