Partida Rol por web

El lamento de los Primeros

Capítulo 4. - Revelaciones

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10/09/2020, 18:05
Narrador

Tassabra fue golpeando de forma indiscriminada a las figuras. Todas las veces que el puñetazo impactaba contra la mandíbula de Everik Feingnángr, éste se descomponía en un charco de pintura aparentemente inofensivo. Ekarion guardó la daga, había esperado que simplemente, pinchando todas las figuras hasta dar con una que sangrase y no que sangrase pintura, se ahorrasen el esfuerzo. Pero la Cazadora no confiaba en que aquellas imágenes se revolviesen contra ellos y prefería no arriesgarse. Alexandar estaba demasiado anonadado como para decir nada y tosía de vez en cuando un poco de sangre.

Uno de los puñetazos dio contra algo sólido: la mandíbula del hechicero. El golpetazo lo tiró al suelo, sin bien Tassabra había imprimido la fuerza necesaria, el objetivo estaba inmóvil e indefenso, y el impacto puso fin al conjuro que lo mantenía inmovilizado. Las copias restantes se esfumaron y a los pies de la Cazadora quedó el mago sangrando por la boca.

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10/09/2020, 18:19
Everik Feingnángr

Levantó la mirada y se encontró con la imponente figura de Tassabra. El fuego en los ojos del mago habría intimidado a alguien con menos arrestos que aquella mujer.

-¿Hasta cuando vas a dejar de torturarme? -preguntó. Aunque no parecía dirigirse expresamente a ella.

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10/09/2020, 18:26
Tassabra

Después de lo que los clones de pintura le habían hecho a su hijo y a sus compañeros, Tassabra disfrutó del efecto que su puñetazo había provocado el Everik. No tenía claro que el mago tuviera la culpa; lo más probable es que fuera solo un prisionero del cuadro como había sido el Señor Walfried. Pero le había cogido asco a ese rostro.

—Señor Feingnángr —dijo en perfecto acento de Jorunnarstadir —. Somos Cazadores Imperiales y... un miembro de la guardia de la ciudad. Hemos venido a liberarlo de esta prisión.

No era cierto, pero era su trabajo de todas formas. Le tendió la mano para que se levantara.

—Estamos investigando a un mago pintor que esta detrás de una serie de ataques como el que ha sufrido usted —dijo, y tiró de él con más brusquedad de la absolutamente necesaria—. Mi compañero le dará todos los detalles cuando salgamos de aquí.

«Porque lo cierto es que yo no termino de entenderlos del todo.»

 

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10/09/2020, 19:08
Ruru Sauceviejo

¿No íbamos a cargarnos a ese canalla? - Ruru agrio el gesto y se rascó la nariz. No entendía nada. - Quizás no tengamos que torturarle como dice, pero tampoco hace que se arrodille y le haga una... - Negó con la cabeza. - ¿Es que puede que sea una víctima de todo lo sucedido? - Pensó al ver por dónde iba la conversación. - Si, quizás... - Miró a Ekarion. - Quizás tú sepas de qué va todo ésto... 

Se acercó a Everik, pero le dejó vía ancha al dragón. Ese era su campo. Que fuera él quien interrogara al mago. Entre arcanos se entenderían bien...

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10/09/2020, 19:21
Ekarion

- Magistrado Feingnángr - dijo Ekarion acercandose al mago mientras envainaba su daga - ¿Quien lo ha metido en este... cuadro? - le sonrió - Por favor respondame esa pregunta y lo pondré al tanto de lo que sabemos.

No terminaba de entender por que el cuadro aún no los escupía fuera, como había sucedido en lo del elfo noble, quizá había algo más que debían hacer.

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10/09/2020, 23:17
Everik Feingnángr

A Feingnángr le costó enderezarse cuando Tassabra lo puso en posición vertical, todavía estaba un poco aturdido por el puñetazo. Se acarició la mandíbula sin apartar la mirada de la Cazadora, cuyo acento lo hizo sonreír. Luego se dirigió a Ekarion, quizá algo familiar en aquel entorno gris.

-No sé si sentirme afortunado de que en la Torre me echen de menos que tengan que enviar tres Cazadores Imperiales y un... miembro de la guardia a rescatarme. Supongo que ya sabeis quién me ha metido aquí: el magistrado Ignatius Lemaître. Me envió un retrato con una nota, toqué la pintura y caí en este plano. No sé cuánto ha pasado, ¿tenéis algo de comer o beber? -preguntó, algo ansioso-. Parece que lleve semanas, ¿en qué día estamos? Vaya, solo han sido un dps días, entonces -dijo cuando Ekarion le informó sobre ello. 

A diferencia del Feingnángr con el que habían hablado antes, el acento del hechicero era mucho más marcado y su forma de hablar algo más... tosca. Pero no tan fría o distraída como la del mago al que se habían enfrentado.

Miró al cielo y luego a los alrededores.

-¿Tienes idea de dónde podemos estar? -le preguntó al dragón-. ¿Dices que esto ya ha pasado antes?

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11/09/2020, 00:13
Ekarion

Ekarion negó con la cabeza - No se donde estamos, no reconozco el plano, pero es similar al que había en la pintura de Walfried, a él lo rescatamos de unos demonios - sonrió - La Torre no notó su ausencia, había un doble de pintura en su despacho, nosotros fuimos a interrogarlo para saber sonbre Lemaitre. Y ahora debemos encontrar la forma de salir de aquí... - miró a la capitana - Tassabra, recuerdas que fue lo último que hicimos cuando rescatamos a Walfried.

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11/09/2020, 06:33
Ruru Sauceviejo

Tras toda la tensión, el apetito de Ruru se despertó. ¿Cuánto hacía que no comía nada? ¡Por lo menos una hora! Rebuscó entre los bolsillos de su túnica y halló algo. Al extraer la mano observó un puñado de setas y champiñones. Cocinados eran sabrosos, no tenían porque ser malos sin asar. ¿Que mal le podían hacer aquellos hongos? Ninguno sin duda...

- Yo te responderemos a eso... - Intervino el enano. - Señor Pinckles se comió a la bruna, empezamos a buscar rastros arcanos y entonces un huracán de pintura nos absorbió hacia arriba y regresamos al jardín... - Se encogió de hombros. Entonces miró a Everik. - Parece que usted ha sido también víctimas de todo ésto y que es finalmente Lemaître el culpable. - Asintió. Ya tenían la solución a aquel asunto. Estaba confirmado que Ignatius Lemaître era el asesino que buscaban. - ¿Ha visto usted algún monstro por aquí? Si éste cuadros es como el anterior, matado al monstruo deberíamos salir al otro lado...

​​​​

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12/09/2020, 10:12
Everik Feingnángr

El mago no entendió una palabra de todo lo dicho por Ruru, mientras que de Ekarion pudo sacar algo en claro, solo que no demasiado.

-Así que... ya ha sucedido que habéis tenido que rescatar a alguien que ha caído en otro plano a través de un cuadro. Qué curioso.

Miró a la Cazadora, que estaba muy silenciosa después de haberle dado una somanta de palos a todas las figuras.

-Un enano, un dragón, una nórdica y un guardia aleatorio de Akralueka -comentó hacia Alexandar, que abrió la boca para protestar, pero la cerró porque estaba demasiado debilitado-. Es mi día de suerte encontrar tan buena compañía, ¿cómo os llamáis? Por aquí no hay más monstruos que los de mi imaginación, llevo dando tumbos por este sitio varios días. ¿Crees que hay un detonante para volver? ¿O un portal? No me queda magia, no llevo el grimorio encima, ahora mismo soy un bebedor de leche-. Metió la mano en uno de los múltiples bolsillos de la túnica y sacó un papel arrugado que entregó a Ekarion-. La nota que me envió junto con el cuadro. ¿Os dice algo?

Se dice que las almas de los ladrones y los mentirosos están condenadas a una eternidad de tormento en el Ifrinn. Contempla, pues, este retrato, maestro: un regalo para ti, para que reflexiones sobre la maldad de tu alma.

Tus amigos se unirán a ti muy pronto.

-Porque, bueno, no os conozco de nada, así que no creo que vosotros seáis los amigos a los que se refiere. 

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12/09/2020, 10:30
Narrador

La nota no estaba escrita en común, sino en dracónico, el idioma de los dragones y la magia. En el momento en que Ekarion la leyó en voz alta, el papel se deshizo como un pergamino y el entorno se desdibujó. Con un "plof" aparecieron en el despacho de la Torre, con la única diverencia de que el lugar estaba revuelto: armarios volcados, el escritorio con todos los compartimentos abiertos, los libros de las estanterías desperdigados por el suelo, alfombra, tapices y cortinas tiradas de cualquier manera.

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12/09/2020, 10:37
Everik Feingnángr

-¡Mi grimorio! -exclamó el mago con un gemido dirigiéndose a una habitación lateral. Comenzó a buscar entre la pila de libros que formaban una montaña.

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13/09/2020, 08:50
Ruru Sauceviejo

- ¡Vaya! - Exclamó Ruru nada más regresar a su plano natal. - Como está... - Miró a su alrededor. - ...ésto... - Añadió al ver el desorden.

Sin duda alguien había accedido al interior del despacho en busca de algo y había suplantado la identidad de Everik mediante la magia, situando en aquel lugar al ser de pintura idéntico al dueño del despacho. Todo eso había sucedido antes de que los acontecimientos de la ciudad y los cuadros comenzaran a sucederse, pues según el propio Everik, llevaba varios días encerrado en el cuadro. Todo indicaba ahora en una dirección.

Lemaître... - Susurró el nombre de aquel canalla. - Everik, vinimos aquí por una razón. Pensamos que usted también sospecha de que Lemaître está detrás del asunto de los cuadros. Bueno... ahora es evidente. - El enano, como de costumbre, divagaba en voz alta. - Debemos encontrar a ese hombre, ese artista es un asesino por mucho que su doble lo niegue. - Meneó la cabeza, ya estaba de nuevo presuponiendo que Everik tenía información que no tenía. - Su grimorio, seguramente esté con Lemaître. Debemos encontrarle. Para eso vinimos aquí, para preguntar por él...

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14/09/2020, 13:30
Ekarion

La misma frase que había junto a la pintura de Walfried, sólo que esta vez escrita en dracónico y anclada a la dimensión original. Ekarion sonrió al pensar que Everik había tenido en el bolsillo el boleto de salida todo el tiempo, y que sólo su falta de voluntad de leerlo en voz alta lo había retenido allí.

Pensó en hacérselo notar, pero el estado de la habitación y la desesperación del mago mientras buscaba su grimporio convertirían dicho comentario en algo cruel. - Magistrado Feingnángr - dijo mientras conemzaba a ordenar las pilas de libros y ayudaba en la futíl búsqueda - Lemaitre ha matado a Frescobaldi con una de sus pinturas y una joven inocente ha salido herida, ha intentado matar o capturar a Getwright pero lo hemos impedido, y un par de elementales de aire que protegían la casa de la señorita Springwater impidieron que el mensajero entregase el cuadro. Walfried había sido encerrado en un cuadro, como usted, y encontramos la misma frase que nos sacó de vuestro cuadro fuera del mismo, pero escrita en común y con un agregado al final. - sacó la nota de su cuaderno y se la mostró.

Se dice que las almas de los ladrones y los mentirosos están condenadas a una eternidad de tormento en el Ifrinn. Contempla, pues, este retrato, maestro: un regalo para ti, para que reflexiones sobre la maldad de tu alma.

Tus amigos se unirán a ti muy pronto. 

El aguijón de la hipocresía os corroe.

- Entiendo entonces que Lemaitre os culpa a vos también de la muerte de su hija ¿Que puede decirnos al respecto? Como dice Ruru tenemos que encontrarlo ya que sus cuadros son peligrosos no solo para sus víctimas sino también para los que los rodean.

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15/09/2020, 14:23
Everik Feingnángr

Tras una infructuosa búsqueda, el hechicero tuvo que asumir que había perdido el grimorio. Se sentó en el suelo y cruzó las piernas. Mientras se frotaba la frente, contemplaba con la mirada perdida el desorden en el despacho.

-Las pinturas no eran de Ignatius. Eran de su hijastra Duallia -empezó a decir-. Obviamente, no era su hija, la muchacha era una althemir de pura raza, la encontramos perdida durante nuestra investigación de la plaga en Asyllon, se había separado de un grupo de refugiados, no era más que una niña y no podía hablar. Ignatius se la llevó porque quería estudiar sus orígenes, su magia y si su incapacidad para hablar se debía a las influencias mágicas de la plaga; al final acabó adoptándola-. Hizo una pausa antes de continuar-. Duallia no hablaba, su única forma de expresarse era con dibujos; Ignatius animó esos dibujos con magia, convocando las criaturas que Duallia dibujaba para hacerla feliz. Cuando acabamos la investigación, regresamos a Akraleuka para dar parte a la Torre de nuestras investigaciones y Duallia vino con nosotros. Alguien vio las pinturas, Ignatius dijo que eran suyas para proteger a su hija. Aunque seamos Magistrados y tengamos manga ancha en algunos aspectos, seguimos bajo las leyes del Imperio y no quería exponer a Duallia a la opinión pública. Le dije que guardase los dibujos en algún agujero extradimensional para que no los encontrase nadie, pero estaba convencido que si Duallia se reunía con otros artistas, podría aprender cosas nuevas, desarrollar su talento y comunicarse. Al principio todo fue bien, él decía que eran sus pinturas y Duallia le siguió el juego, hacían exposiciones, asistían a convenciones, ella se deleitaba con las opiniones de la gente y aprendía de los demás. Hasta que empezaron las críticas y los problemas entre la élite de los artistas.

Se puso en pie y ordenó algunos libros mientras seguía hablando. Podría usar magia, pero prefería hacerlo por sus propios medios.

-Las críticas contra las pinturas de Duallia eran cada vez más crueles, Ignatius intentó esconder estas opiniones nocivas, pero al final, Duallia se enteró. No las tomó en serio al principio, pero después se sintió más afectada y quería retirar todas las obras de todo Akraleuka. Pretendía que Ignatius fuese casa por casa, mansión por mansión, recuperando las pinturas. Me pidió ayuda. Compramos algunas, otras planeamos robarlas, acabamos... en fin, empleando métodos arcanos para recuperar sus cuadros. Os podéis imaginar el resultado. Después de eso, todo fue empeorando y yo me distancié de Ignatius cuando se trasladaron a una villa en las afueras. Luego ocurrió lo del suicidio.

Se acercó al escritorio para cerrar cajones y ordenar pergaminos, libros y demás objetos desordenados.

-Duallia e Ignatius habían discutido. Ella se había enamorado de alguien de la capital, de un... eh... humano. Ese fue el motivo, supongo, de que abandonase la villa en la que vivía. No era la primera vez que se marchaba volando para estar a solas, era adulta y necesitaba su espacio. Pero nunca volvió con su padre. Murió en el Row -suspiró amargamente-. Se había lanzado desde lo alto de la muralla, según los testigos, pero Ignatius estaba convencido de que había sido un asesinato. Ignatius vino a verme para pedirme ayuda, decía que habían asesinado a Duallia. Investigamos, pero no dimos con ninguna prueba. Todo esto lo consumió y un día, desapareció.

Miró la nota que le había dejado durante un buen rato. Enderezó una silla y se sentó, dejando caer la nota sobre el escritorio.

-Creo que intuyo sus razones. Los magos utilizamos componentes para nuestros conjuros y los artistas usan componentes para sus tintes y pigmentos. No estoy seguro, pero... -pareció ruborizarse al recordarlo-. Ignatius me quería a mí porque yo había tenido una relación con Evelina, eh... lady Springwater, y sospechaba de los críticos. Nunca le dije que una vez tuve una conversación con Evelina, uh, lady Springwater, sobre la necesidad específica de nuestros componentes. Por qué debía ser de un tipo y no de otro. Ella me habló sobre las cosas que utilizaba para pintar; el tipo de cabello para sus pinceles, por ejemplo. No estoy seguro de a dónde quiero llegar con esto, pero... uno de los detalles de la investigación reveló que a Duallia le habían quitado sus alas. No sé si antes o después de que cayese por la muralla.

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15/09/2020, 20:05
Ruru Sauceviejo

- Sin duda es una historia muy triste y bueno... Acaba de confesarse culpable de algunos robos delante de cazadores imperiales, pero eso es ahora secundario, magistrado Feignángr. - Intervino Ruru. - Estoy seguro de que la guarida hizo un buen trabajo con lo de la muerte de la hija de Lamaître y si no lo hizo, bueno... - Alzó las manos indignado. - ¡Supongo que podría reabrirse la investigación! Pero ahora, lo importante, lo inaplazable, es encontrar a Lamaître. Cómo le hemos dicho, se han producido muertes e internos de asesinato. Todavía hay gente en peligro y bueno... - Meneó la cabeza. - Es nuestro deber impedirlo y el suyo colaborar con nosotros. ¿Lo entiende? - Hizo un breve pausa, pero no dejó responder al arcano. - Debe darnos una pista. Saber dónde encontrarle es prioridad ahora. Y si no sabe dónde puede estar díganos si existe algún método arcano para tratar de localizarle o lo que sea. ¡Lo que sea!

 

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15/09/2020, 20:21
Ekarion

Ekarion escuchó con atención al Magistrado mientras ordenaba los libros, y cuando Everik terminó su relato el dragón había ordenado dos estantes. La pregunta de Ruru era relevante, pero antes de enfrentarse a Lemaítre debían conocer bien sus capacidades. Hasta ahora sólo se habían enfrentado a sus creaciones de pintura y habían resultado temibles, había un par de detalles que quizá Everik podría responder al respecto.

- Frescobaldi tenía todo tipo de componentes con los cuales sospecho que haría pigmentos, entre ellos las escamas arrancadas del brazo de mi hermana, el permiso que obtuvo para entrar a la Torre de la Negación lo obtuvo en la Torre Negra, y no he podido encontrar al mago que se lo firmó. Entre los componentes había escamas plumas y otras partes externas de diversas especies, quizá algunas de las plumas sean de Athemir y si se pudiera probar que alguna es de Duallia eso le daría la razón a Lemaitre acerca del motivo de la muerte de su hija. Un Athemir no puede evitar abrir las alas cuando está en peligro, es un reflejo, la voluntad de morir de Duallia debería haber sido irreductible para conseguirlo. Ya sea que le hayan sacado las alas antes, o que la hayan llevado a un estado de desesperación tal que no haya querido vivir, quien lo hizo se llevó sus plumas.

Meneó la cabeza - Sin embargo de quien más sospecho es de Lady Springwater, tenía dos asesinos espectrales esperando al mensajero con instrucciones de matarlo, de todos los que recibieron un cuadro es la única que estaba preparada, y esa preparación me hace sospechar que en su culpa esperaba un ataque. De todos los implicados es la única con quien no hemos hablado aún y si no ha salido huyendo me imagino que se habrá fortificado para soportar otro ataque.

Sacó su cuaderno y revisó unas notas, corrigiendo otras - También me queda claro que Lemaitre no ha aplicado el mismo castigo a todos los implicados, el cuadro de Frescobaldi estaba hecho para matar, el suyo y el de Walfried para encerrarnos en algun tipo de infierno, resta averiguar el objetivo de los otros dos, y están en la Torre, pero apostaría que al menos el de Springwater será asesino.

Revisó una de las notas y miró al enano - Ruru, tu hablaste de una cabaña mágica que apareció de la nada y de un cuadro del bosque, y de pimpollos que hablaban. Te apuesto lo que quieras a que allí encontraremos a Lemaitre, pero antes... - se giro para mirar a Everik - Magistrado Feingnángr, ¿que puede decirnos acerca de la magia de Lemaitre, y que podemos esperar si utiliza su grimorio?

 

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16/09/2020, 08:06
Ruru Sauceviejo

- ¿Crees realmente que Lamaître podría estar en mi bosque? - Aquello perturbó sobremanera al enano, pero ciertamente tenía mucho sentido. 

Aquel cuadro que le había llevado a la ciudad, no había aparecido de la nada y era evidente que era obra de un mago. De Lamaître concretamente, ¿de quién sino? Eso explicaría la presencia de los pimpollos y el cuadro, pero... ¿Cómo era posible que se hubiera ocultado el mago en su bosque sin él saberlo? Tendría que regresar, buscarlo y de dar con él, expulsarlo para siempre de si territorio. 

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16/09/2020, 08:19
Tassabra

De la historia de Feingnángr Tassabra concluyó que Lemaitre había fracasado como padre. El deseo de proteger a los demás era virtud, ella misma se consideraba, por encima de todo, una protectora. Pero incluso las virtudes podrían retorcerse, corromperse y tergiversarse hasta convertirse en un defecto. Muchas veces, la mejor forma de proteger a un ser querido era hacerle más fuerte.  Lemaitre había sido demasiado indulgente con su hija, la había sobreprotegido y mimado, la había hecho vivir en un mundo ideal, que era el enemigo del real. Como los indulgentes reyes del cuento, no había invitado a Maléfica a su fiesta de cumpleaños, había postergado la ingenuidad de su hija más allá de la infancia. Y cuando la crueldad y los horrores de la vida real la habían alcanzado, había sido demasiado para ella.

Miró a su hijo de soslayo. Apaleado pero valiente y furioso, resuelto a hacer justicia. Creía haber hecho mejor trabajo que el de Lemaitre con Duallia.

—Hay algo que no entiendo, Señor Feingnángr —interrumpió Tassabra, saliendo de sus cavilaciones—. Acaba de decir que ayudó a Lemaitre en su investigación. Da a entender que eran amigos. ¿Por qué piensa, entonces, que lo atacó a usted también?

Dejó que el aludido respondiera a sus preguntas antes de enviar la siguiente andanada mientras meditaba la respuesta.

—La carta tilda a los objetivos de los cuadros de ladrones y mentirosos. Me parecen unos términos extraños que dirigir a los objetivos de su venganza en relación a su historia. ¿Por qué mentirosos? Lemaitre es un mago, y sin duda tenga una mente privilegiada. No creo que piense realmente que sabe más de arte de que unos críticos. ¿Por qué ladrones? No es... la palabra que utilizaría para dirigirme a alguien que le ha arrancado a mis hijos una parte de su cuerpo. ¿Hay algo más que no nos haya contado?

Dirigió un enarcamiento de ceja en dirección a Ekarion. Lo de la casa del bosque era una corazonada, sin pruebas, que no podían seguir a ciegas. Especialmente si estaban empezando a considerar a Lady Springwater como una posible sospechosa: ella estaba en la ciudad.

—¿Conoce el paradero actual de Lemaitre?

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20/09/2020, 10:47
Everik Feingnángr

-Convoca criaturas de otros planos y hace tratos con ellos para que hagan su voluntad.

Comenzó a dar detalles mágicos que Ekarion entendía a duras penas, Ruru a veces podía seguir su explicación y a veces se quedaba mirando al techo. Tassabra dejó de oírle a la tercera frase y empezó a calentarse. Solo quería acabar con todo aquello, irse a casa y coger un mes de vacaciones. Alexandar aguantaba de pie, pero se notaba que el muchacho necesitaba sentarse o se desmayaría de un momento a otro; sin embargo, no dijo nada y aguantó toda la charla a pesar del imperante dolor de cabeza que se le había instalado en el cráneo.

-Walfried se apropió de la obra intelectual de Duallia cuando nadie la reclamó, creyendo durante todo ese tiempo que era de Lemaître. Él precisamente es un no-humano y debía tener algo de respento por la memoria de Duallia, sin embargo Lemaître siguió manteniendo el secreto de las pinturas. Walfried ya era famoso, en vez de promover la obra de un nuevo artistas, se dedicó a copiar, falsificar y robar todas la ideas de una niña. Yo lo descubrí por Eve... lady Springwater me lo contó. Ella se entera de todos esos detalles, creo que sabía perfectamente que Duallia era quién pintaba y de esa forma mataba dos pájaros de un flechazo. Uh... creo que no es la metáfora más correcta en un momento así, disculpen -dijo, avergonzado. Luego se quedó pensativo-. Eramos cólegas de profesión y a la larga, amigos, sí. No sé las razones de que quisiera matarme. Lo ayudé en todo lo que pude, salvo... -tragó saliva y se frotó los ojos, cansado-. Nunca le dije que Duallia se había enamorado de mí y que esa noche vino a verme. Yo nunca la correspondí y nunca supe que había venido a buscarme la noche la mataron.

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20/09/2020, 16:34
Ruru Sauceviejo

- Ahí está la razón, magistrado. - Intervino Ruru. - Es evidente que Lemaître no está en el pleno uso de sus facultades. Le culpa a usted de la muerte de su hija, eso es evidente ahora. - Hizo una pausa. - Si, usted trató de ayudarle Feingnángr, pero él, en su distorsionada visión de la realidad, sólo ve que usted al rechazarla, le dio la puntilla para que saltará hacia el abismo del suicidio. 

Miró entonces a sus compañeros. Estaba ya todo bastante claro. Ya sabían los motivos que Lemaître tenía para hacer lo que había hecho y sólo quedaba encontrarle y tratar de arrestarlo con la menor violencia posible. Al fin y al cabo, se trataba de una persona enferma. Aunque no podían confiarse, era un enfermo realmente peligroso que ya había llegado a matar. 

Sólo queda encontrarle, detenerle y llevarle frente a la justicia para que pague por sus actos. - Determinó el enano. - Y de paso podré irme al fin a casa. ¡Hasta mi ropa huele ya al putrefacto olor de la ciudad! Igual debería quemarla e ir desnudo...

No sabía dónde se escondería. Dudaba que estuviera en su propia casa eskets de a qué le detuvieran, aunque no era descartable. Había demostrado la suficiente confianza en sí mismo como para creerse más listo que todos los demás. Podía ser que pensara que nunca sospecharían de él y que si lo hacían, podéis esconderse en el interior de un cuadro y evitar así ser capturado.

Es la hora de ir a ver a Ignatius Lemaître. - Determinó el druida. - Pero no sin antes recoger a Señor Pinckels. Ésta vez me temo que la vamos a necesitar.