Partida Rol por web

Mirgan se movió para tener una mejor vista de Korn, y desde allí lo volvió a atacar.

Krugh insiste en la tradicional táctica enana de bajar la maza cansinamente de arriba a abajo. Con un poco de suerte algún día impactaría al enemigo...

otra vez atontado

Mirgan vuelve a lanzarle un rayo a Korn

Filo aprovecha la confusión provocada en el enemigo por el mago para continuar lanzando ataque rápidos al pícaro. La serie de amagos consigue su objetivo y su arma derecha abre una brecha en la guardia del enemigo para que la izquierda se clave en el pecho del rival.

Krugh, viendo que la tradicional táctica de aporrear con la maza de arriba a abajo no funciona con su esquivo enemigo, rompiendo los esquemas de una mente enanil, decide innovar para pasar a la segunda técnica que consiste en golpear hasta la saciedad al enemigo de abajo a arriba. Vistos los resultados el enano se plantea volver a las antiguas y conocidas tácticas.

El enemigo que se hace llamar Korn, desfallece ante la ultima acometida de filo, que porfin demuestra una gran maestria , digna de una gran guerrero con una estocada en el estomago, profunda, y mortal , como buen espadachin, que hace soltar el arma al adversario del dolor para caer de rodillas y finalmente todo él, al frio suelo.

_Alguno que ate al otro antes de que se despierte para que podamos interrogarlo, y alejen el hacha de él. Mientras tanto yo revisaré a éste para ver si tiene algo de valor. Alguien que revise por esa puerta y la escalera que no hayan más enemigos por aquí.

Mirgan fue encima del cuerpo de Korn para ver si tenía documentos encima o cosas de valor.

Bogon suspira mirando al difunto pícaro.

- Pensaba que nunca lo íbais a lograr... Lo ataré y lo amordazaré, que para algo es mi presa. - mientras prepara las cuerdas mira a Mirgan- A este mediano le encanta manosear cadáveres, ¿no te has planteado estudiar la nigromancia? ¿Alquimia quizás? Aunque te advierto que no es fácil transformar los huesos en oro...

Una vez atado, maniatado y amordazado el bruto del hacha, aparta el arma y registra sus propiedades, buscando otras armas u objetos de valor.

_¿Ya lo has intentado? Igual no, no es lo mío. No podría estudiar, ni siquiera sé leer.

Escuchando la cháchara entre el gnomo y el mediano, Krugh sigue sin entender cómo es posible que sus especies sobrevivan. Pasando por encima de los cuerpos caídos, se dirige hacia la escalera de caracol que sube al piso de arriba, para cubrir cualquier aparición no deseada.

-En mi clan todos sabemos leer.- Comenta Krugh.-Todos los días teníamos que escribir runas sobre losas de piedra, y si no terminábamos el trabajo, nos las teníamos que llevar a casa.- Dijo el enano con añoranza.- Todavía recuerdo la cara de espanto de mi pobre amigo Thorwin cuando le dijeron que debía repetir el trabajo de la semana... Tuvo que ir a buscar la carretilla.- Finalizó sonriendo ante tales gratos recuerdos.

Anthedil, quien sigue mareado por el veneno de la araña y el ataque que recibió, se acerca a la trampilla y se concentra para escuchar algún sonido que venga desde el otro lado y también utiliza detectar trampas en ella. Pero nada parece andar bien con él, en sus oídos escucha un incesante zumbido y sus sentidos siguen alterados por los residuos del veneno.

También fui instruido para leer y escribir desde muy temprana edad, sin duda que los pequeños tienen prioridades muy distintas en la vida. Por lo demás, este ataque me ha dejado más mareado de lo que pensaba, siento no haberlos apoyado lo suficiente en esta batalla y tampoco tuve mucha suerte con esta trampilla

Cuando el tal Korn expiraba su último aliento una sonrisa de triunfo apareció en el rostro de Filo. Las palabras del mediano llevaron su atención al hombre que estaba tendido en el suelo inconsciente pero sus sentidos dejaron de escuchar lo que decían sus compañeros y de ver lo tenía alrededor.

Su mente la trasladó a otra escena, a otro tiempo, oía las voces de los hombres mofándose de la muerte de los monjes, veía el cadáver del anciano monje enterrado en la nieve y olía el humo que purificaba las almas de los hermanos muertos en el templo.

Al poco volvió a ver a su alrededor y la rabia y la sed de venganza dibujaban una fea mueca en su cara. Levantó la espada dispuesta a acabar de una vez con la vida del malvado que mató a su maestro y un segundo antes de clavar el acero en el cuerpo se dio cuenta de donde estaba. Pestañeo confusa y vio al pequeño hombre inconsciente. No era esta su venganza y no sería ella quien le arrebataría a los monjes el poder hacer la suya.

Se centró de nuevo en la misión que estaban llevando a cabo. No había terminado y un descuido podría pagarse muy caro.

- Vayamos por arriba, no me pienso meter por esa trampilla hasta que hayamos limpiado esta torre. Pero antes... Krugh, ¿Qué tal si utilizas esa varita mágica que manejas tan bien?

Dijo la espadachina resintiéndose del dolor que sentía del hachazo propinado por el guerrero. Un segundo después ante la ilusionada cara del enano se dio cuenta del error.

- Esa no, la otra.

Dijo con voz de reproche.

Mirgan levantó la vista sorprendido al escuchar las palabras de Anthedil.

_¿No has tenido suerte con la trampilla? ¿Qué quieres decir?

Luego ya dirigiéndose al resto:

_Si quieren puedo entrar por afuera, trepando por la pared. De esa manera si hay problemas puedo llegar por detrás y atacar por sorpresa.

-¿Eh? ¿Varita? ¿Qué varita?- dice Krugh despistado mientras mira por los alrededores en busca de algún objeto mágico. Entonces, más lento que la humana, sonríe lentamente ante la posibilidad de realizar un chiste fácil sobre el tamaño de las varitas cuando es cortado de tajo por Filo viendo que ésta le señala la varita de curación.

-¡Bah!- resopla el enano malhumorado y ceñudo de nuevo. Agarrando la varita, literalmente, golpea con ella a Filo.- ¡Ea! ¡Ya está, pero no hay besito de buenas noches!- Hecho esto, hace lo mismo con el resto de sus compañeros.

-Gracias Krugh- dice el elfo ya revitalizado.

-Es una buena opción lo de limpiar primero la torre antes de ir al sótano, no creo que haya alguien más en el sótano ya que no vino a ayudar a estos dos en la lucha. Propongo ir todos juntos, así nuestra defensa podría ser más sólida, no sería bueno que te pasara algo en el exterior y nosotros sin saberlo- Anthedil empieza a practicar con su arco mientras dice esto, estirando la cuerda un par de veces y apuntando a un objetivo invisible, tratando de probar su estado actual.- Sobre la trampilla, no pude escuchar ningún sonido del otro lado, tampoco tuve suerte buscando trampas que puedan ser activadas al abrirla, espero hacerlo con más tranquilidad a la vuelta.-

Filo notó como la herida en el costado se le cerraba y recuperaba el color en su cara. Se encontraba más animada pero lo que intuía que se encontrarían no la dejaba relajarse.

Asintió como agradecimiento a las curación del enano mientras pensaba en que preferiría un beso de la llama antes de del barbudo clérigo pero no se dejó llevar por esas imágenes de pesadilla.

Guardo en su vaina el arma de la diestra y mientras desabrochaba las ligeras cadenas que unían el estoque de su mano izquierda meditaba sobre las palabras del mediano.

- No es mala idea, les podrías sorprender, pero ahí afuera estarás solo.

Subiendo las escaleras el paso estaría limitado y el poder flanquear desde la ventana era una gran ventaja.

- Si quieres ir contaremos hasta 50 y entraremos de forma que podamos coordinar el ataque.

Mientras hablaba preparaba las armas que usaría en este encuentro. Extrajo el frasco de humo líquido de los monjes y se lo puso en una mano y en la diestra agarró el martillo ligero. Si tenía que enfrentarse a un mago quizás lo debiera despistar para que no supiese donde estaban.

De una forma u otra se acercó a la escalera para disponerse a subir cuando estuviesen todos listos o se hubiera acabado la cuenta para sincronizar los movimientos.