Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 7: Perdidos

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20/09/2018, 20:08
Rudy Vergara

Era de agradecer ver a una cara conocida.

-¡Oh! ¡Gracias a Dios! -exclamé al ver a Hécate.

Y rápidamente me llevé las manos a la boca, asustado. Miré a mi espalda, catorce metros más arriba a Thoth. Luego miré a Isis. ¿Se abrían ofendido?

-Quie-quie... Quiero decir. En nuestro mundo hay uno que... Bueno más bien se dice que hay, o bueno, que a lo mejor está, pero no sé. Hécate sí está, entonces los griegos supongo que también. Nada, eso. Que decimos su nombre cuando pasa algo guay o malo o... Sí, bueno este dios se llama Dios. ¿Original, eh? Pero eso, sin ofender a ningún dios. Jeje. ¿Ok? -dije rápidamente y asustado.

Seguramente no se habría entendido mucho nada de lo que había dicho de lo rápido que había sido. Habrían sido los nervios saliendo en estampida. Era el resultado de relajarme después de haber visto a nuestra profesora.

-Uf. -dije apoyándome en Moussa. Estaba un poco más calmado, y algo avergonzado.- ¿Puedes curarme la estupidez con tu aparato?

Al final podríamos hacer el traslado lo más seguro posible. Habría sido guay viajar con un dios egipcio.

-Oye, Aitor. ¿Heliopolaco o heliopolitano? Es que el segundo suena como a pasta de panadería. -pregunté al genio. ¡Ser un supergenio para responder preguntas como estas!

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21/09/2018, 01:09
Moussa Dakar

Las palabras del dios pájaro hacen que se le pongan los pelos de punta. De pronto, la mera insinuación de desear estudiarlo, le hace sentirse como una cobaya de laboratorio. No le gusta ni un pelo lo que escucha, por lo que cargando el peso de un pie a otro y sintiéndose algo inquieto, guarda silencio sin decir nada. Ahora que Omnis está prisionero y que pueden volver a casa, no quiere cagarla soltando alguna de sus tonterías.

Lo que sigue a continuación le pilla totalmente por sorpresa y tarda unos cuantos segundos en percatarse de que Hecate está allí. ¿Cómo y cuando ha llegado? Bueno, eso no importa, lo realmente importante es que ahora que ha llegado, ella puede hacerse cargo de Omnis y todos pueden regresar a casa. Solo espera que realmente sean capaces de contenerlo y que no se libere, pues no cree que ahora mismo puedan aguantar otro enfrentamiento contra él.

Aitor como siempre, se ofrece voluntario para ayudar en el traslado, aunque Moussa piensa que ojalá se hubiese ofrecido semanas atrás a ayudarle a estudiar a Omnis y trazar un plan para derrotarlo. Así no se habrían perdido en aquella dimensión, rompiendo el equilibrio del grupo y sobretodo, haciendo pasar a Rita por un infierno. Aunque en el fondo, Moussa está enfadado consigo mismo por no haber sido capaz de descubrir la forma de derrotarlo por sí solo. Sí, el mero hecho de necesitar a otros y su ayuda es algo que odia. Ojala pudiese hacer todo por sí mismo...

Sara es la más sensata del grupo al indicar que quiere volver. Claro, ella tiene familia que la estará echando mucho de menos y que estará terriblemente preocupada por ella. Además está su novio, cuyo nombre no recuerda y al que ha apodado gusiluz. ¡Maldita sea! Tiene que empezar a poner más atención a los nombres de quienes le rodean, pues apenas se acuerda de los de nadie. Menudo desastre está hecho, aunque para desastres...los de Rudy.

La capacidad para meterse en jaleos y dar explicaciones es tal, que Moussa alterna la mirada entre su compañero y las deidades que les rodean. Encuentra la situación bastante divertida y duda que el dios pájaro y la diosa de oro se enfaden. Aunque lo que de nuevo le toma sorpresa es la pregunta de Rudy.

-Si fuese así, ya lo habría usado conmigo mismo.

La respuesta a la pregunta de Rudy es sincera y pronunciada sin pensar. Por lo que cambia rápidamente de tema, dispuesto a responder a Hecate.

-Yo prefiero regresar también. Aquí, solo molestaría.

 

 

 

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21/09/2018, 13:43
Aitor Zumalacárregui

─El gentilicio sería heliopolitano, como las napolitanas (de chocolate), que vienen de Nápoles (Italia). Heliópolis significa "ciudad del Sol" y se debe a que en la antigüedad era la sede principal del culto al dios Ra. Pero de todas maneras el término es griego, no egipcio, de la época helenística subsiguiente a las grandes conquistas de Alejandro Magno. La ciudad originalmente se llamaba Iunu, que significa "pilar", así que puestos a traducir bien podría llamarse a sus habitantes "pilaricos" y "pilaricas"...

Aitor contestó ésto casi como automatismo, con un tono de despreocupación evidente, acostumbrado a "traducir" términos a personas menos versadas que él en algo, algo bastante usual.

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23/09/2018, 01:45
Diana Castelló

Por un momento la joven desconectó se distrajo con sus propios pensamientos. ¿Cómo estaría la gente en el Liceo? ¿Se habrían movilizado para intentar encontrarlos? ¿Estaría su madre moviendo cielo y tierra para traerla de vuelta? ¿El tiempo pasaría igual en este lado que en el otro? . Muchas preguntas que aún no tendrían respuesta, por lo menos no hasta que consiguieran aclarar el como volver, y el si llevar o no a Álvaro con ellos.

Por un momento cuando volvió en sí pudo ver como Toth se encontraba mirando a la puerta por la que habían entrado, así que instintivamente hizo lo propio justo antes de que se abriera y desvelara la entrada de Isis y Hécate. Por fin... su salvación y su vuelta a casa.

La metamorfa se encontraba emocionada, aunque no se mostró efusiva con la profesora, si que le puso una mano en el hombro a Rudy y le sonrió aliviada.

- Por fin podremos volver a casa .- Dijo por lo bajini, aunque cualquiera que se esforzara un poco podría haberla oído, o por lo menos eso pensó hasta que Aitor comentó su idea de quedarse hasta poder llevar a Omnis de vuelta, momento en que se mordió el labio inferior y estuvo tentada de decir que ella también se quedaría. Que hasta que no volvieran todos ella no se movería de allí... pero en realidad estaba deseando volver y se les había ofrecido la posibilidad de hacerlo. Y si Aitor se quedaba con Hécate, no correría peligro alguno .- Volvamos a casa -. Concluyó.

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23/09/2018, 20:30
Hécate

- Por supuesto que queréis volver… - dijo para sí misma Hécate tras escuchar las respuestas del grupo.  

La profesora correspondió el abrazo de Sara, rodeándola entre sus brazos con dulzura.

- La esfera era un hechizo de portal, para poder viajar a otro mundo - explicó, de forma sintética -. Seguramente reaccionó a los poderes de vuestro compañero. Lo que no se… - puntualizó - es por qué terminasteis en esta dimensión, y no en el Inframundo…

> En todo caso, lo prepararé todo para devolveros a casa en cuanto antes. Aitor… - dijo al genio vasco mientras lo miraba fijamente a los ojos -. Puedes quedarte un poco más, tu ayuda nos irá bien - admitió mientras posaba una mano sobre el hombro de su alumno.

Isis y Thoth no parecieron reaccionar ante la exclamación - y posterior explicación - de Rudy. Sencillamente, parecían más concentrados en Hécate que en los muchachos. Ambas figuras observaban a la mujer de blanco desde lo alto, en silencio. Desde el momento en que la diosa había entrado en la cámara de contención, parecía que los jóvenes habían desaparecido de la vista de los Ennead.

- Si nos permitís, yo misma me encargaré de devolver a mis estudiantes a su dimensión, de inmediato - dijo Hécate, dirigiéndose de nuevo a los anfitriones.

Isis asintió con la cabeza y alzó una mano, señalando la gran puerta de acceso a la cámara de contención.

- Adelante.

Hécate y sus estudiantes abandonaron la sala, no sin antes dar un último vistazo al cubo negro y opaco. Isis y Thoth se quedaron en el interior, observándolos sin moverse ni un ápice. Podrían haber pasado perfectamente por colosales estatuas.

Una vez se encontraron fuera de la cámara, un sacerdote de Thoth los escoltó hacia una gran sala circular, similar a la propia cámara de contención. En esta, sin embargo, unas escaleras ascendían a un gran pedestal en el centro.

Cuando alzaron las cabezas, vieron un infinito y bello cielo estrellado.

Hécate le dio las gracias al sacerdote, hablando en un perfecto idioma nativo. Éste hizo una reverencia y se retiró, dejándolos a solas.

- En esta sala el velo entre las dimensiones es más débil. El Dios del Conocimiento la usa para recolectar información sobre otros mundos más allá de las estrellas - explicó de forma didáctica, como si aquel inesperado viaje se hubiese convertido de pronto en una de sus excursiones -. Aquí será más fácil transportaros a todos de vuelta a casa.

Hécate avanzó unos cuantos pasos, hacia el centro de la sala. Se situó frente a las escaleras, de un blanco marmóreo. Alzó las manos y comenzó a entonar unas palabras incomprensibles. A medida que un extraño y antinatural viento se arremolinaba entorno a la diosa, todos sintieron como se les erizaba el vello de la nuca. Sara, que era especialmente sensible a aquel tipo de energías, sintió como un gran poder se acumulaba en Hécate.

La profesora juntó las manos, y de sus palmas surgió una pequeña y brillante esfera dorada. Con un gesto seco, dirigió una mano hacia el frente, hacia el pedestal. La esfera salió disparada, rápida como una bala, y al llegar a lo más alto de las escaleras pareció chocar con una barrera invisible. El sonido del impacto llenó la sala, resonando como una grave campana. La reverberación despertó algo de náuseas en alguno de los presentes, especialmente en Moussa.

El senegalés, de una forma parecida a cuando rescató a Rita, sintió como una brecha se abría frente a él. Un puente entre mundos.

Poco a poco, sobre las escaleras, una preciosa puerta de madera dorada comenzó a dibujarse de la nada. Un marco sostenía la doble hoja, esculpido en mármol blanco y completamente liso.

La puerta se abrió hacia dentro, revelando un extraño espacio gris, como una neblina que impedía ver más allá.

- Es la hora - dijo Hécate tras girarse hacia sus estudiantes -. Os esperan al otro lado.

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23/09/2018, 20:31
Narrador

El viaje de vuelta fue rápido, como un parpadeo. De pronto, aquellos que cruzaron la puerta se encontraron en otro paraje, uno conocido.

Vieron un gran claro, y un bosque de pinos creciendo más allá. Era el lugar donde se encontraba la Roca de los Nombres, solo que la roca ya no se encontraba allí. Donde antes había estado, ahora no había más que un poco profundo agujero.

Aquel, sin embargo, no era el único cambio. En el momento en que habían regresado, el sol se encontraba en lo más alto, debía de ser mediodía. Y no estaban solos.

A su alrededor vieron unas cuantas carpas de lona oscura. Bajo éstas había numerosas mesas, cargadas de ordenadores y diversos equipos. Al mando de los controles, y bajo la supervisión de E.S.T.H.E.R. se encontraban Tesla y Enzi, del Club de Inventores, así como uno de los compañeros que habían visto en acción durante los Juegos Heroicos, el Dr. Ahora. Enzi parecía estar discutiendo con él sobre algo que aparecía en una de las pantallas.

Numerosas palomas, los drones blancos de la profesora de tecnología, sobrevolaban la zona, emitiendo sus familiares pitidos.

Al verlos aparecer, Tesla se levantó de un salto y salió corriendo hacia ellos.

- ¡Habéis vuelto! - gritó mientras abrazaba a Rita, con quien tenía una relación especialmente cercana -. ¡Hemos pasado días buscando, rastreando una a una todas las dimensiones que se nos ocurrían! - exclamó mientras se separaba un poco de su compañera para mirar a los demás -. Pero ya estáis en casa, al fin. Estábamos muy preocupados…

*****

Al final resultó que, lo que habían sido poco más de dos días en Heliópolis, habían pasado cerca de cinco días en su dimensión.

Tras su desaparición en medio del Guateque, se dio la alarma a los profesores del Liceo. Verónica y algunos de los otros telépatas de la escuela sintieron la llamada de auxilio de Aitor. Hécate sintió las fuerzas místicas que habían abierto el portal, pero no fue capaz de llegar a tiempo para rescatar a sus estudiantes.

Cuando los profesores se personaron el portal ya se había cerrado. Encontraron a Salara tras un muro de hielo, y a Enzi en el bosque. Ambos se encontraban inconscientes.

Pero faltaban nueve alumnos.

Los Juegos Heroicos se cancelaron de inmediato, y los padres y otros visitantes del Liceo fueron desalojados por su seguridad. Los estudiantes fueron recluidos a sus habitaciones, y los profesores, con la ayuda de algunos de los héroes profesionales que habían acudido al evento, estudiaron la situación.

E.S.T.H.E.R., con la ayuda del Club de Inventores, montó un campamento en la zona de la desaparición. Bajo la premisa de que los estudiantes habían viajado a otra dimensión, construyó equipos para rastrear la señal del Grupo 4 a lo largo de las dimensiones.

Hécate, por su parte, buscó por su cuenta. Convencida de que el Grupo 4 había ido a parar al Inframundo, debido a la esfera que le había dado a Sara, viajó por sí misma a la dimensión en busca de los alumnos.

La búsqueda y rastreo se alargaron durante cuatro largos días, en los que el Director Richmond se había encargado de contactar a las familias de los estudiantes desaparecidos. Dado que los familiares de Aitor, Diana, Marina y Rudy ya habían acudido a los Juegos, jamás llegaron a irse de la escuela. Los abuelos de Sara acudieron al día siguiente, aunque los padres de César y Daniel no aparecieron.

La mayoría pedían explicaciones. Sus hijos habían tenido que enfrentarse a un peligroso villano, y habían sido llevados a otra dimensión desde los mismos terrenos de la escuela. Si allí no estaban seguros, ¿en qué otro lugar iban a estarlo? ¿Cómo podía el Liceo garantizar la seguridad de sus hijos si estaban siendo perseguidos por aquel villano maníaco?

Al quinto día, Hécate recibió una comunicación. Un mensaje de otra dimensión. Tras comunicar al resto de profesores que tenía una pista sobre el paradero de los alumnos, se encerró en su santuario personal, y desapareció.

Al cabo de unas horas, los alumnos perdidos aparecieron en el claro del bosque. Éstos fueron chequeados inmediatamente y luego llevado con sus familias - si es que se encontraban en el Liceo.

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23/09/2018, 20:47
César

Mientras el resto de miembros del Grupo 4 se encontraba con sus familias, César y Moussa se reunieron en la azotea de la escuela. Era su sitio particular, el lugar al que se retiraban cuando querían huir de los demás.

César se encontraba sentado en el borde, con las piernas colgando. El viento agitaba su cabello, que bailaba alegremente frente a sus ojos bicolor. Su mirada era triste, apagada.

- Pensaba que después de todo esto mis padres vendrían - dijo, con más apatía que tristeza en la voz.

Durante el curso, Moussa había aprendido a ver a través de la actitud de César. Tras sus bruscos modales y actitud irascible, se escondía una persona sensible e insegura.

Por lo que sabía el senegalés, los padres de César lo habían repudiado al descubrir su naturaleza mutante. Él, hasta aquel momento, había renegado de ellos. Pero Moussa sabía, y en aquel momento era más evidente de nunca, que en el fondo César los echaba de menos.

Los ojos de Salamandra se humedecieron, y sus manos se cerraron con fuerza en torno al borde de hormigón sobre el que estaba sentado.

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24/09/2018, 12:30
Moussa Dakar
Sólo para el director

El ataque de Omnis ha supuesto un antes y un después para el grupo 4. En cierto modo todo aquello les ha hecho darse cuenta de cómo son cada uno en realidad y que los lazos que los unen, son tan frágiles como el propio silencio. Juntos pueden hacer frente a cualquier amenaza, pero les falta confianza los unos en los otros, así como un propósito que los guie a todos por igual. Así que quién sabe, quizás sea hora de que el grupo se rompa y que cada cual siga por libre buscando su propio sino. Aquello le duele de verdad, pero en el fondo sabe que era solo cuestión de tiempo que el grupo se rompiese. Está seguro de que algunos de sus compañeros llegarán a formar parte de grandes grupos de héroes o harán grandes cosas por el mundo. Él en cambio, solo quiere terminar su proyecto de ciencias, ayudar a Iván y después quizás desaparecer para siempre.

Aunque por desgracia no tiene demasiado tiempo para plantearse su futuro, pues César no parece estar en su mejor momento. ¿Pero cómo diablos puede ayudarlo cuando él mismo no se encuentra en su mejor momento? La vida era mejor antes, donde la única persona que le preocupaba era él mismo. ¿Pero qué diablos le ha pasado en el Liceo? Se ha jugado la vida y ha llevado sus poderes al límite para ayudar a sus compañeros y ahora, lo único que piensa es terminar su trabajo para devolverle a Iván el uso de sus piernas.

Con los brazos cruzados a la altura del pecho y de pie al borde del tejado, Moussa observa los jardines del Liceo y durante largo tiempo, guarda silencio sin saber qué diablos puede decir.

-Los adultos son idiotas, temen lo que no pueden controlar y a ti no te podían controlar. Pero quizás sea hora de que vean en lo que te has convertido y en la gran cantidad de vidas que has logrado salvar. Creo que la única forma de afrontar todo esto, es que vayamos a ver a tus padres. Deben de ver que ya no eres el muchacho que conocieron, sino que has madurado y te has convertido en todo un héroe y si a pesar de todo eso continúan siendo unos capullos, los teleportaré bien lejos y les haré que volver a casa tras varias horas de larga caminata. Dicen que la familia es la que te toca y a veces, pueden llegar a ser unos completos capullos...mi padre trató de matarme, así que sé de lo que hablo. Pero los amigos...los amigos son la familia que decidimos elegir. Es hora de solucionar este capítulo de tu vida, vayamos a ver a tus padres...bien...¿Donde vives?

Los poderes de César asustaron a sus padres, pero quizás ahora que puede controlarlos y de las hazañas que ha realizado, su comportamiento cambie. Después de todo, han tenido tiempo para pensar en su hijo. Para bien o para mal, Moussa cree que es la hora de que César se enfrente a sus padres, bien sea para reforzar sus vínculos o para que los rompa por completo y así pueda seguir adelante cuanto antes.

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24/09/2018, 12:37
Sara Carrión

En cuanto pasaron por esa puerta regresaron al descampado de la piedra del nombre, la cual ya no parecía existir. Habría que buscarle algún tipo de sustituto a esa tradición del Liceo pero lo importante no era tal objeto sino ver de nuevo a los chicos del club de investigación. Sara enseguida fue con ellos dispuesta a abrazarles con cariño.

- Estamos de vuelta, conseguimos contactar con Hécate. Habíamos acabado en Heliópolis.

Explicó enseguida sin saber si conocerían el lugar, si no, estarían a punto de escuchar acerca de esa fabuloso ciudad. Y al fin cuando supo que habían pasado cinco días allí se alegró de que hubiese sido poco tiempo.

"¡Alicia, estoy aquí!"

Exclamó mentalmente en cuanto encontró un hueco para pensar, queriendo comunicarse con su hermana mayor.

*¡Sara! Estaba tan tan preocupada. Te echaba de menos... los abuelos están aquí...*

"Ven conmigo, hablemos un poco"

Pensaba que estando Alicia sola podía haber decaído. Ella sí que estaba preocupada, pensando que Alicia podía haberse marchado de allí, vuelto junto a los muertos debido a la súbita separación. Y su tono un tanto lánguido no le había gustado nada, pero seguía allí, que era lo fundamental.

"Voy a verlos, a los abuelos". Pensó tratando de coger el toro por los cuernos, a la vez, estaba consultando su móvil. Acababan de llegar múltiples mensajes de Alberto, pendientes desde hacía días. "¡Estoy aquí! ¡Estoy bien! ¡Te quiero mucho!" se dedicó a escribir y aunque deseaba poder verlo ya tenía que calmar a su familia. "Dios, ahora me dirán que no les invité a ver los juegos, estoy perdida, perdidísima". Miró a sus compañeros.

- Ay, chicos. Deseadme suerte.

Dijo crípticamente mientras se dirigían hacia el encuentro con los familiares. En efecto, ya al llegar pudo ver las malas caras y los tonos fríos. Ninguno de los dos la recibió con una sonrisa, sino con una bronca contenida si acaso por la presencia de las otras familias. Sara comenzó una defensa basada en peticiones de perdón, una tras otra, agachando la cabeza, tratando de superar el bache, que pasaran los minutos y se desfogaran. Así, aguantó la reprimenda y por supuesto, la amenaza de sacarla de allí. La joven hubo de defenderse, pues no se iría de allí. El entrenamiento no había terminado, había gente a la que quería, y ellos eran sólo un par de cascarrabias a los que tendría que aguantar. Y sin embargo, ellos pagaban la academia, ellos daban el permiso para que pudiera continuar, así que lo único que pudo hacer fue deshacerse en llantos, pidiendo por favor que la dejaran seguir. Llorar y llorar, como la única forma de conseguir que dejaran el cabreo y pensaran un poco en ella.

"¡No te puedo ver, Alberto, estoy con los abuelos. Luego te veo, ¡te quiero!".

Escribió a duras penas en el móvil mientras seguía el chaparrón y en su mente, las palabras de Alicia tratando ahora de aconsejarla, sabiendo también que sería un milagro que la dejaran seguir, o acaso no había tenido irse ella y morir lejos de casa. Fue entonces que la abuela cedió mínimamente y cuando vinieron a avisarles de la reunión con el director, Sara pudo ver una única mirada de lástima en los ojos de Carmen, como si hubiera escuchado a Alicia y recordara aquellas discusiones con final trágico*. La abuela apretó el brazo de su esposo y la dejaron marchar junto al resto, quizá para poder hablar ellos en privado.

Notas de juego

Asumo que Alicia y Alberto andan por ahí ya que no se ha dicho otra cosa, pero a Alberto creo que no da tiempo a verle.

* A tope con el drama familiar de Sara.

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25/09/2018, 09:40
Aitor Zumalacárregui

Aitor era, como solía pasar, un caso especial. Cuando todos los demás alumnos abandonaron Heliópolis el genio vasco quedó al lado de la profesora y no sería hasta algunas horas más tarde que regresaría, agotado pero satisfecho, de su reunión a tres bandas con los dioses Toth y Hécate, entre los que haría de intérprete, no en lenguaje, sino en conceptos, puesto que a pesar de las grandes capacidades de ambos Aitor se había convertido en muy bueno tendiendo puentes de comprensión y superando convencionalismos y límites autoimpuestos. Entre los tres diseñaron un artefacto capaz de llevar con seguridad a Omnis, Álvaro, de regreso a la Tierra. La realización, eso sí, iría a cargo de Toth y sus sacerdotes, el chico, por imperativo de la profesora, fue obligado a volver para descansar.

En el Liceo le esperaba su familia al completo. Incluso su hermana se había preocupado tanto como para darle un abrazo al verle llegar (luego se separó, frunció el ceño y le dio un "calmante" en el brazo para recordarle que le seguía odiando, eso sí). Puede que fuera el hermano mayor, el "plasta" tiránico que tan mal se lo había hecho pasar y todo lo que tú quieras, pero era su hermano mayor y habían compartido muchas cosas en su corta existencia. Sus padres, en cambio, estaban histéricos. Habían estado desde Juegos y no se habían movido del lugar, causando el caos allí donde iban. Su padre, Gorka, era un peligro por los pasillos del Liceo, deslizándose con su silla de ruedas a toda velocidad de un lado para otro, apartando a los pobres estudiantes a voces. Estaba de un humor fatal. Y dejaba la tarea burocrática a su mujer. Maite, por su parte, asediaba a los profesores, preguntándoles tan a menudo como para que éstos le hubieran tenido que decir en un par de ocasiones que su presencia allí estaba entorpeciendo su trabajo de búsqueda. Incluso llegó a amenazar al director con interponer personalmente una denuncia por la desaparición de su hijo y otra más por todas las irregularidades que había visto durante su estancia allí. Por fortuna el director había decidido no contestarle, consciente del nerviosismo de la mujer.

Al verle hubo lágrimas, un abrazo en el que su padre casi le rompe una costilla a su hijo, ... y antes de que pudieran decirle nada, fue el propio Aitor el que les sentenció que su estancia en el Liceo había acabado, independientemente de lo que dijeran ellos. El lugar era demasiado peligroso y comprometía su brillante futuro. Maite enmudeció y asintió, Gorka avanzó hasta él con cuidado y le puso una manaza en el brazo, comprensivo. Idoia salió de la habitación hecha una furia. Tenía razones para ello, al parecer había esta reconstruyendo su vida en el Liceo y ahora ésta peligraba una vez más por culpa de su hermano. Su destino todavía estaba por decidir.

No perdió el tiempo. Mientras esperaba a entrar al despacho del director envió una serie de correos electrónicos en una super-tablet nueva creada al efecto tras pasar brevemente por su habitación. Les comunicó tanto al director como a los profesores su decisión de abandonar el Liceo, con mensajes personalizados (aunque tal vez un tanto fríos, en su línea), acabando en una larga (pero breve en tiempo) conversación con E.S.T.H.E.R., su profesora predilecta y, al menos en parte, su mentora. De ella había recibido trato y consejo como nunca había podía recibir de sus padres. Evidentemente seguirían en contacto. Gina, en proceso de convertirse en una verdadera IA autónoma, quedaría a cargo de la profesora.

En sus despedidas seguiría Salara, Gata Lunar, ésta contactada a través de sus poderes telepáticos. Con ella que había compartido un vínculo muy especial, literalmente. Aquel incidente del primer día en el Liceo le había marcado. También le había hecho más fuerte y no mucho después Aitor construyó su diadema, que tanto le había ayudado a controlar sus poderes mentales. De Salara guardaba, casi se podría decir que atesoraba, recuerdos muy especiales. Le dolía separarse de ella, aunque era reacio a reconocerlo.

Los componentes del Club de Inventores, contactados de la misma manera, sentían su marcha, su genio vasco se les iba y sería alguien difícil de reemplazar, pero todos entendían su razonamiento para abandonarles. Eran muy buenos en comprender cosas, claro.

Y por fin le tocó el turno al Grupo 4, de quienes tanto había aprendido tal vez lo más importante que aprendería en su vida: humanidad. Todos, a su manera, eran excelentes personas y les esperaba un futuro brillante. Si alguien no lo extinguía por el camino. No, definitivamente ese no iba a ser su camino. Reunidos ante el despacho del director, Aitor iba vestido con una muda impoluta monocroma de las suyas, de las de antes de los uniformes del Liceo.

─Chicas, chicos, independiente de lo que el director quiera decirnos, he tomado la decisión de abandonar el Liceo, mis padres ya están recogiendo mis cosas de la habitación. Hay multitud de proyectos no heroicos en los que quiero intervenir y en los que mi presencia puede suponer una gran diferencia ─dijo en voz alta sin asomo de modestia en su tono, lo que tal vez no fuera lo más educado, por mucho que probablemente tuviera razón, como de costumbre─. Hay varios motivos para irme, pero ninguno incluye a los miembros originales del Grupo 4, os lo creáis o no, os echaré de menos ─comentó rozando la emotividad como pocas veces en su vida─ Y tú ─ señaló con dedo amenazador hacia Daniel─ será mejor que cuides de ellos y aprendas a liderar como es debido. Puedo recomendarte algunos libros al respecto… ─añadió, la última parte desviando la mirada del británico y en un tono considerablemente más bajo.

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25/09/2018, 22:41
Rudy Vergara

La verdad es que la vuelta a nuestro mundo fue mucho más estilosa que nuestra partida. Esta vez no hubo viaje psicodélico, mareos y luces.

Por un momento pensé que habíamos aparecido en otro sitio, en una zona militar o algo así. Pero no, eran nuestros compañeros del Club de Inventores. ¿Quién si no se habría puesto estudiar el terreno? Eso me alegró bastante, ver que les importábamos al resto de alumnos.

Fusión, que había estado ayudando estudiar, el terreno fue el primero en darme la bienvenida. Después de saludar al resto de compañeros y asegurarse que estaban bien, me acompañó a ver a mi familia.

-Buena suerte, Sara. -dije abarcándola con un brazo, dándole un mini abrazo. Me daba un poco de cosa separarme de mis amigos después de haber pasado por esta situación. Luego me giré a los demás. Le di un golpe en el hombro a Daniel, un beso en la mejilla a Diana y con un guiño y un saludo me despedí del resto.- ¿Nos vemos luego?

Salí con Fusión del claro, que me llevaba a ver a mi madre.

-Parece que Wrecking Mom se la lió un poco a Richmond. Le montó un pollo de narices. El dire no ha tenido un descanso lidiando con tu madre y con la de Aitor. -dijo Fusión desde su armadura. No mostraba expresión alguna, pero conociendo a mi amigo sabía que se estaba riendo ahí dentro.- Oh, mira. Ahí están.

Un grupito se acercaba por el sendero que llevaba al borde del bosque. Pero solo me dio tiempo a ver como un borrón llegaba como un rayo a donde estaba y por poco me tiraba al suelo. Pero aparte de estar a punto de derribarme, también aprovechó para estrujarme. Luego me dio repetidos besos en la mejilla, cada uno más fuerte que el anterior. Un humano normal ya habría muerto. Tres veces.

-Hola mami. -dije devolviéndole el abrazo como podía.

-AY, MIJITO. -gritó sin soltarme. Se sorbió la nariz, estaba llorando. ¿Por qué tan preocupada? Si tan solo habían sido...-¡SINCO DÍAS! Nos dijeron que era imposible saber donde podíais estar, o incluso si os habían pulverisado. Ay, mijito.

-Oh, ugh. Lo siento. -dije sin saber muy bien que decir.- Omnis nos pilló... Y bueno, acabamos en otra dimensión. Para nosotros han sido casi dos días.

Fusión, que se había apartado un poco, nos miraba. 

-Tot bé, doncs. Mi trabajo aquí está hecho. -dijo Xavi, haciendo un saludo con la cabeza.- Hasta luego, señora Vergara. Adiós, Honey.

¿Honey? Por un momento pensaba que me lo había dicho a mi, pero una voz se alzó por detrás de mamá. Una niña de tez morena, con el pelo por los hombros y con una cara muy parecida a la mía.

-¡Eugenita! -dije sorprendido al ver a mi hermanita. No esperaba para nada verla allí.

-Me llamo Honey, capullo. -me contestó Eugenia dándome un abrazo.

Sí, ahora se llamaba, Honey. A mi hermanita nunca le había gustado su nombre, y como era costumbre en los institutos ingleses, le pusieron un apodo. Resultaba que nadie era capaz de pronunciar Eugenia. Primero fue Eugi, luego Geni y al final acabó derivando en Honey.

-Ay, mis hijitos como se quieren. -exclamó mamá, abrazándonos a los dos esta vez.

 

Nos pusimos al día. Les conté donde había estado, las maravillas que había visto, los peligros que habíamos enfrentado, como perdí parte de mis poderes que luego iría recuperando poco a poco... Un poco de todo sobre el viaje.

Ellas me contaron como Mamá había movilizado al MI6 (o al menos al Agente Jhonson y a Silver Knight). Lo único que pudieron hacer fue intentar tranquilizar a Gloria. Total, los mejores científicos ya estaban en Liceo.

Por otra parte, Honey ya estaba de camino al Liceo mientras nosotros participábamos en los Juegos. Se ve que su instituto había dado la alerta de un incidente mutante en sus aulas. No causó ningún accidente, ni era un peligro para nadie. Pero ni el Agente Jhonson, ni Wrecking Mom quería arriesgarse a que corriese el mismo destino que el hijo mayor. Así que para curarse en salud, se apuntó al Liceo para el curso que viene.

Aunque sus poderes no eran para nada parecidos a los míos o los de mamá.

-Pues yo no sé por qué no tengo vuestros poderes. Pero los míos molan más. –dijo Honey mientras una energía azulada se revolvía en sus dedos.- No sé muy bien que hacen todavía.

-Se parecen a los de… -miré rápidamente a mamá, consternado.

En su mirada había un reflejo de pena y preocupación. Negó suavemente con la cabeza y con los labios dijo silenciosamente “No”.

Honey no sabía nada de Plasma todavía… Bueno, no era el momento. ¡Ya llegaría! Ahora tenía que disfrutar el momento.

¡Ay, mis chicas como las quiero! –dije abrazando simultáneamente a las dos.

 

Mientras hablaba con la familia, le pedí el móvil a mamá. Abrí mi cuenta de Whatsapp. De repente me llegaron todos los mensajes que se habían acumulado.

-¡EEEOOOO! ¿Dónde estáis? Os están buscando. ¿Todo ok? :S –Abeja Reina.

-No me jodas, Rudy. ¿Os habéis fugado? D: –Misil.

-¿Bro? :O –Fusión.

-AY, MIJO DONDE ESTA DIGAMELO QUE LE VOY A BUSCAR DONDE SEA ESTA BIEN? DIGAMELO PORFAVO ESTOY PREOCUPADISIMA NO PUEDO VOY A HABLAR CON EL DIRECTOR HOLAAA RUDY? PORQUE NO ESTAN DE VUELTA QUIERO SABER SI ESTAN BIEN DICEN QUE NO SABEN DONDE ESTAN RUDY ESTA BIEN? – Wrecking Mom.

-Mamá, me ha dicho que posiblemente estés muerto. ¿Es cierto, capullo? XD –Honey.

- Test número 21. Probando mensaje de texto extradimensional. –Tesla.

-Test número 543. Probando mensaje de texto extradimensional, extratemporal y extraplanetario. –Enlace.

-Rudy, si vuelves... Cuando vuelvas, perdona. Quiero verte, hay algo que tengo que decirte. Espero que estés bien. –Silvano.

 

Después de cambiarme de ropa me reuní con mis compañeros. El grupo 4 fue convocado al despacho del director. Otra vez. ¿Cuántas veces iban ya? Debíamos ser el grupo con peor suerte de la historia. ¡Todo nos pasaba a nosotros!

Aitor aprovechó para hacernos un comunicado.

-Oh… -dije completamente perplejo.

El genio vasco nos dejaba. Por una parte lo entendía. Conocía a Aitor, había sacado todo el partido posible al Liceo. Ahora, necesitaba salir y aprender cosas nuevas. Seguir experimentando y conocer gente nueva.

-Jo, Aitor. –dije con los ojos húmedos.- Te vamos…

Me pasé la manga de la sudadera por los ojos, para secarme las lágrimas.

-Te voy a echar mucho de menos, tío. He aprendido mucho de ti. Ya no solo por los deberes que me obligabas a hacer por mí mismo, o por las faltas que me corregías de las redacciones de Lengua, si no por todo. Me has ayudado a crecer y madurar como persona. Y en el futuro, cuando sea un héroe. Podré decir que estoy ahí gracias a gente como tú. Te lo agradezco, Aitor.

Y le di un fuerte abrazo a Zenitram. Ya no contenía las lágrimas. No podía ocultarlo, echaría de menos a aquel chico tan raro.

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26/09/2018, 00:56
Diana Castelló

En el momento en que pusieron un pie en el claro del Liceo, la metamorfa se dejó caer al suelo. No por cansancio, ni por malestar, sino de alivio. Tocó el suelo del Liceo con sus manos, respiró el aire de su dimensión y al exhalar se notó una profunda calma. Por fin se encontraban en casa, y todos en mayor o menos medida se encontraban en perfectas condiciones.

Sonrió abiertamente, y saludó a todos y cada uno de los que allí se encontraban, tuvieran o no relación con ella, eso daba igual. Se notaba que habían puesto todo su empeño en encontrarlos y eso era lo importante. A quien si abrazó fue a Fusión dentro de su armadura. Con Xavi si que había tenido cierta relación debido a la amistad que lo unía a Rudy, así que en cierta manera se desahogó con el.

- Aunque creas que no, te he echado de menos, chico radiactivo .- Lo chinchó.

Cuando el grupo se dispersó a buscar a sus familia, Diana desplegó sus alas y voló para hacer lo propio. La agente 13 probablemente no hubiera generado revuelo alguno, pero seguro que estaba preocupada por la adolescente Skrull.

En el camino se encontró con Nkel’Tulip, el alienígena que descubrió la naturaleza de la chica, y que se arrepintió tras participar en una emboscada.

- ¡Kel! .- Dijo mientras aterrizaba y le daba un abrazo al chico -. Sí, soy yo... hemos vuelto.

- Vaya... ¿Hola Diana? .- El chico parecía realmente confuso por la efusividad de su compañera -. Me alegro de que estés bien.

El chico no parecía saber a qué se debía aquel abrazo, pero quizá todo se debía a una nueva perspectiva que tenía Diana después de todo por lo que habían pasado.

- Yo también me alegro de estar aquí, y me alegro de ver que estás bien.- Tras un fugaz beso en la mejilla la chica salió volando a la máxima velocidad posible, dejando a un ruborizado alienígena con una tonta sonrisa en los labios.

La chica saludó a mucha gente  durante su vuelo, generalmente solo a gente que conocía, pero también a alguno que otro desconocido.

Al llegar al recinto, preguntó a una de las palomas de E.S.T.H.E.R. donde se encontraba su madre, y con la contestación del robot, vino una pequeña carrera hasta una sala de lectura privada en la biblioteca.

- ¿Se puede? .- Dijo abriendo la puerta tras un ligero golpeo de nudillos en la puerta -. ¿Interrumpo algo?.

Sin mediar palabra alguna Sharon soltó el libro que tenía en las manos y corrió a abrazar a su hija.

- Menos mal que estás bien .- Dijo con una lágrima recorriéndole la mejilla -. Trataba de mantenerme lo más tranquila posible, y no entorpece la búsqueda, pero me estaba muriendo por dentro al saber que estabas en peligro y no podía hacer nada para remediarlo .- El abrazo de la Agente 13 resultó ser más fuerte de lo que la metamorfa esperaba -. Natasha me ha llamado cada día varias veces esperando que estés bien. Espera que le mando un mensaje.- Dijo la desecha mujer mientras soltaba a su hija de su abrazo y echaba la mano hacia el móvil.

- No .- Le respondió la chica -. Ahora mismo solo quiero estar un rato contigo.

Al decirle aquello la dura Agente 13 volvió a romper en llanto y así se mantuvieron ambas un buen rato.

Cuando la cosa se calmó un poco la chica envió un mensaje a su "tía" la Viuda Negra, diciéndole que todo estaba bien, que la llamaría en otro momento porque tenían una reunión con el director y tenía muchas cosas que contarle. A lo que recibió un mensaje de vuelta casi al segundo diciendo.

- No sabes lo que me alegro que estés bien conejita. Si, tenemos que hablar, pero por favor, antes llamad tú y tu amigo a Kamala, no ha dejado de darme la brasa desde que se enteró de que habíais desaparecido.

Aquel mensaje arrancó una sonrisa de los labios de la metamorfa.

Tras un baño y dos minutos de descanso se personó en el despacho del Director Richmond y recibió el mazazo de la partida de Aitor. A decir verdad siempre le sacaba de quicio, pero lo quería. Era y seguiría siendo un buen amigo, cargante... pero buen amigo al fin y al cabo.

- No puedo decir que me sorprende que te vayas .- Dijo sinceramente -. Pero lo que si te puedo decir es que más te vale que mantengas el contacto con el grupo, porque vamos en un momento a tu casa y te hacemos acordarte ¿Queda claro? .- Dijo con un tono macarra pero con una enorme sonrisa en los labios. Tras aquella "advertencia" se acercó al joven Vasco, normalmente reacio al contacto físico, y le dio un fuerte abrazo-. Te vamos a echar de menos Aitor.

Ya había tenido demasiada sensibilidad en un día... esperaba que no hubieran más malas noticias dentro del despacho del Director

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26/09/2018, 12:16
Sara Carrión

Después del mal trago con los abuelos, con la incertidumbre de que no sabía si podría seguir en la academia aunque la convicción de que haría todo lo que estuviera en su mano, llegó Aitor a anunciar que no iba a seguir. Sara sintió un bajón anímico que le hizo abrir la boca mostrándose espantada, para después intentar controlarse. No quería tampoco que los demás vieran su frágil situación aunque ya serían todos conscientes porque se le habían enrojecido los ojos debido a los lloros. La joven se acercó a Aitor para poder abrazarle.

- Te voy a echar mucho de menos y los demás también. Te seguiré escribiendo por mensajería.

Le miró a los ojos. El vasco era un joven excepcional y siempre sabía salir de los apuros. Ahora podría sacar de apuros a mucha otra gente, pues esperaba que fuera a dedicarse a algo como medicina o infraestructuras, algo positivo.

- El cambio climático, Aitor, a ver si lo puedes solucionar pronto.

Dibujó una sonrisa aunque débil. Era una broma pero también era una forma de manifestarle su confianza en que podría hacer cualquier cosa. Iba a ser el Reed Richards español si seguía por ese camino. Ya si seguía ennoviado con Marina, que esperaba que sí, podría formar una superfamilia algún día en plan cuatro fantásticos. Seguro que sería digno de ver.

Notas de juego

Son muy buenos los posts, con el de Rudy me he reído bastante, sobre todo con Honey.
 

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27/09/2018, 11:28
Moussa Dakar

La llegada al Liceo supone tan solo un ligero momento de alivio para Moussa. Aquel viaje le ha cambiado y le ha ayudado a abrir los ojos en muchos sentidos. Pese a ello, se toma unos minutos para saludar al club de inventores, con quienes ha pasado gran parte de su tiempo en el Liceo. Su relación con ellos bien puede ser la de un hermano pequeño, que sigue a los mayores a todas partes para tratar de imitarlos. Pero gracias a la paciencia de todos ellos, Moussa ha comenzado a mejorar en sus notas (no en todas, claro, pero si en aquellas que le parecen más interesantes)

También pasa por las cocinas del Liceo para saludar a Juanjo, un buen tío con el que trazó amistad al poco de llegar. Por supuesto acude a visitar a la doctora Pujol, a la que tiene que prometer que se encuentra bien y que más tarde se someterá a un chequeo completo. La doctora se ha convertido en una especie de hermana mayor para él, quizás un tanto estricta en ocasiones, pero de lo más cariñosa cuando Moussa no se comporta de una forma estúpida.

Por último se dispone a saludar a Bosch o al menos a una de sus copias, que lo observa con ese semblante serio tan propio de él en la lejanía. Al ser con quién posee mayor afinidad, siente que es a quién debe de contar todo por lo que ha pasado con mayor detalle y dedicar mayor parte de su tiempo. Pero algo llama poderosamente la atención de Moussa.

Sentado sobre el tejado del Liceo y con los pies colgando, se encuentra César con un aire un tanto melancólico. La mirada de Moussa se cruza con la de Bosch, quién parece adivinar los pensamientos de Moussa y con un asentimiento con la cabeza, le da permiso para ir a buscar a su amigo, dejando para más tarde la conversación pendiente entre ambos.

Desvaneciéndose por un portal, acude junto a Salamandra.

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28/09/2018, 12:52
Moussa Dakar

Moussa es el último en llegar al despacho del director, la reunión le ha pillado por sorpresa y ha sido casi un milagro que se enterase de ella. Al principio no está seguro de lo que sucede, aunque cree que ha pasado algo grave al ver que Sara no se encuentra en su mejor momento.

-¡Ey, rubia!   -Indica susurrando a la joven.  -¿Estás bien? ¿Ha pasado algo mientras estaba fuera?

No hay tiempos para respuestas, pues Aitor toma la palabra y suelta la gran bomba sobre el grupo. Se larga, sin más, simplemente no quiere seguir allí y se prepara para despedirse de todos y no volver jamás al Liceo, al menos, no como miembro del grupo 4.

Aquello no debe de tomarlo por sorpresa, hace semanas que sabe que el grupo se va a separar y que cada cual va a seguir un camino diferente. Pero saberlo y afrontarlo son dos cosas bien diferentes. Además, siempre pensó que serían Rudy y Diana los primeros en largarse para unirse a los vengadores y salvar el mundo. Jamás imaginó que sería Aitor quién diese el primer paso.

-Chisssttt, maldito idiota...    -Refunfuña entre dientes, mientras cruza los brazos y frunce el ceño en su lo que es ya, su clásica postura. 

Uno a uno, sus compañeros se van despidiendo de él. Aquellas cosas no se le dan nada bien ¿Qué diablos puede decir? ¿Y por qué diablos siente ese nudo en la garganta? Maldita sea mil veces Aitor por hacerle pasar por ese trago.

-¿Eso es todo? ¿Se acabó? Chiisssttt...De acuerdo, pero antes de irte, quiero un móvil guapo, uno de ultima generación con juegos y eso. Después de todo, no creo que vayas a dejar a Marina ¿No? Y claro...para venir hasta aquí necesitarás de mis servicios, así que...quiero mi móvil a cambio.  Apartando la mirada para hacerse el indiferente, aguarda unos instantes antes de añadir: -Bueno, al menos ahora tendré todo un cuarto para mí solo.

Finalmente, se acerca hasta Aitor y le tiende una mano a modo de despedida, mientras que con la otra, se rasca la cabeza inquieto. No quiere mostrar lo que va a echar en falta al genio del grupo, ni quiere que las lágrimas se le escapen. Así que opta por aquel gesto para desearle buena suerte.

-Cuando conviertas el plomo en oro, ya sabes a quién llamar. Buena suerte con tus proyectos y esas cosas...Si te metes en líos ya sabes, siempre puedes avisarnos y estaremos allí a salto de portal.

 

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29/09/2018, 12:13
César

Antes de la reunión, tejado del Liceo

Las palabras de Moussa arrancaron una sonrisa en César, que cerró los ojos y se encogió de hombros.

- Eres como un hermano para mí, tío - le dijo mientras alzaba la cabeza para mirarlo.

La mirada de César fue profunda y desnuda. Con los ojos anegados en lágrimas, el piroquinético se mostró ante Moussa de la forma más vulnerable en que lo había hecho nunca.

- Y te agradezco lo que quieres hacer, de verdad. Pero sé lo que te están haciendo tus poderes.

Incapaz de sostenerle la mirada, César volvió a mirar hacia el frente. Se secó las lágrimas con la manga de la sudadera.

- Sí, yo también me he enterado…

Ahora, César fruncía el ceño. Se le veía disgustado.

- No quiero que vayamos a verlos. No si tienes que usar tus portales. Si tengo que escoger entre ellos o tú… Te escojo a ti, ¿entiendes?

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29/09/2018, 12:37
Marina

Frente al despacho del director

Tras reunirse con sus familias, los miembros del Grupo 4 habían acudido a la planta donde se encontraban los despachos de los profesores. Una vez estuviesen todos, entrarían en el despacho del Director Richmond para hablar de lo sucedido durante su “viaje”.

Antes de entrar, sin embargo, Aitor compartió con sus compañeros la decisión a la que había llegado.

Uno a uno, sus compañeros de grupo fueron despidiéndose de él. Aunque el momento les resultase triste o amargo, le desearon lo mejor en el futuro.

Todos excepto uno.

Marina, con los brazos cruzados, los ojos enrojecidos y el ceño fruncido, se encontraba en medio del pasillo.

- ¿Y yo qué, Aitor? - preguntó de pronto la semi-atlante, usando su propia voz.

El suelo, las paredes y el techo reverberaron con la potencia de aquella poderosa pero triste pregunta. Todos sintieron el pulso se les aceleraba, y un ligero pitido comenzaba a sonar en sus oídos.

- ¿Por… - comenzó a preguntar, pero las expresiones de sus compañeros hicieron ver a la joven que estaba empleando su verdadera voz.

La semi-atlante respiró hondo, aunque de forma irregular.

- ¿Por qué no me lo has contado antes? - dijo, vocalizando claramente y haciendo un visible esfuerzo por contener el timbre de su voz -. ¿Te ibas a ir sin más?

Marina tragó saliva y cerró los ojos con fuerza. Pasados apenas unos instantes, se encogió de hombros y se encaró hacia el despacho del director. Abrió la puerta y entró, sin decir nada más.

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30/09/2018, 12:13
Moussa Dakar
Sólo para el director

Moussa vive en una constante montaña rusa de emociones, quizás debido al tipo de vida que se vio obligado a vivir. Necesita replantearse bien todo, si realmente desea marcharse del Liceo o si por otro lado, desea permanecer junto a sus compañeros a quienes a pesar de sus diferencias, quiere como a una familia.

César le necesita ahora y pese a que la cabeza de Moussa no está en su lugar, en el fondo siempre se preocupará por sus compañeros, incluso de Diana con quién ha tenido un duro enfrentamiento. Por todo ello , las palabras de César le sorprender, pero a la vez le hacen sentirse genial. Se había hecho a la idea de que César estaba enfado con él y que había perdido a su mejor amigo, pero se alegra que los lazos que les unen sean más fuertes que cualquier estúpida riña.

-El rollo de mis poderes es una larga historia. En poco tiempo me he visto forzado a usarlos de forma muy extrema, como por ejemplo, llevar a Zenitram hasta su hogar y luego intentar abrir un portal a otro plano. Todo eso me pasó factura, pero desde que recuperamos el artefacto en Heliopolis, me siento mucho mejor. Supongo que tendré que someterme a algunas pruebas para conocer el verdadero estado de mis poderes, pero ahora mismo todo está bien y un par de saltos, no van a suponer ningún problema. Además, estoy trabajando en u proyecto que una vez terminado, no solo servirá para que Iván vuelva a caminar, sino que ninguna herida será un problema para nosotros. Nos recuperaremos de cualquier cosa en pocos segundos. Después, lo que tengo en mente...será aún más asombroso, ya lo verás.

Sus planes, de disponer de una mente tan prodigiosa como la de Aitor, seguramente le llevarían tan solo unos pocos días. Pero carente de aquella inteligencia superior, lo único que le queda por delante son muchas horas de estudio y un trabajo abrumador por delante. Tan solo espera vivir lo suficiente como para poder completarlo, pero si lo hace, será capaz de lograr cosas increíbles y entonces, los enemigos a los que se enfrente lo pasarán realmente mal.

-De hecho, creo que podré ganar un montón de pasta si después publico mis trabajos. Viviré en una gran mansión con Beyonce, pero no te preocupes Bro, que te compraré otra a ti justo al lado para que te lleves a alguna nena jeje.

El que César se enfrente a sus padres no va a ser sencillo, pero sin duda es necesario. Es algo que deben de solucionar para seguir adelante, bien sea como una familia unida o para que César pueda pasar página.

-Ahora vayamos donde tus padres, ya tienes una familia aquí que te aprecia, bro. Has salvado un montón de vidas y has ayudado a detener a un supervillano como plasma. Si tus padres no quieren ver eso, entonces es que no te merecen. Sé que no es fácil para ti algo así, pero no estarás solo.

Extendiendo el puño, se lo ofrece a César para que se lo choque. El propio ánimo de Moussa es ya mejor, solo espera que la historia de César termine bien y que sus padres lo acepten. En cualquier caso, es mejor conocer por fin lo que realmente piensan sus padres, que vivir con una falsa esperanza.

-Por cierto...¿Donde diablos viven tus padres?

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30/09/2018, 23:22
Señor Richmond

Despacho de Richmond

Tras aquel repentino desencuentro con Marina, el resto de miembros del Grupo 4 entraron en el despacho del director.

El lugar, por suerte o por desgracia, no les era desconocido. Era un despacho bastante sencillo. De hecho, lo único que lo diferenciaba de un despacho cualquiera eran las Alas del Halcón que colgaban de la pared tras el escritorio. Una mullida alfombra de tonos verdes y marrones cubría el suelo.

En el interior les esperaban el Director Richmond y el señor Bosch. El director, sentado en su asiento, tenía los codos apoyados sobre el escritorio y las manos entrelazadas frente a su rostro. Bosch, por su parte, estaba de pie, junto a la ventana. Ambos adultos presentaban un semblante serio e imponente, pero no por ello poco acogedor.

Ocho sillas habían sido dispuestas en semicírculo frente al pesado escritorio de madera maciza. Marina se había sentado en la silla más a la derecha.

Una vez se hubieron sentado todos, Richmond tomó la palabra.

- Bienvenidos. Antes de nada, quería pedir disculpas, de parte de la escuela y del personal docente, por lo que os ha sucedido. Aunque reforzamos la vigilancia durante el evento, no logramos detectar a Omnis accediendo a los terrenos de la escuela. Vuestro enfrentamiento con él debería haberse evitado.

- Aun así, hicisteis un gran trabajo - los felicitó Bosch, que los miraba con sus penetrantes ojos azules -. Gracias a Hécate estamos en contacto con los… nativos de la dimensión en la que terminasteis. El transporte de Omnis ha sido exitoso y, de momento, será retenido en nuestras instalaciones subterráneas.

- Al menos hasta que las autoridades pertinentes se puedan hacer cargo de él de forma segura - se apresuró a puntualizar Richmond, que no parecía especialmente contento por aquella noticia -. En todo caso, además de una disculpa creemos que os debemos… explicaciones. Hasta el momento os hemos tratado de mantener al margen del asunto, queríamos protegeros…

- Y no ha salido muy bien - intervino Bosch, interrumpiendo el discurso del director.

Richmond carraspeó.

- El caso es… Que si tenéis cualquier duda respecto a este asunto. O si tenéis algo que decir… Estamos aquí para vosotros.

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01/10/2018, 14:34
Aitor Zumalacárregui

─No he sido capaz, no puedo, no... ─comenzó telepáticamente en conversación privada con Marina, pero la mente del genio vasco era una olla en ebullición que no dejaba que ningún pensamiento se formase de forma coherente hasta que, haciendo un poderoso esfuerzo, logró centrar sus ideas. En la mente de Marina, en realidad en la de los, apareció una playa infinita al atardecer, con las olas rompiendo suavemente en la orilla de arena y el sol oculto tras unas nubes enrojecidas, ya bajo en el horizonte imaginario; la playa era una abstracción, un compendio de todas las playas que de una manera u otra Aitor había visto, con cierto aspecto cantábrico, norteño, que le daba un tono sombrío y relajante, pero no paradisíaco─ Marina, te quiero, lo sabes. Tú eres la razón por la que es más duro irme de aquí. Aquí he encontrado la paz, compañeros, amigos, comprensión, el amor... Nunca pensé en encontrar alguien como tú. Eres dulce, tan deliciosa en tu psique como capaz con tu físico, me siento orgulloso de ti... Tanto como tú puedes sentirte decepcionada por mi. Me voy, no quiero, pero tengo miedo, soy un cobarde. Tengo miedo de que haya un próximo ataque que acabe conmigo. Jamás había sentido miedo por mi vida, los riesgos a considerar no eran apenas relevantes si hacía bien las cosas, pero en este mundo superheroico continuamente pasan cosas que no puedo asumir, que escapan a mi control. Sueño con un futuro feliz, próspero, menos injusto para la humanidad. Un futuro sostenible, brillante, lleno de maravillas tecnológicas que nos permitan ver todo lo demás con otros ojos. Es un futuro frágil, que cualquier ataque en el Liceo puede echar por tierra. Tengo miedo por mí y tengo miedo por no poder ayudar a alcanzar ese futuro. Creo que no hay demasiadas personas en este mundo que puedan ayudar a conseguir un mundo unido, sin guerras, más humano. Por desgracia una de esas personas soy yo. O lo seré. Pero todo eso no importa, la cuestión es que si te lo decía, si me decías que no... ─el paisaje costero se desdibujó por un momento y luego volvió a estabilizarse, aunque al continuar la conversación el cielo parecía medio descompuesto y las aguas se habían retirado notablemente, un detalle que seguramente se le podría perdonar dadas las circunstancias─ Si me dices que no me vaya, que me quede, me quedaría. Por favor, no lo hagas...