Partida Rol por web

Estoy nerviosa y trato de que no parezca. La situación en la consulta me ha desconcertado de mala manera. No sabía que se llevaran esas prácticas en la agencia. No sabía muy bien cómo tenía que reaccionar. ¿Sería buena idea mostrarme cercana al sospechoso para que tenga en mi un pie de apoyo? o por el contrario... ¿Tenía que seguir la estrategia del jefe de dureza? Cada cosa podía salir bien o podía salir mal.

Dejo que hable mi compañero y espero antes de volver al tema de las esposas. Tal vez sea un truco, tal vez no. Escucho a ambos conversar y cruzo mi piernas. Miro de reojo que mi botón siga desabrochado y me giro desde el asiento hacia el sospechoso, mirándole mientras habla.

Claro.. un forcejeo..

Y vuelta a lo de las esposas. Miro a Sullivan. Tic toc.. piensa Salina piensa.

- Sr Stevenson - le digo con el mismo tono que he empleado en todo momento no se porque este viejo pervertido... me está empezando a cabrear - Siento la molestia pero ya estamos apunto de llegar - mantengo la mirada - ¡Imagínese que tenemos un accidente! si se supiera que le hemos soltado las manos sería una irresponsabilidad - digo de carrerilla, como si estuviera recordando algún tipo de manual - Yo.. no quiero problemas.. - miro a Sullivan y murmuro - Con el jefe..

Y si le soltamos las esposas y se intenta escapar o pasaba algo, la bronca podía ser muy grande.

A pesar de la negativa de la agente Sparks, el hombre sonría amablemente.

-Tiene usted razón, sería una imprudencia y podría buscarle un problema. Le pido disculpa. Aunque permítame que le diga que aun falta algo hasta Joshua Tree. No estamos particularmente cerca-

Cuando termina de hablar, se vuelve hacia la venta y se queda mirando el paisaje de maizales. Durante unos minutos todo parece en calma, pero de pronto el doctor se gira nerviosamente, con los ojos muy abiertos.

-¿¡Qué hora es!? Por favor, ¿Qué hora es? Es de vital importancia que lo sepa-

Parece realmente preocupado por la hora

El rostro del alcalde no se relaja lo las mínimo.

-¡Por supuesto! ¿Como no lo he visto antes? Solo están protegiéndolo. Agente, tal vez cree que por ser alcalde de un pequeño pueblecito soy un paleto al que puede tomarle el pelo, pero no podría estar más errado. Dudo mucho que sea el altruismo lo que le ha movido y solo se ha dejado llevar por las habladurías del pueblo. Y ya que sacamos el tema, el pueblo tampoco es esa masa de locos supersticiosos que salen con antorchas y horcas en busca del diablo. Antes de su llegada, salvo por los cotilleos de pueblo, mi hermano estaba perfectamente a salvo.-

Mientras habla, puedes ver que golpea sus pulgares entre sí, un tic parecido al de su hermano golpeando la mesa.

-Así que si no tiene nada mejor, quiero que llame a sus agentes y les pida que se den la vuelta inmediatamente y suelten al doctor Richard. Y entonces, tal vez podamos empezar de cero e intentar resolver estos asesinatos que asolan la hasta ahora tranquila Ashville.-

En su expresión no hay ápice de duda o de contención. Y sus palabras han dejado claro que lo que ha dicho no es una petición, sino una orden.

- Las siete y algo. Respondió Sullivan con tranquilidad. No es que el hombre no pudiera forzar la vista para mirar el reloj del automóvil si lo deseaba, aunque los números fueran pequeños. Aún así, como para negarle una información tan básica... Sería una cabezonería ridícula. ¿Ocurre algo?

Sullivan se planteó que el doctor fuese diabético o necesitase una medicación de algún tipo rigurosamente controlada, pero había algo en su nerviosismo que le hizo pensar en algo mucho peor...

Chasqueo la lengua ante la respuesta de mi compañero. Tal vez hubiera sido buena idea mentirle... a ver por dónde salía el acusado.

¿Mentir? ¿Eso se me había pasado por la cabeza? Por favor.. Salina.. este pueblo te está afectando

Miro al Doctor, vigilandolo, por el espejo retrovisor. Pero no quito ni ojo de la carretera.

Comienzo a ponerme nerviosa... ¿y si trama algo?

Dwight mira tranquilamente al alcalde, y sonrie.

Señor alcalde, vamos a hablar en hipótesis.

Primero: Si hipotéticamente tengo o dejo de tener nada mejor es asunto mío y del FBI que, creo recordar, todavía no está sometido a su jurisdicción. Pero igual me equivoco, y si es así ahí tiene un teléfono: llame al Secretario de Justicia y dele la orden.

Segundo: Usted quizá esté hipotéticamente acostumbrado a chasquear los dedos y hacer que el departamento de policía de Ashville haga lo que Usted quiera, incluyendo tapar cierto escándalo de fotos inapropiadas que en otro lugar hubiera costado al médico local, no sólo su puesto, sino su licencia, pero aquí estamos hablando de dos asesinatos y Usted, que no es ningún paleto de pueblo, ya habrá deducido qué hace aquí la Unidad de Análisis de Conducta del FBI. Así que hágase un favor a sí mismo y no me toque las pelotas.

Su hermano tenía motivos, ocasión y medios, y no se dignó ofrecernos una coartada, así que bájese de su caballo institucional y colabore, si tiene interés en que el caso se resuelva.

Permanece donde estaba sin mostrar ningún cambio facial, mantiene la mirada fija en el alcalde sin mediar palabra, después de todo el estaba ahí para ser el "músculo" del grupo investigativo.

El alcalde suspira rendido.

-Mire agente. Mi hermano está enfermo. Usted cree que tal vez yo usé mi puesto para salvarle, pero no fue así. A pesar del revuelo inicial, los mismos que le denunciaron, retiraron los cargos cuando se supo la verdad. Mi hermano tiene trastorno límite de la personalidad. Se lo diagnosticaron después. Y tanto los Elmore como su amigo Bale le perdonaron. Como ve, ese motivo del que habla no existe y lo único que me preocupa es que si se lo llevan y lo encierran, tal vez haga una tontería.-

Por primera vez desde que empezasteis a hablar, el alcalde se muestra apesadumbrado, claramente, está preocupado por su hermano.

-Por eso se lo pido por favor, téngalo vigilado si lo desean, controlen sus pasos, pero no lo metan en una celda alejado de todo lo que quiere. A pesar del medicamento, podría tener una recaída por el estrés. Créame que si quisiera, podría hacer esa llamada que me pide, pero no querría tener que llegar a esos extremos. Le pido por favor que reconsidere su actitud. Perdóneme si me he mostrado brusco, pero entenderá que es mi hermano y no quisiera perderlo.-

-¡Ti… tienen que dar la vuelta!¡Necesito tomar mi medicamento!¡Yo… no puedo dejarla, si lo hago vuelven las alucinaciones, los monstruos!- El doctor se agita en su asiento muy nervioso –Por favor, está en mi consulta. Luego me llevan donde quieran, pero necesito tomarlo.-

- Está bien, cálmese. dijo Sullivan, mientras apartaba el coche de la circulación y daba las luces de estacionamiento. Mi compañera va a llamar al Sr. Dwigth y va a pedirle que mande a un policía con su medicación. Miró a Sallina. No es que Sulivan tuviera ningún derecho a dar ordenes como forense, pero era una manera de comprobar que su compañera estaba de acuerdo con aquello. Será más rápido que si tenemos que volver a por ella. Necesito que me describa que toma y como puede identificarlo el agente que vaya a su consulta.

Era pura curiosidad también. Había varios tipos de enfermedades mentales que causaban alucinaciones, y le resultaba curioso que un pueblo tan retrogado tuviese a un enfermo mental como médico. Quizás ni eran conscientes de ello...o Stevenson ocultaba algo.

Cuando estaciona** y habla asiento a sus palabras. Abro la puerta del coche y saco el movil

- Indíqueme el medicamento y ahora mismo se lo traerán, por desgracia no podemos retrasarnos más en su traslado, doctor - digo.

Miro a Sullivan. Mi mirada denota preocupación. Hay que estar alerta.

Le agradezco su franqueza, señor alcalde, dijo Dwight relajando el tono. [B]Hemos venido para ayudar, aunque a veces no lo parezca.[/B]

Créame cuando le digo que no he detenido a su hermano, y que no le he sacado de aquí para ponerle entre rejas sino para despejar el terreno. Quedaría demasiado bonito que apareciera muerto y todos creyeran que era una venganza por lo de Bale y Elmore. Me ocuparé de que esté bien atendido y de que se le proporcione su medicación, bajo el programa de protección de testigos.

Y ahora, cuénteme su propia teoría acerca de las muertes del banquero y el tendero. Como parte de las fuerzas vivas de Ashville, Usted les conocía con toda seguridad. ¿Había recibido amenazas alguno de ellos? ¿Algún detalle que crea digno de mención?

Por primera vez desde que empezasteis la conversación, el alcalde relaja el rostro.

-No agente, gracias a usted. Admito que mi hermano es mi talón de Aquiles. Tiene problemas, a veces no se deja ayudar, pero es mi hermano. Solo le pido que me mantenga informado de su estado.-

Cuando termina de hablar, aparta sus dedos entrelazados y relaja el cuerpo entero que se desploma sobre la mullida  silla.

-En cuanto a sus preguntas... si, lo cierto es que llevo viviendo muchos años aquí y aunque pasé una temporada fuera estudiando, mi corazón nunca ha dejado el pueblo. Elmore era buena gente, un hombre atado a las costumbres sencillas, nunca aspiró a tener más de lo que ya poseía. Abría su negocio, trabaja en él y volvía a su casa. Se volvió algo más taciturno cuando su esposa murió por un cáncer de páncreas y creo que atravesaba algún problema financiero. Pues aunque siempre pagaba sus impuestos, no era raro que se retrasase una o dos semanas en el pago. Bale llegó de Chicago, sangre nueva que intentó traer algo tan básico como un banco a este pueblo. Tenía mucha presencia y sabía llevar su negocio. Se hizo amigo de mi hermano hasta el día fatídico en que se descubrió lo que hacía. Bale testificó contra Richard y su amistad se rompió, pero poco después se descubrió la enfermedad de mi hermano. Sé que Bale le perdonó y mi hermano a él también, incluso me contaba Richard que estaban recuperando el contacto después de los años.-

El alcalde se ve interrumpido por unos golpecitos en la puerta. Al abrirse, se asoma la amable secretaria que os recibió.

-Señor alcalde, he terminado todo lo que me solicitó. Si no necesita nada, me marcho-

George le dedica una amplia sonrisa

-Claro Claire, descansa. Nos vemos mañana.-

La mujer se despide nuevamente del alcalde y luego de los agentes para finalmente cerrar la puerta y dejar nuevamente a solas al trío. Cuando el alcalde siente que ya se ha alejado suficiente, pasa a responder a la segunda pregunta.

-En cuanto a quién podría hacerlo. Sinceramente, me cuesta creer que el asesino sea alguien del pueblo. Salvo algún borracho o alguna pelea de bar, no hemos tenido grandes delitos en Ashville. Déjeme pensar. Bueno, seguro que ya se lo han dicho, pero ambos han sido amenazados por Martin Hill, aunque claro, ese hombre ha amenazado a medio pueblo- El alcalde esboza una media sonrisa -Pertenece a una de las familias más antiguas del pueblo, y aunque este feo decirlo, su familia era muy dada a la endogamia. No me extraña que el viejo Hill haya terminado así, aunque nunca ha sido peligroso. No sabría decirle nadie más que pudiera tener algo contra ellos. Al menos no directamente. Sé que Bale ha recibido alguna que otra amenaza esporádica, aunque no sé de quién. Es lo malo de su trabajo, mucha gente solía enfadarse cuando algo salía mal. Elmore como ya he dicho, nunca se metía en problemas y salvo rencillas entre familias, nunca he tenido noticia de algo importante.-

Dwight escucha con atención y luego cierra la entrevista.

Le agradezco mucho su colaboración. Ahora debemos irnos, es tarde. Le mantendremos informado de cómo evoluciona la investigación.

Aunque algo dubitativo, el doctor os dice el nombre de la medicina y parece relajarse un poco. Cuando el coche se detiene, Salina sale para hacer la llamada mientras el agente Sullivan permanece en el vehículo con Richard. Este, intentando relajarse, pierde su mirada en los amarillentos campos de maíz que os rodean. Cuando de pronto, comienza a gritar.

-¡Oh No! ¡Sacadme de aquí, el monstruo está ahí! ¡déjenme salir!-

Mientras grita, se sacude violentamente mientras busca con ansiedad el pomo de la puerta

El único gesto de reacción de Sullivan fue bloquear las puertas del coche. El siguiente fue contemplar en todo su esplendor la locura de aquel hombre. Los ojos del forense se perdieron en el campo de maizales buscando un monstruo que sabía que no estaba allí.

- Tranquilícese. Estamos aquí dentro. No puede hacernos daño. Se limitó a decir, intentado disimular su interés en aquella reacción con un tono paternal de seguridad. Desde luego, era fácil sonar convencido cuando sabía que algo irreal no podía dañarles.

- ¿Qué es?- preguntó, incapaz de contenerse por saber más sobre el desorden mental del doctor. ¿Desde cuando lo ve, Stevenson?

Dwight hace una seña a Johnson y ambos salen del Ayuntamiento. Una vez en la calle, Dwight saca el móvil del bolsillo y envía un SMS a Sullivan y Sparks:

"En cuanto lleguéis a Joshua Tree, llamadme."

Volvían a estar casi como al principio, el viejo loco al que el alcalde había mencionado no podía ser el sospechoso, sus actos eran explosivos, dejándose llevar por la rabia y la ira del momento, sin plan, sin premeditación. El asesino de la polaroid era un psicopata metódico, planeaba sus acciones al dedillo.

Sigue a su investigador jefe tras dedicar una leve inclinación de cabeza al alcalde a modo de despedida y una vez en la calle se abrocha el botón de la chaqueta mientras mira alrededor, la poca gente que pasaba les miraba de manera inquisitiva, para los de allí, en el fondo no eran más que unos forasteros que habían venido a molestar.