Partida Rol por web

Jack espera una fuerte reaccion por parte del extraño, estaba acostumbrado a robar de esa manera, el momento preciso para robar a alguien, es cuando esta furioso, ya que es cuando mas baja la guardia, ya que solo se piensa en hacer daño.

Salgo abrochándome la camisola, pegando un gran bostezo con la cara de pocos amigos que siempre se me ponía por las mañanas y que me acompañaba durante un par de horas. ¿De oro hasta las cejas?... Me había quedado parado a escasos metros del naufrago, viendo la actuación de Jack.

Por todos los diablos... Este Jack es un bufón. Me acerco un poco a nuestro invitado particular.  Desde luego suena bien su propuesta, pero quizás algún dato mas nos ayude a decidir mejor. ¿Dónde ocurrió?, ¿a quien buscamos?

Durante la noche le había dado vueltas a las pertenencias del naúfrago cuando ató cabos recordó una historia sobre ases de baraja, no dormiría aquella noche mucho más y la llamada de su capitán no le sorprendió.

Tras escuchar las palabras de Edward parecía que se haría un incómodo silencio, sin embargo Jack dio rienda suelta a su verborrea y de una manera un tanto irreverente acosó al convaleciente hombre.¿Por qué siempre había alguien que hablaba más de la cuenta?, la mayoría sabían la historia del Capitan James, no hacía falta decir chorradas sobre partidas y demás sandeces. - Will permaneció en silencio observando al famoso capitán y la exagerada actuación de su compañero. En el estado en que se encontraba Edward no daba la sensación de ser unos de los capitanes más temidos del caribe, sin embargo era una percepción engañosa pues sus ojos mantenían una fuerza y fiereza que podían bastar para derrotar a una tripulación.

Abriendose paso entre los marinos se situó frente a su capitán. - Todos sabemos quien es el Capitán James Edward y sobre sus ases, gracias por la oferta pero yo seguiré lo que diga NUESTRO CAPITÁN.- O´Linch tras mirar a los ojos de James se giró hacia el resto de la tripulación un tanto desafiante, estaría encantado de aceptar la oferta, aquello prometía ser una gran aventura digna de las mejores historias de taberna, pero si querían lograr algo debían fortalecer la autoridad de su capitán pues cuando había oro de por medio y dos capitanes en un mismo barco los motines podían ser fatales. - Dejemos que hable el Capitán Taylor.

Vaya.. veo que mi nombre no os es ajeno. Sin duda estimado caballero dijo refiriendose a Jack. Si usted hiciera trampas en una partida donde nos jugasemos algo más que oro le volaria la cabeza sin pensarmelo dos veces, pero como puede observar no estoy en condiciones de nada ahora mismo. Cof cof. El único problema es que solo me queda uno de los ases, ya que pregunta. El otro... lo perdí en una larga hsitoria. Han pasado muchos años desde entonces. Luego se volvio a William.

Sin duda, señor, no queria menospreciar a su capitán, al cual me gustaría conocer. La propuesta es para él también, sobretodo para él. Quiero que nos lleve a todos hasta allí. Mostró una encantadora sonrisa.

Will se quitó el tricornio que portaba dejando a la vista el ajado pañuelo oscuro que alguna vez hace mucho tiempo pudo ser negro y que sostenía su rojizo pelo, haciendo un leve gesto con el sombrero saludó a Edward asintiendo a sus palabras. - Lo que dice es verdad, yo mismo vi el as.- Parecía que era sincero y no mostraba problema alguno en admitir que sólo poseía uno de aquellos reconocidos naipes que eran parte central de tantas historias en el Caribe.

Sí, un maldito rufián holandes me robó el otro. Era mi contramaestre... y aprobechó esa ventaja.

Ahora que toque fondo mi venganza será muy cruel, primero el holandes... luego Dosespadas terminó diciendo más para si mismo que para el resto.

¿Asi que todos lo sabiais? Dijo Jack con cara de tonto mientras se rascaba la nariz. ¿Y porque nadie me lo dijo anoche? Aqui no hay comunicacion señores!, nuestra amistad se va a pique.

Dirigiendo a Edward James. Antes que nada, deberias presentarte ante nuestro capitan. Ella sabra que hacer...

Jane se acercó tras haber desayunado tranquilamente en su camarote. Parecía que en la cubierta había bastante revuelo.

¿Qué es lo que ocurre? preguntó inmediatamente. Después se fijo en el naufrago. Ah, veo que ya se ha recuperado. Soy Jane Taylor, capitán del Saint George.

¿Ella? dijo el sorprendido pirata a las palabras de Jack. Luego vio como la guapa capitana se presentaba ante él y sonrio.

Creo que es ustad la segunda mujer capitana que me encuentro. Un verdadero placer. Dijo con una reverencia.

Sam tras su placida jornada de descanso, en la que ni una explosión le despertaría , por fin subió a cubierta, frunciendo el ceño al ver a aquel hombre de aspecto tan lamentable.

Todos parecían conocerlo, pero para él era un completo desconocido. Con cautela se acercó hasta Jack para susurrarle:

¿Quién demonios es ese?

Tom había subido a cubierta junto al resto y observa y escuchaba lo que ocurría, pues no creía que debiera intervenir, por lo menos de momento.

Mientras tanto pensaba manteniendo su expresión inmutable casi pensativa se podría decir, y al fondo se intuía seguridad. Capitán Edward James...? Sí..., claro, es uno de los grandes piratas que se jugaron el Caribe..., y DosEspadas... el que le hizo trampa. Sí, he oido la historia. Caray, si le ayudamos, sin duda va a ser una gran y difícil aventura. Estoy preparado, espero...., qué digo, sí el Capitán Taylor da el sí claro que estoy preparado.

Permaneció espectante a ver lo que terminaba de ocurrir.

Viendo al joven grumete preguntar quien era aquel tipo Will no pudo evitar sonreir y acercarse a Sam para revolver su pelo, costumbre que estaba cogiendo sin saber si le molestaba o no. ¿Recuerdas la historia del viejo Earl?, ahí tienes a uno de los capitanes, Edward James y ahora puede ser que nosotros mismo terminemos formando parte de esa historia.- Tras estas palabras dirigió una mirada fugaz tanto al contramaestre como a Jack y continuó hablando.- Ya sabes, cualquier historia de taberna siempre tiene algo de verdad y es bueno saber escuchar.

Vaya, así que el borracho decía la verdad..

Observa al náufrago con admiración y por unos momentos piensa en acercarse para presentarse, incluso da el primer paso pero pronto vuelve a su sitio. Permanece quieto observando a ambos capitanes.

La capitana miró al naufrago y luego al resto como si no entendiera nada.

¿Y usted quien es? Parecía que todos lo conocían y ella no. Espero que tenga un buen motivo para que no le vuelva al lugar donde le encontre.

Soy el capitán Edward James, un honrado pirata que navega por estas aguas. Bien en barco o bien a pie... Bromeó. Como habeís podido corroborar.

Le debo la vida señora, no se me olvidara nunca. Y estaba hablando con vuestra tripulación acerca de un tersoro importante con el que agradeceros y recompensaros por vuestra gentil acción. El mayor tesoro del Caribe. Solo necesito recuperar mi barco del cual por cierto me echaron, y encontrar a un par de viejos amigos con los que ajustar cuentas.

Yo no me fiaria de él. Dijo Jack que estaba de brazo cruzados y sentando en el suelo. Si es considerado uno de los grandes piratas, es porque habra echo cosas terribles, a nadie se le considera grande por hacer cosas buenas, se le considera imbecil. Asi que...¿quien os dice que no nos hundira el barco en cuanto consiga lo que quiere? Dijo Jack mientras se tumbada en el suelo con los brazos por detras de la cabeza.

No le falta razón mi buen camarada. Le dijo a Jack. Y si en la hora de nuestro encuentro estuviese subido a mi barco y con mis marineros preparados no hubiera dejado titere con cabeza en este viejo barco. Aunque no me gusta rebanar pescuezo pirata. Pero voto a Tal que soy un hombre de palabra y endeudado con lo poco que tengo, y si os debo el cuello no lo olvidare jamas y pagare mi deuda si se da la ocasión.

Ya me veía en el fondo del mar con ese dichoso naipe, y la verdad, hubiera preferido que se hubiera perdido conmigo en la profundidad del oceano que verlo en manos de ese maldito Bill...

Por las barbas del viejo Neptuno, asique ese borracho de Earl tenía razón y no estaba tan loco como creíamos... que Dios le bendiga... Murmuró el incredulo contramaestre.

Tras esas ultimas palabras del capitan Edward James, Jack se levanta del suelo, y con una mano levantada y con la boca abierta como si fuera a soltar un discurso dice de golpe No te creo dice Jack poniendo su habitual sonrisa. Si todos os habeis fijado bien dice con un dedo levantado y mirando a todo el mundo dando vueltas, este hombre tiene metido en la cabeza eliminar a su EX-contramaestre, y a dosespadas, a parte de algunos mas que le debieron robar el almuerzo de pequeño y de los cuales no se el nombre, dice Jack moviendo la mano en circulos tras estas ultimas palabras, quien os dice a vosotros, que si por alguna casualidad, para matar a estos hombres tiene que pasar primero por encima de nosotros, no lo hara. Se que le haria compañeros, porque yo tambien actuaria de ese modo. Ademas, no tuvo reparos de hacerlo anteriormente para intentar matar al tramposo del poker, no se si recordais que no le importó que con ellos hubieran dos piratas mas, y murieron en la batalla en la que el estaba metido. Cierto que no sabemos con certeza que fuera él quien los mato, pero con el comportamiento que nos muestra, no creo que me vaya demasiado. Acercandose a su capitana, asi que, capitan, creo que lo mas sensato seria seguir nuestro rumbo y olvidarnos de el naufrago, cuanto antes zarpemos antes llegaremos a tortuga.

El capitán James gruñó como un perro herido y acorrlado ante las insolentes palabras del Jack.

¡No sabes de que hablas estupido marinero de agua dulce! dijo agarrandolo por el pescuezo con una fuerza inedita en un hombre moribundo como parecia estar él. ¡Esos dos que murieron eran amigos mios! Yo no los maté, fue el canalla de Bill. Cof cof su tos volvió a sonar fuertemente y soltó a Jack como si la repentina fuerza se desvaneciera.

Maldita sea tu estampa... dijo cuando por fin recobró la voz tras haber tosido largo rato. No soy un hombre rencoroso, soy hombre de palabra y de honor. Siempre lo fui. Tengo mis principios. No todos son de la condición que el ladrón cree. Y al decir esto fulminó con la mirada a Jack.

Vereis, comenzó a relatar. Eramos cuatro piratas importantes, cuatro a los que todos temian. El hideputa de Dosespadas, Jack Phelps y el viejo Freddie Francis, aparte de mí. Pese a las rivalidades que soliamos tener y a el recelo con el que nos mirabamos y llegabamos incluso a putearnos, eramos buenos amigos. Nunca pasaba nada más allá de una borrachera mala. Pero Bill era peligroso, mutilaba a su propia tripulación, atacaba a compatriotas piratas y quisó que nos jugaramos el mar. Y bueno, que les voy a contar, yo no quería rendir pleitesias ni honrar a ninguna persona en este mundo, quería seguir libre, como toda mi vida desde que escape de Inglaterra siendo apenas un mozo mequetrefe.
La apuesta fue sencilla, quien consiguiera ganar un juego se quedaba con uno de los ases y el que consiguiera los cuatro ases sería el vencedor y nuevo dueño del Caribe, junto a lo que ese conlleva. Pero ese maldito Bill hizo trampas, yo había ganado dos ases a esas alturas de la partida y vi perfectamente como Bill sacó dos reinas bajo la manga para ganar la partida con un Full, lo que nos hubiera dejado igualados. Proteste y Bill negó, desenvaino la espada y se montó la gresca. Desafortunadamente los otros dos murieron y Bill huyo.

Desde entonces siempre hemos estado buscandonos el uno al otro. Combatiendo en el mar, o en una isla o donde le diera al jodido Destino por ponernos en frente. Cada uno con sus dos ases. Recuerdo que los mios eran el de treboles y el de picas. El de treboles lo robó mi cotramaestre, Frank Van Huurt, un holandes que vendería a su perra madre por cuatro chelines y pediría cambio. Lo único que quiero de él es la carta y colgarlo de la mesana por los pulgares.

Pero lo que más me preocupa es Bill, ahora es más fuerte que nunca, ha mejorado su barco y redoblado su tripulación, por eso consiguió ganarme hace dos noches cuando nos encontramos sobre estas aguas. Ahora habrá hecho sabe Dios que a mis pobres marineros y seguramente le hayan confesado que Van Huurt tiene la otra carta. Con tres cartas sería muy poderoso y ya sería tarde para pararlo.