Partida Rol por web

Gracias al esfuerzo de los marineros que trabajaban conjuntamente a las ordenes que la capitana gritaba con la más feroz de sus cuerdas vocales, el Saint George comenzó a moverse despacio, como un gigante adormecido tras hibernar largo tiempo.

La mañana apenas despuntaba cuando el barco salió del puerto, entre el revoloteo de las gabiotas y el molesto Sol de las primeras horas.

Comenzaba el viaje de tres semanas que la capitana y Sam Dewly habían previsto hacía el islote cercano a Isla Tortuga.

No hubo problemas para realizar la maniobra de salida, el viento hinchó el velamen que se agitó unos instantes antes de tensarse y darle velocidad al barco, teníamos rumbo y destino de manera que todo lo que nos separaba de este era la mar.

Tras asegurar la vela del bauprés Will volvió a cubierta a supervisar los adelantos en el calafateo de la cubierta, tras ver que los grumetes trabajaban bien y sin demasiadas distracciones el curtido marino dirigió sus pasos a los camarotes de la tripulación, estos formaban parte de su trabajos y quería ver cuantos hombres quedaban para el turno de noche y charlar un poco con parte de la tripulación, luego revisaría las entrañas de aquella dulce muchacha que surcaba suavemente las aguas. No sería hasta transcurrido un día que podría apreciar bien la integridad del casco y si había alguna fisura. De todas formas confiaba en el carpintero pues parecía haber realizado buen trabajo hasta entonces.

Permanece en la cubierta junto al timón, saboreando la fresca brisa matinal y con una pequeña sonrisa en su cara. Sin duda este sería un viaje que recordaría, si para bien o para mal era algo que todavía estaba por decidirse..

*Miro alrededor, como salen cada uno de los tripulantes del barco, miro el amanecer con una sonrisa, pongo mi pelo bien, con la parte de arriba en una coleta la aprte de abajo suelto, me coloco mi sable a la cintura, y mi arco y mis flechas en la espalda, y me dispongo a subir por las cuerdas, hasta llegar arriba...

La capitana se pasea por la cubierta viendo como sus tripulantes se mueven haciendo faenas del barco.

Señor de la Vega. dijo al ver al hombre grande subir por la cuerda hacía la cofa. Aviseme cuando vea algo que no sea mar. la comisura de sus labios se movio ligeramente hacía la izquierda en lo que se podría llamar una sonrisa.

El viento comenzaba suavemente a acariciarme la cara, vaya, casi ni recordaba lo que se sentia... Al mismo tiempo que aumentaba la velocidad de nuestro barco la fuerza del viento era mayor. Sin lugar a dudas buen momento para descender. Comienzo a bajar de la mayor cuando mirando donde poner el pie veo a Rafael subiendo.

Señor de la Vega! Grito para que consiga entenderme. No se olvide de dar la voz de alarma si avista piratas, AJAJAJA.

Y sin esperar contestación sigo descendiendo por las cuerdas. MAldita sea, aun queda un buen trecho... La proxima vez me encargaré de la mesana!

*Al escuchar la dulce voz de la capitana, me doy la vuelto, y le sonrio y le digo...

POr supuesto señora, no lo dudes, aora si que es un gusto pertenecer a vuestra tripulacion, asin podre ver su sonrisa, si señor, que bonita sonrisa, si necesitas algo, no dude en pedirmelo

*Le hago un breve reverencia, despues cojo las cuerdas y empiezo a subir hasta arriba, preparado para avistar cualquier cosa en el horizonte piratas o tierra, cuando lelgo arriba, miro a mi compañero y le digo...

Cuando me veas soltar el primer flechazo, escucharas mis gritos mientras me deslizo por las cuerdas, jajajaja

¡Bien! ¡Eso es lo que me gusta! rugió Jane satisfecha. Movimiento y buen trabajo.

Subió las escaleras del castillete donde estaba Sam manejando el timón y sacó su brujula y la miró durante unos instantes.

Mantenga el rumbo de momento, joven Dewly. Debemos ir un poco más al oeste para luego girar todo a estribor y bajar al sur hasta llegar a las aguas de Cuba. Espero verlas de lejos, ya que no deseo toparme con ningún barco español...

Jum - el joven muchacho asiente asimilando las ordenes. Luego la mira de reojo y sonríe - ¿No le gustan los españoles capitan? Dicen que sus barcos van tan cargados de oro que se mueven como tortugas..

Jane sonrió al comentario de Sam.

Sí, estoy deseando ver uno de esos. A los que no quiero ver es a esos otros que guardan a las tortugas y tienen cañones como para hundir cualquier isla.

Bueno, por fin al mar...
Estaba en cubierta mirando pensativo al horizonte. Dejo de hacerlo y echó una ojeada a lo que ocurría por cubierta... De la Vega escalando el mástil, la capitana hablando con el joven Sam.... y otros tantos compañeros hablando y sujetando las velas. ¿Dónde estará Jerry? Pensó que debería ir a echar un vistazo a los camarotes y terminar de instalarse.

El barco siguió el rumbo marcado por la capitana y el día pasó pronto, antes de lo que se hubieran imaginado.

El sol se despedía de ellos con los ultimos rayos sobre el horizonte cubierto de mar y de nubes anaranjadas. Y pronto la oscuridad comenzó a predominar.

La noche refrescó el calor tropical que había dejado el día, y el viento que seguía soplando incluso dejaba una sensación de frío en el cuerpo.

Tras un tranquilo dia de trabajo al llegar la noche los parpádos comienzan a pesarle del cansancio, y empieza a preguntarse cuando llegará el relevo..

Mientras los ultimos rayos de sol iluminaban el barco y se reflejaban en el mar, Jane observó el horizonte largo rato.

Ahora empiezan los turnos. Dijo a la tripulación y seleccionó a unos cuantos para que se quedaran la noche. Los demás podeis descansar, los del turno de noche que avisen si hay algo raro.

Cita:

Excelente, necito descansar... Mientras me dirijo hacia los camarotes una idea me viene a la cabeza. Aunque había entregado el mapa a la capitana y el hecho de repartir lo que encontremos alli me parece bien, había algo que quería solo para mi. Asi que el descanso tendría que esperar un poco mas.

Miro hacia el timón y veo a Samus, ese chico necesita descansar, vaya cara que arrastra... Aunque supongo que como todos. A escasos metros se encontraba Jane. Camino a paso rápido hacia ella. Buenas noches capitana, antes de que se retire, ¿podemos hablar en privado un momento?, solo la entretendré unos minutos.

No hay ningún inconveniente por mi parte. Dijo señalando su camarote. Acompañeme.

Al escuchar a Thomas no puede evitar que le invada la curiosidad, por lo que una vez le relevan y ellos estan dentro, camina hacia la puerta del camarote del capitan y pega la oreja a la puerta intentando oir algo.