Partida Rol por web

- Jack porqué no cierras la puta boca por una vez en tu vida, seguro que todos te lo agradeceriamos.- Will creía en una especie de honor entre piratas, aunque nunca fiaría su alma, ni apostaría su mano por la integridad de estos, si asumía que la oferta de Edward era sincera.- Para ser un gran pirata lo que hay que hacer es tener las agallas suficientes como para coger lo que es tuyo. Además alguien que pretendía engañar a un grumete para que le pagara la borrachera de una noche no merece ni ser escuchado.

Will le dio la espalda a Jack volviendo ha girarse hacia el capitán Edward y su capitán. - Dejemos que ambos decidan, no sé que mosca os ha picado para creer que podemos dar nuestra opinión, estamos bajo el mando del capitán Taylor y él decidirá, sino no os gusta podéis desembarcar en este mismo instante.- Para O´Linch estaba claro, Edward necesitaba barco y tripulación, y aunque recuperase su barco seguiría necesitando de esto último, eso les convertía en piezas importantes de su venganza, pero como había dicho no era su decisión, el no era capitán y la responsabilidad de elegir era del Capitán Taylor.

Escucha fascinado al capitán y arruga un poco el ceño con los continuos reproches de Jack.

Pues yo me fio de él. Parece un tipo honesto..

Acto seguido se muerde la lengua para callar y dejar hablar a los dos líderes.

Jane escuchó con atención la historia del capitán James.

Mantengamos la paz muchachos, no vamos a discutir por esto. Yo creo que dice la verdad, y además nos propone una interesante aventura. Jack si desconfias de él puedes vigilarle en corto si asi lo deseas. Pero yo me fio. Es un tipo de palabra... Al menos por las historias que cuentan de usted.. dijo con voz dulce, al parecer si había oido hablar de él.

Jack no daba credito a lo que oia. ¿Desde cuando los piratas se dedican a recoger a gente y a ayudarla? Nunca le habian educado de esa manera. De acuerdo, si Jane esta de acuerdo en que se quede asi se hara. La llamaba Jane por el simple hecho de que no estaba de acuerdo con sus palabras y era una forma de mostras su enfado. No quiero vigilarle, lo unico que quiero es que no me pida nada, no quiero saber nada de el en lo que quede de nuestro viaje. Por cierto, vigila tu carta, me has llamado ladron asi que, haciendo honor a la profesion ire a por el bien mas preciado que hay en estos momentos en este barco. Dice Jack mientras se dirige a popa murmurando insultos en voz inaudible, nada mas darse la vuelta.

Jane miró de reojo a Jack. En fin... pensó.

No se hable más, iremos a recuperar el barco del señor James. Miró al hombre. Capitán James, puede indicarle a nuestro timonel, el pequeño Sam Dewly el rumbo a seguir.

... ¿eeeeeehhh... ?? Oh! Sí, sí.. -cabecea asintiendo varias veces a las palabras de la capitán, sacando un poco de pecho y poniendose de puntillas para dar una imagen una pizca más impresionante - Me llamo Sam y no soy tan pequeño - carraspea imitando el sonido de la garganta destrozada de todo buen pirata.

Muy bien señor Sam dijo con una sonrisa. Ponga rumbo sur y no lo modifique hasta que yo le avise o una Montaña se crucé en su camino.

Se volvió hacía Jane Taylor y le agradeció la oportunidad. Gracias capitana Taylor, no se arrepentira.

Will vio que su presencia no era precisa y haciendo caso omiso de los comentarios del bribón de Jack se giró buscando a los dos grumetes que la mañana anterior le ayudaran con la cubierta, los encontró charlando animadamente sobre lo que les esperaba y el nuevo rumbo tomado. - Venga holgazanes, aun no terminamos con la cubierta y mañana quiero darle un repaso a la bodega.- Dando un pequeño pescozón a uno de ellos les hizo acompañarle para coger los utensilios necesarios. - Si terminamos hoy os invitó a una ronda de grog mientras hablamos de nuestro nuevo tripulante.

Increible...Edwar James, es él de verdad. Miraba con respeto e incredulidad al nuevo tripulante. Pues parece que tortuga tendrá que esperar.

Sumido en mis elocubraciones y aún atónito al ver una vez mas como el destino era tremendamente impredecible, volví a ponerme manos a la obra reanuddando mis tareas.

Entendido!" Todo al sur! -agarró el timón con firmeza y viró el barco hacia el nuevo rumbo.

Durante los días siguientes el barco siguió el rumbo que Edward James le indicaba al joven Sam.

Tuvieron mucha suerte porque el tiempo mejoró notablemente para ellos en aquellos días. Con unas rachas de viento que hicieron creer a la tripulación que llegarían a la Patagonia en tres días. El mar se movía con inquietud pero no era preocupante, cualquier grumetillo que hubiera viajado en ese barco esos días hubiera pensado que los viejos marineros temerosos de la mar estaban locos o eran unos cobardes. Cosa que pronto cambiaría.

El quinto día con el capitán Edward James a bordo fue bastante movido, la mar se agitaba con bravura , las olas alcanzaban una altura que hacía temer a cualquier hombre, y parecía que lloviera continuamente. El viento tampoco estaba ajeno a tanto ajetreo,  y vapuleaba de un lado a otro a los hombres que se afanaban en tirar de cabos, mover botavaras y otras labores por el estilo. El cielo estaba negro y el agua asi lo parecía también. Aquella locura continuó todo el día.

El agua mojaba su largo pelo moreno y resbalaba por su cara goteando en su nariz y barbilla. Agitó el sombrero para sacudirse el agua que se estancaba en él.

¡Animó marineros! ¡Podremos salir de está tormenta! decía a sus hombres intentando que trabajaran con mayor ansia.

Me sujetaba con todas mis fuerzas a la mesana, ya estaba a varios metros sobre cubierta y una caída sería fatal.

Ataba cabos y mantenía el equilibrio, aunque mi vida dependiera de ello, no podría hacer nada mas.

Cita:

Si, claro, desde ahí se verá todo de otra manera... Por las barbas de Neptuno si este viento no amaina pronto...

El joven marinero luchaba con el timón entre olas y sacudidas, de él pendía gran parte de la responsabilidad del barco , por lo que trató de concentrarse al máximo en su tarea. Sus manos se deslizaban con soltura , los movimientos eran fluidos y a pesar de los tambaleos , gran parte de la estabilidad del barco se debía al buen manejo del timón.