Partida Rol por web

El golpetazo de Grodd hizo a uno de los robots tambalearse, aboyado. Cuando las llamas mágicas del otro juguete de Luthor se estaban apagando, el tridente de Orm se hundió en el monitor del pecho haciendo chisporrotear los componentes electrónicos del interior. Ya nadie prestaba atención al Joker, todos estaban jugando sus cartas en una partida muy seria.

 
 Hagámoslo más interesante.

En lugar de volver a disparar los láseres de sus ojos, los robots dispararon el misil de su espalda, desplegados nada más al llegar. Los proyectiles no se dirigieron hacia los nuevos dueños de Smile Island. En lugar de ello, empezaron a volar más alto y más cerca. De pronto los misiles se abrieron longitudinalmente. Como un mecano, las tres piezas se acoplaron haciendo un gran cohete.

La segunda fase se inició de inmediato. El cohete empezó a caer, con la punta aún mirando al cielo. Entonces se encendieron los retropropulsores, con una combustión cuyo chorro frenó la caída haciendo que el artefacto descendiera cada vez más despacio. El aterrizaje fue suave, dejando el cohete en el suelo, en posición vertical.

Al llegar a la tercera fase, el cohete sacó de sus laterales tres brazos hidráulicos terminados en pinzas, similares a los del trasbordador espacial. Los brazos se hundieron en la tierra para ganar sujección, quedando anclado al suelo.

Los genios malvados tenían una obsesión enfermiza por las puestas en escena.

¿Jaque mate...?

El hilo de voz de Perry dejaba clara su incredulidad. ¿Cómo había podido perder?

¡¿Jaque mate?! No, es imposible. Tengo un intelecto de nivel 11. Vengo del futuro. En mi siglo han inventado movimientos del ajedrez que en este momento todavía no han logrado imaginar. ¿Cómo es posible?

Cada vez parecía más difícil creer que Perry cumpliría su promesa. Su ego había terminado en rabieta infantil.

¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!

Al desatar su poder, empujó el aire hacia Shade, como si quisiera golpearle. La presión tiró la silla con el tablero de ajedrez. De ahí continuó hasta golpear la cámara hiperbárica, haciéndola temblar. El cristal de la ventana se quebró formando una grieta en el cristal, a través del cual el rostro de Shade se veía como si tuviera una gran cicatriz.

¡Maldita sea! ¡Perdedor, perdedor, perdedor! Eres una vergüenza, Per. Una vergüenza.

Perry se marchó, contrariado. Cuando el viajero del tiempo abandonó el laboratorio, Shade se fijó con más atención en la grieta del cristal. El grosor hacía que el espacio de aquella grieta estuviera a salvo de la luz que contrarrestaba los poderes del inglés. Era posible crear una sombra que se deslizara por la grieta hasta el borde de la ventana, saliendo a salvo de los focos como una línea hacia el techo. Desde allí, todo lo que creara Shade, del grosor de una muela, sería completamente operativo.

 El alarde de poder demostrado por Luthor aumentó el recelo de Orm. No esperaba lo que acababan de hacer los misiles, fusionándose para crear una especie de gran cohete, el cual había acabado arraigado al suelo. Sin embargo, como el agua cristalina, estaba claro que el artefacto no depararía nada bueno para el grupo conformado por Grodd, el Joker y el Amo del Océano. 

 Retomando el centrarse en derrotar al oponente con que se enfrentaba, el hermanastro de Aquaman maniobró hasta ganar el flanco a la máquina. Desde tal posición ventajosa, en un veloz movimiento con el tridente, disparó una lluvia de llamas contra su enemigo.

 La cuestión de derrotar con rapidez a los contrincantes robóticos había pasado de ser una simple cuestión de orgullo a una necesidad. Había que evitar que Luthor actuase con el cohete anclado a la isla.

Al ver el misil de Luthor descendiendo a tierra, Grodd supo que en cuanto se posara sobre la arena de la playa, tendrían mayores problemas de los que preocuparse que tres robots. No obstante, el gorila telépata no subestimaba el poder de aquellos sirvientes metálicos de Luthor. Eran mucho más resistentes de lo que hubiera esperado y, por desgracia, ellos únicamente eran tres para hacerles frente.

Grodd pensó para sus adentros si sus poderes telekinéticos serían capaces de impedir que el cohete llegase a adherirse a tierra y lanzarlo lejos, pero tal y como estaba, no podía darse el lujo de comprobarlo. Antes debía derrotar al robot contra el que se estaba enfrentando. Era muy consciente de que a un adversario como ese no debía dársele la espalda.

-¡Vamos, Luthor! ¿Necesitas un cohete para ganar? -exclamó el gorila, furioso, mostrando los dientes-. ¿Tus robots no eran ya suficiente?

Grodd se lanzó contra el robot al que se estaba enfrentando, intentando golpearle nuevamente con sus grandes puños.

Las llamas de Orm produjeron una explosión en el torso superior del robot, que se desplomó hacia delante cayendo sobre la arena. Las otras dos marionetas de Luthor se posicionaron al lado y recogieron al robot por las piernas, elevándose en el aire.

En breve recibiréis el pedido de la LexCorp con las piezas requeridas
para reparar mi juguete, con el correspondiente adelanto del 20% por
transferencia bancaria. Esas eran las condiciones con el señor Oahu y
van a seguir siéndolas con vosotros. El Thunderbird es un seguro. Si
no cumplís con los plazos, boom. Si me vendéis piezas saboteadas para
joderme, boom. Si tratáis de desactivarla, boom. Si tratáis de arrancar
sus anclajes del suelo para moverla, boom. Estaremos en contacto. Y,
válgame el cielo, procurad alejar al Joker de los teléfonos antes de que
una de sus bromas telefónicas se salga de madre.

Los robots de Luthor se alejaron de la isla a MATCH 1. El grupo se dio la vuelta hacia la bomba con forma de cohete, con las letras Thunderbird en la carcasa.

 Decidí aprovechar la grieta en el cristal para teletransportar una pequeña criatura de sombras y me informe de lo que esté pasando fuera, ocultándose en forma de sombra, a través de los rincones oscuros, conductos de ventilación y cualquier sitio donde no le de la luz directamente...

 Antes de volverse a mirar la bomba, Orm gruñó furioso por el desenlace del combate, lanzando además un par de rayos contra los robots en fuga. Aunque victoriosos en la contienda, habían recibido un ultimátum, y al atlante le desagradaba sobremanera estar en tal tesitura.

 —No podemos permitir que esto quede así —expresó lleno de cólera—. Tenemos que ir a por Luthor y enseñarle quiénes somos. 

 Ser chantajeados o vivir al son que marcase el empresario enemigo de Superman era impensable para el antiguo Rey de Atlantis. Aparte del hecho de parecer estar subyugado por un respirador de aire, el orgullo le hacía desear una nueva pelea contra aquel que amenazaba con hacer saltar por los aires Smile Island. A poder ser, cara a cara con él.

 —Si piensa que vamos a obedecer sus demandas como miedosos sirvientes, tenemos la obligación de demostrarle el error en el que se encuentra.

Los robots de Luthor se habían marchado, aunque no sin antes dejar tras de sí aquel cohete que haría estallar la Smile Island por completo si el calvo enemigo de Superman se lo proponía. Estaban jodidos. La isla podía estallar en cualquier momento si trataban de manipular la bomba.

-En una situación como esta, creo que deberíamos combatir al fuego con fuego -dijo Grodd, llevándose una mano al mentón, pensativo-. El submarino aún funciona, ¿no? Y sabemos que cuál es la dirección del doctor Hamilton en San Diego. Vayamos allí, presionemos al doctor y forcémosle a construir un ejército de robots o armaduras como los de Luthor, y ataquemos directamente a Luthor.

Tal y como lo veía el gorila telépata, quedarse en la Smile Island esperando a que el plazo de Luthor se acabara no era una opción. Tampoco trabajar para Lex, su orgullo de simio le impedía hacer algo así. Tenían que devólversela con lo mejor que tuvieran y, si conseguían derrotarlo, se asegurarían de desprender el Thunderbird de la playa.

El Minidante retrocedió por el conducto hasta el portal y habló en la oscuridad. Las palabras llegaron a la iluminada cámara hiperbárica, en la que el portal estaba de canto, tras la grieta en el cristal.

Dante encontrar prosti...

Shade tuvo que cerrar el portal apresuradamente, interrumpiendo la comunicación. Prostituta era el nombre por el que se refería Dante a Nayeli. Esa era una buena noticia. Pero otras voces venían de la habitación contigua, indicando a Shade que alguien venía. Un nuevo portal, de dos pulgadas de diámetro, le permitió pegar la oreja a la sala de controles de la central geotérmica para escuchar mejor la conversación.

 ...para pasar al otro lado! Hahahaha... En fin, no todo va a ser diversión. Centrémonos en el trabajo. En el trabajo de poner nuestras manos y nuestros nudillos peludos alrededor del cuello de Lex Luthor, y apretar, apretar, apretar... ¡Hahahaha! Ya que nuestro atlante favorito nos ha dicho que el submarino está inservible y varado bajho el maaaaaar...
bajho el maaaaaar,
las Sirenas de Gothám
llevan zapatos de hormigón,
bailan samba con Aquamán
y con el cadáver reciclable del botarate del Robin Dos...
bajho el maaaaaar...
O algo así. Eso significa que nuestro "joker" en la manga para llegar a la torre de Lex es el portal de las sombras de nuestro simio superior, ¿correcto? ¿Habéis probado a apagar y volver a encender?

El inventor del armatoste tardó en responder. Grodd miró a izquierda y derecha sin encontrar a la niñita humana. Estaba tan emocionada con poder ayudar... pero a pesar de eso no había esperado en aquella sala al regreso de Gorila Grodd.

Por su parte, Shade tenía oportunidad de deslizar algo de energía sombría a la máquina de Grodd para abrir un portal. Un portal que llevara a la sede de la LexCorp, manteniéndoles alejados y ocupados mientras Minidante actuaba libremente en el hotel... O uno que los llevase al corazón de un volcán en erupción para borrarlos directamente de la ecuación.

 Decidí que un viajecito a Lexcorp les sentirá bien a esos gamberros, así que uso mi poder en la máquina, para enviarlos lejos y que me dejen actuar a mi antojo...

 Orm seguía enfadado por el ataque de los robots y la posterior huida de estos, unida a las exigencias con amenaza incluida de Luthor. Tan grave era la irritación por los hechos acontecidos escasos minutos en el pasado que, incluso a través del yelmo de guerra con el cual cubría el rostro, se podía intuir el desagrado del atlante ante la situación. El punto positivo era que, tras escuchar a Grodd y al Joker, se demostraba el acuerdo total del grupo a la hora de devolver el golpe contra aquel que les había tratado de coaccionar. 

 Y a ello había que añadir el problema con el submarino, contaminando el agua de los alrededores de Smile Island con los perjuicios habituales para la vida acuática de la zona.

 —El submarino ha atraído la atención sobre él, y puede que siga haciéndolo. Deberíamos hacernos cargo cuanto antes, remolcarlo a tierra firme y destruir lo inservible e irreparable del aparato después de un registro concienzudo. Aunque esté tan dañado, puede que aún contenga elementos útiles.  

 El Amo del Océano podía ser un rey exiliado despojado del trono, mas permanecía completamente concienciado acerca de proteger los mares y a sus habitantes. 

 —Si vamos a por Luthor, habremos de hacerlo con sigilo y la mayor de las contundencias y velocidades que poseamos. Debemos llegar a él antes de dejarle reaccionar. De otra manera, tendrá una oportunidad para usar ese artefacto de la playa.

Por las sombras naturales que provocaba la iluminación natural, Shade deslizó un delgado tentáculo de oscuridad sobrenatural. Alcanzó el arco en construcción y se inyectó entre los componentes electrónicos como un veneno. Nadie se percató. Estaban demasiado ocupados en sus disquisiciones.

Joker ignoraba al Amo del Océano. Deambulaba por la sala inmerso en sus propias maquinaciones. Al pasar cerca del arco le propinó una patada. La máquina se encendió repentinamente y empezó a hacer un ruido extraño...

Frrrrrr...

El portal se abrió, pero no a dónde Shade se había imaginado. Combinar ciencia y fuerzas sobrenaturales nunca es buena idea. Y del portal surgió... ELLA.

 ¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Qué son estas extrañas tierras en las que me encuentro?-. Miró al gorila peludo. Miró al payaso de ropas con colores extravagantes. Miró al atlante de brillante armadura-. ¡Oh, un príncipe! ¡Príncipe, os lo ruego, salvadme! ¡Los Gemomantes me persiguen!-dijo la mujer, corriendo hasta Orm.

Los siguientes en atravesar el portal fueron dos enmascarados que portaban mazas.

¡Entregadnos a la princesa Amatista, patéticos gusanos sin magia!-dijo uno de ellos.

 Como no sabía quienes eran los recién llegados ni lo que pasaba, opté por por observar y esperar acontecimientos. Además, tal vez me enteraría de algo si escuchaba escondido... Si estos idiotas deciden hacer preguntas y no atacar como un toro que ve una bandera roja.

El Joker estaba muy contrariado, la falta de humor de Lex era deleznable, merecía un buen escarmiento. Necesitaría un maletín con equipo de tatuar, una cuerda, gasolina y un par de cucharas. Mientras el sádico plan cobraba forma en su cabeza para cuando el momento llegara el Atlante y Grod empezaron a planear cosas serias...

Sí... deberíamos prepararnos, tenemos un laboratorio. He oído que aquí se crean chips de inteligencia Artificial Grod, puedes buscarlos. Yo tal vez me ponga manos a la obra con alguna sorpresa para todos jujujujuju

De nuevo la conversación giró entorno a la bomba que Lex había dejado en Smile Island y el ecologismo y otras chorradas que no interesaban a nadie salvo diCaprio y otros ecologistas de GreenPeace, así que distraído iba dándole pataditas a todo hasta que la máquina de Grodd se encendió .... ¿¡Como es posible!?

Apareció entonces WonderWoman Monocromática y los protagonistas de AmongUs

¡¿Sin Magia?! 

Se ofendió el Joker - Yo soy un Gran Mago. ¡Puedo sacar Sombreros de Conejos! - El Joker llegó hasta estar cara a cara con los dos tipos que acababan de llegar moviendo sus manos de forma teatral

¡ ABRAKADABRA ! ¡ALAKAZAM!

El Joker lanzó un montón de pelotitas que empezaron a rebotar a los pies de los dos recién llegados

Los tres villanos tenían claro que el siguiente movimiento debía ser tratar de atacar a Lex Luthor, de un modo u otro, para poder asegurarse de que no pudiera detonar en cohete que había colocado en la playa. Sin embargo, no hubo mucho más tiempo de debatir cómo hacerlo, puesto que en ese momento la máquina de Grodd se encendió y tres personas emergieron de su interior. Una humana a la que se habían referido como "Princesa" y un par de enmascarados de los que el telépata no supo qué eran exactamente.

-Igual esto es exactamente lo que necesitamos ahora... -murmuró Grodd, en tono bajo, más para sí que para sus compañeros.

Si aquella humana era una princesa y los otros dos individuos necesitaban que se la entregaran, puede que pudieran obtener un beneficio común de la situación que estaba perfilándose. ¿Entregar a la humana o ayudarla a no caer en manos de aquellos dos supuestos magos? Si una de las opciones les permitía algún tipo de beneficio que les ayudase contra Luthor, sería exactamente esa la que tomaría.

-¿Por qué deberíamos entregárosla? -preguntó el gorila telépata, mientras apuntaba con sus manos a uno de los gemomantes, intentando hacerles creer que poseía magia-. ¿Qué ganaríamos con eso, necio hechicerillo?

Grodd concentró todos sus esfuerzos en tratar de hacer levitar a uno de los gemomantes con sus poderes telekinéticos y arrojarlo a través del portal que había abierto su máquina.

 Orm se adelantó de inmediato hasta quedar en medio de la princesa Amatista y los perseguidores de esta. Si deseaban capturarla, antes tendrían que pasar por encima de él.

 La mujer había pedido ayuda y le había identificado como un príncipe; los enmascarados, en cambio, exigían la entrega de la recién llegada y mostraban una actitud grosera. La altivez del Amo del Océano, todavía herida por el desenlace del conflicto con los robots de Luthor, eligió bando sin ningún atisbo de duda.

 La elección tomada quedó incluso más clara una vez comprobó como el Joker y Grodd estaban de acuerdo en no ceder a las demandas de esos Gemomantes.

 —¡Todo lo que lograréis sacar de aquí es dolor si no desistís en vuestro empeño!

 El hijo de Orvax, alzando el tridente a la altura del pecho de los individuos armados con maza, lanzó un rayo de pura fuerza mística al enemigo que Grodd no había escogido atacar con su telequinesis.

Uno de los Gemomantes se volvió hacia el Joker y se llevó la mano a la frente.

¿En serio este es el nivel mágico de este Reino? Patético.

Entonces el enmascarado saltó hacia atrás cruzando el portal de nuevo hacia Mundogema. El otro enemigo vio dirigirse hacia él las llamas mágicas de Orm. Trató de contrarrestarlo con su propio fuego: apuntó con su mazo hacia Grodd, Orm y la Princesa, escupiendo por su extremo un cono de llamas.

El fuego de Orm se impuso atravesando la cortina de llamas del Gemomante y prendió la túnica del mago. De manera sobrenatural, no emitió ni un alarido ni un ligero gritito por la situación, como si fuera inmune al fuego o como si no tuviera terminaciones nerviosas que le hicieran sentir el dolor.

En el otro extremo, el cono de fuego seguía extendiéndose en dirección a los improvisados aliados. La Princesa conjuró a toda prisa un muro de color violeta que contuvo las llamas hasta extinguirlas.

¡Flush!

El Gemomante al que Grodd lanzó por los aires avanzó atravesando el portal de nuevo hasta la Tierra.

Bien, mejor, mejor... Pero como pide el mono, os daré el principal motivo para entregarnos la Princesa: si os negáis, os exterminaremos como patéticas cucarachas.

La tendencia a restringirse a la etiqueta de "patético" para referirse a todo ya era un buen motivo para molerles a collejas. Aún así, los magos no iban a ser rivales sencillos de derrotar. El Gemomante hizo la misma maniobra que su compañero: lanzar un cono de fuego con su cetro-martillo. En esa ocasión, a la Princesa no le dio tiempo a levantar la barrera. El fuego les dio de lleno, pero al contrario que las llamas del tridente de Amo del Océano, no prendieron sus ropas.

Aggh... qué daño... Tened cuidado si os acercáis a ellos: cuanto más cerca estéis del origen de su fuego, más calientes son sus llamas*.

Amy trató de dar un paso atrás, pero le temblaban las piernas después de haber recibido semejante ataque.

Los Gemomantes son las tropas de élite del malvado Emperador Mordru, que ha conquistado por medio de la fuerza y el miedo al resto de reinos de Mundogema.

Shade escuchó las últimas palabras de la supuesta "princesa". Como era lógico, tan solo era su versión de los hechos, su punto de vista. Mordru podría ser un libertador que había derrocado a la familia Amatista y a otras estirpes nobiliarias acabando con el dolor del Pueblo. Lo importante era que esos dos poderosos magos que perseguían a Amy no estaban solos; tenían el apoyo de todo un Imperio. Para Shade, los Gemomantes podían ser unos valiosos aliados o la avanzadilla de un ejército invasor que podría arrasar todo su planeta.

El Joker rodó hacia atrás, buscando un lugar a cubierto como si se encontrara en una taberna del Viejo Oeste en el que han encontrado Jokers de más en la partida de Póker. Sacó uno de sus largos revólveres y apuntó a uno de los magos - Ah, solo hace falta un poco de pólvora y un revólver para ser feliz. 

Del brillante revolver salió una banderita - Ahora recuerdo, me dejé esto de recordatorio para comprar balas. ¡QUÉ CABEZA! ¡HARLEY! ¿¡Dónde está cuando la necesito!?

Buscó con la mirada a uno de sus "subalternos" - ¡Rápido munición!

¡Las chisteras! - Indicó señalando las máscaras que llevaban - ¡Quitadles las chisteras a los magos! ¡Cogedlos vivos!

 Ante la duda, ayuda a la dama en apuros, como decía mi tío el proxeneta, así que reúno todas mis fuerzas para invocar a un homúnculo de sombras para que ataque a uno de esos Gemomantes, que me parecen tipos muy misóginos, dicho sea de paso...