Partida Rol por web

El túnel parecía despejado todavía y ya estaban siguiéndolo, por lo que podía oir y le parecía ver a sus espaldas, la mayoría del grupo. Así que seguramente las cosas realmente iban a mejor en aquella misión determinante, lo cuál animaba a Sonia.

La cabo apretó los dientes en una pausa muy breve por el dolor de la herida. Diablos, aquél cabrón le había dado bien, aunque podía continuar por el momento. Lo que no estaba segura era sí iba a perder demasiada sangre... No, mejor no pensar en eso. Cuando tuvieran más margen de acción ya vería si Popov podía ponerle en parche. Hasta entonces, Ramírez no tenía tiempo para sangrar.

Las palabras del sargento la llegaron y no dudó, continuó su avance, animando a los que tenía con ella. Sonny estaba cumpliendo bien las órdenes de ni ir por su cuenta ni apartarse de ella, aunque no le pudo mantener ileso. Esperaba no cometer de nuevo ese ileso.

- ¡Venga, en marcha, ya le habeís oído! - exclamó, Morita alzado por si había alguna sorpresa desagradable.

Obedeciendo las órdenes del Sargento Mayor me adelanto por el túnel Nordeste. Es un poco arriesgado avanzar deprisa sin ir cubriendo primero el terreno, pero es urgente moverse y dejar atrás el agujero dejado por el taladro en su retirada.

Por fin tengo al Sargento Mayor al alcance. Podría tratarlo ahora mismo, pero él ruge sus órdenes. Ciertamente, si me pongo a tratar sus heridas posiblemente quedemos ambos muy retrasados con respecto al resto. Dejo pasar la oportunidad y avanzo con el resto de la Fox, internándonos en el túnel.

Bockman veía que el resto de sus compañeros comenzaban a correr detrás de él e incluso alguno le iba ganando terreno. No podía aceptar que la cabo fuera la primera en ponerse en peligro, se parecía demasiado al Sargento Mayor. Apretando bien su arma comenzó a avanzar hasta que sobrepasó a la cabo y a todo el resto del escuadrón. Él iría el primero, si antes le tocaba vigilar la retaguardia para impedir que Sonny estuviera en peligro ahora no podía dejar a la cabo ir la primera. - Iré el primero cabo! - Iba rápido por lo que no le dio tiempo a apuntar ni a levantar el rifle cuando asomó por el otro lado del túnel pues este hacía un giro a la derecha. Se retrasó un segundo sólo a ver que había en ese lado del tunel, al girar la oscuridad era palpable, la luz del taladro y la del resto de compañeros lejana. Viendo las posibilidades Bockman apretó el boton y conectó su visión infrarroja. Si había algún bicho escondido en la oscuridad al menos podría ver su calor.

Señor, si lo considera oportuno, ya podemos cambiar de modo de visión, dice O'Flaggerty, avanzando con precaución siguiendo una trayectoria paralela a la de Ramirez, pegado a la pared, el arma lista para disparar. Mira hacia adelante, hacia donde van, para poder ver eso que contaba Canowicakte, lleno de curiosidad.

Los que tengan alguna herida y no deban correr o disparar deberían usar el botiquín de sus cuchillos.

Dereck, ya con su morita en sus manos y en una buena posición de disparo no duda en actuar ante las órdenes del sargento. Tras cargar el arma, no duda en disparar una ráfaga contra el bicho guerrero, esperando dejarlo frito de un solo golpe. 

-A la orden.-Evans disparó la última ráfaga del cargador contra el bicho guerrero. No tenía la certeza de haber acertado, pues a esa distancia y solo con las lámparas no se veía muy bien.-Si se acerca es que no le he dado.-pensó mientras sacaba un cargador nuevo del cinto y lo colocaba en el morita.

Mkoll recargó el Hawkeye, aun a sabiendas de que la munición no era precisamente abundante. Sin embargo, la situación era crítica, y debían actuar rápidamente. Poco tiempo tenía para sacar el rifle morita estándar. Así que, después de sacar un cargador de su bandolera, apuntó a los bichos que amenazaban al ligero, para apoyar al sargento mayor, y abrió fuego en automático. 

Sin embargo, su gesto se torció al ver que no salían balas... Aquel cacharro se había encasquillado. 

- ¡Señor! - respondió Burnette al escuchar las órdenes del Sargento Mayor a través del sistema de comunicaciones. Le alegraba que contaran con él para objetivos específicos, y quizás era debido a que había demostrado tener buena puntería y ser muy efectivo hasta el momento.

Cuando el sonido del nuevo cartucho entrando en la Morita le indicó que su rifle estaba preparado, se giró hacia atrás, dejando pasar a sus compañeros. El bicho obrero, tal y como le había indicado su superior, se movía rápidamente, buscando atravesar el blindaje de alguno de los más rezagados. Sin embargo, Burnette tenía otros planes para esa criatura. Activando con un rápido movimiento el sistema de Burst Fire, apuntó a la zona vital de la criatura, y pulsó el gatillo, liberando una oleada de balas de acero a alta velocidad.

En silencio, aún sobrecogido por la experiencia que acaba de vivir, con un ojo en el fondo del túnel y otro en los ruidos de la retaguardia, Wayan continua avanzando hacia donde le ordena el sargento, intentando mantener la cohesión del grupo.

Avanzo hasta la par de la Cabo, no encontrando aparición alguna de insectos mientras el fuego resuena a mi espalda y penetran sus reverberaciones a través del pesado traje de combate. Sonia renquea ligeramente, y ciertamente yo estaría igual si el dolor no hubiese activado todos los disparadores de adrenalina que hacen que me sienta capaz de todo, situación que trato de alargar todo lo posible en los avances y apuntares, aunque sé que poco a poco se va disipando y entonces tendré que ponerme a trabajar con mis propias herramientas, ya que nuestro médico ha realizado una chapuza de escándalo al tratar de curarme a la carrera.

Otro avanzar, y aprieto el paso detrás de la Cabo, poniéndome esta vez por completo a su espalda considerando que, si hay una aparición de bichos, será en este momento. Apuntando con mi morita, vigilo con la mirilla la carrera de Gawain y apunto en consideración a que algún arácnido pueda decidir lanzársele encima, lo cual sería el momento perfecto para abatirlo mientras él se repliega o aparta.

-Si sargento mayor- respondo ante la orden. Nunca me han gustado las formas de los guerreros. Ahora soy uno de ellos, ya no pateo pasillos en el espacio, pero sigo sin acostumbrarme a sus formas.

Disparo una última rafaga antes de retirarme con el resto del equipo, pero escucho el sonido sordo del percutor.

-Maldición-

Me invade la desagradable sensación del que cae al vacío. Los bichos vienen y el cartucho de la recamara ha fallado. Tal vez esté pasado, se haya doblado por algo que haya entrado en la recamara o simplemente el fallo del 0,1% permitido para los fabricantes de munición.

Sea como sea me retiro, ya que no es tiempo para averiguar qué ha ocurrido.

El túnel parece que comienza a abrirse ante ellos como antes ha dicho Sonny. Si la sala es tan grande como la caverna que dejan a sus espaldas quizá tengan problemas para cubrirla, aunque quiere pensar que la desorganización ha sido más por la salida escalonada del taladro y por la conmoción del impacto contra el suelo.

Sigue avanzando todo lo que puede hacia delante, siguiendo a la Cabo y a Sonny y vigilando la boca del túnel que tienen delante.

El combate llegaba a su fin tras una serie mas de disparos en los que los últimos bichos obreros, guerreros y el tigre cayeron abatidos; ya solo había dos firefry en combate y aunque eran pocos era suficientes para causar estragos en las filas de la federación, y así lo hicieron. Lanzando poderosas llamaradas de fuego, envolvieron en ellas a dos fusileros ligeros, así como a los fusileros pesados Evans, Mackeyn y Mkoll.

Del otro lado los infantes avanzaban hasta llegar a la entrada de una nueva bóveda, esta era aun más grande, mucho más de hecho. Tanto que las lámparas no alcanzaban a iluminarla lo suficiente como para ver más allá. Lo que si podían captar con cierta claridad, era que la bóveda contenía una laguna subterránea que la cubría aparentemente por completo.

Avanzo precavidamente hacia el Este. Observo todo detenidamente.

Satisfecho con haber abatido al bicho obrero de forma efectiva y ahorrando munición, cumpliendo así con las órdenes recibidas, Burnette avanzó hacia el este siguiendo al grupo, aprovechando para comprobar las reservas de granadas que tenía en su equipo. Con fastidio, comprobó que andaba escaso, así que decidió acercarse a su superior, el Sargento Evans, por si podía darle algún consejo.

- Sargento - dijo, Morita en mano, acercándose a Evans - Apenas me quedan tres granadas de fragmentación para continuar la misión, ¿sabría si alguno de mis compañeros dispone de equipo adicional?

James siguió avanzando con precaución, mirando bien dónde ponía los pies, y manteniéndose en formación con su grupo de "retaguardia". Al ver el vasto espacio al que llegaban, dijo por el canal general:

Mi cabo, sugiero visión infrarroja. Las lámparas pueden ser vistas de lejos, pero a nosotros no nos sirven de nada a esa distancia. Sugiero también que no pase nadie de la boca del túnel, hasta que no veamos qué hay más allá, y hasta que nos podamos reagrupar con los que vienen detrás.

Él mismo cambió el modo de visión. Comenzó a explorar las posibilidades de la zona donde se adentraban. Primero pensó para qué podría servirle ese lugar a un bicho, y si casaba con los conceptos que tenía de un posible camino a la cámara de la reina. Luego pensó en cómo deberían situarse para sacar toda la ventaja posible de la posición y del terreno.

Bockman intentaba ver la oscuridad con su visión infrarroja, volvió a superar a dos infantes que tenía delante para ponerse de nuevo de los primeros. - Ligera mantenganse detrás de nosotros y cambien a visión infrarroja. Sus lámparas me hacen imposible mirarlos y me desorientan la visión. - Intentaba mantener aquella caverna en orden, era inmensa y las lámparas normales no conseguían iluminarla. Una vez llegado a la entrada de la cueva el artillero puso una rodilla en tierra y esperó órdenes. Con esa posición intentaba apuntar a la oscuridad en busca de un bicho iluminado por su calor corporal. - Tal vez deberíamos ir unos con visión infrarroja y otros con la ultravioleta, no sabemos si hay bichos con capacidad de ocultar su calor. - Eso debería recordarlo de la academia pero ya estaba muy olvidado. Por desgracia aunque se acordaran no podían estar seguros de que no hubiera bichos nuevos que sí fueran capaces.

Sin duda alguna los tigres son terribles. Tener a uno tan cerca no me ha impresionado lo suficiente, no me ha dado tiempo, pero soy consciente de que me podía haber despedazado en un instante. Por fortuna, ahí estaban mis compañeros para destripar a ese maldito justo en el momento en el que se me encasquillaba el arma. 

Las cosas se calman, pero Mackeyn está ardiendo así que me lanzo a ayudarle a extinguir las llamas de su traje. 

-Ya está compañero- digo a la par de que le hago un gesto con la cabeza mostrándole mi gratitud por haberme quitado al tigre de encima arriesgándose contra los firefry.

Una vez todo en orden espero las instrucciones del sargento Evans a la par que extraigo el cartucho de la recamara para tener disponible mi arma.

Hay una leve calma, parece mentira. Tenemos que avanzar rápidamente antes de que se nos vuelvan a echar encima.