Partida Rol por web

-Cabo, es un suicidio adentrarse en esa cueva. La reina nos verá, si es que no lo ha hecho ya, y no tendremos la posibilidad de colocar la carga. Si colocamos una carga allí - señala en la misma dirección que antes (AI139) - o en la posición de Sonny conseguiremos lo que queremos. Después solo necesitamos colocar las otras 2 cargas para que haga el efecto mariposa. Ampliaría el radio de acción y la potencia de la bomba debido a que no detonarían todas a la vez.

Piensa un momento. Quizá sea mejor acercarse a la posición de Sonny y montar la carga en ese lugar para no perder más tiempo.

-Sonny, comienza a armar la carga cerca de la entrada a la cámara*. Ahora voy hacia allí e iniciamos los trabajos.

El combate por fin había terminado y ya solo quedaba un miserable insecto al que acabar. Lamentablemente las bajas que sufrimos no son pequeñas y el Sargento Evans yace en el suelo moribundo. Camino rápidamente hacia el norte mientras hablo a mis tropas:

 - "Todos muévanse al norte. Nos atrincheraremos en la entrada del túnel norte. Bockman, quiero la derringer situada ahí con línea de tiro hacia la salida de ambos túneles del oeste. James y Mackeyn a la derecha de la derringer, un paso por delante, rodilla al suelo. Wimger y yo a la izquierda de la misma, un paso por delante, rodilla al suelo. Dos ligeros detrás de cada pareja. Gawain, Burnette, Popov y el Teniente cubren el túnel y asisten al fuego en caso de brecha. ¡EN MARCHA!"

Me arrodillo al lado del Sargento y miro a Popov mientras le sostengo las vendas y le hablo:

 - "Vamos a salvarlo. Yo te ayudo. Confío en ti."

Me quedo con él, asistiéndolo en salvar al Sargento para después moverlo hacia la posición en la que esté más seguro. No sé si sobrevivirá, así como no sé si nosotros lo haremos, pero no voy a dejarlo aquí tirado para que sea alimento de bichos.

Una sonrisa se dibuja en la cara del teniente que continua ignorando el combate y las ordenes del sargento. Sus ojos se quedan en blanco y a veces murmulla palabras que apenas se entienden como si hablara con alguien.

- Nuestras naves están listas para destruir el planeta, lo reducirán a fragmentos del tamaño de una naranja, en cuanto no queden tropas sobre el terreno empezará el bombardeo. Pero yo puedo sacarte de aquí. Buscaremos un lugar donde rehacer tu progenie, solo tienes que decirme que necesitas para criar.

Tiende una mano al aire y murmulla solemnemente:

- Únete a mi y juntos dominaremos la galaxia como hombre y araña.

Allí estaba su majestad. Grande, gorda, fea y peligrosa. Posiblemente el bicho más peligroso al que jamás vería Sonia en su vida. Pero no era momento de achantarse o de recular, debían actuar. Ese era el momento de la verdad.

Quizás los nervios habían traicionado su juicio por un momento, más Wallace no dudó en sacarla de su error con una buena opinión táctica. Y de lo que debían hacer allí con las cargas ella sabía mucho más que la latina, así que esta no la iba a discutir.

- Está bien, pero hagámoslo ya - sentenció, comenzando a moverse junto a la técnico -. Mkoll, vigila por dónde hemos venido a ver si viene algún bicho, yo mantendré el ojo en su majestad. A trabajar, vamos, vamos.

Señor, si hubiera tiempo y todavía quedara alguien que supiera de demoliciones, sería cojonudo taponar el túnel norte. Quedaríamos, bueno, en un callejón sin salida, pero veríamos venir a los bichos desde lejos y en un solo frente.

Mientras habla, se da cuenta de que el teniente Speedy está intentando algo.

Contesto a James de inmediato:

 - "Negativo, quiero esa puerta trasera por si tenemos que usarla o por si es que el grupo de demoliciones lo necesita."

Continúo ayudando a Popov concentrándome todo lo que pueda.

Asiento y, una vez cambiados los cargadores de fusil y escopeta, me sitúo donde ha dicho el Sargento Mayor.

Ahora que disponían de unos segundos de descanso, Burnette apoyó su espalda contra la pared y aprovechó a cambiar el cargador -el último- de su arma. El pecho le ardía, y sentía la sangre corriendo por el interior de su traje, aquello no pintaba nada bien.

- Sí... señor - dijo, cansado - ¿Alguien tiene cargadores de sobra? Éste es mi último.

Por si acaso, miró de conseguir alguno de los caídos... a ellos no les iba a servir de nada. Aprovechó también para unir los cargadores que quedaban con pocas balas en uno sólo... cada proyectil contaba.

-A sus órdenes, cabo... Joder, que asco da la hija de puta-comentó con el último vistazo que dedicó a la reina, antes de volverse en el sitio y empezar a vigilar, con su fiel Hawkeye a punto para disparar si fuera necesario. El explorador hizo ese movimiento con total naturalidad y agilidad, sin causar el más mínimo ruido. Consideró que ya iba siendo hora de decirle algo más a Focker para que no se preocupara demasiado, así que procedió a ello. 

-Sargento mayor, aquí Mkoll. Hemos dado con la reina, estamos plantando las cargas. No se mueran. 

-Sargento mayor, aquí Mkoll. Hemos dado con la reina, estamos plantando las cargas. No se mueran. 

Con cinco balas en el cargador, Dereck decide recargar de nuevo su arma... había cogido bastante munición, pero aún así y todo sabía que eso no sería eterno. Extrajo uno de sus cargadores y se lo lanzó a Thomas.

Coge uno mio y aprovéchalo bien- le dice- cada bala cuenta.

Tras esto comienza moverse para colocarse al lado de James.

Finalmente, y no gracias a mí, el Sargento Evans se estabiliza y aunque está muy grave, vivirá por ahora. Mi mayor preocupación es cómo trasladarlo de manera segura. Hago unas últimos chequeos, aseguro la herida.

- Alguien tendrá que ayudarme para mover al Sargento. Burnette, usa las municiones del Sargento. - Le extiendo los cargadores y granadas del hombre caído. - De paso te veré esa herida.

El bicho por suerte no A me agarra demasiado y consigo quitármelo de encima con rapidez. Me dirijo con presteza hacia el grupo.

a la orden. respondo de forma contondente mientras asiento con la cabeza.

no habra mas paseos sin permiso

Me muevo rapido a la posicion que me ha designado mientras recargo el fusil, pero cuando escucho las palabras del teniente me pongo en alerta, no contra otros bichos, sino contra el...

Al final, quizá como un acto divino o por mera suerte, el cuerpo del sargento Evans se había estabilizado naturalmente y dejaba de perder sangre, al menos de momento. Con ello las órdenes recién dadas por el sargento Focker cobraban mayor fuerza pues ya no corrían el riesgo de resquebrajarse en caso de que no pudiesen mover con facilidad al sargento Evans.

Así, con las órdenes claras del sargento mayor Focker, ya solo quedaba posicionarse y hacer todos los preparativos necesarios para aguantar todo lo que les cayera encima, ya fueran Ripplers, tigers o incluso Tankers.

La decisión estaba tomada y los cuatros infantes suicidas estaban en posición. La hora de plantar la carga nuclear para abatir al bicho reina había llegado. Y mientras Sonny y Wallace se encargaban de ello, el explorador Mkoll y la cabo Ramírez estarían atentos y vigilantes para intervenir en caso de ser necesario. Aunque cierto era que sus mejores esperanzas estaban en las cargas nucleares pues enfrentar a la reina cara a cara no solo pondría sus vidas en riesgo sino a toda la misión e incluso las vidas del resto de los infantes del escuadrón.

-Dominar?- respondió la reina aparentemente confundida con la idea que le había trasmitido el teniente. –Destruir este planeta implica aniquilarme, ¿como es que vas ayudarme?. Dame toda la información que sepas sobre la batalla que ahora acontece, sobre que hacen ustedes aquí y sobre porque han atacado a lo que ustedes llaman un cerebro y solo entonces yo pensaré en salvar tu vida-.

Una vez en la posición, Ramírez se centró únicamente en vigilar la zona y dejar a Billy y Sonny trabajar en la primera de las cargas. La misión ahora dependía totalmente de ellos mientras no les descubrieran. Incluso así su vida y la de Mkoll eran totalmente prescindibles. Su única labor era ser escudos humanos de ellos dos y la cabo estaba más que preparada para cumplir ese papel.

Y de llevarse por delante a todos los bichos posibles si se llegaba a eso.

Ayudo a recoger el equipo del Sargento Evans y a trasladarlo a donde quiera que el Sargento Mayor quiera depositarlo.

Si es posible, añado a mi cinturón de combate dos cargadores enteros de Morita.

Indico a los ligeros que recojan los cargadores de sus caídos.