Partida Rol por web

Ridgern se apostó con su ballesta atento a cualquier cosa que pudiera moverse dentro del refugio. Los minutos pasaban eternos y el cansancio acumulado por el severo viaje empezó a apoderarse de los párpados del enano, que finalmente cayeron derrotados y se cerraron como un túnel derruido.

El sonido de la hojarasca pisada despertó a un adormilado Ridgern que pronto se puso en guardia. Aquel arrogante guerrero que le había arrebatado el arma de su familia marchaba hacia él con paso firme, blandiendo la espada de la discordia. El valiente enano echó mano de su ballesta, pero se encontraba descargada! Nervioso tomó uno de sus virotes, pero el temblor de sus manos le impidió hacerlo con rapidez. Varios virotes se le resbalaron de sus temblorosas zarpas mientras su enemigo avanzaba decidido hacia él. Con cada paso del guerrero, Ridgern se angustiaba más y más. Por fin Logró insertar un proyectil en el canal de la ballesta y tensó con fuerza la cuerda, pero para cuando quiso apuntar, su pesadilla ya estaba sobre él y el filo de la enjoyada espada se incrustó hasta el fondo del corazón del derrotado Ridgern, que se despertó sobresaltado.  

Sudoroso y angustiado, Ridgern despertó para descubrir avergonzado que se había dormido en su guardia y una figura no del todo desconocida lo acababa de despertar, señal de que venía en son de paz  - Eeeehhh, ooohhhh ... Fue todo lo que logró articular, aturdido todavía  por su mortal pesadilla.    

Ridger, sudoroso y agitado, se despertó de aquella horrible pesadilla para ver a una figura oscura, con la cabeza semioculta bajo una capucha.Lo poco del rostro que enseñaba aquella figura, ya reveló la identidad de esta al enano.Le indicó a Ridgern que se mantuviese en silencio, al igual que hizo con Varuna, y le indicó que le siguiera.Ahora, los tres acudieron al camastro dónde se encontraban Rurik y Earwën a parte de Lia.

De nuevo, la sombra humanoide posó su mano sobre los hombros de los aventureros restantes, para despertarles de su sueño.En ese momento, la vida era más importante que una noche de descanso.

-Despertad si queréis vivir- susurró sentenciadoramente a los aventureros restantes, sin dejar de mirar todo el rato a su alrededor, concretamente, hacia las afueras de aquel campamento.

Ridgern no tardó en comprender lo que sucedía. siguió a la misteriosa figura  por inercia, pero su atención estaba puesta en los alrededores. Miraba sin parar a uno y otro lado, con su ballesta dispuesta a actuar en cualquier momento - Maldita hoguera. Sabía yo que la cena nos iba a salir cara. Seguro que la han olido desde Robleda... refunfuñaba el enano en voz baja

La primera reacción de Rurik fue golpear a aquella cosa con el puño cerrado, levantándose del tirón, tocando el suelo con los pies, como Mhiltra lo trajo al mundo.

Lia se despertó con un sobresalto y no pudo reprimir un gritito "¡ay! ¡Que susto!" Al ver a la figura encapuchada se tapó la boca y pidió perdón.
Al ver las caras de los demás comprendió la importancia de la celeridad. Cogió sus abalorios y los guardó en uno de sus múltiples bolsillos. Y metió el resto de sus cosas en la mochila.

La misteriosa aparición no se esperó la reacción del salvaje y se comió de lleno el golpe directo a su rostro.La potencia hizo que la capucha cayese hacia atrás, revelando el rostro del ser que les estaba reuniendo, con sus labios ensangrentados y su mejilla más roja de lo normal.

Dio un paso hacia atrás, tras tambalearse por aquel puñetazo.Podía notar como sus labios sabían a sangre, se relamió y tragó impacientemente, no podía dejar huella alguna de su presencia en aquel lugar ni para aquellos que la perseguían.Su mano se frotó desconsoladamente la zona afectada mientras miraba de forma amenazante al salvaje.

-Supongo que me lo merezco...- dijo acompañado con un suspiro de resignación mientras su mano se deslizaba arriba y abajo por la mejilla manteniendo en todo momento el suave y bajo tono.

-Ahora que estáis todos reunidos, escuchadme atentamente.Se aproximan a este lugar, una avanzadilla de trasgos pertrechados y listo para el combate.Parecían estar reconociendo la zona y les llamó la atención en la lejanía una columna de humo gris...- volteó su rostro para ver la hoguera en aquel momento apagada.

-Es de suma importancia que prestéis atención.Desde la Gran Ruina no se veían este tipo de criaturas por estas tierras.Algo malo se está cociendo, y debo avisar al burgomaestre de lo que se avecina, pero no podré hacerlo sola, necesito vuestra colaboración, es un favor que os pido como guarda de vecería y por la seguridad de las lindes de estas tierras y de todo ser benévolo que la habita....- se quedó callada unos segundos para coger aire.

-Paradlos...matadlos, apresadlos si podéis, dadme tiempo para que llegue a ciudad Robledo a informar de esta horrible noticia.El Burgomaestre también os recompensará como es debido- ahora se quedó callada mirando a los ojos de cada uno de ellos.Mostraba clara preocupación pero también determinación.

- Grrrrrrrrrr - Ridgern tuvo que contener su ira para no gritar y delatar el escondrijo en el que estaban - Te lo dije niñata, espero que  luches mejor que cocinas, porque no nos queda otra que esperarlos aquí... maldijo enfadado dirigiéndose a la joven cocinera - Sé muy bien como luchar contra los trasgos. Desde que hay montañas mi raza los ha combatido por toda La Marca. Su fuerza está en el número. Debemos esperarlos aquí, nunca salir a campo abierto. Abatir a distancia a todos cuanto podamos y esperar al cuerpo a cuerpo.

El enano parecía decidido a combatirlos. Hablaba con total seguridad y decisión. Se notaba que para él no había otra opción posible. Si intentaban huir ahora les seguirían y a campo abierto los trasgos tenían las de ganar. Ridgern lo sabía bien y por eso lo tenía tan claro.

- Dinos guardiana ¿ Cuántos son? ¿ Llevan Wuargos? ¿ Los lidera algún jefe? ¿ Qué armas portan, jabalinas y hachas o también arcos cortos? cualquier información nos será de ayuda - El enano parecía saber de lo que hablaba y se quedó mirando a las mujeres con desconfianza buscando qué armas portaban

Aquella criatura se llevó un impacto de su puño. Sin embargo, un nuevo gancho se le vino encima, pero dio al aire. El bárbaro jadeaba mientras se frotaba los ojos, para despertarse del todo, comprobando que era una exploradora. Miró aturdido a todas partes y luego escupió a un lado. 

La conversación fluía, parecia ser una aliada. Eso le relajó el gesto y bajó la guardia.

El norteño avanzó hacia sus cosas y empezó a vestirse, de espaldas al resto, aunque ya tenía poco sentido hacerlo. Se subió los pantalones, se colocó luego la camisa, la coraza y encima las pieles. 

Mientras tanto escuchaba de espaldas al resto.

-Paso. Nos pagan para entregar algo no para pelear en una escaramuza por la gloria de Robledo y el duque ese. Soy mercenario, ahora mensajero, no un soldado. Prefiero el dinero seguro a ser un cadaver pobre siendo comida para trasgos. Quédaos vosotros si gustais. Ear y yo nos vamos a entregar esto. Si partimos ya quizá le demos esquinazo, a poder ser por los marjales, donde el paso de ellos será lento.

No se volvió al decirlo, mientras cogía sus cosas, presto a marcharse.

-Olvidas un pequeño detalle Rurik, ellos ven en la oscuridad y tú no... ¿ Cómo vas a huir en plena noche sin que te vean? A oscuras serás tan torpe como ellos.

Escuchó con atención a las palabras de Riselna, la cual se llevó un golpe innecesario por parte del heljarken.Sin duda era una situación peligrosa, y sería un honor para ella, prestar sus servicios para tan noble causa.

-Contad conmigo, Riselna.Detendré a esas bestias aunque sea lo último que haga- en cambio la respuesta de Rurik fue negativa, algo que sorprendió negativamente a la clérigo.Frunció el ceño y realizó una mueca disgustada-.Cómo osáis...sois despreciable y egoista, sir Rurik.Pensando siempre en vuestro bolsillo y no en el bien de la humanidad y todos sus alíados- en aquel momento, ese hombre había perdido muchos puntos para ella, sin duda, sería juzgado por sus actos egoístas y prepotentes, cuando llegase el momento.

Primero le respondió el enano, el cual parecía estar dispuesto a pelear, además de que estaría acostumbrado a abatir a ese tipo de repelentes criaturas.

-Era una avanzandilla con la misión principal de explorar, no atacar, por ello no son muchos.He contado seis, entre ellos había uno mejor pertrechado que el resto .Sería el líder de dicha avanzadilla.Su armadura es diferente a la de los demás, hecha de hierro.Van armados con espadas cortas, excepto el líder, que porta hachas y lanzas...Por lo que vi, no van montados, es una suerte que no porten huargos- resopló aliviada tras responder como pudo a las preguntas del enano.

Negó decepcionada con la cabeza ante la respuesta de Rurik.

-No habrá mensajeros...ni mercenarios, ni tan siquiera soldados cuando la guerra haya acabado con todo....- su tono ahora mostraba pesadumbrez, acentuada aún más por la suavidad.

-Gracias Varuna, sabía que podría contar con una clérigo tan devota como tú.¿Alguno más podrá ayudarme?- miró ahora a Lia y Earwën.

El norteño siguió a lo suyo, recogiendo sus bártulos.

-Y tu olvidas que los trasgos son máquinas perfectas de matar. Hablas de ellos como si fueran muñecos de paja. Son pequeños y gráciles, asesinos perfectos cuando hacen escaramuzas. Son expertos en guerra de guerrilla y en la guerra psicológica. No se si alguno de vosotros ha luchado con ellos en plena noche pero yo si. No paran de gritar y chirriar para llenar el corazón de sus adversarios de miedo. Se mueven de un lado a otro, entre árboles y escondrijos, para desmoralizar a sus rivales, y cuando menos te lo esperas te sorprenden unos ojos rojos o amarillo malignos a tu espalda, mientras te clavan sus cuchillos oxidados entre los omóplatos o entre los huecos de la armadura.

Se volvió para mirar al enano y entrecerró los ojos, arrugando algo el ceño, para enfatizar sus palabras.

-Créeme se lo que son los trasgo. Y a todo esto tu plan es una basura. Si nos quedamos aquí tienen rocas y árboles de donde disparar sus arcos y lanzas sin que los veamos. La mejor opción es campo abierto y tender emboscadas. Pero quedáos si gustais, yo me voy.

Se echó el escudo al hombro, y la mochila (junto con el objeto de custodia) al otro. La mujer santa le increpó que no quisiera ayudar, Rurik siguió de largo, encongiéndose de hombros. La guardia también empezó a intentar convencerle. El Heljarken se detuvo y las miró.

-He sido valiente y buen soldado antes, y eso no llena el estomago ni mantiene el acero cuidado y afilado. He enterrado a muchos hombres y mujeres buenas antes, que ahora son tumbas llenas de moho y recuerdos tristes en sus familias. Cuando la guerra llegue estaré lejos de Robledo con mis monedas...

Hizo una pausa y el comentario de la guardiana le hizo sonreir y no de forma agradable.

-¿Aliados? por favor, no tengo aliados ni amigos en Robledo ni alrededores. Intentas motivar la valentía en un corazón con palabras equivocadas, princesa de los bosques.

Cogió la lanza en último lugar y volvió a mirar al resto.

-¿Quién viene conmigo?

Ridgern escuchó con atención las explicaciones a la preocupada Riselna  y a su término pronunció - Contad conmigo también. Esos trasgos probarán el metal de los Cabezayunque. No hay mayor recompensa para uno de los míos que ver rodar cabezas de trasgos bajo sus pies. ¿ Seis? puedo abatir la mitad de ellos con la punta de la Barba. Todo combate es duro, pero bien organizados podemos derrotarlos con facilidad.

Después tuvo unas palabras para la valiente Varuna, dejando un afilado recado para Rurik- Honrosa decisión la vuestra Varuna. Permaneced tras de mí en todo momento. Os cederé mi ballesta cuando entremos en combate cerrado. Preocupaos de mantenerme en pie con vuestros poderes y yo me encargaré de los trasgos. A mí no me dan miedo... Y en ese momento le devolvió la desafiante mirada al norteño - Tú si que eres una basura y un cobarde. Si no fuera por el peligro que tenemos ahí fuera te impediría irte con ese filo que no te mereces portar, pero no quiero que mis armas se manchen con la sangre de un pusilánime como tú. ¿ Valiente y buen soldado dices? perdona que lo dude. NO me extraña que hayas enterrado a tantos como dices si en vez de luchar hombro con hombro con ellos los dejaste a su suerte. No haces honor a la valentía y coraje que corre por la sangre de los tuyos. Y dirigiéndose a las dos jóvenes que faltaban por decidir su futuro pronunció - Ahora ya sabéis lo que os espera si acompañáis a esta rata. Por suerte Riselna llegará antes a Robleda y el burgomaestre sabrá qué recompensa dar a cada uno cuando vuelva. Y sin más Ridgern  volvió a su puesto de vigilancia a cumplir con su cometido

-Parece que no entendéis la dimensiones y magnitud de este problema.Esta guerra no sólo se cierne sobre ciudad Robledo, ni tan siquiera sólo sobre la Marca, sino sobre el mundo entero.No sé qué clase de vida desea llevar, pero le aseguro que no existirá en el mundo cuando esté dominado por las fuerzas oscuras.Olvídese de todo lo que le importa, de todo lo que le gusta o ama, porque dejará de existir.Este es sólo el comienzo, pero es el momento clave para detenerlos y salvaguardar todo aquello que deseamos y amamos en este mundo- se le podía notar realmente molesta y sorprendida por la ignorancia y egoísmo del bárbaro-.No se crea el único aquí que ha perdido algo, que ha enterrado a alguien, que ha luchado hasta la muerte, luchado por vivir un día más...Creo que quizá desconozca que hay mucha más tragedia de la que le rodea a usted en este mundo- apretó sus dientes, mordiendo con fuerza, intentando aguantar la ira que en ese momento deseaba explotar y delatar su posición.

-Salvaje Rurik....- negó con la cabeza con tono apesadumbrado mientras le decía-.Dará igual todas esas riquezas, ese acero, cualquier vino o licor que le agrade, todo desaparecerá cuando desaparezca el mundo tal y como lo vemos.Pero adelante, si se cree capaz de vivir bajo el agua, no le detendré, será el único lugar seguro sobre la faz de este mundo- se encogió de hombros resignada, esperando aún la respuesta de los faltantes.

-Cuente conmigo, Ridgern.No le temo a ninguna criatura del averno, he nacido para combatirlas, y sé que moriré haciéndolo.Mi sentido el deber es mayor que el del bolsillo, y si debo llevar luz hasta el agujero más recóndito de este mundo, maldita sea, ya lo creo que lo haré- frunció el ceño y escupió esas palabras con ira y determinación.Su cuerpo ya se estaba preparando para el combate, ya podía ver a esas alimañas frente suya, ya podía ver como su maza destrozaba sus pequeños cráneos, ver como sus almas eran entregadas a su Diosa, para ser juzgadas y sentenciadas.

-Por lo que dice nuestra guardia de vecería, me puedo imaginar la importancia de lo que acontece, y esa espada no creo que sea de mayor prioridad que la seguridad de toda la Marca y el mundo entero.Pero sir Rurik, váyase, váyase y no vuelva, pero después no venga buscando redención, su alma ya se ha perdido, parece ser hace mucho tiempo- espero ahora la respuesta de Lia y Earwën, quizá esa elfa pudiese romper los lazos con ese hombre aunque fuese una vez, y luchar por un propósito mayor y más puro.

Con todo el jaleo se despertó y vió a la elfa con la mano en la cara por el golpe que le habia dado Rurik. Se levantó y comenzó a vestirse mientras todos hablaban sobre el ataque de unos trasgos y que ella les pedía ayuda para acabar con ellos.  Se coloca la coraza y coge sus armas, parecía apretar los labios, como conteniendose porque todo lo que estaba escuchando la estaba cabreando y mucho.

- Yo te acompaño Rurik, hasta el fin de mis días.

Dijo mientras termina de guardar todas sus armas y miró al enano y a la mujer que se decía llamar santa.

- Más basura sois todos vosotros que hablais de nobleza y redención, pero os comportais como monstruos por no hacer lo que vosotros quereis. Si nos encontramos con ellos, acabaremos con los que podamos, pero mas suicidio es quedarse aqui a esperarles, sois un blanco fácil. Es muy fácil hablar sin conocer, y más fácil aún criticar.

Se puso al lado de Rurik.

- Vamonos, no nos rebajemos a su altura.

Dijo con segundas.

Rurik se quedó plantado como una figura de márbol. Cuando todos acabaron de insultar, sonrió como si le diera igual lo que dijeran. Escupió a un lado y se echó la lanza al hombro.

-¿Ya? buena suerte, futuros cadáveres.

El norteño apoyó la mano en el hombro de Earwën, agradecido, siempre podía contar con ella. Además, cuando la elfa sacaba a pasear la lengua era todo un placer oirla bramar maldiciones.

El Heljarken se embrazó el escudo, por si la riña iba a más, que por otro lado, estaba deseando sacar el filo a relucir.

-Vámos, los muertos no hablan. Además, si llego primero me quedo vuestra parte. Lia, si te vienes, ya sabes donde estamos pero no te retrases.

Sin decir más, el norteño enfiló el camino, alejándose del grupo y también de las zonas donde podrían emboscarles.

-Earwën, ¿tú también?...- negó con la cabeza junto a un largo suspiro-.Los trasgos con criaturas pequeñas y ágiles, pero no presumen de tener una gran inteligencia.Aquí, en el campamento, es el lugar perfecto para tenderles una emboscada.Están viniendo desde el norte.Podemos esperar a que se introduzcan justo aquí, en la hoguera, y cuando comiencen a descubrir que no son más que bultos inertes lo que hay, atacaremos duramente por la espalda, con suerte acabaremos con dos o tres de ellos, y así tendremos la superioridad numérica más rápido.Además, tenemos a un enano, son expertos en trasgos, los matan seguramente casi a diario.Trasgos y enanos, son enemigos casi jurados- intentó aclarar la situación a todos, en especial a los que se marchaban.

-Allí afuera os pueden rodear y matar lentamente, pero no seré yo quien os impida seguir vuestro camino...- posó ahora su mano sobre el hombro de Lia, esperando impaciente su respuesta-.¿Lia?- preguntó ahora mirando a la joven a los ojos.