Partida Rol por web

Cuando llego a la sala y veo como los bandidos estan usando la cuerda para cruzar el pozo, esbozo una sonrisa sadica y descargo la espada sobre la cuerda esperando verlos caer

Cortas la cuerda recreandote en tu acción mientras observas la cara temerosa de los dos bandidos. Una vez la cuerda se separa de su asidero los dos hombres caen al agua y comienzan a chapotear en ella cual animal herido.

Poco a poco el agotamiento se va haciendo presa de ellos, pronto se hundiran sin remedio en las heladas aguas del estanque.

Su chapoteo a removido las aguas y un hedor insoportable emana de ellas. Alguna cabeza de lobo sale a la superficie y pronto vuelve a hundirse. Este agua no parece muy salubre; si estos hombres lograrán salir con vida de ella es dudosa su buena salud.

Con armadura y nadando en un pozo, tienen los minutos contados

Poco a poco voy calmandome, no hay mas enemigos, el combate ha acabado, retiro la parte de la cuerda rota de mi lado, para evitar que puedan subir y me alejo del pozo maloliente

-No creo que haya una manera satisfactoria de solventar esta disputa, los otros hace un rato que escaparon y es improbable que Carster los alcance, y si los alcanza... No no servirá de nada. Sigamos explorando las cuevas y puede que encontremos algún bandido más dispuesto a hablar que a pelear. Será mejor que vayas tú delante, Gaihen.

No creo que haya dicho, ni mucho menos, toda la verdad... Será mejor tenerle vigilado.

Muy bien - le digo a Gailhen mientras retiro unos centimetros la espada de su rostro, sin dejar de apuntarle - tal vez puedas añadir a esta vaga explicación algunos detalles sobre ese tesoro que mencionó el numenoreano, y por qué se refirió a ti como traidor...

Si duda al responder estará mintiendo, si no lo hace tal vez sea sincero o simplemente un buen actor. No bajaré la guardia. Sin embargo, pese a las casualidades fatales que envuelven a este hombre no lo condenaré sin pruebas. Estoy seguro de que tarde o temprano cometerá un error.

- No se que pretenden ni mucho menos cuál es ese tesoro del que hablan, pero claro, no es fácil que me creas.

Las palabras de Gailhen parecen sinceras pero pudiera ser un buen actor o estar diciendo la verdad.

Tras las palabras de Gailhen, Carster vuelve a la sala con esa cara que ya conocéis. Ha terminado un combate; por el tiempo que conocéis al humano sabéis que el grupo al que perseguía no ha podido correr mejor suerte que los que pisáis.

Carster y Gailhen se cruzan (uno entrando y otro saliendo). La mirada de Gailhen no es la misma que hace un rato. Parece que la vigilancia armada que Anäril monta sobre él le incomoda.

Veo como se acerca Carster y le digo: Se que lo que te voy a preguntar es una estupidez pero...¿has conseguido que hablasen antes de matarles?

Bueno ya que estás aqui prosigamos investigando la cueva, a ver si encontramos alguna pista que nos indique de que hablaban esos hombres.

Me sitúo justo detrás de Anäril, ya que Gailhen está obligado a ir el primero y el elfo le quiere vigilar de cerca.

Estaban demasiado ocupados bebiendo agua como para hablar de nada mas

Comento mientras uso las ropas de uno de los caidos para limpiar la espada tras lo que la enfundo con cuidado

¿he oido tesoro?, ¿habeis encontrado algo?

En este momento iniciábamos la exploración del resto de la cueva. Como ves, Gailhen se ha ofrecido voluntario para encabezar la marcha - digo dirigiendo una intencionada mirada a mi espada para que Carster note la vigilancia a la que le someto - se ha dado la coincidencia de que alguno de nuestros oponentes era "conocido" suyo...

Tras estas palabras, continúo detrás de Gailhen hacia la siguiente estancia.

Gailhen duda unos momentos antes de emprender la marcha hacía otra de las estancias de la cueva en la que os hayáis. Tras un rato el humano sigue el pasillo en el que os encontráis hacia la estancia de la que salió el supuesto jefe de los bandidos (3).

Tras el trozo de madera toscamente cortada que hace de puerta se haya la manta el la que Thenin dormía. Algunos restos de comida completan lo que parece ser un lugar de descanso del valeroso líder.

- Bien, aquí se acaba este camino. ¿Por donde queréis continuar? Conozco la cueva como vosotros...

Revisemos la galeria de enfrente y luego si no, donde sonaba el agua me parecio ver una especie de salida mas complicada, podemos revisarla y ver si los otros dos ya se han cansado de nadar Termino con una risotada mis palabras

La primera estancia que registramos, al parecer, no contiene nada que nos de pistas, de que hacían aqui esos hombres. Carster propone seguir investigando por la estancia de al lado.

Yo estoy de acuerdo contigo. Terminemos de inspeccionar este lado de la cueva y después sigamos por el otro camino que se dirigía a la derecha. Tiene que haber algo que nos indique que hacían aqui estos hombres.

Llevo mucho tiempo guardando silencio. No es natural en mi naturaleza el recelo, pero me siento preocupado. Mientras seguimos caminando por la humedad de la cueva sin saber muy bien qué buscamos decido acercarme algo más en el grupo a Gailhen y conversar algo. No creo que resulte cómodo con la espada de Anäril en sus costillas, pero supongo que el Noldor tendrá sus motivos.

- Siento curiosidad por estos antiguos marineros de Umbar, Gailhen. ¿Podrías hablarme algo más de ellos por favor? Nos has dicho que ya conocías con anterioridad a Thenin, y por sus palabras el a tí. ¿Cómo llegasteis a conoceros?

Apartando con el pie la manta para asegurarme de que no hay nada oculto debajo sin quitarle mientras ojo a Gailhen, asiento con un gesto a las palabras de mis compañeros.

Ya lo has oído, puedes responder mientras seguimos hacia la siguiente estancia - ordeno a Gailhen sin ninguna amabilidad en la voz.

Gailhen mira amablemente a Ranëdhel:

- Hace tiempo que vamos tras de él. Se le relaciona con varios asaltos a barcos mercantes en el golfo de Lhûn. En una ocasión estuvimos a punto de capturarle pero tuvo suerte.

Mira a Carster:

- Sobre Umbar y sus habitantes, no soy yo el más indicado pues no los conozco en profundidad. Pero créame, maese Ranëdhel, que los tiene más cerca de lo que cree.

Pronto os abrís camino hacia la siguiente cámara. En esta ocasión se trata de un almacen. Por el tamaño del mismo y los contenidos no podríais deducir que estos hombres fueran los bandidos que andáis buscando. Poco más que un par de cuerdas y algunas raciones secas conforman el contingente de los supuestos bandidos.

Parece tan sincero - pienso mientras le concedo un par de centímetros de distancia para facilitar sus movimientos - que sería fácil confiar en él. Pero bajar la guardia del todo es una temeridad que no puedo permitirme. Le dejaré un poco más de margen, sin embargo...tal vez se relaje y cometa un error.

Bien, no parece haber nada en esta estancia digno de atención. Sin embargo, en adelante quizá convendría revisar bien los objetos que vayamos encontrando, si tenian algo que ocultar probablemente no se encuentre a primera vista...

Enfundando las espadas, me giro dando la espalda a Gailhen dándole así la oportunidad de escapar y agachándome hurgo un poco entre las cuerdas y las raciones para asegurarme de que no hay nada que llame mi atención. Sin embargo, permanezco muy atento a los posibles sonidos que provengan de mi espalda, para estar preparado por si Gailhen decidiera salir corriendo o desenfundar su espada e intentar un ataque.

- Para ser unos bandidos tan temibles no tienen un botín digno de su reputación...- comento enarcando una ceja ante los bultos entre los que está rebuscando Anäril.- Puede que más adelante nos sorprendamos- termino con un despreocupado encogimiento de hombros.

Venga vamos, acabemos con esto rapido

La situación entre Anäril y Gailhen parece suavizarse y el elfo le da un poco de tregua. Entramos en el siguiente habitáculo y entre las cosas no parece que haya nada importante. Salimos de allí por el mismo pasillo que entramos y regresamos dirigiendonos al sitio donde se oía el goteo de agua.

Si esto sigue pintando igual, no creo que saquemos nada en claro de todo lo que está pasando aqui. Me temo que saldremos de la cueva sin saber que es lo que les ha traido hasta aqui.

Vuestros pasos os llevan ahora a una cámara (5) dominada por un ancho pozo. Del techo viene el incesante goteo que lleváis oyendo desde vuestra entrada al complejo de cuevas.

Un pestilente olor emana del pozo. Afinando un poco la vista lográis ver que, cruzando el pozo, hay una pequeña salida. Quizá podríais cruzar el pozo nadando pero el hedor del mismo no invita a esa acción.

La pared de vuestra izquierda está flanqueada de anillos de acero para supuestamente sujetar una cuerda.