Partida Rol por web

El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Prólogo: Una búsqueda fructífera

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18/11/2015, 08:57
Richard Collins

Richard asintió ante la dirección que sugería el psicólogo, le parecía tan buena como cualquier otra en un sitio que desconocía por completo, al fin y al cabo se trataba de un paseo casual y no buscaba nada en concreto, todo le parecía de interés.

-Por mi está bien también, paseemos por la avenida.

Nadie había comentado nada del oso, o lo que fuera aquel borrón marrón, aunque Syria parecía haberse sorprendido al verlo. Asitió ante el comentario de Damon y sonrió con el apunte posterior de Syria, aunque no sabía si era una especie de broma o lo decía completamente en serio.

-Gracias por la advertencia Señor Gates, habrá que andar con cuidado. Señorita Syria, no se imagina la de personajes importantes que murieron de una manera estúpida. ¿Cree en el destino o en la mala suerte? Richard sonrió recordando una anécdota, el no creía en esas cosas, pero siempre le había hecho mucha gracia la historia. No se si conocerán al fundador de lo que se conoce como "tragedia griega". Era de Atenas y se llamaba Esquilo. Seguramente a sus acompañantes, quizás con excepción del Señor Gates, no les interesara mucho eso, así que decidió añadir algún dato que suponía a las chicas atraería más la atención. Aunque se hizo famoso por eso no piensen que era su única ocupación, como buen ciudadano ateniense combatió en la batalla de Maratón, en Salamina y probablemente al año siguiente en Platea, así que sobrevivió a varias de las batallas más famosas de la historia. Tras esto un día fue a visitar al famoso Oráculo de Delfos, un lugar donde los griegos le preguntaban a los dioses por su futuro, y el Oráculo le dijo que moriría aplastado por una casa. Como se pueden imaginar Esquilo quiso evitar aquel negro vaticinio y se mudó a vivir al campo. Un día mientras paseaba tranquilamente un quebrantahuesos que había atrapado a una tortuga soltó el caparazón para romperlo y comerse el interior con tan mala suerte que cayó sobre la cabeza de Esquilo. Al final como pueden ver, se cumplió su destino.

Richard volvió a sonreir, tenía muchas más anécdotas de muertes extrañas, pero con esa bastaría por ahora, era mejor no saturar aquellos jóvenes cerebros ávidos de información. Tendremos cuidado de no tropezarnos o que se nos caiga una casa o cualquier cosa encima, al menos espero que si ocurre sea después de hacer algo grande por la humanidad. ¿No están de acuerdo? Richard siguió caminando mientras se fijaba en las construcciones semi derruidas y los edificios de hormigón que aún seguían en pie. Es curioso ¿No les parece? Si no hubiera ocurrido aquella desgracia esta ciudad seguramente no tendría ningún interes.

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18/11/2015, 09:49
Elena Pérez

La chica se acercó y miró a ambos.

-No hay nada que podáis hacer... Pero quizás tú quieras quedarte y ver las armas que disponemos, el jefe me dijo que tú y la morena sois cazadores, podremos surtiros- asintió y luego miró al hematólogo. -Y tú...- hizo una mueca, seguramente pensaba que todo el que no supiera pelear no era realmente útil. -... Ehm... Quizás puedas pasara el rato en el laboratorio... Eso valdrá. Liv está allí todo el día, seguro que te enseña... algo útil- divagaba entre palabras, sin saber muy bien dónde meter a aquel ratoncillo de laboratorio con suerte, al menos a su juicio.

Le indicó a Tobías por dónde ir al laboratorio. -Ah, y ellos son Brad y Josh...

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18/11/2015, 15:35
Josh Ray Pearson

-¿Qué hay, señoritas?- dijo el tal Josh con guasa y un marcado acento americano. El rubio no habló, solo miró de forma severa al primero.

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18/11/2015, 15:39
Director

Al entrar visteis la estatua del arcángel Gabriel tocando la trompeta, como un signo del avocado desastre que se perpetró en aquel lugar hace tantos años. Seguro que de tener un contador geiger estaría sonando a cada paso, uno como el que había mostrado el señor Darrell en otro momento. A pesar de que ahora mismo era una ciudad fantasma, Pripyat estuvo habitada mucho después del desastre. Tanto guías como empleados de la planta nuclear. Aunque esta no funcionara, era mantenida por unas 3000 personas y también se construyó un "sarcófago" para el reactor destruido. En Prypiat, hasta que aparecieron los strigoi, hubo como un cuarto de la antigua población de la ciudad viviendo en la misma.

Era evidente que no podían quedarse largo tiempo, debido a la contaminación, por lo que iban siendo relevados y hacían turnos de 15 días fuera y dentro de la zona. 

Caminando algo más encontrasteis el monumento a los 28 bomberos que fueron a socorrer en primera instancia el fuego causado en el reactor, sin saber qué era y sin vestir ningún traje especial de protección, pero con la certeza de que algo gordo estaba pasando. La inscripción de la escultura reza en ruso: "a aquellos que salvaron el mundo". Fueron esos bomberos valientes los que enfriaron lo suficiente el núcleo para que no ocurriera una reacción en cadena y una verdadera catástrofe.

Siguiendo la avenida central podíais ver tiendas, comercios, bloques de pisos... Todos abandonados. Con la bandera de la unión soviética aún ondeando. Se dejó todo al momento y se evacuó sin coger apenas objetos personales. Las ventanas os miraban caminar por la silenciosa ciudad, como si decenas de fantasmas se escondieran detrás de ellas.

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20/11/2015, 02:23
Danica Dvorák

Danica caminaba en silencio, con el machete en la mano y sus ojos atentos mirando alrededor. Estaba más pendiente de todo lo que sus sentidos pudieran captar que de los monumentos y estatuas que vislumbraban en su camino. Trataba de oír más allá del viento colándose entre los edificios, de ver más allá de la blancura de la nieve y de oler más allá del frío y el abandono. 

Las ventanas, como ojos en aquellos edificios abandonados que los contemplaban en su exploración, la mantenían en un estado constante de inquietud. Aquello no era como caminar entre los árboles o por las montañas. Un escalofrío parecía a punto de nacer en la base de su espina dorsal con cada paso que daban y no podía evitar darse la vuelta cada poco para mirar con desconfianza hacia las ventanas. Racionalmente sabía que no debería haber allí ningún peligro al que no pudiera hacer frente, que los strigoi no se levantaban de día. Pero el abandono de aquel lugar, tan cargado de nostalgia, apretaba su estómago y la mantenía en tensión y en alerta. Lista para saltar como un resorte ante cualquier estímulo brusco.

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18/11/2015, 17:21
Tobías Quinn

—Bueno, supongo que ir al campo de tiro desde los siete años no me cualifican para limpiar y cargar las armas— bromeé —me iré al laboratorio a jugar con los frascos.

—De todas maneras seguro que estoy algo oxidado, pero en América teníamos técnicas para bañar las balas con plata, una fina capa es suficiente...— murmuro mientras me voy siguiendo las indicaciones de la mujer. Al laboratorio. Seguro que aquí ya la conocen.

 

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20/11/2015, 15:15
Syria Keogh

No tenían contador, pero Syria si tenía uno en la cabeza. Ese pitidito imaginario la atormentaba igual o más que si tuviera un artefacto de esos al lado. Además esa vocecita, esa vocecita en la que se convertía su pensamiento y la torturaba. !Radiación! !Radiación!

Tuvo que sacudir su cabeza para sacar de ella algún que otro pensamiento hiriente. Lo hacía mientras el historiador hablaba solo. Porque lo hacía. Si creía en el destino decía...

Destino...- niega para sí, mientras el otro sigue su cháchara sin fin. En un principio era curioso, pero lo curioso acabó rozando lo cansino, y Syria estaba en este momento un poco saturada entre permanecer alerta y no dejarse llevar por sus demonios internos.Esto es un poco deprimente...- comentó, mirando la ciudad fantasma, con sus edificios abandonados. Aunque su umbral de lo que era deprimente o no, había crecido significativamente desde que una noches unos strigois decidieron chuparle la nuca y cargarse a su familia.

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21/11/2015, 12:44
Heikki Mäkelä

Heikki torció el gesto sin dejar de mirar a ese frasco de veneno de pequeñas dimensiones, Elena - bueno... no se usar las armas de fuego, lo mio es el arco y la espada - torció el gesto nuevamente, casi que tenía esa mueca todo el rato reflejando su contrariedad en el rostro, pero finalmente se encogió de hombros - me criaron en los viejos artes olvidados, lo que si me gustaría es conseguir más nitrato de plata, me quedé sin ello hace meses

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24/11/2015, 19:47
Richard Collins

Quizás fuera el frío o la desolación que parecía reinar en aquella ciudad o simplemente que sus acompañantes no eran muy habladores o no tenían ganas de hablar en aquel momento, pero Richard se dio cuenta que sus palabras no despertaban el más mínimo interés en el grupo. Respetaba eso, no los conocía y no sabía como habían llegado hasta allí o lo que habían vivido, él siempre había tenido una vida bastante acomodada a pesar de las circunstancias, lo que no significaba que no estaba dispuesto a luchar por un cambio pues sabía que bajo el yugo de los Strigoi la humanidad estaba condenada a la desaparición o a una vida cada vez más miserable.

-¿Deprimente? No lo creo Señorita Syria. Dijo respondiendo el comentario que la muchacha había dejado caer al contemplar la ciudad. A mi me parece un lugar fascinante lleno de... Al saber donde se dirigían se había informado lo mejor posible, conocía la historia de la ciudad por encima, pero cuando le confirmaron que la visitaría indagó todos los detalles posibles. Podría hablarles de los monumentos, de la Unión Soviética y de detalles que por lo que parecía no les interesaba escuchar, al contrario que él, ellos solo parecían haber salido a dar un simple paseo. ...muchas cosas interesantes.

Incluso después de la desgracia una pequeña parte de la población había seguido viviendo allí, además de todos los efectivos que se habían trasladado para construir el enorme sarcófago para tapiar la central. Era curioso como habían llamado a la construcción, aquello no se parecía nada a Egipto ni había ningún faraón allí enterrado, aunque como muchas tumbas de ese gran imperio, esta si que tenía una maldición. Observó las estatuas y los monumentos con admiración, de la gente que había dado su vida por la humanidad o por sus conciudadanos sin importar lo que les pasaría. ¿Les harían a ellos algún monumento así alguna vez? Probablemente no, pero no importaba, lo importante era contribuir a una causa justa y eso era lo que Richard estaba haciendo.

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24/11/2015, 22:13
Damon Gates

Gates caminó entre ese gélido paisaje y pronto quedó absorto. Era como pasear por un sueño, un escenario de un teatro improbable, triste y blanco. Ese frio y el silencio... ¿o era un ruido sordo amortiguado por la nieve? Pensó que lo único que se oía eran los pasos sobre la nieve crujiente, como si estuvieran en una burbuja. O en una de esas antiguas bolas con un pueblo nevado y vacío que al agitar se llena de nieve.

Tenía una inmensa sensación de soledad y al mismo tiempo de que mil ojos los observaban furiosos. Entonces se toparon con la estatua del arcángel. Los demás pasaron de largo, pero Gates se quedó congelado, mirándola de frente con la mirada perdida. Parecía estar en otro mundo, quizá recordando algo.

Tardó en apartarse de la estatua y siguió los pasos de sus compañeros. Se habían adelantado unas cuantas decenas de metros, pero desde la distancia le llegaba el rumor de la conversación de Collins. Observó a las figuras, que contrastaban contra la nieve y contra la ciudad. Podía verlos vivos y casi los podía sentir latir y vibrar sobre el fondo muerto y helado.

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24/11/2015, 22:29
Damon Gates
Sólo para el director

Anoche tuve que sustituir a Hanneman en su peritaje. No es un trabajo agradable y lo evito siempre que puedo. Anoche lo habría evitado más que nunca. Si nunca es agradable acompañar a las fuerzas en los asaltos y detenciones, esta vez ha sido peor que nunca. La noche empezó mal cuando aquel bombero en Bankshide perdió el control y secuestró a toda su brigada para que no salieran del parque. Se negó a salir de noche y el incendio se extendió antes de que otras brigadas acudieran a apagarlo. Creo que han muerto unas veinte o veinticinco personas, la mayoría indigentes. Creo.

Pensaba que me quedaría en la central acompañando al interrogatorio del bombero y luego acabando el informe psiquiátrico, pero entonces dieron un aviso de un tiroteo y me exigieron acompañarles. La policía dijo que haría falta un psiquiatra. Y cuando dicen eso ya sé por qué: un tiroteo normal lo acaban ellos. Un tiroteo diferente… necesita otras formas. Aunque al final el tiroteo lo acaben ellos, necesitan la firma del psiquiatra para acreditar que “era necesario”.

Juez, jurado y verdugo en un par de horas. De eso va todo y parece que nadie le importa. Repugnante.

Otro vuokruolin. Ha sido el sexto de este mes y el segundo violento. No suelen serlo. Suelen consumirse y punto. Fallecer de tristeza e inanición. O en un suicidio silencioso en la bañera. El estado dice que hay que localizarlos y tratarlos, en un alarde de humanidad. Yo creo que los quieren eliminar para que no sean un mal ejemplo.

Gabriel era su nombre. Murió anoche cuando después de hablar con él a través de esa puerta acorazada durante cuatro horas. Él hablaba. Y de fondo esa maldita canción sonando sin pausa. Esa canción, una y otra vez. Le hablé. No conseguí llegar a su alma. Él llegó a la mía. Y lo supo. No sé cómo lo supo. No sé si me estaba esperando, pero me habló y llegó a mi alma como un heraldo que anuncia la perdición tocando la trompeta divina. Y cuando sintió que había plantado una semilla simplemente acabó con todo.

Esa canción, ahora no puedo soltarla. A él, tampoco.

De los diarios de Damon Gates

-Extracto 478

 

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28/11/2015, 09:47
Elena Pérez

Y mientras el doctor se marchaba, la teniente se acercó a Heikki.

-Está bien si no sabes usar un arma de fuego, mientras sepas defenderte- asintió aprobatoria. Se levantó y fue hasta una caja fuerte bien cerrada y de tamaño considerable. Abriendo un par de candados con una llave personal que tenía descubrió unos cuantos cajones pesados. Abrió uno de ellos y recogió su contenido, cerrando después de nuevo meticulosamente. Volvió a donde estaba con algo en la mano.

Le tendió un pequeño bote al cazador. -Tenemos que racionar y si quieres más tendrás que hablar con la cerebrito del laboratorio. Si quieres puedes poner a punto tus armas aquí, también tenemos cosas que no son pistolas- señala un estante con ballestas y arcos modernos.

  

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28/11/2015, 11:39
Olivia "Liv" Moore

El laboratorio al que mandaron al hematólogo no estaba muy lejos. Al entrar casi siente una ligera claustrofobia al ver tanto aparato comprimido en un pequeño espacio. Entre ellos había una chica rubia que se movía de allá para acá como si llevara demasiada cafeína en el cuerpo, por las ojeras que tenía seguramente fuera lo más probable.

La chica reparó en el recién llegado y se quedó parada. -¡Hola!- dijo con demasiado ímpetu. -¿Y qué haces aquí?- sonríe de forma nerviosa.

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28/11/2015, 11:48
Dutch Velders

La caminata sigue, a la larga avenida con tiendas varias y lugares de ocio, siguen otros tantos edificios enormes. Yermos y vacíos. La radiación mantenía apartados de allí a los strigoi, haciendo de aquel lugar un lugar parcialmente seguro y con plazas para albergar a un número significante de humanos no-infectados. Se podría empezar allí otro comienzo de civilización sin un parásito en la sombra... De no ser porque la radiación mataría a la larga a las personas que habitaran allí. 

Pripyat podía ser restaurado, tenía las instalaciones necesarias para ser la ciudad que un día debió ser. Realquitranar las calles ahora agrietadas y conquistadas por las plantas, rehabilitar unos edificios que seguían en pie y enteros como si nada hubiera pasado. Era una idea esperanzadora si se conseguía convencer al suficiente número de personas de que morir de cáncer no estaba tan mal, siempre que se viviera libre.

El frío era invernal, haciendo que no sintieran los dedos ninguno o incluso la nariz. La única ventaja de estar allí en invierno podría ser que los niveles de radiación eran los más bajos. A lo lejos pudieron ver la rueda de la noria del parque de atracciones de la ciudad. La fecha de inauguración de ese parque iba a ser el primero de mayo de 1986, coincidiendo con el día del trabajador y así honrando en su día de descanso a aquellos ciudadanos que habían hecho posible que la ciudad se creara. No fue sino por ellos que creció en tan poco tiempo, por las demandas de trabajo en la central. 

Sin embargo esos planes de apertura fueron inmediatamente adelantados, tras estallar el 26 de abril la central. Para dar una sensación de aparente normalidad, el 27 de abril se preinauguró el parque y estuvo abierto hasta que el gobierno optó por evacuar la ciudad entera. El parque era modesto, apenas constaba de cuatro atracciones: una noria, un barco balancín, un carrusel y una pista de coches de choque. Es en esta última donde durante años fotógrafos y visitantes estuvieron depositando peluches y juguetes, reflejando la soledad del lugar.

-Menuda fiesta...- dijo la rubia. -No sé si acojonarme porque algo vaya a saltar sobre nosotros en cualquier momento... O si preocuparme porque ahora mismo me esté saliendo un tumor en la cabeza... Más que deprimente yo diría que me causa...- se quedó pensativa unos segundos, buscando la palabra correcta. -Desolación, eso es...

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28/11/2015, 15:07
Damon Gates

 

Sí, esa era la palabra. Desolación. Una sensación que se crece con el contraste. Un hospital abandonado es frio y amenazador. Una fábrica abandonada es el hogar del eco. Pero la caída es más profunda cuando se trata de un colegio abandonado… o el dormitorio de un bebé congelado en el tiempo.

En el parque de atracciones de Prípiat las risas silenciadas eran atronadoramente mudas. El metal herrumbroso gruñía al aire y las manchas de orín de hierro coloreaban charcos ya viejos y teñían de naranja sucio las decoraciones. Dibujos y muñecos sonrientes con lágrimas ferrosas. Tétrico. La noria seguía en pie, esperando pacientemente que, algún día no muy lejano, un tornillo maestro cediera al tiempo y toda la rueda se derrumbara con estruendo y pánico de cuervos.

Todo muerto y desolado. Y sin embargo, tan apropiado. Gates observó de reojo a las compañeras. Sin duda, esas mujeres encajaban en ese ambiente. Duras y melancólicas, solo con que se sentaran en uno de esos tristes columpios nevados se podría grabar un videoclip como oda a la depresión.

Aquella canción… había vuelto a pegársele en la cabeza.

-Sé que cuesta ignorarla, pero la radiación es el menor de nuestros problemas ahora. Más peligroso será un hierro oxidado o que se derrumbe algo de todo esto.

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28/11/2015, 22:55
Syria Keogh

Llegado un momento, Syria se perdió en sus pensamientos y el monólogo del arqueólogo quedó en tercer plano.  Sus pasos se hundían en la  nieve y su cabeza lo hacía en ideas varias. Ninguna era buena. Ninguna tranquilizadora. A su corta edad, apenas había vivido sus primeros años de vida en la civilización, o más o menos. Después, tras quedar solo con Fred, su vida quedó reducida a entrenamiento y escondites perdidos de la mano de Dios. Siempre huyendo, siempre encondiendose, siempre ocultando su nombre. Sin amigos, sin familiares, ni una maldita vida normal, si es que con su trastorno se puede llegar a tener una vida normal...

Curiosa, se acercó a mirar de cerca aquella noria. Ella nunca había estado en un parque de atracciones, pero si que había visto películas que lo evocaban, y en su mente se hizo presente una imagen de típica familia feliz que pasa el domingo entre risas y esas mierdas. El contraste con lo que tenía delante, la realidad,  era tan grotesco que acabó asemejándose más a una peli de algún tipo de holocausto zombie. Qué cosas...Y pensar que ahora tenían algo mucho peor.

Creo que deberíamos dejar de hablar de radiación. Es como cuando te estás meando y no paran de recordarte el inodoro...- objetó, con las manos enguantadas en los bolsillos. Después se dirigió a mirar de cerca el carrousel.

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29/11/2015, 00:27
Danica Dvorák

Danica percibió que algo había cambiado en el grupo, aunque tardó algunos segundos en darse cuenta de que lo que notaba era la ausencia de la cháchara del profesor en ese lugar periférico de su atención. Entonces frunció el ceño y lo miró sorprendida, con una leve curiosidad por cuál habría sido el motivo que había pulsado el off del hombre que hasta el momento había sido incansable en sus explicaciones. 

Sin embargo, esa mirada fue breve, apenas un instante, antes de mirar hacia delante donde el parque de atracciones los recibía. Sabía lo que eran, había oído hablar de ellos, aunque nunca había estado en uno. Donde los demás veían una noria, ella veía lugares por los que escalar. La joven no había tenido oportunidad de viajar demasiado antes de entrar en la Resistance y cuando sus padres vivían... Bueno, estaban muy ocupados tratando de mantener lo mejor que podían a su hija al margen de la plaga que asolaba la tierra y consumía lentamente a la humanidad. 

Hizo una mueca y sus dedos helados se cerraron con más decisión alrededor de la empuñadura el machete. Casi no los sentía, pero su atención estaba en otro lugar. Desolación, había dicho la rubia. A veces Danica pensaba que le habría gustado saber escoger tan bien las palabras como otras personas, aunque la mayor parte del tiempo le daba completamente igual. Esa mujer había cuadrado del todo lo que provocaba ese sitio. Desolación. 

Danica no se detuvo, continuó sus pasos entrando en el parque de atracciones y mirando a su alrededor con una mezcla de curiosidad y desconfianza bailando en sus ojos. - Joder -fue todo lo que dijo antes de volver a sumirse en su mutismo habitual.

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29/11/2015, 12:11
Richard Collins

Las dudas y temores de la Señorita Dutch y de algunos de sus otros compañeros eran comprensibles aunque bastante infundados, al menos si se había estudiado un poco la situación de la cuidad como Richard había hecho antes de viajar.

-No se preocupen, no hay nada que temer, los niveles de radiación son demasiado bajos ya. En la mayoría de la ciudad la única radiación que podemos encontrar es la radiación gamma y por si no lo saben esta es eliminada por nuestro cuerpo con rapidez. Quizás estar dos o tres días por aquí equivaldría a que se fueran a un hospital y se hicieran una radiografía. Mientras no nos acerquemos demasiado al "sarcófago" no habrá problema, allí es donde está la verdadera radiación dañina. Pensó que con estos datos ayudaría a tranquilizar al grupo. Personalmente el profesor se encontraba tranquilo y a salvo, por él el paseo se podía alargar todo lo que fuera necesario hasta la hora de la cena, sería mal educado llegar tarde.

-¿No les apetecería entrar en algún edificio? Si no se han caído en tanto tiempo no creo que lo vayan a hacer ahora, en la antigua Unión Soviética construían las cosas para perdurar, no como ahora. Se parecían más al Imperio Romano. Dudaba que muchos supieran que era la Unión Soviética o el Imperio Romano, pero estaba seguro que tampoco les importaba un pimiento. Pero entrar en un edificio cualquiera y ver las casas sería muy interesante.

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29/11/2015, 12:24
Dutch Velders

-¿Entrar?- Dutch miró al profesor arqueando una ceja. -Yo os espero desde aquí y eso... A saber si no hay mutantes en las sombras observándonos. Seguro que una raza infra humana se desarrolló aquí a raíz de la mierda de la radiación... Peores que los strigoi, con tentáculos y esas mierdas- trató de bromear, pero lo cierto es que se le notaba incómoda con el hecho de explorar aquellos edificios. 

Se frotó las manos enguantadas y miró al resto. -Vamos, con suerte Danica os caza uno de esos bichos y tenemos cena de navidad.

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29/11/2015, 13:02
Richard Collins

Richar sonrió a la Señorita Ducht, al final su curiosidad académica iba a poder con el valor de aquellas chicas de acción.

-¿De verdad lo dice Señorita Ducht? ¿No creerá en esas tonterías verdad? Aquí no hay nada, tan solo animales salvajes. No me diga que se cree esos cuentos paranormales que la gente va soltando por ahí... Como el del "Pájaro Negro de Chernóbil". Ni siquiera era un fenómeno nuevo, eso ya lo habían inventado en Estados Unidos, aunque allí lo llamaba el Mothman. A partir de aquí el profesor impostó un poco la voz para hacer el relato un poco más tétrico. El espantoso hombre polilla, una criatura del tamaño de un humano, con unas alas negras y los ojos brillantes y rojos. Richard dejó de impostar la voz.

Si le tranquiliza, muchos biólogos dicen que lo que pudieron ver en realidad es una rara especie de cigüeña, conocida como cigüeña negra que tiene una embergadura de casi dos metros. Estaba claro que él no creía en ese tipo de apariciones. Pero miren el lado positivo, si nos encontramos con el hombre polilla quizás nos ayude a luchar contra los Strigoi. Aunque si les soy sincero, no creo que encontremos nada que no sean muebles viejos. En todo caso si la Señorita Danica puede cazarlo, yo también me quedo más tranquilo.