Partida Rol por web

Rui, que todo lo oía con ojos muy abiertos, se quejó para sus adentros de ser de poco uso, y hasta le pareció extraño que tan pronto hallaran el libro, sin más, casi como por regalo. Se encogió de hombros varias veces, para sí mismo, mayormente. Gruñó quedo, o piafó, se rascó las pelotas con un punto de saña y mucho desparpajo (que no olvidemos que la había dejado comer en caliente, buen ballestazo para buen broquel, antes, durante la visita al prostíbulo que, por fortuna o por infortunio, terminó a tajos en un callejón), en fin, hizo gala de muchos gestos y buen trapo, pero poco hablar. Sólo cuando pidió consejo el hermano Tolomeo hizo por acercarse, cuajó la voz, como si la engolara, y muy en bajo, dijo:

-Para mí que todos a una, y del tirón, nos quitamos de encima el muerto.

Fuisteis camino de la universidad, a picar en la puerta en la que dormía el bachiller Ramiro de Osuya.

Por el camino, Juan Francisco os contó que entró de nuevo en la casa. Que allí buscó el libro y finalmente lo encontró tirado en la chimenea. Cuando no hay gente os lo enseña, está sin las cubiertas y un poco quemado, pero todavía es legible. Aunque necesitará un buen trabajo de restauración o ser copiado y hacer un nuevo ejemplar.

Ramiro os abre la puerta de su dormitorio, hace mala cara, pero se alegra cuando os ve. Cuando le enseñáis el libro pone una cara mezcla de satisfacción y decepción. Por un lado está contento porque lo habéis encontrado, por otra, viendo el estado en el que está, sabe que no se licenciará hasta que esté arreglado. Pero al menos tiene la opción de arreglarlo. Se dirige a un arcón, y de el saca una bolsa con monedas, allí hay dos doblas de oro para cada uno. Gracias amigos,¡ sabía que podía contar con vosotros! Tomad, os prometí juerga y mujeres, pero temo que durante una temporada no saldré mucho. Sonrie mirando el libro.

Ramiro, te debemos contar algo más grave que el hecho de que el libro esté dañado.  Pero mientras ellos te explican yo trato de viriguar cual será el siguiente paso que el diablo va'dar. 

A ver, déjenme ver,-dijo a sus compañeros mientras acomodaba el ejemplar en un atril del Ramiro- que algo he estudiado el hebreo en la universidad y algo le sé.  Y de madre y padre, abuelos y abuelas, que no son universidad pero como si lo fueran. 

¿La idea es buscar el hechizo utilizado para ver si nos da pista de qué es lo que seguirá, verdad?  Espero no endiablarme.  Protégeme el Dio' mío. 

El hermano Tolomeo se puso a leer el Ciprianiyo como si fuera su lengua materna. Habrase visto semejante milagro.

-Vive Dios que sois un pozo de sorpresas Tolomeo, pues no os conocía tales habilidades-dijo Payo soprendido al conocer que su compañero y amigo estaba versado en la lengua de David-Efectivamente, mi interés era ese, exclusivamente. Y ha de hacerse algo más que leer un libro para endiablarse. Que los ardides del maligno son muchos y posiblemente os veáis tentado por lo que en él se cuente, es posible, mas es de los corazones impíos de los que el maligno se sirve para sus fechorías. Y querido amigo, impío es algo que estáis lejos de ser.

¿Qué dice el libro? -pregunté ansioso sin importarme demasiado que aún no contáramos las historias tales que nos habían ocurrido a Gregorio-.

Lees el siguiente texto:

Para invocar un ánima decir el siguiente conjuro en el lugar en el que falleció

"Yo ...nombre del invocador... llamo a ...nombre delánima a hacerse presente,
que muestre su rostro despierto y su escencia conciente.
levanto mis brazos y te ordeno que aquí respondas,
espíritu vivo, cuerpo en el olvido de la muerte,
mi voz te aclama y ordena que el velo rompas,
que tu ser incorpóreo se muestre ante mi, fuerte.
Alma sin descanso, te invoco. Hazte presente!!"

Tener cuidado, pues en caso de fallo, el ánima invocada u otra puede tomar el cuerpo del invocador para siempre.
 

Liat les lee, despacio, a sus compañeros:

Para invocar un ánima decir el siguiente conjuro en el lugar en el que falleció

"Yo ...nombre del invocador... llamo a ...nombre delánima a hacerse presente,
que muestre su rostro despierto y su escencia conciente.
levanto mis brazos y te ordeno que aquí respondas,
espíritu vivo, cuerpo en el olvido de la muerte,
mi voz te aclama y ordena que el velo rompas,
que tu ser incorpóreo se muestre ante mi, fuerte.
Alma sin descanso, te invoco. Hazte presente!!"

Tener cuidado, pues en caso de fallo, el ánima invocada u otra puede tomar el cuerpo del invocador para siempre.
 

Pues ha de haber fallado pues lo que fuera que fué, tomó el alma del pobre Goyo. 

¿Que hacemos?

-...y si en verdad Abel ha regresado, es posible que fuere de este modo-contestó  Payo-mas ¿porqué lo invocaría Goyo?¿Tan solo por contentar a la viuda?¿Dónde podremos averiguar más cosas de este Abel?

-Si me preguntas a mí, lo quemaría -Rui escupió por puro miedo y hasta se santiguó. Rápidamente, sí, y de manera algo desordenada, pero lo hizo-. Que los libros que hace el hombre el demonio a veces tuerce, traza otra letra y terminamos todos muertos y excomulgados. Sin santos óleos, derechitos para abajo, donde no importa el buen acero, que igual terminamos cocidos como un pichel. Sí, quemarlo.

Tosió, carraspeó, se arrellanó un poco, incómodo como estaba.

-Mas, si no queréis, pues esconderlo, otra cosa no se me ocurre, pero no me preguntéis dónde, que yo esas ideas no tengo, la verdad.

Ramiro, ¿ahora entiendes la gravedad del asunto?  El estudiante que lo sustrajo, Gregorio, usó este encantamiento para traer a su amigo Abel de regreso, no sabemos con qué fin.  El problema es que algo más pasó, lo ocupó el diablo u otra alma, o el propio Abel atormentado.  Ya mató a dos y ahora no sabemos qué hará. 

Yo creo -dijo Liat, como quien arregla de emergencia un trato comercial que se está cayendo- que debes Ramiro bachiller y Payo ir con el rector y explicarle.  Que vean que hacer los altos encumbrados de la escuela lo que hacer con el libro. 

Nosotros, vamos con premura al prostíbulo -miró a su alrededor- ¡no, no por eso!  Sino para detener una venganza más que hubiera ahí al por venir.  ¿Don Rui, vienen usted y su espada?  ¡No, no quise decir eso!  Gato, Doctor, ¿nos acompañan? 

-Para ir a ese lugar, no creo que debamos separarnos-dijo Payo-No sé qué os traíais con esos maleantes, pero está claro que sea donde fuere, cuatro corren menos peligro que dos y seis menos que cuatro. Vayamos primero a ese prostíbulo.

Juan cogió el oro que bien le hacía falta. Tras esto y escuchar al resto habló Creo que ya cumplimos el cometido, conseguir el libro. Si el bachiller no me requiere para nada más, este asunto por mí ha terminado. Después esperó a ver que le decía el bachiller o los demás.

Ramiro no da crédito a lo que decís, lo único que llega a decir es ¿Abel? ¿dos muertos? ¿venganza? el bachiller se puso líbido, por un lado no quería creer la historia que le habíais contado, por otro un miedo atróz lo invadió. Entónces bajando la cabeza y sin miraros al rostro os dijo. Abel era un buen chico, yo...nosotros, solíamos meternos con el por eso. Demasiado buen estudiante, no se mezclaba con nadie, sólo con Gregorio. Y si bien Gregorio nos caía bien, era como nosotros, no podíamos evitar gastarle novatadas una y otra vez a Abel. Era tan suspira y se sonrie mientras brotan de su rostro unas lágrimas de culpabilidad. Divertido.Os mira con rostro culpable.  Ninguno pensó que haría lo que hizo. Nosotros no podíamos saberlo. Francisco Fernández, Xurxo Boeu, Bernardo de Hita, actualmente el rector de la universidad y yo. Éramos los que solíamos metérnos con el. Respiró aliviado, como si el confesaros las novatadas y el suicidio de Abel lo liberaran. No creo en supercherías, soy hombre de ciencias y no puedo creer que el alma de Abel se haya metido en el cuerpo de Gregorio. Os mira sin saber qué decir. Pero si hubiese vuelto, estaríamos en peligro los ya citados.

Se dirige a Rui, no podémos quemar el libro, es mi futuro en la universidad. Turbio lo veo, pero sin el libro jamás sacaré la licenciatura.

Después se dirige a Juan Francisco Habéis cumplido trayendo el libro, no tenéis ya ninguna obligación, si queréis podéis marcharos...ya veré como soluciono eso de "Abel".Lo dice preocupado, pues no sabe que puede pasar, pero lo cierto es que habéis cumplido lo pactado.

Cuando dice los nombres de Xurxo Boeu y de Francisco Fernández recordáis los cuerpos muertos en la casa de Elvira, eran ellos.

¿El rector?  ¿Tan joven el? -responde Liat azorada.  ¡Pues él y vos estáis en peligro de muerte!,  que los dos muertos fueron, son.., son el Xurxo y Fernández que mencionasteis.

Liat trata de averiguar qué realmente está sintiendo Ramiro por esto. ¿Verdadero arrepentimiento, quiere ocultar todo, usará el libro para el mal mayor?  

No se puede leer nada en la cara del bachiller nosso amigo. 

Mejor no te dejaremos el libro. -Lo retuvo con ella, dispuesta a salir por puerta si éste se lo quisiera quitar.-  ¿Vamos con a el rector?  Si no es que mortibundo está ya.  Apurémonos.  Y llevemos testigo a alguien de reputación, que mira que con la Elvira eso de acusación mayor nos libró. 

En eso se acordó quien podría ser de ayuda. Ya se, ¡el alguacil! Que si bien corto de luces, ahí estuvo y vió todo.  Alguien que vaya por él.  

Y, y.. Payo, ¿un sacerdote que sea bueno como San Beningno, que nos acompañe a con el rector?  Al menos so'pretexto de informarle que sabemos de que el Goyo invocó un demonio, sin avisarle explícito que va trasél, más que con la presencia del Ramiro, que hay peligro para todos en la Universidá yaquestá suelto.  

¿Conoces alguien?, ¿ te lo traes?

Irá uno a por el alguacil, esperadme aquí todos vos -espeté, echando de soslayo una figura Ramiro. Et que más bien tenía la sensación, ahora que comenzaba a hilar aunque fuera en el mío pensamiento de lengua portuguesa, que Ramiro andábase a las tramas con todos nos. En cuanto salí de allí me apresuré a ir a buscar al alguacil, esta vez sin temeridad, que de hilo suficiente habíamos de poder tirar sin que fuera del nuestro camisón...

Sale el hermano Tolomeo rumbo a donde el rector, acompañado de quien lo acompañare.  Suerte Jonah, allá nos veremos, donde casa del rector.  Sólo dile que es para darle parte al responsable de los alumnos que han muerto.   Es tarde, lo sabe, pero sabe también que si no le avisan a tiempo alhombre y éste no se refugia en una iglesia, su vida puede perderse esa misma noche.  

Y al prostíbulo habrá que ir luego.  Digo, aish... 

A Payo le sabía mal hacerle esta faena a Ramiro, pero el devenir de los acontecimientos aconsejaba tomar medidas. Habían muerto varias personas y a saber qué más sucedería. A lo poco, Gregorio se había vuelto loco de tanto leer supercherías. Pero si lo que contaban del Ciprianillo era cierto, era perfectamente posible que estuviese endemoniado o poseído por un espíritu atormentado y con sed de venganza.

-Me temo que no tengo muchos amigos entre el Clero, mi buen Tolomeo, pero dejad que os acompañe-dijo Payo-no vaya a ser que nos metamos en otro lío.