Partida Rol por web

-Mire...yo poco sé de estas cosas del demonio-dijo Payo-mas una cosa es cierta: está muriendo gente y alguien que dice ser Abel parece ser el culpable. No es cuestión de mi compañero ni mía desentrañar si esto es un caso de posesión o si simplemente, ese tal Gregorio...o Goyo, no está en sus cabales;. Ante esta cuestión tenemos dos opciones; no hacer nada y ser responsables de uno o más asesinatos por no querer evitarlos o tomar cartas en el asunto y detenerle.

Rui se encogió de hombros.

-Hay que ir donde pasan cosas, vuecencia. Y qué mejor que un prostíbulo para contar de la vida los días, los meses y los años -el jaque se guardó para sí el dicho de: dos lugares hay donde nadie mentir osa, de rodillas ante el cura, de rodillas ante una rosa-. Si no encontramos a Gregorio, su ansia lo terminará delatando, y con un oído atento daremos con él, pero cuánto más fácil sería saber algo de antemano, que se ahorra uno muertes y, con ellas, escándalos.

Miró Rui alrededor, queriendo asegurarse de que la muchacha había marchado, efectivamente, y no estaba por ahí, oculta, recogiendo saberes que largar a otros impertinentes. No la había conocido, en un principio. El bueno de Rui se pensó que perdía habilidad en eso de escoltar a las hembras a donde más dulces son, si una moza como ella no se ha cruzado antes nunca.

Tolomeo, Payo y Rui. Acompañados del rector y de Ramiro os dirigís a la puerta de la universidad para reuniros con JJOnah. Ya vislumbran los primeros rayos de sol y empieza a haber trajín de estudiantes para arriba y para abajo. En estas aparece Jonah seguido del alguacil y de dos ayudantes.

¡Mas vale que esto sea importante!¡no son horas!no señores, no son horas. Veamos...¿qué me pueden decir de los asesinatos o que información nueva tienen que ofrecerme?  Y se queda esperando respaldado por sus dos ayudantes armados con sendos garrotes.

Buenos días Señor alguacil, dijo Tolomeo en un bostezo tan grande como las "o" en su nombre. Gracias por venir.  

Creímos importante que hablara usted directamente con el señor Rector, primero para que hubiera credibilidad de nuestro dicho, y segundo, pues la vida de estudiantes está en peligro por nosotros no actuar.  Los dos que murieron fueron dos muchachos de los que acosaron sin parar al joven que se suicidó, el amigo del joven Gregorio que se cree cometió los asesinatos. 

Averiguamos que hay por lo menos otros dos que torturaron en vida al pobre de Abel, y que siguen en la Universidad. Su cara mostraba enojo, y no era ni contra Goyo ni contra Abel.  Creemos que de los recursos de la Universiá podría salir algo de dinero para que guardias bajo sus ordenes patrullen esta zona, ¿no es así?  Sospechamos que antes que temprano aparecerá Goyo a de nuevas, por otras vidas que cobrarse. 

¿Verdad que aportarán esos apoyos de dietas Sr. rector?  ¿En que zona pedirían que estuvieran los guardias?  Cerca de sus oficinas, seguro, a menos que se refugie en la capilla, que sería lo más sabio. 

Payo se quedó mirando al alguacil sin saber muy bien que decir cuando su compañero Tolomeo, salió al paso con su verborrea habitual. Se quedó asintiendo a las palabras de su compañero esperando que consiguiesen convencer al alguacil y al rector. Una vez terminó su planteamiento Payo se quedó esperando las reacciones de sus interlocutores sin añadir nada. No quería estropear el efecto que las palabras de su compañero pudiesen causar en ellos.
 

-No he oído palabras más ciertas en mi vida -apostilló Rui-. Bueno, quizá durante los muchos sermones a los que he asistido como cristiano honrado. Aquí ha corrido sangre y, si no hacemos algo pronto, seguirá el reguero. A mí se me da muy mal limpiar, qué quiere que le cuente. Estas cosas son siempre mucho mejor resolverlas antes de que se embarulle todo de más.

Aunque incómodo, el jaque consiguió hablar de una vez, sin titubear. Algo ante lo que sentirse orgulloso, sin duda.

Recuerdas las palabras del matón cuando lo interrogásteis en el callejón-estaba buscando hombres para un trabajo, para matar al rector de la universidad. Será mañana por la noche, a las puertas de la universidad-Ya es mañana, pero queda por llegar la noche, y el punto puede que sea más o menos el que estáis ahora.

¿De modo que lo que queréis es que os salvemos el culo de un asesino de estudiantes? ¿Y no tenéis nada más? No se a ciencia cierta ni dónde ni cuando se va a producir el siguiente asesinato, ni siquiera que vaya a intentar matarles. ¿Qué se metían con el? ¡Pues muy bien! no es motivo para matar a nadie. De modo que si no tienen nada más concreto estos señores y yo nos marchamos a descansar, si quieren un servicio de escolta contratenlo y dejen en paz a la guardia que se necesita para otros menesteres. ¡Ale! que pasen un buen día-Todo esto dijo el alguacil con evidente tono de enfado, le habían echo levantarse antes del alba, correr por media ciudad para darle poco más que aire. Así que el alguacil y sus dos acompañantes empezaron a marcharse...

-¡Que nos salven el culo no!-exclamó Payo-No conocía yo a ese Abel, ni creo que, de pensar en vengarse, tenga algún razón para ir a por mí o mis amigos. Pero en este asunto, además de haber ya dos muertes, hay algunas cuestiones preocupantes. Un estudiante que mata a dos personas por cuestiones de brujería y que podría matar a varias más, sin saber cuantas, debería ser de la preocupación de las autoridades. Ya si es cuestión de posesión demoníaca o si es que el tal Goyo se ha vuelto loco, es otro asunto. Ahora que si a usted no le preocupa tener dos cadáveres, pues no sé qué tiene que pasar para que tome cartas en el asunto.

No somos nosotros los que le tenemos que decir algo nuevo.  Sino el propio rector.

 La mirada de Tolomeo dejaba claro que había hecho todo para poner a la esquina a este hombre que tenía una oportunidad única para enmendar el daño hecho, y con ello, salvar una vida o más. 

Adelante Don Bernardo, díganos qué más deberíamos saber...

Siñore... -le dije con mi peculiar acento al alguacil-. ¡EL RECTOR! ¡EL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD! ¡Lo van a matar! ¡Vuelva! -díjele, ateniéndole por el brazo et atreviéndome en ello-. Perdone vuesa merced -me disculpé-, por aqueste atrevimiento, pero... Ayer unos matones que nos asaltaron nos dieron fiero agravio, et jactábanse de lo que iban a hacer hoy mismo, ¡a esta misma hora! ¡Iban a matar al rector! ¿Vos sabe cual es su casa, señori? -al alguacil-. Vaya... ¡Vaya con los suyos hombres et con nosotros si precisa, que lo van a matar! ¡Qué gran nombre pondrán en todas las bocas cuando sepan que vos, alguacil, le salvó la vida al tal rector! ¡Ay! ¡Que el suyo nombre quedará grabado, et dinero seguro que le cuentan también sonor en los sus bolsillos por aquesto!

Efectivamente, recordé las palabras del matón para con el rector: lo iban a matar hoy mismo, a aquesta misma hora en la que estábamos.

Tras el inspirado discurso de sus compañeros, Rui se atusó un poco el bigote, como cada vez que quería parecer más listo de lo que era, es decir, a menudo.

-Pero buen señor, si no es que queramos escolta, que somos unos cuantos, y cobardes aquí no hay ninguno. Pero en esto de salvar vidas cuando la cosa está peliaguda, nadie mejor que vuecencia. Digo más, si tenéis éxito, muchos laureles os esperan, cosa distinta a que seamos nosotros los que nos apañemos para salvar las vidas. A nosotros nada nos agradecen, pero vuecencia, tenga en la mente que un salvamento, habiendo diablos y cosas brujiles de por medio, puede suponer una alta consideración. Qué digo alta, altísima. Envidia me da, sólo de pensarlo. Envidia.

El alguacil al oir los discursos y la hora que da Jonah parece pensarselo dos veces. De modo que se detiene y habla-Hum, si van a atacar ahora puede que podamos tenderles una emboscada, y eso de la gloria y los laureles no parece mlo tampoco- se sonrie-¡Está bien! ¡Les tenderemos una emboscada! -MAs vale que estéis en lo cierto, no me hace gracia perder mi tiempo-Os avisa con un tono amenazador.

Gato, le susurra Tolomeo apartado a su amigo, ¿es cierto que matones vienen a por el rector o lo inventaste por causa de Goyo? 

La seguridad conque Jonah se refirió a esos matones que habrían de matar al rector cogió a Payo desprevenido pues no había oído tal cosa hasta ahora. Claro que, al igual que Tolomeo, no había asistido a la reunión previa a que les atacasen. Con todo, le extrañó que les hubiesen ocultado algo de tamaña gravedad; así que dio por hecho que se trataba de un ardid de su compañero para conseguir la complicidad del alguacil para rondar el edificio de la universidad a fin de poder detener a Goyo quien sí, con seguridad se acabaría presentando para cobrar su justa venganza. Y como quiera que Ramiro ya estaba con ellos, no tendría otro sitio dónde ir. Muy astuto el gato. Todo sería que el alguacil no llegase a descubrir el engaño.

Payo se dispuso en la plaza intentando averiguar cuál sería el punto idóneo para esblecer vigilancia. Pensó en uno de los campanarios como idóneo. Mas la verdad sea dicho, a poco listo que fuese Goyo, atacaría de noche y poco podrían ver.

-No va a ser cosa fácil cubrir todas las posibles vías de acceso a la vivienda del rector. Lo más acertado sería, creo yo, que un grupo, el más grande, se quedase dentro de la propia universidad cubriendo los accesos a su alcoba. Otro grupo podría vigilar el acceso a través de las ventanas de la alcoba desde un punto cercano.Quizá un campanario. Seguro que el rector o el propio alguacil podrán usar su influencia para que nos dejen acceder a él.

Pues si los matones lo irían a hacer, entonces más bien será un lugar y tiempo de la rutina del rector.  Se volteó hacia el Bernardo.  Rector, ¿usted a esta hora y las siguientes, que es su hacer habitual?  Ahí es donde la emboscada debemos tenderle a los matarifes.  ¿Y a Goyo? 

Tolomeo se puso a pensar en los lugares santos que este cuadrante contenía.  De no pensar o acordarse de ninguno, uno de sus planes sería ir por un barril de agua y pedirle al cura bendecirlo.  Así, si el Goyo aparecía se lo tiraría encima.  La madera contundente tiraría al hombre, y el agua bendita al demonio. 

O ese es el plan.