Partida Rol por web

Por fin llegó la hora esperada. Todos estaban esperando en el lugar acordado. La mañana había despertado con un sol radiante y un cielo límpido y cristalino. Ninguna nube se atrevía a pasearse por el cielo de Akad. Para algunos eso vaticinaba un viaje tranquilo y productivo, para otros la tranquilidad que precede la tempestad, para la mayoría eso no era signo de nada, tan sólo un día más. La exuberante ciudad de Kish permanecía silenciosa hoy, como si durmiera. Sus sacerdotisas no se paseaban desnudas por los jardines y los trabajadores permanecían callados. El ambiente estaba enrarecido.

El enorme Wardu con sus armas bien dispuestas sobre su enorme cuerpo cubierto por su armadura que no impedía en demasía sus movimientos y le ofrecía una buena protección contra sus adversarios en el combate iba tras su amigo y señor Kadashman cuando en busca del resto de miembros de esta extraña pero extraordinaria expedición que cambiaría el destino y los corazones de todos los que formaban parte de ella.

La ropa fresca pero cubridora del sol, la cara aun espantada por la visión del día anterior, Ibraam el profeta se reunió con sus compañeros de viaje.  Enmekar, que Ishtar esté contigo.  -saludó a su amigo wardu.  Hoy es un buen día para comenzar. 

Por fin llego el día del viaje, estos dos días habían sido de gran ajetreo para mí y para mi fiel Akbar, como también para el mercader Bel- Shanaar y mi gran amigo Kadashman. Habíamos encontrado una embarcación apropiada a nuestro grupo, me hubiera gustado contratar soldados para la travesía, pero si superábamos más el número de pasajeros al final lo íbamos a pagar caro por el tiempo, tardaríamos más semanas , más raciones esto suponía llevar transportistas, al final era todo un obstáculo. Decidimos ir los que estábamos previstos en un principio, llevando cada uno una montura para el viaje más una montura de carga. Con todas las raciones , cantimploras, ropa de viaje , equipamiento para entrar en sitios bajo tierra  ,  ungüentos curativos tanto para heridas, venenos , tiendas de campañas y material de supervivencia entre otras cosas cuerdas, pala, un mazo para abrir puertas o cofres , animales mensajeros que irían con premura hacia mis amigos más influyentes de la ciudad en caso de que algo saliese mal, material de escritura , como libros sobre mitos y leyendas en el desierto, para poder combatir contra extraños seres, quise también llevar pergaminos con oraciones de protección , amuletos y objetos para rituales benignos que habíamos pagado al sacerdote.

Estando en el patio de mi casa , la puerta se hallaba abierta esperando recibir a mis compañeros, los primeros en ver fueron Ibraam y Enmerkar, Akbar salió rápido a su encuentro, mientras  lo esperaba en el patio con una sonrisa en mi rostro.

Es un buen día para salir de la ciudad. Incluso el aire tiene cierto aire dulzón, algo inaudito para un hombre en esta ciudad que parece solo abrir sus encantos para el genero femenino. La ciudad esta llena de misterios, pero me siento aliviado de poder alejarme de sus calles, en pos de esas tablillas que casi puedo leer en mis sueños. He acompañado a Burna-Buriash y a su fiel criado Akbar para preparar todo para el viaje, aunque no hemos conseguido un cortejo grande para nuestro viaje. Ahora esperamos a que vengan el resto de nuestro pequeño conciabulo. Estoy deseando ya tomar el camino...

Todo estaba previsto para partir. El grupo en camellos guiados por esclavos a pie avanzaron por el camino de la Puerta en dirección al exterior de la ciudad. Kadashman parecía ausente y el resto no mencionaba palabra.
Tras varias horas el grupo llega al puerto, la nave de carga está esperando y tras despedir a los esclavos con los camellos se adentran en la cubierta de la embarcación. Al momento un comerciante de Assur se aproxima al grupo y con una solemne inclinación de cabeza se dirige a los recién llegados.
- Todo está dispuesto, señores - su sonrisa exagerada revela una hilera de dientes donde predomina los de oro, en concordancia con las cadenas y adornos de sus ropajes - yo me retiro y os dejo con Enmebaragisi,el capitán de la nave.
Se retira dsicretamente dejando al encargado de la embarcación junto al grupo de recién llegados
- Buenas, señores cuando gustéis partamos.

Ayudo a los esclavos para aligerar el trabajo de todos y hacerlo más rápido. Observo si hay algo extraño en la embarcación o en los miembros de la tripulación, agudizo mis oídos por si se escucha algun habladuría que pueda ser interesante. Los esclavos suelen saber muchas más cosas de las que sus señores creen, pero no les hacen caso, pero nunca hay que descartar una fuente de información tan prolífica como esa. Por lo menos para estar sobreaviso, no siempre son ciertas las habladurías y rumores, pero siempre hay algo de verdad en todos ellos.

Han sido días de gran frenesí, agotadores por causa de la organización del trabajo, pero también llenos de expectativa. Akbar está extrañamente ilusionado, pues al fin podrá ver mundo más allá de los muros de Kish. No olvida sin embargo que el destino es incierto y sin duda peligroso.

Casi se siente afortunado mientras camina junto a la caravana, contemplando como sus conciudadanos les miran con asombro y, a ojos de Akbar, envidia por tratarse de gente bien pertrechada y con un destino luminoso ante ellos. A la llegada al puerto saluda brevemente al comerciante que ha propiciado la embarcación, y una vez a bordo, estudia con intensidad al capitán.

No hablará con él hasta que lo haga su señor, pero el buen Akbar ha de asegurarse de que todo sea como debe de ser. ¿Cuantos tripulantes? ¿Es la nave realmente segura para navegar por todos los tramos del río? ¿Cual es el historial del capitán?

—¿Cual es el nombre de esta nave, capitán?—se oye a sí mismo decir.

Miro de reojo al resto de viajeros, inseguro todavía de cómo tratar a alguno de ellos. Mi señor Burna parece estar disfrutando con este comienzo de aventura, y yo me alegro de verle de tan buen ánimo. Bel-Shanaar parece estar a sus anchas y el wardu albino parece ensimismado. Me intriga el soñador, con quien hablaré en cuando estemos en ruta...pero finalmente me fijo en Enmerkar. Tal vez su presencia sea motivo suficiente para no esperar una encerrona dentro de los limites de este barco.

El viaje en camello es estimulante, a pesar del corto plazo de tiempo que he estado en la posada y su comodo catre, ya echaba de menos sentir el viento del desierto en mi cara. Quizás el tiempo que estuve entre los Uridummu me haya condicionado a ello, a sentirme mejor en la intemperie que en las grandes ciudades con su decadencia disfrazada de gloria.

Tras unas horas de animoso paseo llegamos al puerto y no puedo dejar de observar la nave, esta es la que nos acercara a nuestro objetivo y casi puedo ver las antorchas que no cesan de iluminar de la ciudad. Observo como se aleja mi conciudadano, nunca comprendere su gusto por vender hasta el aire que respiramos, pero supongo que yo soy quien soy diferente y no ellos.

Por fin llegamos al barco, superviso que todo este correcto y que se lleve  el equipo y las monturas al almacén de cargas.

También examino que el barco cuente con los auxiliares debidos para la seguridad de la travesía: contramaestres , timoneles, oficiales. Como también carpinteros, reparadores, y bajo hacia la sala de remos viendo si los remeros están en buen estado físico. Una vez concluido el minucioso examen del barco me coloco en la pasarela.

Estimados compañeros muchos de vosotros sois beneficiarios de un documento de trabajo, este documento está en mi posesión que os otorga el ser trabajadores y ayudantes en este viaje, sois a partir de ahora hombres libres. Por lo que a mi respecta no habrá siervos ni criados, mi intención es que entre todos tomemos las opciones acertadas para el buen termino de nuestro viaje. ¡Bienvenidos!  Dicho esto entro en el barco listos capitán cuando usted quiera partimos.

- Bien, bienvenidos a "Incierto" mi joya - en su cara se dibuja una sincera y jubilosa, otro viaje le espera y parece complacido - el cargamento de agua, víveres y pertrechos demandados se encuentran en la bodega y los remeros están esperando.
El capitán acude a su puesto para controlar la pala-timón, la tripulación comienza con sus preparativos para zarpar, extienden la vela rectangular de fibra de papiro y, tras orientarla en la posición deseada, aseguran la botavara con cabos en la posición deseada mientras los remeros se colocan en su posición yse disponen a cumplir con su cometido en cuanto se le de la señal.
La nave de carga comienza a deslizarse por el agua a buena velocidad. El viento es favorable y los remeros imprimen más velocidad, si cabe. El capitán sonríe satisfecho por le buen ritmo, pronto llegarían a su destino.

Me dirijo a una esquina del barco mirando como salimos de la ciudad, estábamos lejos de las leyes de nuestro tiempo. Empiezo a recordar lo que me había costado de que me hicieran esos contratos , era un hombre de mi tiempo pero mi pensamiento estaba en el futuro, una sociedad no podía subsistir a base de esclavos , y tarde o temprano todo este eufemismo creado por la nobleza y los poderosos se vendría abajo por falta de sostén. Mis pensamientos se basaban en una sociedad inexistente hasta ahora de hombres libres que se esforzaran ellos mismos en labrarse su propio futuro. Si bien todos estos pensamientos podían ser tomados como actos de rebelión y por ello lo oculte hasta ahora. En barco todas estos miedos estaban de más , aquí la única ley era la de la naturaleza y la que nosotros quisiéramos una vez fuera de las ciudades.

Intento ayudar durante el viaje en todo aquello en lo que pueda. Pero sin dejar de intentar escuchar rumores de la tripulación para estar preparado para cualquier cosa. No había navegado demasiado durante toda mi vida, aunque en este mundo no era extraña la navegación fluvial y alguna vez había tenido el placer de trasladarme en barco de una ciudad a otra para acudir a juegos en la arena o para resolver algunos asuntos para los que había sido contratado.

Acudo frecuentemente junto a mi amigo Kadashman para ver si se encuentra todo a su gusto o si necesita algo.

-Un placer capitán, espero que tus buenos deseos sobre el viaje se cumplan. ¿Ha realizado este viaje antes?- Se que el viaje va a ser largo y al menos suplir mi curiosidad en cuanto el viaje y sus recovecos puedan matar una hora de trayecto. Incluso si resulta interesante puedo hacer un relato del viaje, nada me gustaría más que hacer un poema épico sobre lo que he visto antes, quizás me de el material que me falta.

Cuando el capitán se marcha, me siento intranquilo.

—«Incierto» es un nombre de mal augurio ¿no os parece?—le digo en voz baja a Ibraam, pero en presencia de los demás miembros de la expedición.

Sin embargo, el viaje transcurre con cierta placidez. Si mi amo me lo permite (y sin entorpecer mi atención hacia él) echo una mano a la tripulación, más que nada para no quedarme de brazos cruzados y sin nada más que hacer que contemplar las orillas que se deslizan.

Ibraam había estado muy callado durante todo el trayecto. En silenciosa protesta ante ser escoltados por esclavos en los camellos decidió bajarse y caminar con sus sandalias empolvadas como ellos;  luego, arriesgando ofensa a su anfitrión, les pagó una moneda de cobre por sus servicios a cada uno.  Por ese momento serían trabajadores, con pago.  Los miró a los ojos para que entendieran que no era dádiva sino pago justo.  Que vendría el día en que lo deberían exigir así, siempre.

En silencio también llegó al puerto y se embarcó.  Los sueños oscuros de los últimos días habían movido al frío a su alma, y ahora buscaba callado a que el sol le trajera calor y luz, esperando que eso fuera suficiente para recordarle a su miedo que Ishtar sigue llevando en su mano izquierda una antorcha.   

En el bote asintió a las palabras sobre los "contratos" de Burna Buriash.  Le agradaba el humano.  Mostraba uno de los posibles caminos que había hacia adelante.  Había elegido bien a sus compañeros de viaje, ahora lo sabía.

Cuando el mushenku le habló directamente se sobresaltó un poco, lo había sacado de ese mundo interior donde parecía estar sumergido.  Al wardu blanco se le olvidaba, como otras veces, que seguía teniendo presencia exterior y que aun no era, aunque así lo sintiera a veces, sólo el mundo observándose a si mismo.  

¿Mal augurio?  -sacudió la cabeza- Habría que preguntarle la razón al capitán del nombre, pero no creo. O el hombre es un explorador de impulso o alguien a quien le gusta ser discreto y no revelar nunca hacia donde va.  Lo dice a leguas nombrando así a su navío... 

Tocó el agua con el dorso de su mano; vio como escurría entre el grueso pelo blanco que la cubría.  Benditos Indigna y Buranum, guíen a salvo nuestro deslizar sobre su piel sagrada...  Salpicó con el agua al Mushenku en señal de bendición.

Que encontremos lo que buscamos.  

Que nos encontremos los que buscamos.

- Ja ja - el capitán ríe ante los comentarios de los viajeros - ¿mal augurio?
El capitán rió con fuerza sin soltar el timón-remo. La nave se abre paso por las aguas tranquilas del Buranum a gran velocidad, en parte por el viento favorable de popa y en parte por el esfuerzo de los esclavos que reman al son del rítmico tambor.
- Conozco las aguas del Buranum como si fuera la palma de mi mano - y agitando la cabeza añade: - "Incierto" como mi destino, disfruto de la libertad del viento y del libre albedrío, como el agua del río y del mar.

Tranquilos compañeros tenéis cada uno en vuestras monturas amuletos, pergaminos de protección , objetos para rituales que podréis utilizar una vez que desembarquemos para tener más seguridad en el viaje.

Me dirijo hacia el capitán pues la conversación en cierta parte me interesaba, cuéntenos capitán sobre las leyendas que se cuentan en estos mares como del territorio hacia el que nos dirigimos , muchas veces las leyendas suelen tener algo de verdad. ¿no creé?

El wardu blanco se unió a la conversación con Burna-Buriash.

Capitán, ¿que tan lejos estamos del lugar sagrado donde se une el Buranum con el Indigna?

¿Navegaremos contracorriente o siguiéndola?

Ibraam se había movido ahora hacia la proa y miraba ahora hacia adelante, cubriéndose del sol con la mano.