Partida Rol por web

Argot se quedó bloqueado un buen rato, aquel hombre no había salido de su capilla en varios días y ni le habían dejado entrar. - No esto es muy raro, entremos un momento a ver si todo está en orden, si lo está nos tendremos que ir a seguir con tu misión amigo mío. 

Entremos entonces Blue. Veamos que ocurre aquí. 
Por cierto, aunque no es el mejor momento, pero cuales son tus destrezas? le comenta susurrando.
 

Este tranquilo edificio de madera ubicado en el Parque de la Rana (21) suele estar silencioso y en calma, abierto a visitantes introvertidos y educados, así como a los fieles de Obad-Hai. De todos los edificios religiosos reconocidos de Tormentos Cristalinos, esta capilla es la más humilde y discreta de todas.

La mayor parte de esta estructura es al aire libre, una gran pagoda con bancos largos que rodean una plataforma central. Una torre de dos pisos actúa como hogar del cuidador y una serie de habitaciones privadas al otro lado hace a veces de almacén.

Milkahá anda con cuidado buscando a la rana u otros posibles peligros por la zona mientras se acerca, mantiene sus sentidos alerta y no se separa mucho de Zarus. Lleva el báculo preparado y repasa mentalmente las palabras que le ayudan a desencadenar su hechizo de proyectil mágico que uso anteriormente con la rana

Mientras la chica mira en todas direcciones Avy la comadreja que siempre le acompaña trepa hasta su hombro y olfatea el aire mientras mira todo lo que puede a su alrededor.

Zarus empezó la exploración confiando, a su vez, en los sentidos de la hechicera. Ella era un gran apoyo, después de todo les unían motivaciones equivalentes, ambos habían perdido a sus amigos por culpa de la extraña enfermedad. No pasó mucho tiempo para que el joven Lazarus encontrará algo que le llamará la atención. Resto de las algas, un plato y cubiertos; era demasiado sugerente la idea de que alguien había decidido comerse aquellas plantas acuáticas Como lo sospechaba... Todo apunta a que el druida de este templo y la rana monstruosa son uno solo y, al parecer, las algas son las que causaron esa transformación. Zarus meditó un poco sobre el tema mientras iba buscando alguna otra cosa. Cada vez se hacía mas patente las pocas fuerzas que le quedaban. Parecía prudente suspender la búsqueda y seguir en otro momento, pero la idea en su mente suponía que esto era lo mas cerca que ha estado de encontrar algo que se relacione con la extraña enfermedad que mató a sus amigos. Milkaha, puedes tomar aquellas algas y guardarlas en un recipiente? Seria mejor que no las tocaras con las manos desnudas, puede ser riesgoso. dice casi sin mucho aire encima. Estaba exhausto y hambriento.

Si la rana es el druida, eso explicaría el como esa rana llego aquí dentro de tormentos cristalinos - le dice la chica a Zarus - pero tendrá que ver también con la enfermedad

En seguida Zarus, pero antes me gustaría saber si hay algo de magia implicada en todo esto - dicho esto Milkahá se coloco cerca del plato y llevando ambas manos a su frente comenzó a decir algunas palabras en voz baja y cerro los ojos para concentrarse, un ligero destello se quedo en su frente y Milkahá se puso a mirarlo todo con detenimiento y dedicación, tanto lo que estaba en el plato como todo lo que había cerca y cada vez mas lejos de ahí, como si buscase algo que con los ojos no se ve.

Zarus continuaba escudriñando el altar y sus alrededores o donde fuese que sus sentidos le indicaran que pudiese haber cosas importantes. Sus fuerzas cada segundo menguaban mas, pero su voluntad se mantenía en firme. Solo buscaba alguna nota, algún dibujo, alguna pista. Ese druida debió haber analizado las algas antes de decidir tragárselas, talves esperaba algo diferente, era claro que esa transformación lo convirtió en una criatura bastante poderosa, pero seguro no contaba con que perdería el control de esa forma: Solo pensar en comer y destruir, aquello solo podía dar lastima. -Habría alguna forma de revertir el efecto?- era algo sobre lo que meditaba Zarus, si esas algas eran el origen o estaban relacionadas de alguna forma con la enfermedad, también podían ser útiles para hallar una cura. Cuando no parecía encontrar nada, Zarus dio un profundo respiro y miró todo a su alrededor, esperando que algo saltara a su vista. Luego se quedó mirando a la hechicera -mmm... Que se supone que haces?- dice analizándola de arriba a abajo, con cierta curiosidad, era algún tipo de magia, de seguro, pero que quería, destruir las algas? Aunque ciertamente abandono esa idea, luego de sacudirse un poco la cabeza. Empezaba a desvariar a causa de su desgastada estabilidad física.

Milkahá termina de dar de vueltas por el lugar escudriñando en busca de magia. - Estoy buscando rastros de magia en las algas y en todo este sitio, intento determinar que tipo de magia hay en caso de que haya. ¿Encontraste algo? -

La chica sigue buscando pero ya sin el destello en su frente, busca por papeles o por cualquier otro objeto que les ofreciera una pista.

Zarus, finalmente logró obtener una conclusión de todo esto: Habían algunos tomos y libros desordenados, aquel druida, sin duda, había recurrido a ellos sin encontrar lo que buscaba. Al parecer aquellas algas eran algo que estaba fuera de su conocimiento, así que decidió comérselas -Pero que tipo de loco hace eso!?

El joven Lazarus comunica lo anterior a su compañera y a su vez remata -La transformación parece haber sido rápida. Este tipo en realidad estaba experimentado el efecto de estas algas al ser ingeridas. Ni siquiera le dio tiempo de hacer unas notas, sucedió todo muy deprisa.- dice con cierta pesadez, esperaba encontrar algo que le ayudara a establecer una relación entre las algas y la extraña enfermedad, al fin y al cabo el druida se había transformado en una especie de anfibio, mientras sus amigos, parecían mas... Peces? Pero... Las escamas? Aquel anfibio, pesa a todo, parecía tener escamas, aquellas le protegían bastante bien.

Discutió aquello con la hechicera, mientras esperaba que ella comentara algo sobre su búsqueda de magia. Ya no parecía haber nada mas que hacer en aquel lugar y el sueño, el hambre y el cansancio, estaban por despojar a Zarus de sus últimas fuerzas.

No hay auras mágicas - dijo algo decepcionada - Pero dime Zarus ¿como es que sabes que fue el druida el que las comió?, ¿que mas te dijeron los que estaban peleando con ese monstruo? - le pregunta mientras toma las algas con los utensilios  que hay sobre la mesa y las coloca en un frasco vacío que encuentra en el lugar - me llevare esto para averiguar su procedencia, ire con Lyra para que me oriente a quien puedo preguntar por estas algas-
Dicho esto Milkahá noto el cansancio de Zarus 
- ¿Estas bien? Te ves agotado -

Ellos solo han dicho que vinieron en busca del tal Ferrin y nunca lo hallaron. Habían dos principales posibilidades: Que fuese victima del monstruo al que nos enfrentamos, o que fuera el mismo. Analizando la evidencia que se ve aquí se nota que atendió a la solicitud que se le hizo, que consistía en estudiar y analizar estas algas, pero que pese recurrir a sus propios conocimientos y el de sus libros, no pudo encontrar una respuesta, así que decidió comérselas. La transformación empezó casi de inmediato, dejó caer los cubiertos y el plato que contenía, aún, algunas algas, luego de transformarse perdió la conciencia de sí mismo y decidió ir a un entorno en el que se sintiera mas agusto, siendo este el área pantanosa del parque, donde habitan todo tipo de anfibios. responde a la hechicera a modo de conclusión. Quedó atento a la información que iba a suministrar sobre la magia, pero al parecer no había rastros de ella en este lugar.

El último comentario sobre su estado, le hizo caer en cuenta de que no debía perder mas tiempo en ese lugar. Estaré bien. dice sonriendo Ve con Lira, seguro ella le podrá dar uso a la información que acabas de escuchar. Tal vez quiera advertir a las autoridades sobre la importancia de capturar con vida a esa criatura. Yo iré al bote del lagarto a descansar. dice poniéndose en marcha hacia la salida.

De acuerdo Zarus, nos veremos mas tarde, si no nos encontramos estaré mañana temprano en la catedral de Pelor, que descanses - le dice agitando una mano en señal de despedida, a su vez la chica toma camino para la catedral de Pelor.

No podía creer que aquel druida haya sido capas de comerse aquellas algas, ahora tendría que buscar quien le ayudara con aquel misterio si quería saber mas sobre la enfermedad que había terminado prematuramente con la vida de sus amigos.

Este tranquilo edificio de madera ubicado en el Parque de la Rana (21) suele estar silencioso y en calma, abierto a visitantes introvertidos y educados, así como a los fieles de Obad-Hai. De todos los edificios religiosos reconocidos de Tormentos Cristalinos, esta capilla es la más humilde y discreta de todas.

La mayor parte de esta estructura es al aire libre, una gran pagoda con bancos largos que rodean una plataforma central. Una torre de dos pisos actúa como hogar del cuidador y una serie de habitaciones privadas al otro lado hace a veces de almacén.

El lugar parece completamente vacío, y parece que alguien se ha aprovechado de eso para registrarlo a conciencia.

El sauriano observa la estructura desde la distancia en busca de cualquier alma que pudiera darle una pista sobre el paradero de aquellos druidas. Con un ritmo pausado recorre la zona intentando captar algún olor o cualquier cosa fuera de lugar. Aquel sitio parecía completamente abandonado.

El murmullo del río acompaña las pesadas pisadas del guerrero. La capilla se encuentra tan vacía como el resto de dependencias y en varios puntos es evidente que alguien a registrado el lugar con anterioridad. ¿Quizá alguien más estaba buscando a los druidas? ¿o será obra de algún oportunista?

Más allá se extiende lo que parece ser una zona verde. La única que Yaotl había visto en aquella vasta ciudad de piedra.

Este tranquilo edificio de madera ubicado en el Parque de la Rana (21) suele estar silencioso y en calma, abierto a visitantes introvertidos y educados, así como a los fieles de Obad-Hai. De todos los edificios religiosos reconocidos de Tormentos Cristalinos, esta capilla es la más humilde y discreta de todas.

La mayor parte de esta estructura es al aire libre, una gran pagoda con bancos largos que rodean una plataforma central. Una torre de dos pisos actúa como hogar del cuidador y una serie de habitaciones privadas al otro lado hace a veces de almacén.

El lugar parece completamente vacío, y parece que alguien se ha aprovechado de eso para registrarlo a conciencia.

No tardaron mucho en encontrar la cabaña del druida desaparecido. Y el druida no era lo único que había volado, ya que la casita había sido saqueada a base de bien.

 -Hmmm, no somos los primeros que venimos, alguien ha estado investigando por aquí. Que no hayan encontrado al druida aún no me da buenas vibraciones.

Dicho esto, Enzo empezó a mirar por el lugar, buscando cualquier pequeña pista que pudiera decirle algo sobre el druida. Una botella vacía del bote del lagarto, una prenda íntima de alguna moza de moral distraída... ¡Cualquier cosa!

Al ver a Vincenzo empezar la busqueda de informacion en la casa hizo pensar a Apolo que podria haber alguna pista en la parte externa, yo revisare los alrededores de la cabaña, reviso en los alrededores en busca de huellas, rastros de pelea, ramas rotas, o cualquier cosa que pueda indicar pelea o una direccion que seguir.