Partida Rol por web

Cualquier intento de sanar a Boudiko a partir de ese momento, ya llegaría tarde, pues el gran hombre había dejado de respirar, había perdido mucha sangre y eso solo podía implicar una cosa, Zynna ahora era viuda... Pero el combate continuaba, Pushgolug volvió a tratar de clavarle el aguijón a su rival, pero una vez más erró en su envite. Mientras tanto, el orco furioso recogió la cadena del suelo para atacar con ella directamente a su enemiga, Zynna cuya rabia se escapaba por cada uno de sus poros, esquivó la cadena en el último momento, y trató de quitarse de en medio a Push, con el mismo resultado que hasta ahora.

Mientras mirabais como Angélica se trataba de echar a dormir, el bochornoso aire de la ciudad, arrastraba un intenso olor a humo. A madera quemada. Algo estaba ardiendo.

El orco ya empezaba a renquear, el combate se prolongaba y estaba cansado, probó de nuevo a golpear la cadena haciéndola girar hacia la cabeza de Zynna.* El orco dió pasos cortos hacia ella a medida que golpeaba con la cadena.**

Zynna estaba llegando al limite de sus fuerzas. No necesito comprobar el pulso de Boudiko para descubrir que su marido, su compañero, su alma gemela, yacia en el suelo sin vida. Sencillamente lo sabia. Y, en aquel momento, algo se rompio dentro de ella, acabando con lo poco de humanidad que en ella quedaba. Y, presa de la mayor ira, de la mayor tristeza, volvio a usar su lanza para intentar ensartar a cualquiera de ellos. Ya ni siquiera importaba el objetivo.

Pero estaba cansada, muy cansada. Y las lagrimas atenazaban su garganta, angustiandola, y distrayendola de su objetivo principal: acabar con los asesinos de su marido.

Estaba resultando un combate extenuante del cual, lo único que tenía claro era que aguantaría más que la humana. Aunque también podría escapar y dejarla sufriendo hasta que el orco la abatariera, lamentablemente para sus intereses, la mujer conseguía evitar todos nuestros embites a pesar de que andara en las últimas.

Melor, contemplaba preocupado el cielo, el mediodía había llegado mucho antes de lo que esperaba. Sus amigos les esperaban en otro lugar para partir hacia el pueblo que les necesitaba. La duda le comía por dentro, al igual que se daba cuenta que pronto no tendrían qué comer de no acudir a esa cita.

Y el combate continuaba sin ningún éxito, eran dos contra uno y la mujer no hacía más que esquivar los envites de cada uno. Barrabás no aguantó más y la furia que había embriagado su cuerpo terminó convirtiéndose en cansancio. No estaba tan cansado como lo debería estar Zynna, pero si lo suficiente como para que el orco dejara de suponer la terrible amenaza que era hasta ahora.

Se notaba que la humana luchaba por su vida, porque si hubiera tenido escapatoria la habría tomado hacía mucho y quizás así pudiera pillarla en algún desliz, aunque mi veneno de seguro que continuaba haciendo daño por su cuerpo y pronto tendría que dar resultados.

Cansado y fatigado, sudoroso, al ojo inexperto Barrabás podía parecer que había dejado de ser una amenaza, cualquier orco con cuatro dedos de frente hubiera alzado aún su guardia, los ojos de aquella elfa parecían querer centrarse en el hada azul que se revolvía contra el asta de la lanza corta.

Barrabás lanzó un último grito y la cadena rebotó varias veces antes de caer sobre la druida, agrietando su ropa, chasqueando en su carne y haciendo saltar por el suelo de aquella bodega trocitos de piel pálida.

Nunca, jamás, se habia sentido tan cansada, tan agotada en un combate. Y ese cansancio, unido a la desolacion por la perdida de Boudiko, no hizo mas que despertar su vena mas guerrera. Tenia un movil, la venganza, asi que, a pesar de todo, no lo dudo, y se lanzo contra el orco, que parecia haber perdido repentinamente aquel empuje inicial con el que parecia capaz de arramblar con todo, al tiempo que me preparaba para evitar aquel ataque, que, sin embargo, me pillo demasiado torpe y demasiado lenta como para reaccionar ante el.

Y por fin Barrabás terminó con aquel combate que había comenzado casi al amanecer y estaba terminando bien entrado el mediodía. La cadena armada del orco golpeó la hermosa cara de la bella Zynna, hiriéndola, desgarrándola y golpeando de tal forma que la tiró al suelo por el golpe. La mujer comenzó a desangrarse a gran velocidad.

Barrabás y Pushgolug habían logrado terminar aquel combate y salir con vida de él. No podrían decir lo mismo Zynna y su marido Boudiko.

Barrabás se miró la herida - Sangro como cerdo - Sacudió la cadena en el aire deshaciéndose de las gotas y los pedazos de carne. Arrancó la lanza de las pálidas y níveas manos de la humana y sujetándola de la barbilla inferior le levantó la cabeza buscando su último aliento - ¿Unas últimas palabras?

Resultaba difícil que la humana dijera nada, pues el golpe del orco la había destrozado, aún así el esfuerzo había conseguido que me sintiera más a gusto con mi cuerpo en este mundo, tanto que intenté mover las alas sólo para descubrir que un pinchazo de dolor me recorría los músculos de esa zona.

Poco a poco.

Me recordé y volví a rondar alrededor del orco.

- No puede hablar. Pero quizás sepa algo del resto o del capitán. Sánala o mátala, esas son tus opciones - le señale agitando la cola emocionado - ¡Además pueden tener oro y plata que te vendrán bien! - añadí moviendo aún más rapido la extremidad - Los humanos hablan con oro, dicen todo lo que quieres saber.

Daba la sensación de que no me importaban las monedas más allá que parar obtener información o sobornar a alguien.

Barrabás cogió una daga, probablemente una que fuera de la propia Zynna y con ella apuñaló el pecho de la joven

Barrabás entró en el barco con algo decidido, iban a sobrevivir todos o ninguno. Había sido muy injusto, pero aquel humano que se presentó como Mai-cor, selló el destino del grupo de asesinos. Barrabás asintió y echó un ojo a las mochilas de los aventureros, dejando también que Push tomara lo que necesitara.

Gracias hada, si no fuera por ti, no hubiera podido vengar tamaña ofensa para el pueblo piel-verde. A mi parecer, estos humanos murieron durante el combate con los orcos. Echa un buen vistazo a lo que llevan. Barrabás buscó también a su alrededor los cuerpos de los orcos. Cuerpos de orcos y asesinos serían subidos por igual a un bote de aquel barco. Al anochecer los llevaría al cementerio, donde también había oído el rumor que un pielverde se paseaba.

Solo podemos esperar, que Capitán vuelva al oír que su tripulación ha sido vengada

- Aún quedan más. Trez... - escupí la palabra no me convencido - ¡Si, tres! El hombre que parece viejo, como sorbido, el hombre de la lanza y la mediana.

Recordé al orco mientras examinaba las pertenencias de la mujer, su marido y más tarde el arquero, haciendo notar todo lo que hallaba para que lo tuviera presente.

- La mediana estaba herida. Si, muy herida, habrá necesitado ayuda.

Esta extensa construcción de madera, una de las más grandes de la villa, sobresale por encima de las casas cercanas. El astillero también es la casa gremial de los constructores de barcos; aquí, sus miembros construyen casi todas las barcas de pesca, barcos mercantes y demás buques que pueda necesitar la villa. El cuerpo central alberga las oficinas, salas de reuniones, almacenes, y cuarteles para los trabajadores locales. El ala este se dedica a la construcción de pesqueros, mientras que la occidental se reserva para otros tipos de barco.

En aquel momento hay dos barcos en construcción en cada ala. Una vez que la nave sea navegable, se lanza por una de las  varias rampas que sobresalen directamente del edificio.

En el cuerpo de Barrabás:

- Armadura de pieles
- Escudo de madera pesado
- Cimitarra
- Honda con 7 balas
- Un par de mudas de viajero.
- Un odre, un petate y un poco de yesca.
- No tienen nada de dinero.

En el cuerpo de Zynna:

- Armadura de pieles
- Escudo de madera pesado
- Lanza corta
- Honda con 8 balas
- Un par de mudas de viajero.
- Un odre, un petate y un poco de yesca.
- No tienen nada de dinero.

En el cuerpo de Mai-cor:

15 po; 7 pp; 5 pc.

Arco corto
4 flechas
Estoque
Armadura de cuero tachonado

En el cuerpo de los orcos:

5 cueros tachonados
5 cimitarras
5 arcos cortos con un total de 100 flechas
35 pp.

Barrabás hace dos montones de dinero*, uno para Push otro para él mismo, le encantaba aquella actitud del diablillo en la que lo que más le importaba era su propia meta por encima de lo que hubiera en los cuerpos. Cogió el arco y 40 flechas, la cimitarra, el odre y las pieles de Boudiko.

Amontonar los cuerpos, dar tierra esta noche.

Buscó algo de comer por la bodega para hacer un parón, después, amontonaría los cuerpos y los alinearía bajo cubierta

Yo descansar hoy, yo herida, yo cansado. Yo hoy dormir en posada. Mañana buscar Capitán y otros orcos. Mañana buscar tú mediana.... ¿Qué hacer ella a Push?